domingo, 29 de enero de 2012

La articulista del diario El Nuevo Siglo pone el dedo en la llaga, y nos ubica en el polémico y definitivo escenario del capital financiero al comando de la economía colombiana, con una ciudadanía delante de su inagotable voracidad.

Frente a la cual los gobiernos del expresidente Uribe y el que lo sucedió, a pesar de sus mohines y conducta díscola y reformadora, no aflojan en la aplicación de la receta, que hace 20 años se aplicó en la Gran Bretaña, en tiempos de Blair, el socialismo rosa, y ahora desvasta lo que queda del Welfare State en Europa.

Gracias a la diligente mirada del colega Oscar Delgado hoy escogemos este texto para divulgarlo en la red Ciudad Blanca. N de la R.


EL NUEVO SIGLO

¿Reforma pensional o ampliación de

negocios al capital financiero?

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Por Helena Villamizar García-Herreros

El Nuevo Siglo

29 de enero de 2012

Transcurridas ya casi dos décadas de la privatización parcial de las pensiones es inocultable que ésta no brindó soluciones a la seguridad social

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Ante el intento de George Bush de privatizar parcialmente las pensiones, Joseph Stiglitz afirmó que no se necesita ser premio Nobel para darse cuenta de que “la privatización no protegería a los jubilados de la insolvencia del sistema de seguridad social; solamente aumentaría el enorme déficit fiscal actual, porque las privatizaciones parciales requieren que se destine dinero que se habría utilizado para cerrar la brecha entre los gastos y los ingresos gubernamentales hacia fondos privados”.

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Naturalmente si al régimen público se le restan afiliados, es decir ingresos, mientras se queda con los gastos y especialmente con aquellos afiliados que ya están devengando sus pensiones, las perspectivas del sistema público no pueden ser boyantes.

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“Los Estados Unidos y el mundo tienen que recordar que la privatización del sistema de pensiones argentino estuvo en el centro de sus recientes desdichas fiscales” afirmó el Nobel.
En Colombia, igualmente, con la implantación del sistema mixto de pensiones el déficit público lejos de reducirse se amplió.

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Las causas por supuesto son múltiples, pero lo cierto es que en 1990 el déficit del sector público no financiero ascendía al 0,59 del PIB y, en 2010 y 2011 según El Marco Fiscal de mediano Plazo 2011 a 3,2% y 3,5% del PIB respectivamente incluyendo la emergencia fiscal en el último año.

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Por su parte la deuda pública interna y externa del gobierno nacional que en 1993 representaba el 14,6% del PIB, en 2000 ya había alcanzado el 36% del PIB y en septiembre de 2011 representaba el 35,6% (1).

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La realidad derrumbó el mito de que los fondos de pensiones privados disminuirían el déficit público; de hecho la rentabilidad de dichos fondos se alimenta del déficit pues cerca del 50% de su portafolio está representado en deuda pública. Por lo demás cada punto de aumento de intereses de la deuda pública, como lo demostró Javier Fernández, tuvo gran impacto en el desequilibrio fiscal.

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Estas verdades, sin embargo, han sido convenientemente ocultadas y, por el contrario, como señaló Edmundo López Gómez, “en Colombia se ha puesto en marcha una operación envolvente por parte de dichos grupos para apoderarse del ahorro de los 'pensionistas' (así los llaman los españoles) del sector público”. (“Zarpazo contra las pensiones”, El Nuevo Siglo 20/1/2012).

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En efecto el presidente del gremio Asofondos declaró “Régimen público es inviable” (El Tiempo (14/1/2012). Es además muy sugestivo que “Los pronunciamientos de Santos y Santa María [sobre un urgente revolcón en las pensiones] se produjeron en la presentación del Informe Nacional de Competitividad 2011-2012, del Consejo Privado de Competitividad (CPC), en el que se propone marchitar el régimen de prima media (como el que administra el Seguro Social), para lo cual se debe frenar de inmediato la entrada de nuevos afiliados y prohibir nuevos traslados” (El Tiempo 4/11/2011 las cursivas son mías).

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En realidad como reconoce dicho Informe este empeño de acabar con el régimen público de pensiones no es novedoso; existió desde la concepción de la ley 100. De hecho en el pasado se había avanzado en esta tarea de impedir nuevas afiliaciones, bajo el disfraz de sanción al ISS, cuyo real objetivo era acabar el régimen público de pensiones.

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Transcurridas ya casi dos décadas de la privatización parcial de las pensiones es inocultable que ésta no brindó soluciones a la seguridad social; engrosó sí el patrimonio de los propietarios de fondos de pensiones y cesantías AFP, los cuales manejan enormes porciones del ahorro obligatorio de los colombianos sin que su gestión siquiera represente seguridad para sus afiliados.

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Un informe del Emisor lo reconoce “Pensiones, las más expuestas a turbulencia internacional” (El Tiempo octubre 8 de 2011). Ya en 1999 Stiglitz y Peter Orszag cuestionaban diez grandes mitos alrededor de dichas privatizaciones, entre ellos que elevan el ahorro nacional o que generan mayores tasas de retorno, siendo estas posiciones críticas, según se dice, causantes del retiro de Stiglitz del Banco Mundial. La realidad le dio la razón al Nobel y los argumentos privatizadores de las pensiones de dicha institución hoy son insostenibles

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La tarea de desinformación para acabar con el régimen público es sorprendente. Se dice por ejemplo que la crisis europea es debida al generoso régimen de pensiones. Se oculta deliberadamente el papel que jugó el capital financiero y su desregulación en la debacle europea, así como los cambios en las políticas bajo el paradigma neoliberal. Maurice Allais, Nobel de economía 1988, en su “Carta a los franceses” ha señalado el cinismo en el ocultamiento de las verdaderas causas de la crisis europea.

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Que el régimen de pensiones requiere reformas es claro; entre ellas la eliminación de ciertos absurdos privilegios de la rama judicial. Pero la solución no está en sepultar el régimen de prima media, ampliando así el negocio a las AFP y al gran capital financiero internacional, como al parecer es la vía escogida por el gobierno Santos, quien ha dado pruebas de continuidad en las prioridades distributivas de su antecesor.

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Entre ellas la firma del TLC, cuyo engaño a los colombianos también en el caso de pensiones fue evidente. En efecto El “ABC del Tratado de Libre Comercio” sin ningún recato afirma: “se preservó la facultad de las autoridades económicas para el diseño y regulación del sistema de seguridad social”

(https://www.mincomercio.gov.co/publicaciones.php?id=637), cuando en realidad el Anexo 12.15 E lo que otorga es garantías a dichos fondos estadounidenses.

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Por consiguiente la reforma del régimen de pensiones está subordinada a los exorbitantes privilegios otorgados a dichos fondos, impidiendo regulaciones elementales para dicho sector y verdaderas soluciones en favor de los intereses de los colombianos.

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(1)/(http://www.banrep.gov.co/economia/deuda/BoletinDePu40.pdfwwwbanrep.gov.co para los dos últimos años.

jueves, 26 de enero de 2012

Guatemala: El caso de genocidio es un paso vital para terminar con décadas de impunidad

NUEVA YORK, 25 de enero de 2012—El jueves, día 26 de enero, el general retirado Efraín Ríos Montt comparecerá ante un juez en Guatemala para declarar sobre los delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad de los que se le acusa. El Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ) reconoce el esfuerzo de Guatemala al tomar este importante paso para hacer justicia tras décadas de impunidad.

“Este es un acontecimiento histórico para el sistema de justicia guatemalteco”, declaró David Tolbert, presidente del ICTJ. “El crimen de genocidio es raramente juzgado en tribunales nacionales; no solo porque se trata de investigaciones muy complejas, sino porque además a menudo no existe la voluntad política de imputar a los poderosos por cargos tan graves”.

La jueza Carol Patricia Flores decidirá si las evidencias presentadas por la Fiscalía son suficientes para abrir un juicio contra Ríos Montt por las presuntas responsabilidades por crímenes cometidos mientras éste fue presidente “de facto’ de Guatemala y comandante máximo del Ejército desde marzo de 1982 hasta agosto de 1983.

“El ICTJ y muchas otras organizaciones especializadas en justicia internacional seguirán el caso a medida que avance en los próximos meses”, dijo Tolbert. “Con este caso, Guatemala tiene la oportunidad de convertirse en un ejemplo mundial de cómo un sistema judicial nacional es capaz de investigar, juzgar y sancionar acciones que ofenden a toda la humanidad”.

Aunque durante los 30 años de conflicto armado que se vivió hasta 1996 el ejército de Guatemala cometió cientos de masacres en todo el país, esta imputación se centra en los crímenes masivos cometidos contra comunidades indígenas en una región concreta del país entre 1982 y 1983, sobre los cuales se tiene mucha documentación. Otros dos ex oficiales del Ejército ya están bajo arresto, acusados de delitos similares. Ríos Montt había evadido las acusaciones hasta la semana pasada, cuando perdió la inmunidad al terminar su período como miembro del Congreso.

Organizaciones de víctimas y defensores legales no gubernamentales han trabajado durante 15 años para avanzar el caso y mantener viva la esperanza de hacer justicia, presentando sus primeras acusaciones contra Ríos Montt y otros ante los organismos guatemaltecos de justicia en 1999. El ICTJ celebra la decisión de la fiscal general, los fiscales que han preparado el caso y el tribunal que ha decidido ver el caso por promover la justicia y trabajar para conseguir que esta esperanza se convierta en una realidad.

Sobre el ICTJ
El Centro Internacional para la Justicia Transicional pretende reparar y evitar las más graves violaciones de los derechos humanos afrontando los legados de los crímenes de carácter masivo. Mediante soluciones holísticas, el ICTJ busca fomentar la rendición de cuentas y crear sociedades justas y pacíficas. Para más información, visite www.ictj.org/es.

