sábado, 21 de mayo de 2022

 

MATERIALES PARA EL XIV FORO PALABRA Y ACCIÓN, 6-10 DE JUNIO 2022.


PRIMERA VUELTA PRESIDENCIAL Y TORMENTA DEL SENTIDO COMÚNPARTE II.


Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD
Director Grupo Presidencialismo y Participación, Minciencias/Unijus, y
XIV Foro Palabra y Acción, Ciencia Política, Unal, Junio 6-10.

¿Quiénes tienen la razón?

“El síndrome clientelismo/corrupción tiene un costo enorme para la sociedad: el Estado responsable de implementar soluciones a los problemas sociales y económicos lleva en su núcleo la imposibilidad de resolverlos, especialmente los problemas de la desigualdad dirigidos a la población más pobre.” John Sudarsky, Lo que está en juego en la primera vuelta, ET, 20/05/22, 2.5.

La ciudadanía de Colombia sigue atenta y con los pelos de punta cómo se acorta en término de días el plazo para votar presidente en la primera vuelta. En esa medida hay una chorrera de encuestas que se publican con sus porcentajes que miden la percepción de los dispuestos a votar. En particular, dos firmas acreditadas, sin notorios éxitos en el inmediato pasado, con respecto a resultados finales, CNC e Invamer divulgaron los porcentajes de los siete aspirantes aún en contienda.

Para los encuestados por Invamer, Gustavo Petro tiene el 40,6% de favorabilidad, lo siguen Federico Gutiérrez con el 27,1%, y la tercería en ascenso es de Rodolfo Hernández con el 20,9%. Después del pódium electoral siguen "esgalamidos" los seguidores de Sergio, 5,1%, Íngrid 0,8%, John, 0,6%, y Enrique, 0,3%.

En todo caso, retrotrayendo la mirada, en la misma semana, Petro (41%) y Gutiérrez (23,9%) son punteros, y las dos encuestas muestran el vertiginoso ascenso del rey del sentido común dominante: Rodolfo que marca (21,9%), el exalcalde de Bucaramanga que espeta cada que puede hps y “verdades de a puño”. Hernández dio un salto digno de los mejores tiempos de nuestra triplista Caterine Ibargüen, pasó de 13,9% a 20,9%, en la otra encuesta, la actual realizada por Invamer.

Este viernes, desde Barranquilla, Ingrid que se quedó íngrima sola, empezó la cadena de nuevas adhesiones al ingeniero de la Universidad Nacional, quien hizo su fortuna, en lo principal, según dicen los que lo conocen, contratando obras civiles y construyendo viviendas. Ella ha dicho que es un candidato limpio, no corrupto, y por fuera de las maquinarias. La candidata presidencial que no logró superar la barrera del 1% de aceptación se inclina ante la movediza “verdad” del sentido común, con tal que Petro no gane en la primera vuelta, y se le prepare la “adecuada” gavilla en la segunda.

Si Sudarsky, quien fuera senador por los verdes, tuviera razón: los problemas principales de Colombia son el clientelismo y la corrupción. Pero esa doble fórmula no ha sido escuchada antes de la primera vuelta. En cambio, sepultó a sus dos vocerías presidenciales, conectadas por la franja verde, Ingrid, quien ya defeccionó, y el maestro Fajardo, quien desistió de hacer cuentas, en particular con las encuestas porque no lo favorecen.
 
Mientras él hace cábalas, como Rodolfo, a quien no le importaron las encuestas en su natal Bucaramanga, y, sin embargo, ganó. Por eso, más de uno, piensa que Sergio en lugar de marchar para Bahía Solano, al final del día llamará a votar por el ingeniero, por aquello de la hermandad de los números, con el lazo de la matemática aplicada a la reforma política y moral de Colombia.

Una tormenta entre los coleros

“Votando por Fajardo en la primera vuelta tenemos la posibilidad de elegir a alguien que ya ha luchado contra tales lacras de nuestra sociedad, y plantean cómo ellas no se reencarnen en posteriores gobiernos.” John Sudarsky, empresario verde, ET, 20/05/22, 2.5.

Con el consejero del candidato, bien pagado, Angel Becassino, un publicista de kilates, - una suerte de J.J. Rendón del bando de los”buenos”-, Rodolfo se ha cuidado de no atacar a Petro, y sí de darle con todo a Fico y a la prosapia que lo antecede y lo apoya, los grandes capitales ligados a la agroindustria y al sindicato antioqueño de capa caída al enfrentar la voracidad de los Gilinski.
 
