Quiero destacar del editorial la preocupación manifiesta por la desterritorialización de la lucha universitaria, y la insistencia en lo que denominan una política emancipatoria, que haga posible la existencia de un espacio y un tiempo propios, lo que implica un cuestionarse en profundidad por lo perecedero de la realidad presente, y lo deseable que resulta para estos jóvenes transformarla.
Acompañados todos los ensayos por una vocación pedagógica que se nutre de las lecciones y compromiso del pedagogo brasileño Paulo Freire, de quien seleccionan el epígrafe inicial:
"nadie libera a nadie, nadie se libera solo: los hombres se liberan en comunión".
De lo leído tampoco queda duda de los ecos libertarios del lenguaje construido y sofisticado de la pareja Deleuze-Guattari, del pensamiento posestructuralista con que algunas califican la originalidad y descentramientos de estos intelectuales militantes de nuevo tipo. Levantados contra los convencionalismos de su tiempo, y entusiastas de Spinoza, Nietzsche, Marx, y un coctel de pensadores radicales, aun poco conocidos y trajinados intelectual y realmente entre nosotros.
Igual quiero referir algunas línea al Panfleto Antipanfletario, donde mediante un seudónimo alambicado se hacen importantes aproximaciones a la democratización del debate estudiantil. Un asunto que también ha sido tocado ya en dos números de otra revista estudiantil, SURmanía, que también circula desde la facultad de derecho y ciencia política de la Universidad Nacional, donde puede conseguirse por los interesados, y escribiendo a su coordinado, Edgar Andrés Londoño, ealondonon@unal.edu.co.
Destaco de allí que se afirme que "el movimiento estudiantil actual tiene el deber de construir vías democráticas para trabajar en torno a los problemas planteados por las nuevas reformas de las cuales el nuevo estatuto es una viva muestra". Para insistir que no se pueden seguir desconociendo que existen posturas alternas al discurso dominante, porque entonces lo que se afianza, en el mejor de los casos, es una democracia autoritaria que " se basa en la decisión ciega de las mayorías en el pleno desconocimiento de las minorías opositoras o disidentes".
El panfleto devela las talanqueras para la verdadera y urgente participación de la comunidad de estudiantes, para romper con la "normalización" y pensar y actuar procesos de transformación social y de refundación del propio conocimiento". Allí afincan estos nuevos intelectuales, audazmente, lo que denominan el porvenir de la revuelta.
Hay más artículos que se leen con provecho, sin bajar la guardia la crítica, y el disenso, que son medicina que los responsables de la publicación no se cansan de recomendar y ejercer de modo diligente y provechoso. Hay un texto crítico sobre los cambios en el estado contemporáneo, otro sobre el ambiente y el capitalismo, una reflexión sobre la pedrea, un escrito sobre el nadaísmo, y un cierre con un texto de Vladimir Zabala donde se rememora el periódico Frente Unido y la experiencia político revolucionaria de Camilo Torres y el Grupo de Golconda.
Por supuesto que esta publicación es un abierto desafío al pensamiento único, y a la cerrazón de las conciencias, porque marcha en contravía de la conculcación a la libertad de pensamiento que tanto se estila en las últimas administraciones del país. O peor aún, la grosera manipulación de los hechos sociales y políticos, y la estigmatización de la Universidad Pública, porque aquí, como lo demuestra esta revista, hay lugar y tiempo para pensar de forma diferente, para ir contra la corriente. Reclamando autonomía en el pensamiento y la acción que honran el compromiso de los universitarios con Colombia, Bogotá , la región y el mundo convulso que nos circunda.