Contacto
Marcie Mersky
Director, ICTJ Program Office
Tel +1 917 637 3890
mmersky@ictj.org

Refik Hodzic (New York)
Director de Comunicaciones del ICTJ
Telf.: +1 917 975 2305
rhodzic@ictj.org

domingo, 22 de enero de 2012

El joven investigador de temas educativos, Julián Bonilla, estudiante de la maestría de estudios políticos en el IEPRI, nos hace llegar el presente texto de un candidato a la rectoría de la Universidad de Antioquia, un recinto y una trayectoria centenaria, atravesada por muchos años de todos los problemas regionales y nacionales que permanece irresueltos. También estamos viendo el proceso de competencia por la rectoría y decanaturas en la Universidad Nacional de Colombia, que será la comidilla hasta marzo, y en el marco de la lucha contra la contra-reforma de 2011, retirada por el gobierno nacional de la discusión congresional. N de la R.

TIEMPO DE ELECCIONES RECTORALES EN COLOMBIA


LA UNIVERSIDAD: UN BIEN PÚBLICO
Síntesis de la propuesta de Programa de Álvaro Cardona para la Rectoría de la Universidad de Antioquia
Álvaro Cardona, aspirante a la Rectoría de la Universidad de Antioquia, sabe que la tradición universitaria latinoamericana y colombiana se ha caracterizado por su permanente espíritu de reflexión y de posicionamiento crítico ante las profundas inequidades sociales y las injusticias que han condenado a centenares de millones de seres humanos a la pobreza, al sufrimiento y a la ignorancia.
Como Rector se comprometerá con el fortalecimiento de la Educación Superior para el avance social, la generación de riqueza, la consolidación de las identidades culturales, la cohesión social, la lucha contra la pobreza y el hambre, la prevención del cambio climático y de la crisis energética, y la promoción de una cultura de paz.
Comparte con el gobernador Sergio Fajardo y su Programa de Gobierno, “Antioquia la más educada”, que la Universidad de Antioquia será el centro articulador de muchas de las acciones dirigidas a potenciar las capacidades intelectuales, creativas y de bienestar de las diferentes regiones del territorio.
Está convencido de que la Universidad pensada debe dotarnos de los instrumentos conceptuales, institucionales, administrativos y financieros que permitan que nuestros investigadores, académicos y estudiantes puedan concurrir en condiciones favorables al proceso universal de reflexión intelectual, de producción de nuevos conocimientos, de creación artística y de participación en los múltiples ámbitos en que discurren los procesos de la vida social.
Es un amigo de una administración de la Universidad en la que no haya nada oculto a la observación y el escrutinio de los universitarios y de la sociedad. La transparencia y la honestidad deben ser insignia de los administradores.
Entre los valores que defenderá como Rector resalta los que tienen relación con la consideración de que la educación superior es un derecho fundamental, con la defensa de la autonomía universitaria y de la libertad de cátedra, con la aceptación de que el debate académico y científico es la metodología universitaria para dirimir disensos y construir consensos.
Como Rector, Álvaro Cardona trabajará por la estructuración de una sociedad más equitativa y pensada en función del pleno respeto de la dignidad humana, valor esencial del cual emanan la justicia, la libertad, la igualdad, la seguridad y la solidaridad. Asegura que en tanto derecho fundamental, la educación es un bien público que no puede ser privilegio de quienes tienen poder económico, y que el Estado debe garantizar su goce efectivo y plural.
Su administración se fundamentará en principios que permitan actuar en coherencia con los valores de la autonomía intelectual o universitaria, la libertad de cátedra, el comprometimiento social y la defensa y cuidado de los recursos públicos. La Universidad como bien público le pertenece a toda la sociedad y no a un determinado grupo social, político, religioso o ideológico.
La Universidad que administre, será universalidad que acoja y respete lo diverso, lo plural y lo multicultural.
Debe lograr la Gobernabilidad fundada en procesos de participación democrática, entendiendo que el “poder” debe ser legítimo, aceptado, respetado y reconocido por la comunidad universitaria.
Le dará continuidad a algunas de las más importantes iniciativas de las anteriores administraciones, como los programas para la inclusión y permanencia de la población de menores recursos económicos y las políticas de estímulo al desarrollo de la capacidad de investigación. Por supuesto le dará continuidad al programa de regionalización, dándole nuevas dimensiones que lo ajusten a los retos regionales de este siglo, como la mejor relación de la capacidad profesionalizante con la capacidad investigadora de los programas que se imparten. Es necesario que la Universidad fortalezca la investigación en ciencias sociales y humanas y potencie sus aportes para la comprensión y transformación de los procesos sociales del Departamento y del País.
Álvaro Cardona está seguro de que sus propuestas programáticas le imprimirán un nuevo dinamismo a la Universidad. En consecuencia, propone:
  1. Intensificar la presencia de nuestra universidad en los debates públicos del País y del Departamento para posibilitar el desarrollo social.
  1. Orientación de la investigación, la docencia y la interacción con la sociedad de acuerdo con los problemas sociales identificados como prioritarios desde la perspectiva intelectual autónoma de la universidad.
  1. Fortalecimiento de la formación socio - humanística en todos los programas de pregrado y posgrado que imparte la Universidad.
  1. Fortalecimiento de los programas de pregrado.
  1. Fortalecimiento de las prácticas académicas estudiantiles.
  1. Mejoramiento de la relación docencia-investigación en los programas de pregrado.
  1. Políticas y estrategias para la disminución de la deserción estudiantil.
  1. Fomento del Plurilingüismo.
  1. Reconocimiento de la importancia de los docentes de cátedra y mejoramiento de sus relaciones con la Universidad.
  1. Atención a las condiciones laborales y salariales de los trabajadores, los empleados, los contratistas y los docentes.
  1. Consideración a los reclamos y a las condiciones de vida de los pensionados y jubilados de la Universidad.
  1. Inversión en recursos tecnológicos para el manejo de la información y las comunicaciones en la docencia, la investigación y la interacción con la sociedad.
  1. Atención prioritaria a los laboratorios, las bibliotecas, el museo universitario, la emisora cultural y las áreas deportivas.
  1. Promoción de las actividades artísticas y culturales e impulso a la creación de nuevas agrupaciones artísticas.
  1. Política de mejora y ampliación de la infraestructura física.
  1. Presencia de la población general en el campus universitario.
  1. perspectiva de género.
  1. La gestión administrativa como soporte de los procesos académicos y científicos, desarrollada con criterios de racionalidad, austeridad, transparencia y rendición de cuentas.
  1. Integración de la Universidad con otras Instituciones Educativas, Técnicas, Tecnológicas y Universitarias de la región para aprovechar de una manera racional y complementaria sus ventajas comparativas y de costo- beneficio en la utilización de sus recursos.
Si desea más información puede llamar a Álvaro Cardona al número de celular 300 615 98 91

Agencia Virtual de Prensa: 311 729 97 69

viernes, 20 de enero de 2012

Fermín Vargas, un cronista en el ciberespacio, puntual e incasable nos comparte esta aguda nota elaborada por la gran escritora española Rosa Montero. N d la R.

Convivir con 'El negro'

Rosa Montero, escritora española .

jueves 12 Enero 2012

‘El negro’

Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja.

De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países.

De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta.

Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.

Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo.

Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".

NOTAS DESDE CUERNAVACA, LA TIERRA DE ZAPATA

Carolina, estudiante de Ciencia Política, envía esta nota inicial donde da cuenta del comienzo de su periplo que la llevará a Chiapas. Está indagando por la experiencia de los feminicidios, y ha hecho unas entrevistas al respecto en su estadía en Ciudad de México. Hay un material de audio incluido. N de la R.

Les escribo desde Cuernavaca, la capital de Morelos. Hasta ahora me ha ido muy bien y he conocido bastante, solo me queda una semana y ya me voy a vivir a Chiapas a hacer el trabajo con las comunidades.

Como habiamos acordado para la clase de teorias de cultura politica, semanalmente, les envío a ustedes un registro fotografico en diálogo con los autores. Para este primer envío adjunto unas fotografías que hice en el caracol zapatista,"La Garrucha", en donde estuve con la comunidad conmemorando 18 años del levantamiento zapatista.

Respecto al trabajo final que con mi grupo lo vamos a hacer sobre feminicidios en Ciudad Juarez, hice varias entrevistas acá en Mexico, que tiene que ver con las lecturas que hemos hecho en clase, entrevisté a Francesca Gargallo.

Vamos a guiarnos de estas entrevistas para el trabajo final de la clase. En este link las pueden escuchar.


Un encuentro con George Steiner en México

Desde los aportes de G Steiner yo pretendo mostrar con estos murales y creación es del Caracol Zapatista “La Garrucha” de que la creencia de la cultura occidental estuvo errada (y en este sentido las comunidades ancestrales de Mexico les refutarìa) al creer que lo mejor que se ha dicho y pensado ha sido por parte de estos. Como afirma Steiner, a partir de este privilegio cultural, epistémico, económico, “las historias, las vidas sociales, los artefactos artísticos e intelecturales de otras razas han asumido aspecto disminuido, ocasional).

Me parece que para romper con esta posición subordinada de las construcciones y arte de indígenas zapatistas debemos darnos la oportunidad de conocer y analizar la amplitud de sus creaciones poeticas, muralistas, narrativas.

El arte que se expresa en estas fotografías vendrían entonces a ser , a los ojos de G Steiner, un grito contra las jerarquías implícitas desde hace 500 años que por cuenta de la colonización occidental ha invisibilizado, subyugado, estropeado y violentado la cultura ancestral de las comunidades mayas.

Estas expresiones por medio de los murales son también una “disparidad” como diría el autor. Porque el EZLN ya no acepta ni cree en el modelo que el capitalismo benefico ha intentado imponernos, según el cual el progreso se disemina desde el centro de privilegiados hacia las periferias, esta supuesta idea y “esperanza” ha reproducido la coexistencia entre “sociedades desarrolladas” versus las “subdesarrolladas (en la que han ubicado a lxs indígenas)”, en donde las primeras existen a través del hambre y violencia de las segundas.