Pero, claro, es la táctica para ganar el segundo lugar en la primera vuelta, con la expectativa que la suerte final se jugará en la segunda y “sumar fuerzas a la fuerza”. Porque luego, quienes se “horrorizan” con Petro el progresista, y que suman el 40 por ciento, darán la media vuelta y se irán con el evangelista del sentido común dominante, quien por lo demás ya probó que no cumple con lo que le promete a los pobres y miserables que no incluye en sus cuentas empresariales del ladrillo, el cemento, el hierro y la arena.

Los restantes tres, puesto que Ingrid ya rindió sus aspiraciones, luego de alborotar el avispero en la Coalición Centro Esperanza, es probable que se unan a uno cualquiera de los tres. Pero, es probable que sobre ellos penda también el horror a que Petro pueda ganar en la primera vuelta. Pronóstico del cual hablan cada vez menos, porque pareciera haber llegado su “techo”, el 40 %, y no se sabe cuántos más se le pueden añadir a la pareja de la Oposición política con Francia Márquez en primera línea, sin avergonzarse, ad portas de concretar un triunfo histórico, sin precedentes.

Nos queda, que sepamos, una última encuesta que se divulgará el día domingo, después que ha pasado la tormenta que azotó al Pacto Histórico, cuyos efectos registran las pasadas dos encuestas conocidas y comentadas. La que está pendiente mostrará qué tan efectiva ha sido la neutralización del desliz publicístico de Francia y los famosos huevos importados de Alemania, en cuya justificación enredó más la pita. En fin de cuentas, no solamente Uribe, sino la metáfora de los huevitos ha quedado sepultada.

¿Para dónde se irán John, Enrique y Sergio? 

John y Enrique muy pronto anunciarán que se juntan con las mermadas huestes de Federico, quien los recibirá con gozo y medida algarabía. Sergio, comoquiera que hizo consulta, no puede bajarse de la “Bici estática” porque lo multan, y mientras tanto, coequiperos de la “esperanza”, probado que es una pasión triste, avanzan en sus anuncios para la segunda vuelta.
 
Pero, en todo caso, un coequipero de Fajardo, el ingeniero John Sudarsky, estudioso de la participación y el capital social, insiste aunque su capitán cae en las encuestas, en que aquel “alcalde y gobernador con resultados reconocidos, sin corrupción ni clientelismo ni pactos con partidos tradicionales”, que además tiene una forma distinta de representación que proponer, el sistema electoral mixto que es del caletre de John que le apuesta a la ingeniería política institucional, un saber que entre otros publicitó, el cientista italiano Giovanni Sartori, cuando era catedrático de la U. de Columbia.

A la cabeza de los cuales se puso ya Carlos Amaya desde su “feudo” boyacense. Dijo que estará con Rodolfo, el Ross Perot con 3.2 mil millones de dólares. Este texano que intentó construir una tercera fuerza, el partido de la Reforma, y se hundió ante el establecimiento demócrata y republicano. Claro en cuestión de plata, Rodolfo es un capitalista criollo y que se sepa no tiene esos alcances, y porfía que la campaña, eso sí, también se la paga él solito. ¿Hasta cuándo?

El desplume del sentido común dominante

“En marzo de 2022, la tasa de desempleo en el total de las 13 ciudades y áreas metropolitanas fue 12,6%, la tasa global de participación 66,0% y la tasa de ocupación 57,7%. Para el mismo mes de 2021 se ubicaron en 16,6%, 64,4% y 53,6%, respectivamente.”

Hay dos mediciones por conocer: la del flujo de manifestantes, una, la de Barranquilla, donde se contarán los seguidores de Fico, con el apoyo del clan de los Char y los grandes caciques de la Costa; y los campeones del Pacto Histórico, capitaneados por Armando Benedetti, y el hijo de Gustavo Petro, quien es diputado electo por el Atlántico. Después vendrán los dos cierres de campaña más importantes, Medellín y Bogotá con los que terminan las acciones de los candidatos en plaza pública, y quedan circunscrito a los recintos cerrados.

La segunda medición corresponde a un par de juegos de salón, donde participarán los candidatos convocados para responder a las preguntas de dos alianzas mediáticas. La primera cita será el 23, a las 7 am. Presidida por el Tiempo/Semana, con la conducción de Dávila/Mompotes, y la segunda el 26, a las 7.30 am., cuando estemos a tres días de las votaciones de primera vuelta, donde el maestro de ceremonias será Roberto Pombo. ¿Qué resulte de tales encuentros?, definirá si se proyecta un efectivo ganador en primera vuelta, o tendrá Colombia que prepararse para la segunda.

De los candidatos interpelados dependerá cómo se desplume el sentido y los lugares comunes, que emboban y embelesan a la ciudadanía media colombiana. Golpeada, esquilmada y magullada como está por la sucesión de gobiernos “escofina” que han hecho más ricos y poderosos a los de siempre, a costillas de los millones de subalternos, quienes, entretanto, se han venido rebelando y resistiendo de diversas formas, y con escaso grado de eficacia.
 
