RESULTADO DE ELECCIONES
ESTUDIANTILES, Y EL NUEVO DESAFÍO.
Ayer, 31 de octubre, los
estudiantes de derecho y ciencia política, y la comunidad de estudiantes acudió
a las urnas todavía en forma que no supera los referentes históricos de los
últimos años.
Triunfaron los candidatos de la
FEU, lo siguió la lista de la OCE, y en tercer lugar, el voto en blanco,
con la abstención como fenómeno
recurrente de la vida nacional, que no disminuye la problemática de la crisis de
representación, y la urgencia de fortalecer los mecanismos y los modos de
participación brindadas, que requiere acceso pleno a todos los medios de
comunicación, incluidas las fórmulas virtuales disponibles.
La otra elección, UN
desafío mayor
Queda ahora la urgencia de
definir la conveniencia o no, de elaborar una lista de estudiante al Congreso de la República, una verdadera
lista de la U Pública y Común, que despierta por supuestos debates y
reticencias.
Corresponde una vez más, mirar al
sur, y evaluar lo que, por ejemplo, acontece y acontecerá que los líderes de la
Fech, Camila Vallejo del PCCh, Gabriel
Boriç de izquierda autonomista, y
alrededor de 10 candidatos más se estarán confrontando con las formas
tradicionales de política en la cámara baja, lo que sería la de representantes
en Colombia, este 17 de noviembre.
El senador Camilo Romero ha
estado insistiendo en la urgencia de bajar las edades para poder ser
representante y senador, sin demagogia, con conocimiento de causa.
Pero, a esta fecha, hay
estudiantes que pueden presentar sus nombres, para enfrentar el partido de la
reacción y de la guerra, y defender el proyecto de reforma educativa, y todos
los componentes de lo que algunos definen como constituyente social.
Enfrentar al caudillismo del Centro reaccionario y caudillista, con una
fórmula autónoma, radical, común que impulse la constituyente, sí, pero social
que nos ponga al día, cuando menos, con lo prometido hace más de 20 años por el
Estado social de Derecho.
Todo lo cual no impide para nada, que se desarrollan todas las formas
de participación existentes, a la vez que respaldar el proceso de negociación
de la paz, con responsabilidad y sin rendiciones, en materia de ideales de
justicia social, y sin exclusiones. El poder
constituyente no se queda cautivo de las formas de representación existentes,
pero las aprovecha y hace pedagogía política, y lucha con ellas.
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