El estudiante Iván Ávila de Ciencia Política, rehusando el "encanto" de los tendidos y la tentación de los tradicionales "burladeros", escribe esta nota sobre la polémica de los toros en Bogotá, cuyas corridas se rehusó a patrocinar el actual alcalde, Gustavo Petro, y anunció reutilizar el coso taurino para otras causas, que revivan oscuros y alegres episodios de la historia pasada de Colombia. N d la R.

Apuntes para el debate sobre las corridas de toros en Colombia

Resulta triste observar cómo los defensores de las corridas intentan esquivar siempre el aspecto más crítico de la polémica, a saber, su dimensión ético-política. Nadie puede negar —debido al carácter subjetivo— que dicha actividad constituye una expresión artística, deportiva o, incluso, cultural (con todas las ambigüedades del término), sin embargo, independientemente de su caracterización, lo que está en juego aquí son, por lo menos, dos maneras antagónicas de entender las relaciones “animal-humano”. La primera perspectiva, abiertamente antropocéntrica, admite el sistemático uso y sufrimiento de animales (valga decir, de animales-no-humanos) para saciar placeres e intereses humanos; la segunda, por el contrario, considera inconcebible tal actitud y propone entablar relaciones horizontales, donde la vida de otros seres y sus formas de autorrealización sean respetadas/potenciadas al máximo.

Toro y torero no se encuentran en igualdad de condiciones (tampoco los caballos explotados durante la tortura), el “espectáculo” está perfectamente diseñado para disfrute humano; si el torero ataca “elegantemente”, el toro ataca para defenderse, por confusión o entrenamiento, con seguridad él (o “ella”, porque no todos "los toros" son “machos”) no considera que sus movimientos ni los del agresor sean sublimes manifestaciones estéticas.

Mientras los aficionados a las corridas dicen defender una supuesta "especie" que si no fuera por tal actividad se extinguiría, los/as detractores/as aseguramos que “la especie”, así, en abstracto (si es que existe y se diferencia del Bos taurus común), no tiene mucha relevancia, lo que verdaderamente importa es el ser que en su individualidad debe soportar un dolor físico y psíquico intenso. Además, la extinción del llamado “toro de lidia” no acarrearía ningún impacto en términos de desequilibrio ecológico pero, si lo que se pretende es conservarlo, sus adeptos deberían invertir en santuarios donde, de paso, podrían trabajar las personas antes vinculadas a la tortura pacientemente premeditada.


Finalmente, al tratarse de perspectivas ético-políticas antagónicas, la oposición a las corridas nos tiene que conducir a pensar en la abolición de la subordinación animal-no-humana allí donde se presente: en granjas industriales, laboratorios, zoológicos, etcétera, pues su funcionamiento general se basa en los mismos postulados. La tarea pasa por transformar nuestra forma de hablar, vestir, pensar, comer y relacionarnos, implica reconfigurar de arriba a abajo nuestra subjetividad y sensibilidad, abandonando la tiránica dicotomía jerárquica animal/humano, mientras no sea así simplemente le daremos la razón a personajes como el extorero César Rincón, quien afirma:

“Es verdad que se mata al toro, pero la realidad es que en esta actividad no existe hipocresía: la de comer carne, porque la especie humana vive de los animales. Al cerdo y al pollo los alimentan para matarlos. La calidad de vida de un toro de lidia es muy buena en cambio”.



Iván Ávila Gaitán.

livication@hotmail.com

martes, 17 de enero de 2012

Los dos autores, Ismán y Corbella, quieren luego de un sesudo e ilustrativo recorrido rematar con una especie de loa al peronismo de nuevo tipo, el de los Kirchner, muerto y viva, con una referencia peculiar: el kirchnerismo, etapa superior del peronismo. No hay duda, que siempre hay elementos progresistas en el peronismo, en tanto es una expresión popular y plural en medio de las clientelas, y los cortejamientos reformistas que lo parasitan desde el comienzo. Pero ya está maduro el tiempo de las multitudes para un discurso creativo, que con referencia a Marx y al pensamiento revolucionario, cure a la Argentina y América Latina de espantos. N de la R:

Marxismo y Peronismo: Reforma, Revolución y Movimientos de Liberación Nacional

Por Raúl Isman y Adrián Carlos Corbella

"Ni calco ni copia, sino creación heroica".
José Carlos Mariátegui.

Hace aproximadamente un siglo y medio Karl Marx analizaba en “El Capital” (y en otras obras económicas, sociales y políticas) las insalvables contradicciones que corroían al sistema capitalista. Postulaba, en lo central, que esas contradicciones llevarían al orden burgués (necesariamente) a la ruina, bajo la forma de crisis económicas inevitables; que provocarían, a su vez, sucesivas situaciones y crisis revolucionarias. Y que además dicho proceso comenzaría lógicamente por los países centrales, porque en ellos la sociedad capitalista había llegado más lejos.
El capitalismo sería sucedido por el socialismo (face inicial), un nuevo modo de producción que, cuando lograra una plena igualdad política, social y económica y expandiéndose por todo el orbe podría ser llamado comunismo (etapa superior). Pero en rigor semejante proceso sólo podría darse en formaciones económicas avanzadas o- por llamarlas ad usum de los años ’90- del primer mundo; en las que se hubiere completado lo central de las tareas burguesas.

Dichas tareas resultaban precondición inevitable y necesaria de la revolución proletaria y eran en lo central:

a) Desarrollo de una economía capitalista industrial y avanzada, signo inequívoco que en tal país la clase burguesa se había hecho con el poder económico. Y ligado a lo anterior y desde lo político,

b) La creación de un estado nacional, base política correspondiente a la soberanía de dicha clase social. Tales son las tareas propias correspondientes al horizonte correspondiente a la revolución que Marx denominó burguesa.

Hemos glosado, en un apretado y rápido resumen, la teoría de Marx, un analista brillante del sistema capitalista y un profeta de la revolución (proletaria y comunista) que nunca ocurrió. Pero por cierto que la práctica histórica concreta resultó muy distinta a lo previsto en las teorizaciones previas. En principio digamos que uno de los errores o fallas más notorios en las elaboraciones marxianas reside en su mirada general sobre el mundo, notablemente eurocentrista. Son muy escasas las referencias en su obra a la situación colonial (que sufrían al menos tres cuartas partes de la humanidad) y llega a afirmar que el imperialismo ingles asume posturas y rasgos revolucionarios… ¡al conquistar la India!
En nuestra opinión, la contradicción imperialismo-nación (o pueblo) asume una centralidad mayor que el enfrentamiento burguesía-proletariado, naciente de la lucha de clases propia del modo capitalista de producción. Por aquellos años, esta última lectura de la realidad mundial (llamada clase contra clase por la tercera internacional) dejaba fuera la comprensión de la problemática en la mayor cantidad de países del orbe y resultaba exótica a los ojos de las masas habitantes en lo que aún no se denominaba tercer mundo.
Semejante falla u olvido en la concepción de Marx no puede obviarse para construir una interpretación de casi dos siglos de movimiento obrero y luchas populares en todo el orbe. Puede decirse que la elaboración del autor de Das Kapital es una teoría de la revolución en los países capitalistas avanzados, lo cual puede fundamentarse con diferentes referencias en su obra. La “entrada” de los pueblos del mundo periférico a la “historia” sólo puede ser facilitada por la venia de la avanzada Europa; sea por vía de la burguesía (la colonización británica en la India) o porqué la revolución proletaria en el occidente industrial permitiere a la arcaica Rusia saltar etapas históricas en su desarrollo.
Reforma, revolución y otras cuestiones
En diversas épocas de la historia y durante las distintas sociedades de clases existieron reformadores de la sociedad. Se trataba centralmente de núcleos críticos (o diletantes) del bloque de clases que ejercía el poder real en sus respectivos tiempos. Tales reformadores intentaban modificar los aspectos más agresivos de la sociedad; a efectos de continuar, por otras vías, la misma dominación: desde los Gracos y Julio Cesar en la antigüedad romana hasta diversas herejías en los tiempos bajomedievales son ejemplos de la orientación descrita.
La literatura italiana inmortalizó una orientación y una época con el célebre personaje Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, protagonista de la famosa novela “Il Gatopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. El noble novelado de marras, era antepasado del autor y melancólicamente pontifica acerca de la necesidad de realizar transformaciones cosméticas, para mantener lo esencial del status quo. Se lo puede leer en la obra literaria citada y ver en la magnífica recreación cinematográfica dirigida por el gran Luchino Visconti.

La cuestión se diversifica con el advenimiento de los tiempos modernos; en los que las reformas sociales pasaron a ser mester de filósofos y utopistas, soñadores de mundos ideales, no necesariamente anclados con clases y actores sociales realmente existentes. Y por otra parte asume mayor complejidad con el vasto movimiento cultural denominado ilustración; ya que- al decir de Antonio Gramsci- se trata de una verdadera internacional intelectual de la revolución burguesa. Pero presta ministros y funcionarios de todo tipo a monarquías escasamente progresistas.
Y dejemos sentado que, con la ilustración la idea de progreso comienza a ser visto como un valor de alcance universal; es decir deseable para todas las personas. Hasta allí progresismo y reformismo parecían ser términos intercambiables o identificables uno con el otro. Poco después comienzan a autonomizarse. Por cierto que la revolución iniciada en Francia en 1789 pone a prueba el significado de todas estas etiquetas (progresista, reformista, revolucionario, que no estaban aún muy difundidos en las ciencias sociales); ya que en principio la común oposición al antiguo régimen unifica a girondinos (burguesía moderada, “reformista”) con jacobinos (ala izquierda de la misma clase, “progresista”) y “revolucionarios” sans-cullotes y rabiosos (que pueden ser llamados en nuestro léxico actual ultraizquierdistas).
Es más, la revolución francesa acuñó el propio vocablo revolución para el lenguaje político. La filósofa alemana Hanna Arendt diferencia tal transformación de las que se produjeron en etapas anteriores; para las cuales reserva el término cambio de las cosas (mutatio rerum, en latín en el original). Y fue precisamente en la Francia revolucionaria donde nació el concepto de revolución comunista, cuando en 1799 se desencadenó la conspiración de los iguales. Tales “primitivos” comunistas no eran más que jacobinos insatisfechos con los límites burgueses de la revolución.
Una famosa frase de algunos confabulados, tomar el cielo por asalto, hizo historia en la literatura, las ciencias sociales y el lenguaje de la agitación social y política. Continuador de aquellos primeros revolucionarios comunistas fue Augusto Blanqui (1805-1881). Luego de la revolución parisina de 1848 quedan claramente delineadas dos orientaciones opuestas: la recién referida y la que impulsaba Louis Blanc (1811-,1882), consistente en acceder al gobierno (no al poder) para realizar reformas; no transformar radicalmente la economía y la sociedad, como anhelaban Blanquí y sus seguidores.