Ha habido, en apariencia, dos excepciones: una valerse de los ejercicios non sanctos de las economías subterráneas, para literalmente, no morir de hambre en campos y ciudades. La otra viene siendo, in crescendo, votar por la Oposición y en menor medida por la contrarreforma de centro que conserva el establecimiento bipartidista, que no es otra que una versión renovada de revolución pasiva, estudiada entre otros, por Massimo Modonesi, y Lucio Oliver para América Latina.

Entonces, en la última semana, le toca al candidato puntero producir el efectivo striptease del sentido común que tiene una doble vocería para la primera vuelta, la pareja conformada por Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández. El primer lo utiliza para disimular su talante reaccionario frente a lo que llama los extremos, izquierda y derecha, y se autocalificarse de “centro”.
 
Rodolfo, en cambio, alegando su total independencia, le da aparentes mazazos a su inmediato competidor, Fico, descartándolo como heredero del Uribismo, y despotrica contra el establecimiento en materia de corrupción e ineficacia; pero se cuida de hablar en positivo, de las acciones para combatir la violencia y el desempleo, reproductores inmediatos de la desigualdad social astronómica que azuela a Colombia.

Consejos de economistas y progresismo 

Teniendo en cuenta a sus dos principales rivales, para la primera vuelta, Petro tiene que mostrar el núcleo de buen sentido que tienen todos sus potenciales votantes, y lo que ya están convencidos de su reformismo progresista que no quema las velas del capitalismo, por supuesto. Y ese núcleo está ubicado en el terreno económico-social. Es el almendrón de un real liberalismo social que encontró un interlocutor ahora organizado como liberalismo independiente.

Al respecto, la base es la propuesta económica del Pacto Histórico, PH, acerca de la cual, entre otros el economista César Giraldo hizo algunos comentarios. De los que extraigo algunas referencias. Empecemos con las medidas contra el desempleo, que el autorizado comentarista destaca:

“Política monetaria: reducción de las tasas de interés para impulsar la demanda agregada (DA)
-Política fiscal: reducción de impuestos para impulsar la DA.
-Democratización del crédito para facilitar la iniciativa empresarial.
-Educación y formación para ayudar a reducir el desempleo estructural.
-Subsidios geográficos para estimular a las empresas a invertir en áreas deprimidas.
-El Estado como empleador de última instancia.

-Reducir el salario mínimo para reducir el desempleo del salario real.
-Mercados laborales más flexibles, para facilitar la contratación y el despido de trabajadores.
-Revisión de tratados de libre comercio que afecten el empleo.
-Promoción del crecimiento económico sostenible e inclusivo.
-La agricultura como fuente de crecimiento económico y creación de empleo.
- Incremento y garantía del empleo decente.”

Un segundo pilar en el develamiento del buen sentido, son las pensiones, para pelar la cebolla de la retórica de Rodolfo y Fico. La referencia es a la garantía para trabajadores y empleados cuando se jubilan, que posibilita la transformación del sentido común dominante, cuya voluntad de cambio se rebeló en los 7 millones de movilizados en el estallido social del 2021, y que son la punta del iceberg de la revolución democrática tantas veces interrumpida.

Porque según las cuentas del economista Giraldo y el programa de Petro y el Pacto Histórico, “existe inequidad en el sistema. Mientras que un afiliado a Colpensiones puede recibir como mesada hasta el 75% del su salario promedio devengado en los últimos diez años, aquel que cotiza a un fondo privado puede recibir menos del 30% de ese mismo salario, si es que recibe pensión.
 
La informalidad de la fuerza laboral se ha llegado a estimar en más del 60%, lo que excluye a muchos de cotizar o ahorrar para una pensión. A esta cifra se añaden los desempleados que en febrero de 2022 se estimaron más de 3.2 millones.

Se proyecta que hacia 2050 habrá 14,2 millones de adultos mayores, y más de 8,3 millones no tendrán pensión ni subsidio. Actualmente, de 6.5 millones de adultos mayores, solamente 1.6 millones gozan de pensión, mientras que más de 3 millones no cuentan con pensión ni con subsidio.”

¿Cómo reformar el sistema pensional colombiano? 

De lo acotado en la discusión y debate adelantados en la universidad Nacional, estas son algunas propuestas que tomará en cuenta el Pacto Histórico. A ellos se refirió el candidato al responder a los cuestionamientos de Asofondos, y de varios economistas ligados a ellos. 