Karl Marx observaba los debates referidos y muchos más; al tiempo que participaba en las luchas revolucionarias. Su obra no deja de ser una larga reflexión sobre los citados debates en diálogo con la experiencia histórica del movimiento obrero y comunista. Pero si bien el autor nacido en Tréveris reivindicaba una condición científica para “su” socialismo y una carácter radical para la revolución obrera y comunista para la cual militaba, jamás desconoció que diversas fuerzas reformistas (los sindicatos ingleses, los socialistas alemanes, los demócratas franceses; por ejemplo) eran retoños “del palo”; es decir agrupamientos integrantes de una misma familia (o movimiento).
No puede ser más contrastante su actitud con, por ejemplo, la posición de los partidos Trotskistas de la Argentina; que se caracterizan no sólo por la agresión verbal constante (que no puede confundirse con la verdadera crítica) hacia las posiciones reformistas, si no también por verdaderas guerras discursivas a lo interno de las propias sectas troskosáuricas; enfrentadas entre si por cuestiones tan acuciantes para las sufridas masas laboriosas, como cuál de ellas era la verdadera guardiana de la sagrada ortodoxia troska.
La revolución rusa: ¿especificidad nacional o modelo universal?
Los vericuetos de la historia hicieron que la primera revolución exitosa se diera en Rusia, país que distaba mucho de ser una formación social con un capitalismo más avanzado y perfeccionado. La Rusia de 1917 apenas si había comenzado un tímido proceso de industrialización. Por añadidura, el crecimiento de un espacio manufacturero obedecía más a la acción de un modernizador ministro reformista, que al crecimiento de una clase burguesa con capacidad de disputar el poder contra la altiva y parasitaria aristocracia y contra la propia autocracia zarista. Por otra parte, Rusia dependía financieramente de Francia, e industrialmente de Inglaterra, Alemania y Francia. Las oprimidas zonas asiáticas del Imperio eran coloniales y claramente “subdesarrolladas”.

Por todo ello en el Partido Obrero Social Demócrata Ruso las posiciones se dirimían alrededor del carácter de la revolución en Rusia; es decir que revolución era posible en el país de los Zares. Hubo una fracción, denominada Mencheviques, que postulaba una fase necesaria de revolución burguesa, para que recién allí fuere posible una trasformación con objetivos socialistas. Lenin- dirigente de la fracción bolchevique- planteaba que la revolución era posible en Rusia pese a sus aspectos económicos, sociales y políticos atípicos, de acuerdo a los cánones marxistas más arriba descritos.
Rusia, según los Bolcheviques y particularmente su calvo dirigente, debía transitar un proceso revolucionario que era esquematizado, bajo la fórmula dictadura democrática de obreros y campesinos. Desde semejante enunciado se afirmaban las clases sociales mayoritarias, explotadas y oprimidas que pudieren resultar sujeto de la transformación; al tiempo que, por omisión, quedaba fuera de la alianza social revolucionaria la impotente burguesía rusa.
Así las elaboraciones de Lenin (y Trotski) supieron hacer una creativa lectura de la realidad y no una copia de esquemas muertos. En palabras de José Carlos Mariátegui, “creación heroica y no copia”. Y de este modo Rusia abandonó el capitalismo durante 70 años, logro sortear la invasión y el bloqueo de diversos países, pudo repeler la invasión nazi y disputar contra E.E.U.U. la hegemonía mundial durante los complejos tiempos de la Guerra fría (1945-1991).

Digamos que la revolución rusa significó además, un desgarramiento entre las dos tradiciones que conformaban el movimiento obrero y socialista. La nucleada en la segunda internacional (reformista) y el nuevo conglomerado mundial que paso a llamarse la Komintern (Internacional Comunista). La formación de está última significo que la ruptura aparecida con la primer guerra mundial se ahondó hasta volverse definitiva; no sin tétricos resultados para los trabajadores, como demuestra la caída de Alemania bajo el nazismo en 1933. Además, la revolución rusa no fue analizada por los núcleos de la tercera como resultado de una excepción histórica, sino como la norma exclusiva que debería transitar todo proceso transformador en el orbe entero y a la cual deberían amoldarse revoluciones y revolucionarios.
A ello contribuyeron, la conducción del Partido Comunista de la U.R.S.S. y ciertas elaboraciones de la tercera internacional, como las veintiún condiciones de ingreso, que presentaba el modelo bolchevique como camino exclusivo y excluyente y que cada sección debería impulsar en cada país. Pero sin dudas que resultó un acierto el reconocimiento de la cuestión colonial y nacional, plasmado en diversos documentos.
Luego de Marx , el mundo periférico resultaba visible, auspiciosamente, en las elaboraciones teóricas y en la práctica política del movimiento comunista internacional, transcurridas casi cuatro décadas de la muerte del filósofo de Treveris. Casi contemporáneamente, en diversos países de América Latina, nacían los debates que dieron por resultado la aparición de la corriente denominada izquierda nacional; que intentaba servirse del marxismo para alumbrar la comprensión de la realidad de nuestro continente y no que la propia realidad fuere constreñida a adecuarse a los cánones de un dogma fosilizado.
El epicentro revolucionario del siglo XX se desplaza hacia el sur tercermundista
Además de Rusia, casi todos los países que hicieron en el siglo XX revoluciones eran formaciones económicas periféricas, no industriales, llamados luego de 1945 tercermundistas, coloniales o semicoloniales. Por fuera de cómo se presentaron discursivamente, se trató de luchas por crear estados nacionales que no podían ser tales por causa de la opresiva presencia imperialista.

Uno de los mejores ejemplos es China; que enlaza su revolución con la lucha contra la fragmentación feudal (los señores de la guerra) y la presencia imperialista en las grandes ciudades. Durante la segunda guerra, la lucha se dirige contra la invasión japonesa, y en un largo proceso revolucionario se liquida la dependencia semicolonial respecto a Europa, Japón y Estados Unidos, logrando crear- a partir de la gran revolución de 1949- su primer estado realmente nacional durante los tiempos modernos. Hoy queda sólo el nombre de las intenciones comunistas del partido de Mao, pero China es una formación estatal que disputa en pie casi de igualdad con el resto de los principales país del orbe.

Otro caso es Yugoslavia, un país periférico de Europa, arrasado por los vendavales de expansionismos varios, y claramente “balcanizado” antes y después de la revolución dirigida por Josip Broz (Tito), que al igual que en la patria de Mao pudo lograr por primera vez en toda su historia, un estado nacional digno de llamarse de este modo. A la muerte del líder y fundador, su construcción fue liquidada por la presión conjunta del imperio norteamericano y los europeos.

Vietnam hace su revolución, mientras lucha por echar a los invasores japoneses y a potencias coloniales o neocoloniales como Francia y Estados Unidos. La realidad social en la patria de Ho-Chi-Min en la actualidad no es muy distinta a China. Pero las negociaciones con el capital internacional se hacen desde la existencia de un estado nacional soberano.

En Cuba, existía un agregado a la constitución, la Enmienda Platt, que permitía a E.E.U.U. intervenir en la isla cada vez que quisiere y ello puesto en el propio texto constitucional. La revolución que se inicia con la intrépida y audaz expedición del Granma tiene un claro objetivo de independencia nacional y las grandes trasformaciones sociales son posteriores a la primitiva afirmación patriótica. Mas cerca en el tiempo, Nicaragua era parte del “Patio Trasero” en su definición más plena. E inclusive se le puede quitar la condición de patio de los E.E.U.U.
En todos los casos que hemos balanceado sumariamente, la revolución fue centralmente un proceso de liberación nacional. Las transformaciones sociales que se dieron fueron en gran medida posteriores a la creación del referido estado independiente. Por otra parte se trató incluso de una política que completó o concretó la organización estatal de marras.
Las izquierdas vernáculas: liberación nacional e incomprensión intelectual (y política)
En todas estas revoluciones con apariencia de “socialistas”, “marxistas”, “comunistas”, el proceso de cambio social fue acompañado de un proceso de “liberación nacional”, de ruptura de lazos coloniales o semicoloniales. Es que resultaba una precondición de cualquier iniciativa a favor del bienestar popular que se rompieren los lazos que ataban a cada país con el imperialismo. Fueron revoluciones “internacionalistas” (parte general del proceso de liberación de los pueblos). Y a la vez fueron revoluciones “nacionales”. Todas integraron ambos procesos, a su estilo, y en distinta medida. En nuestra opinión, resulta decisivo este segundo componente nacional o independentista.

La izquierda latinoamericana, en general, y la argentina, en particular- con escasas y honrosas excepciones como el peruano Mariátegui o el argentino Ugarte- adolecieron, y aún adolecen, de graves dificultades para comprender la marcha de las transformaciones sociales y la simple realidad empírica. Por ello, no podían advertir cómo en esas revoluciones socialistas lo “internacionalista” se fusionaba con aspectos de indudable contenido “nacionalista”, que eran parte de un proceso de liberación nacional. La causa fundamental era el rígido ideologismo padecido por los cenáculos izquierdistas; que los conducía a cuestionar a la impoluta realidad por el grave pecado cometido por ésta, consistente en no adecuarse a sus ensueños teóricos.

Las ideas socialistas y anarquistas llegaron a la Argentina con los inmigrantes europeos. Y, como los europeos tendían a concentrarse en algunas áreas muy definidas (Buenos Aires, Sur de Santa Fe con Rosario como eje) que se europeizaron profundamente, pudieron transplantar sus fuerzas políticas originadas en el ámbito europeo al nuevo continente no sólo sin realizar ninguna adaptación: también sin pensar en las nuevas condiciones en que desenvolverían su acción.
De modo que para anarquistas y socialistas no había diferencias entre países imperialistas y periféricos a la hora de encarar la lucha por la transformación social. Su punto de partida implicaba desconocer el profundo carácter condicionante y distorsionante que el imperio tenía sobre nuestras sociedades.

El Partido Socialista, fundado en 1896 por Juan B. Justo y otros dirigentes, era una fuerza pensada para resultar similar y confluyente con los partidos análogos del mundo industrializado. Es decir, se creó bajo una concepción eurocentrista. Había no obstante diferencias muy sensibles: en Europa el socialismo ganó, en general, muy rápidamente al movimiento obrero. Aquí, el escaso desarrollo industrial contribuyo a que la inserción de la creación justista se focalizara en destacamentos de clases medias pobres y trabajadores calificados.
El proletariado industrial era una minoría en el océano de los sectores populares de un país semicolonial.
Discursivamente el socialismo en la Argentina se paró en los arrabales de su casi contemporánea U.C.R.: cuestionaba la corrupción y no el modelo económico agroexportador; llegando a la “incomprensible” apología del libre cambio; en lugar de impulsar la defensa de la industria nacional por medio de medidas proteccionistas (que daría por resultado el incremento social de las fuerzas del movimiento obrero).

En nuestra opinión existían dos causas para que resulte inteligible la extraña orientación. A saber:

a) La no comprensión (o si se prefiere radical incomprensión) de la cuestión nacional. De hecho, el P.S. fue un ala izquierda del imperio, antes que una fuerza anclada en la comprensión de las necesidades, sufrimientos y la propia historia del pueblo argentino.

b) Por otra parte, el partido- al asumir las posiciones anti-protección industrial- refrendaba de hecho su interés e intención de representar centralmente a las capas medias consumidoras; más que a la totalidad del pueblo argentino.

Esta fuerza hacía aquí similares cuestionamientos a los que hacían sus partidos hermanos europeos, pero con un desdén extraño hacia nuestro país: llamaban despectivamente política “criolla” a lo propio de nuestra sociedad. Quizás por esto mismo nunca pudieron ingresar a la Argentina profunda, criolla, latinoamericana, ni entender sus problemas; a sus habitantes los socialistas les resultaban “extranjeros”. Se autocolocaban además en un extraño sitio de superioridad moral. Conciente o inconcientemente participaban del modo oligárquico de relacionarse con el sustrato popular de nuestra sociedad; al cual negaban.
Por ello no puede extrañar que el emerger del verdadero proletariado argentino- el 17 de octubre de 1945- fuera visto por el Partido Comunista codovilleano como la salida a la superficie de los lumpen, a los cuales dichos “comunistas” se proponían para reprimir.

La izquierda que había nacido en tiempos pre-peronistas asumió como propio todo el profuso aparato armado en lo cultural e ideológico por parte de la oligarquía terrateniente y su creación, el Estado liberal de la Organización Nacional. Digamos a modo de ejemplo que el historiador cuasi oficial hasta los años ’80 del Partido Comunista Argentino, Leonardo Paso, era tan mitrista que, a su lado, podría pasar hasta un columnista de La Nación como revisionista del ala ligada a la izquierda. Por otra parte, ni socialistas ni comunistas cuestionaron al Modelo Agro-exportador, ni lo denunciaron como mecanismo de dominación neocolonial.
En dichas fuerzas aparecía de modo desvergonzado y ridículo las desviaciones que hemos referido líneas arriba, es decir, plantearle al pueblo un esquema extraño, exótico y extranjero de revolución, al cual era imperioso amoldarse. Por ejemplo, la petulancia del P.S. al analizar muestra sociedad viró muy rápidamente en complicidad con el golpe del ’30. O el P.C. llamando a desarrollar… soviets de obreros y campesinos… en la Argentina, consigna tan imbricada en la realidad, como la esperanza de otra secta izquierdista varias décadas después en la llegada de extraterrestres para favorecer la revolución proletaria.
Tampoco hubo críticas para con el Estado europeizante que renegaba de todo aquello que oliera a “criollo”, “nacional” o “latinoamericano”. Tomar como propio- sin atisbo ninguno de polémica crítica- el arsenal cultural de la oligarquía terrateniente significa la rotunda y radical incomprensión por parte de dichas fuerzas del problema nacional.

Socialistas y comunistas profesaban una admiración sin límites hacia figuras como Rivadavia y Sarmiento, íconos del liberalismo; los veían como “progresistas”, por su anticlericalismo, su laicismo, los aportes del sanjuanino a la educación y su oposición a los resabios “feudales”. Pero aquellos mentados (reales o imaginarios) ademanes progresistas no alcanzaban a ocultar el rol vasto e inestimable de los mencionados “próceres” en la construcción de un orden neocolonial, ni sus vinculaciones con los imperios; a los cuales tomaban acríticamente como modelos:
Rivadavia a los piratas british, Sarmiento (profético) a los E.E.U.U.. Por ende no podían comprender que una Argentina atada al diseño de la división internacional del trabajo diseñada por los países centrales no podría desarrollar todas sus potencialidades. Es decir; el ABC de la cuestión nacional. Por ello, nunca entendieron que la Argentina, a diferencia de Inglaterra, Alemania, E.E.U.U. Italia o Francia, era un país periférico, neocolonial, donde cualquier lucha “social” debería ser paralela a un combate por la “liberación nacional” y por la integración de las dos Argentinas:
La Argentina “europea”, tributaria y derivada de la ciudad puerto y del Estado liberal, escenografía monumental pero frágil, y el otro país profundo, con sus bases demográficas y culturales criollas y latinoamericanas, a las que Scalabrini Ortiz llamaría años después “el subsuelo de la patria (sublevada)”.

Por eso, cuando comenzaron a principios del siglo XX las discusiones acerca de la necesidad de aplicar un modelo proteccionista de la industria incipiente que había en el país económico, el socialismo se embanderó con el librecomercio en defensa de los “derechos de los consumidores”, sin entender que de lo que se hablaba era de medidas para lograr una mayor independencia económica, es decir, medidas “descolonizantes”.
Es que una sociedad que depende de los suministros externos en bienes manufacturados, se halla condicionada fuertemente por tal dependencia. Así, socialistas y comunistas se transformaron en el “ala izquierda” de esa Argentina europeísta y liberal, y fueron quedando cada vez más descolocados cuando esta gran estructura comenzó a desmoronarse y estalló luego de la gran crisis.

Lo ocurrido luego del famoso jueves "negro" en octubre de 1929 sólo podía resultar asombroso para observadores incautos. El aparatoso edificio de la Argentina liberal, europea y agroexportadora ya había entrado en crisis varios años antes del (primer) Centenario. Síntoma de tal crisis era la conflictividad social que obligó a la oligarquía a abandonar los devaneos reformistas y promulgar las leyes de Residencia y Orden Social: represión por los “cosacos” de Ramón Falcón y Estado de Sitio fueron el rostro sin máscaras del estado liberal.
Por otra parte, la U.C.R.- que significó la pinza política para debilitar al orden oligárquico y que accedió con Hipólito Yrigoyen a la presidencia por primera vez sin fraudes- demostró su incapacidad e inconsecuencia para conducir un proceso de liberación nacional. Durante las huelgas ocurridas durante la primer presidencia de Yrigoyen la represión superó en saña, violencia, masividad e ilegalidad a los terribles tiempos de Falcón.
Además, la Primera Guerra Mundial y en mucha mayor medida la crisis del ’30 estimularon cierto nivel de industrialización por sustitución de importaciones, proceso que se vio acompañado por un éxodo rural que hace entrar en contacto tangible y físico a las dos Argentinas: la Argentina “europea” de las áreas portuarias y la más latinoamericana del Interior. Pero el elemento que dio el golpe de gracia al orden oligárquico y su estado liberal y europeizante en gran medida provino desde el exterior, con los cambios que acompañaron al reemplazo de Inglaterra por Estados Unidos como poder dominante en el mundo.
Es que la rubia Albión tenía una economía complementaria con la nuestra; mientras que la de E.E.U.U. competía por vender productos agropecuarios en el mercado mundial. Argentina se había especializado económicamente para ser “socio” de Inglaterra, para venderle carne, trigo, lana y cuero a cambio de sus bienes industriales, Cuando comienza el ascenso de Estados Unidos, nosotros no podemos redirigir nuestras exportaciones hacia el nuevo sol mundial, por la simple razón de que ellos eran productores de esos mismos bienes.

En esta Argentina surge el peronismo, emerge “el subsuelo de la patria sublevada”, como diría Raúl Scalabrini Ortiz, como si de una erupción volcánica se tratase. Es un movimiento que une todo aquello dejado afuera, ocultado, invisibilizado, por la “Organización Nacional”. Y levanta banderas de liberación nacional, que van, desde la integración de esas dos Argentinas que habían marchado paralelas, hasta el rechazo al vínculo neocolonial con Inglaterra y la resistencia a establecer un nuevo vínculo colonial con los Estados Unidos.

El lema “justicia social, independencia económica, soberanía política” hace clara referencia a estas cuestiones, a esta lucha por la liberación nacional y por definir una “Nueva Argentina”, alejada de aquella escenografía europeísta.

Y si bien el peronismo tenía contradicciones ideológicas muy fuertes (y las tiene hoy, y probablemente las seguirá teniendo) los partidos de izquierda se quedaron en el análisis de ese perfil ideológico y no lograron entender el carácter de “movimiento de liberación” que el peronismo asumía. Así, rechazaron al peronismo, lo acusaron de nazi-fascismo (otra vez, aplicar categorías extrañas, elaboradas en otras latitudes que no podían ni rozar la comprensión del nuevo movimiento).
En su ensoñación de conducir a un proletariado cuasi virtual se pusieron en la vereda de enfrente de la clase obrera real y junto a los enemigos del pueblo y de la nación. Confundiendo la Argentina de 1945 con la Europa ocupada y arrasa por el hitlerismo, declararon que las masas obreras del 17 de Octubre eran multitudes de facinerosos y desclasados, y cerraron filas con las demás fuerzas de la Argentina europeísta: socialistas, comunistas, radicales, demoprogresistas y conservadores, clases medias y oligarcas; todos unidos en la Unión Democrática, a la que apoyaban el Partido Comunista (es decir, la URSS) y la gran conductora del aquelarre: la embajada de los Estados Unidos que buscaba sentar las bases del dominio norteamericano sobre el país.
Durante los dos primeros mandatos de Perón, el nuevo movimiento realizó diversas síntesis en lo ideológico. Primero, en su conformación interna mezclando distintos orígenes políticos para dar lugar a una nueva identidad. Y también de los debates que nosotros glosábamos líneas arriba: en nuestra opinión carece de significatividad la polémica reforma-revolución.

Las realizaciones de los dos primeros períodos del fundador- incuestionablemente favorables al pueblo- serían analizadas como procesos reformistas por una mirada marxista libresca. Pero si se analiza la situación de la economía nacional, los beneficios para los trabajadores, la capacidad de intervención estatal y la autonomía de la nación toda contra el orden capitalista mundial ¿Caben dudas que se trató de una revolución (nacional y popular)?

El peronismo, por supuesto, no está exento de sus coloridas y trágicas contradicciones: cuando olvida su rol de movimiento de liberación nacional (durante la nefasta década de los ’90) se transforma apenas en una fuerza de centro-derecha con rasgos populistas, una suerte de conservadurismo de masas. Pero son esas etapas las que permiten a los progresistas blandos, alardear de rumbos avanzados que sólo son posibles discursivamente cuando el gran barco justicialista orilla fuertemente a estribor.
Los tiempos actuales son largamente elocuentes acerca de ciertas fuerzas, comunicadores, intelectuales y otras personalidades que cuando el Kirchnerismo coloco al peronismo a la izquierda, quedaron irremediablemente soldados a su derecha, y mostraron su verdadero rostro. Sólo cuando el movimiento creado por el coronel sonriente y la siempre joven Eva recupera la memoria y pone en primer lugar la justicia social, la independencia económica y la soberanía política, se convierte en la columna vertebral de la larga marcha de la patria hacia su liberación. Entonces se da la mano con otras fuerzas, claramente de izquierda y se convierte en el único progresismo posible y existente.
Lo mismo que decíamos poco antes puede afirmarse de los tiempos K: se trata de un gobierno reformista, dirían con más o menos petulancia los cultores del marxismo libresco. Pero cerremos los ojos y evoquemos la Argentina durante los ’90 y hasta el 2003. ¿No es revolucionario que nuestro país integre la vanguardia de los gobiernos que batallan por la segunda independencia continental, que los organismos de derechos humanos tengan la recepción que logran en el actual gobierno, que los trabajadores hayan revertido el sometimiento patronal impuesto por el neoliberalismo, por citar sólo algunas cuestiones destacables? De modo que dejemos para revolucionarios de papel, la disquisición acerca de si reforma o si revolución y vamos a sumergirnos de lleno en la militancia para que la consigna nunca menos se transforme de hecho en siempre más (a favor del pueblo y de la patria).

Este otro peronismo, seguramente el más genuino, el peronismo corrosivo, el peronismo disruptor, el que se remonta a Eva, al 17 de octubre (y que integra en síntesis de hecho las luchas obreras previas) que se nutre de la experiencia de la Resistencia, el de Cooke y el Perón de discurso tercermundista, el de La Tendencia y el camporismo, el del Grupo de los 8, el Frente Grande y el MTA, conduce claramente al kirchnerismo: la etapa superior del peronismo.

Gran parte de la izquierda tradicional ha realizado la autocrítica de sus errores en el ’45 (dos fracciones del P.C., algunos destacamentos del P.S). Otras, por el contrario, han tenido demasiadas dificultades para diagnosticar la realidad, no pueden comprender donde se hallan los enemigos históricos de la nación y del pueblo y mucho menos vincular los cambios sociales con el proceso de liberación nacional. Por sus inocultables virtudes y pese a sus evidentes defectos el peronismo, se ha transformado en el eje inevitable de cualquier proceso de cambio social en la Argentina. Lo fue. Lo es. Y, posiblemente, lo seguirá siendo por mucho tiempo.

domingo, 15 de enero de 2012

Juan Cruz entrevistó a Fernando Vallejo, quien siempre tiene apreciaciones que sorprenden, y otras que hacen parte de su doctrina personal, salpicadas de recuerdos e intimidad. Aquí se despacha sobre temas como el amor y la amistad, junto a la solidaridad con los demás animales, y la expectativa porque algún día nosotros les preservemos la vida.

Este es un tema que ha vuelto a ponerse de moda con la decisión del alcalde Petro, en Bogotá, quien ha quitado el patrocinio a las corridas de toros, y piensa utilizar la Plaza de Toros para otro tipo de celebraciones.

La oligarquía bogotana resintió el golpe, y dos intelectuales de prosapia de izquierda, Caballero y Molano salieron en defensa de las corridas. En fin, en la entrevista hay muchas cosas interesantes, incluidas anotaciones sobre Rufino José Cuervo, a quien Vallejo mucho estima. N de la R.


ENTREVISTA: FERNANDO VALLEJO

"Es entretenido este

serial malvado que vivimos"

JUAN CRUZ 15/01/2012

El escritor colombiano, último premio de la Feria de Guadalajara, nunca ha temido confrontarse. Tampoco ahora: arremete contra la Iglesia, las monarquías, el capitalismo, la banca, la humanidad eshumanizada...

El colombiano que renunció a su país

Fernando Vallejo nació en Medellín (Colombia) en 1942. Desde 1971 vive en Ciudad de México, tras pasar previamente por Roma (donde estudió cine) y por Nueva York. En la ciudad estadounidense, así como en México, Vallejo siguió los pasos vitales y artísticos del poeta colombiano modernista Porfirio Barba Jacob, un "aventurero homosexual" según cuentan las biografías.

La trayectoria literaria de Vallejo ha sido siempre la de un autor que ha combatido a la Iglesia, a los políticos y, también, a su país de origen, Colombia, del que incluso renunció a su nacionalidad para adoptar la mexicana en 2007. Una decisión de la que se arrepintió al poco tiempo, aunque no fue hasta el año pasado que dejó de ser extranjero en la tierra que le vio nacer.

Entre las áreas que han pisado sus letras están la homosexualidad, la marginalidad y la violencia. Pero Vallejo no solo se ha dedicado a la literatura, sino también al cine. (En la imagen, Vallejo, a la derecha, junto a su hermano Darío. La fotografía sirvió de portada para la novela El desbarrancadero).

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Fernando Vallejo había recibido esa mañana del último sábado de noviembre de 2011 el Premio FIL, de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), el galardón que antes tuvo el nombre de Juan Rulfo. Estaba feliz, emocionado, agasajado hasta límites que no podía ni soñar. Subía esa pendiente del gozo y, horas más tarde, cuando lo situamos ante sus conceptos de la felicidad y de la vida, hurgó en los desastres que padece el ser humano, por culpa de sí mismo y por culpa, por ejemplo, pero sobre todo, de la Iglesia y de las distintas iglesias. Vive en México desde hace 40 años, con su pareja, el gran escenógrafo mexicano David Antón.

La mayor parte de sus libros, desde El desbarrancadero y La virgen de los sicarios hasta Entre fantasmas o El don de la vida, están estrechamente ligados a su vida; a Medellín, su ciudad, o a México; o son denuncias rabiosas, como La puta de Babilonia, que pone en el paredón a la Iglesia católica. Hablamos con él en Guadalajara, poco tiempo después de la felicidad de recoger aquel premio, cuyo importe, 150.000 dólares, donó enteramente a asociaciones que cuidan de los animales, sus hermanos.

"Es una ridiculez que haya reyes en españa, en holanda, en inglaterra..."

"Cuando la vida se pasa al papel, al final acaba convirtiéndose en novela"

"Escogemos a los amigos, no así a la familia, que nos la impone el destino"

¿Qué le preocupa ahora? Nada.

¿Está feliz? Sí... La felicidad no puede durar mucho, porque, si no, se vuelve muy aburrida, tiene que venir de vez en cuando.

En la mayor parte de sus libros hay una reflexión sobre la felicidad. Pero equivocada, porque yo dije que los momentos felices solo existen en el recuerdo, y yo la estoy sintiendo en el presente. Siempre se aprende y se corrigen errores... La felicidad es muy breve, fugaz, y el conjunto de la vida es monótono, repetitivo.

La vida está cargada por momentos de muy grandes dolores, y para algunos, no sé si para todos, de momentos de felicidad muy breves. Yo rechazo el recuerdo de los unos y de los otros. De los momentos dolorosos, para poder seguir viviendo. Son tan dolorosos, que si los tuviera presentes me sería imposible la vida, no puedo ni recordar a la gente que quise y se murió. Y si recuerdo la felicidad se vuelve triste porque ya no está. Por eso elimino los recuerdos felices y también los tristes.

En su libro 'Los caminos de Roma' (1988) siente nostalgia por lo que dejó atrás, los olores, las comidas... Como si siempre se hubiera instalado sobre la pérdida.

Estuve en Roma en 1985, durante un año y algunos meses, estudiando en el Centro Experimental de Cinematografía y Dirección de Cine, y regresé a Colombia porque no podía vivir sin Medellín. Medellín era esplendorosa, y Roma, muy aburrida, muy bella ciudad, la más hermosa, pero aburrida, mientras que Medellín estaba por delante de todo el mundo en libertades. En fin, me volví por nostalgia porque no podía vivir sin mi ciudad. Los primeros años, de vez en cuando, soñaba con Roma, con que estaba allí, como si hubiera dejado una parte de mí en esa ciudad, a pesar del poco tiempo que estuve. Después, esos sueños desaparecieron, jamás volví a soñar con Roma y casi desapareció de mi recuerdo.

Veinte años después volví con mi hermano Carlos. Esos veinte años se me hicieron una eternidad. Han pasado ya 26 años, pero es como si el regreso hubiera sido ayer. De manera que la vida va corriendo con una velocidad creciente tremenda. No pasan lo mismo los años de los niños que los años de los viejos, los de los viejos son como meses o días; los de los niños son eternidades.

¿Cómo pasan sus años?

Muy rápido. Es como si hubiera pasado un mes o una semana de cuando era un muchacho.

¿Cómo era ese muchacho?

¡Uuuuyyyy! Muy angustiado, no sé cómo pudo seguir viviendo. Tal vez porque encontré a alguien que me ayudó a seguir y me salvó de matarme. También porque me fui de Colombia, no habría sobrevivido allí, no porque me hubieran matado, algo más que probable, sino porque no habría resistido la vida... Vivía muy desesperadamente, a tropezones, sin entender el mundo y sin que el mundo quisiera ser como yo quería, sin poder cambiar nada para mi lado porque yo no cedí nunca en nada.

Luego, transcurriendo la vida, empecé a encontrar la paz del alma -eso que llaman la paz del alma-, pero descubrí el dolor de los animales, y la paz del alma se fue al demonio. Ya sé que la felicidad son momentitos, pero mientras exista ese dolor con el que cargo es imposible. Quiero mucho a los animales. Me duele mucho que existan los mataderos, quisiera que se acabara el oficio asesino de carnicero o de matarife, que se acabaran los galpones de las industrias donde crían a esos pobres animalitos, esos pollos desesperados destrozándose el cuerpo a picotazos desde que nacen hasta que mueren sin ver la luz del sol; los que acuchillan a los cerdos o a las vacas, unos pobres animales inocentes, y la infinidad de perros abandonados o atropellados. Los quiero mucho, cada día los quiero más, cada día me duelen más y los siento como mis hermanos.

El perro, la vaca, el caballo y el cerdo los domesticó el hombre y tenemos responsabilidad con ellos. No así con las fieras. Las fieras, a pesar de que son mamíferos (un puma, un leopardo, un tigre de Bengala, una pantera), son máquinas de matar y no comparten mucho con nosotros. Pero un perro no, es hermano del hombre, es un animal noble y bello.

¿Por qué el hombre, que se supone que es racional, que tiene afectos, es tan despiadado, no solo con los animales, sino con los otros hombres?

Porque a nosotros, la religión, la cristiana, nos puso una venda en los ojos que nos impide verlos como nuestros prójimos. Cristo nunca los vio así, en los Evangelios no hay ni una palabra de amor por ellos. Esa cosa vaga que llamamos Cristo no tuvo una palabra de amor por ellos. Y pretenden que sea el paradigma de lo humano. Quitarme la venda me ha llevado gran parte de mi vida. La mayoría de los cristianos no se la quitan nunca.

Si nace un niño y no se la pones, querrá, respetará a los animales y los considerará su prójimo. Lo mismo que te digo del cristianismo vale para el islam. Sumadas las dos religiones, o falsas religiones, porque son barbaries, empresas criminales, tienen 3.500 millones, la mitad de la humanidad... La culpable es la Iglesia. En nuestros países, en España y Latinoamérica, es la Iglesia católica. Las sectas protestantes se las sumamos igual porque ya están entrando en toda América Latina. Y, en general, el cristianismo.

En aquella pregunta había otra: ¿por qué el hombre ha llegado a ser tan despiadado con su propia especie?


La humanidad no conoce la civilización, no hemos tenido civilización, decimos que es civilización cristiana, pero eso es barbarie cristiana. Toda la historia del cristianismo está teñida de sangre, de infamia, de oposición a la piedad y, ahora, a la vida, porque el Papa pretende ser defensor de la vida. No hay tal, está defendiendo un óvulo fecundado por un espermatozoide que tiene el tamaño de una ameba, que no se ve a simple vista, hay que verlo con microscopio; y nunca ha defendido a una vaca que acuchillan en un matadero.

Nunca hemos tenido civilización, no ha existido en la Tierra, no hay civilidad cristiana y no hay civilización islámica, hay barbarie cristiana y barbarie islámica. Las bases del cristianismo están en el sermón de la montaña. ¿Qué es eso de que hay que amar al enemigo, por qué tenemos que tener enemigos? ¿Cómo puede partir una religión de la base de que el hombre debe tener enemigos para que uno de sus preceptos sea "ama a tu prójimo"? Una religión que dice eso es una religión viciada desde la base.

Siente tanto rechazo ante la política que pide que la gente no vote. ¿Ha pensado cuál sería la alternativa?

Por supuesto. Siento una animadversión muy grande por la clase política. Digo que los llamados servidores públicos no lo son, son aprovechadores públicos que a menudo pasan a atropelladores públicos. ¿Cuál sería el sistema? La monarquía, evidentemente, no, no vamos a seguir manteniendo zánganos, la monarquía llenó toda la Edad Media de esta zanganería.

Es una ridiculez que haya reyes en España, en Holanda, en Dinamarca, en Suecia, en Inglaterra o en algunos países árabes. Descartada. ¿La tiranía? Es insoportable. La de Cuba es insoportable, al tirano hay que matarlo, a Fidel Castro, si no se deja, qué vamos a hacer, pero si podemos, matémoslo, porque es un daño tan grande, que hace tanto daño a tantos, que no puede ser.

¿La dictadura? Podría ser la de un bribón como Hugo Chávez, porque no es un asesino ni un carcelero. Puede entrar e irse de Venezuela sin que haya matado a nadie, que yo sepa. Hay diferencia, pero es dictadura. ¿Qué queda? La democracia, la que podemos elegir, esa es la verdadera. Pero ya sabemos que no hay más que maquinarias burocráticas de unos cuantos partidos en cada país. En España tienen al PSOE y al PP y a sus maquinarias electorales. Eso no es una verdadera democracia. Supongamos que elegimos a un personaje, ese personaje tiene que ser discreto.

El presidente de España tiene que presidir el destino de 44 millones de habitantes, y ¿qué meritos tienen Rajoy, Zapatero, Aznar o Felipe González para presidir el destino de 44 millones en la forma en la que lo están presidiendo? O el actual presidente de México, para presidir el destino de 110 millones. Es muy grave. No. No lo puede hacer porque no hay nadie en esos 110 millones que pueda tener el peso necesario para presidir y dirigir el destino de esta gente. El presidente le está robando a un país la palabra. Tenemos que tener democracia, pero hay que quitarle poderes al presidente y reducirlo a casi nada. Y si es posible, eliminar el Congreso, porque si hay algo en este mundo son leyes que sobran. Eliminar el Congreso, que se ha vuelto despreciable en todas partes.

¿Y cómo organizar, entonces, la sociedad?

La sociedad no piensa en otra posibilidad de organizar esto porque el planeta la está surcando al abismo. Ya no hay tiempo. Estamos presenciando los mayores desplomes de la Unión Europea, del euro, hemos presenciado el del socialismo y pronto presenciaremos el desplome, si no del capitalismo, porque las fábricas seguirán y deben seguir, sí del sistema financiero corrupto, monstruoso, zángano y aprovechado que está pesando sobre todo Occidente. No vamos a tener tiempo para hacerlo.

La gente sale a votar como un rebaño. Acabamos de verlo en las elecciones españolas, han ido a votar por alguien que ni siquiera ha dicho ni una sola vez, de lo impúdico y mentiroso que es, qué es lo que va a hacer, qué medidas va a tomar. Evidentemente, porque sabía que iba a tomar las mismas que tomó el partido saliente, pero aumentadas. Sabía que no podía ser de otra forma o se tendría que ir de la Unión Europea.

¿Hay algo más por lo que usted crea que el ciudadano de hoy está triste? La palabra es agobiado, exasperado, hacinado. Vivimos hacinados en ciudades, no nos podemos hacinar más, no nos podemos soportar porque necesitamos un espacio para respirar, para vivir, no podemos vivir en unos cuantos metros cuadrados, ni pasarnos la vida embotellados tratando de entrar a una ciudad o salir de ella. La vida se ha vuelto miserable, no ha avanzado en nada para hacerla menos dolorosa. La vida será siempre dolorosa, llena de dolor, porque se nos morirán todos los seres queridos e iremos hacia la vejez y la muerte. Pero podría ser más amable. Cada día se ha ido haciendo menos amable. Porque todo lo que hagamos técnicamente lo retrocedemos por el crecimiento demográfico monstruoso. Estamos creciendo a razón de 1.000 millones cada 12 años. Durante el pontificado de Wojtyla, 26 años y medio, la población subió 2.200 millones. Desde que empezó la especie humana, no llegamos a eso hasta 1932.

Estos dos travestidos últimos que ha tenido la Iglesia, más malos, si es posible, que los anteriores, están dándoselas de defensores de la vida. ¡Defensores de la vida cuando el planeta está a punto de explotar ya! La Iglesia es una plaga de la humanidad, entendiendo más por Iglesia el cristianismo. Y el protestante igual.

Y la banca.

Igual. Otra. Esa es impúdica, descarada, atropelladora. ¡La banca es una impudicia inmensa!... Pero en esta crisis en la que cayó España y, por supuesto, Grecia, es que ni siquiera son unos tramposos. O Italia, manejada por el sinvergüenza y tramposo de Berlusconi. Pero miremos a España. Se gastaron lo que tenían. ¿Cómo lo hicieron los dos partidos? Los dos partidos que han gobernado el país son los culpables de esto.

El PSOE y el PP han abocado a España al borde del abismo y de ahí no lo van a sacar. Se pierde una generación, o quién sabe cuántas, porque esa deuda contraída hay que pagarla. ¿De dónde piensan que la van a pagar? ¿Qué Alemania va a emitir bonos europeos? China ya no los va a rescatar. Nada. Entonces, ahora, que hable Rajoy a ver cómo le va apenas empiecen las manifestaciones contra sus medidas.

¡Está muy informado de España! De muchas cosas... Yo estoy muy entretenido. Es un serial fantástico lleno de maldad el que estamos viviendo, en el que nos preguntamos qué va a pasar dentro de un mes.

¿Hay alguna luz en todo esto? No, no, no hay ninguna luz.

¿Ninguna, ninguna? No. La única, antes de que fuéramos tantos. Cuando éramos 2.200 millones en 1932 habría alguna esperanza de que tuviéramos una vida más amable por los avances de la medicina, de la ciencia y demás.

América Latina se cita ahora como un continente que está generando una mayor esperanza...

Tenemos un continente fracasadísimo, sumido en la pobreza. La clase política no nos deja vivir ni en Colombia ni en México. Hay tantas trabas, que no dejan ni siquiera trabajar para pagar, que es de lo que viven estos sinvergüenzas. Y para que nos roben. Si no trabajaran, si no emitieran leyes, si se quedaran en sus casas y nada más robaran, nos harían mucho menos daño.

¿Para qué le ha servido la literatura?

Para llenar el tiempo vacío. Y luego me gusta la dificultad, como la que tiene un mecano para un niño. ¿Cómo digo esta frase?, ¿cómo puedo expresar algo para que tenga fuerza, belleza, ritmo, sonoridad, que le llegue a los demás y que sea novedoso, sin recorrer los mismos caminos?

El camino de la novela no me lleva a ningún lado, ¿cómo voy por el que yo escogí? Básicamente es una especie de distracción de niño y de desocupación del tiempo vacío, salvo en el caso de mis dos libros de ciencias para desenmascarar impostores, La tautología darwinista (1998) y Manualito de imposturología física (2005); y del libro de la Iglesia, La puta de Babilonia (2007), para hacerles el sumario, como una expresión del Apocalipsis.

En el libro hay que entender Iglesia por cristianismo en su conjunto. Lo hice no tanto por el odio que les tuviera a ellos, me eran indiferentes porque de niño dejé la religión y no me importaban, sino porque los encontraba como los grandes malvados, culpables de lo que les pasa a los animales, y tenía que denunciarlos como lo que son, como los culpables de que nos pusieran la venda moral que nos impidió ver a las vacas y a los cerdos como nuestros prójimos, como nuestros hermanos.

De todos modos, ha hecho algunos libros que no son para llenar el tiempo vacío. 'El desbarrancadero' y 'La virgen de los sicarios'. Esa es una literatura extremadamente catártica.

No sé. He escrito 17 libros, pero nunca me he sentido escritor como se sienten otros. Si esto es una profesión diré que es esta, la de escritor, pero no me siento así. Me siento muchas cosas, pero esta es la última que diría.

Pero por hablar de esos dos libros en concreto, ¿qué es lo que pone en marcha 'La virgen de los sicarios'?

Ese libro lo escribí porque se me murió mi perra Bruja, un gran danés que vivió 14 años, mucho para esa raza. Y quedé destrozado. Me fui de México a Medellín para alejarme de su recuerdo y para tratar de seguir viviendo. Iba adonde me invitaran, a sitios a los que jamás iría, a reuniones, adonde me llevaran, con tal de no pensar en ella.

De repente, algún periodista me contó que en uno de los pueblos de mi niñez había un santuario, el de María Auxiliadora, al que iban los sicarios, los muchachos asesinos contratados, para rezarle. Ahí me surgió el título, La virgen de los sicarios, muy raro porque es como un oxímoron, es una imposibilidad entre los dos términos, pero es un buen título y con el título empecé.

Evidentemente, en Colombia tengo acceso a todo el mundo, siempre lo he tenido porque me movía entre todas las clases sociales, desde los más bajos y del hampa hasta los políticos, porque en Colombia se pueden dar este tipo de cosas. Y decidí contar la historia de estos chicos.

El problema literario gravísimo que tenía que resolver es que, como no escribo novelas en primera persona, un sicario no iba a escribirla porque casi ni habla, tiene un vocabulario limitadísimo y es imposible que pudiera contar su historia. Por tanto, no la podía contar en primera persona, y en tercera no lo iba a hacer. Para mí sería muy fácil contar la historia de un sicario, y de cualquiera, en tercera persona. En primera persona se empiezan a complicar las cosas, es muy difícil.

¿Quién es el que narra, el yo? Cuando resolví que ese muchacho era mi amante enfoqué la novela. Si la lees, ves que apenas tiene diálogos, el muchacho dice dos frases, tres, como máximo. E hice que fuera un gramático porque Colombia fue un país de gramáticos, gobernado durante 50 años por presidentes gramáticos, los del partido conservador, desde finales del XIX hasta principios del XX. Ya no quedan. Como un gramático no es un escritor y un gramático no tiene importancia en esta sociedad, me dije: que sea un gramático y que sea el último de Colombia. Y fui contando la historia.

Y 'El desbarrancadero', ¿cómo surge? Ese libro no se lee como una historia de Vallejo o de Colombia, sino como una historia que trata de la vida.

Cuando se estaba muriendo mi hermano Darío, un año después que mi padre, dos muertes muy dolorosas y desgarradoras para mí, me fui de mi casa dejando a mi hermano moribundo. No podía estar en aquella casa con mi madre, que quiso quedarse para acompañarlo hasta el final.

Me fui sabiendo que iba a escribir ese libro y diciéndome: tengo un libro tan desgarrador para mí, que algún día lo escribiré. Fue muy doloroso porque es un libro verdadero, no es una novela, sino la estricta verdad. Lo que ocurre es que cuando la vida se pasa al papel, al final acaba volviéndose novela, no puede ser de otro modo.

Hay un personaje que ha cruzado por su vida desde hace muchos años y al que ahora está dedicando su energía, Rufino José Cuervo, ese colombiano ilustre del que se declara devoto, como si fuera su santo laico. ¿Qué tiene que le impresiona tanto?

Lo conocí por su amor al idioma, por sus apuntaciones críticas al lenguaje bogotano, un libro de corrección del lenguaje. Lo leí de niño en casa de mi padre. Después, Cuervo se convirtió en el gran filólogo de la lengua española. Menéndez Pidal y él incluso se conocieron, hay una correspondencia de unas veinte cartas entre ellos.

Menéndez Pidal fue más tarde un gran filólogo, dejó una escuela y son muchos sus discípulos. Es la otra gran figura. Pero hay una diferencia grande entre los dos, y es que Cuervo es un hombre de alma grande, y Menéndez Pidal me da la impresión de que es un hombre común. Cuervo es de una gran bondad, de una gran modestia, un hombre de la pureza que pretendió la iglesia. No tuvo relaciones sexuales con nadie y nunca presumió de ser santo. Era muy católico, nunca católico de fanatismo y menos de presumir la santidad, porque Wojtyla lo hace. Cuervo no.

Es que el santo no puede pensar que es santo. Eso lo dirían los demás, o si Dios existiera, en el cielo lo tendremos. Nadie ha llegado a conocer el idioma como él hasta 1911, cuando murió. El diccionario es deslumbrante. Es una gramática que es la innovación suya, no hay otro, ni en ninguna otra lengua, como ese.

Hemos hablado de la esperanza, pero el amor o la amistad, ¿qué parte forman de su vida?

Los amigos son importantísimos. Es la posibilidad de no caer en el monólogo interior permanentemente, de estar hablando con uno mismo o con una pared, porque tienes respuesta del otro. Los que comparten contigo son tus amigos porque comparten algo muy importante en la vida. En mi caso no solo puede ser la literatura, pueden ser otras cosas. Necesitas un interlocutor. Cervantes fue el primero en verlo, no podía escribir El Quijote sin Sancho porque no podía haber un hombre que hablara solo, necesitaba un interlocutor.

Necesitamos a los amigos. La amistad y los amigos los escogemos, no así la familia, que nos la impone el destino, no escogemos a los hermanos, ni a los padres. Los amigos son muy importantes. Tengo algunos amigos desde hace 50 años y nunca me he disgustado con ellos. Con otros sí, porque quizá no eran tan amigos como creía.

¿Y el amor?

Es que como es tan esclavo... El amor lo tienes que conseguir sintiéndote Romeo y Julieta, mezclándolo con el sexo, y es muy pasajero porque se vuelve muy aburrido siempre con una misma persona, te cansas, se vuelve monótono, se impone una monogamia por la sociedad y se termina en una cárcel.

El amor sin el sexo, ¿cuál? Yo tenía el amor por mi abuela paterna, por mis perras. Ese no es un amor que esté ligado al sexo, pero, usualmente, el de Romeo y Julieta está ligado al sexo.

Pero usted tiene una pareja muy feliz desde hace 40 años.

Sí, pero lo que pasa es que el sexo es algo que no tiene mayor importancia. Claro que no hay reproducción sin sexo, pero si estoy propugnando para que no haya reproducción, no lo estoy haciendo por evitar el sexo. Mientras no esté destinado a la reproducción y no haya por medio coacción y violencia, el sexo es inocente. Es una tontería. Solo nuestra especie, y solo ahora en estos tiempos, lo puede ver, porque en el pasado no lo veían con claridad. Nadie podía decírtelo con la claridad con la que te lo estoy diciendo. Pero el amor no es sino unos instantes, unas semanas, unos meses o unos años, y después no sé por qué puede caer en la monotonía, o en la lealtad, porque también puede haberla.

Todo el que habla sobre usted advierte a la gente de que no es solo ese que lanza denuestos contra esto y aquello, sino que es una persona dulce, tierna. ¿Le ha preocupado alguna vez que la gente le vea solamente como el otro?

Por dentro soy muy caótico, pero no sé cómo me ven los demás. Debe de ser muy distinto cómo te ven los demás. Soy muy caótico en mi interior, estoy hablando de recuerdos, de falta de atención, la cabeza del ser humano es un parpadeo mental. Anda uno metido en lo que llamamos el monólogo interior, en ese pensamiento ilógico, medio inconexo, surrealista, mezclado con infinidad de cosas, dislocado. Eso es lo que somos la mayor parte del tiempo.

Dislocados. Dislocados.