Al respecto:

“Inicialmente el Banco Mundial describió tres pilares, junto con los ahorros individuales obligatorios. Incluye desde un grado básico y mínimo de protección social hasta el apoyo financiero y no financiero de varias generaciones para las personas mayores. Las políticas de los pilares tienen como objetivo proteger contra el riesgo de pobreza y atenuar el consumo desde la vida laboral hasta la jubilación.

Los pilares: Pilar 0: Corresponde a un programa general de asistencia social para abordar específicamente el alivio de la pobreza. Este pilar está destinado a proporcionar la protección social más básica.

Pilar 1: Incluye, entre otras cosas, riesgos de miopía individual, bajos ingresos y horizontes de planificación inadecuados debido a la incertidumbre de las expectativas de vida y la falta o riesgos de los mercados financieros. Abarca sistemas obligatorios que dependen de las contribuciones públicas.
Pilar 2: Los beneficiarios y los empleadores pagan en un sistema de capitalización privada individual. Esto incluye fondos de pensión y cuentas y/o planes de contribución definida con una amplia gama de opciones de diseño.
Pilar 3: Incluye las cuentas voluntarias de capital privado. Estos incluyen planes de ahorro individuales, seguros, etc. Este es un pilar complementario y abarca cuentas de jubilación.
Pilar 4: Este es un pilar no financiero que brinda acceso a apoyo informal como apoyo familiar, programas sociales formales como salud y/o vivienda, y otros activos financieros y no financieros individuales como propiedad de vivienda e hipotecas inversas.”

Un tercer punto a debatir toca con la problemática del proteccionismo versus el libre mercado, y un tratado bilateral como el acordado con Estados Unidos, y que acaba de cumplir diez años, sin que se conozca todavía un balance riguroso de sus resultados. En el marco del conversatorio, veamos el contexto del proteccionismo, en palabras del expositor, y, enseguida cuáles son las herramientas más adecuadas para implementarlo.

“La apertura económica, la interconectividad global y los tratados de libre comercio han tenido un efecto negativo sobre varios sectores de la economía nacional, aunque pueden favorecer algunas inversiones. Esto llama a un balance entre los beneficios y las consecuencias negativas.

En este contexto, se ha propuesto una especie de proteccionismo, especialmente en el campo de la agricultura, dirigido a introducir políticas que restrinjan el comercio internacional con el fin de favorecer la industria nacional. El proteccionismo es un tema de álgido debate entre políticos y economistas.

Se estima que Colombia importa alrededor del 30% de los alimentos que consume, lo cual equivale a 12 millones de toneladas anuales, especialmente de cereales. Tales importaciones se han encarecido debido a la devaluación del peso colombiano frente al dólar.”

Sobre el particular se formula la siguiente pregunta esclarecedora, que nos sirve para explorar el buen sentido inscrito en el cuestionamiento del sentido común dominante en la economía neoliberal, impuesta constitucionalmente en Colombia.

¿Política proteccionista sostenida para la economía colombiana?


Las siguientes son algunas anotaciones a propósito del PH, hechas por la exposición de César Giraldo:

"Algunos críticos argumentan que en el largo plazo el proteccionismo comúnmente perjudica a las personas y entidades a las que pretende proteger al generar un desaceleramiento en el crecimiento económico y un aumento de la inflación de precios, mientras que el libre comercio es una mejor alternativa.

Los defensores del proteccionismo argumentan que estas políticas pueden ayudar a crear empleos nacionales, aumentar el producto interno bruto (PIB) y conseguir una economía nacional más competitiva a nivel mundial.”

En caso de un triunfo del gobierno progresista, el Pacto Histórico que quiere desarrollar el capitalismo y seguir la senda abierta por el reformismo de Alfonso López Pumarejo y sus jóvenes lugartenientes en la década de los treinta, se tienen los siguientes “instrumentos proteccionistas:
Los aranceles de importación elevan los precios de las importaciones. Elevan los precios para el importador y los transfieren al comprador final.

Los aranceles de importación pueden ser selectivos. Existe el riesgo de los aranceles de represalia por parte de los socios comerciales. Se pueden establecer cuotas de importación y normas sobre seguridad o calidad de los productos importados. Subsidios gubernamentales directos o indirectos.

En el debate político, el proteccionismo se atribuye a la izquierda mientras que el libre comercio a la derecha. El proteccionismo también se ha asociado al populismo económico de izquierda.
Las políticas comerciales proteccionistas se dirigen a proteger los empleos en el hogar, a respaldar y hacer crecer a las pequeñas empresas e industrias y brindar seguridad a la nación.”

Bueno, con la ayuda del profesor César Giraldo, un destacado estudioso de las políticas públicas y la economía como instrumento para el desarrollo de los muchos, se pusieron a consideración estos pilares con fuerza pedagógica, para encarar la recta final de la carrera presidencial de signo progresista sin romper las lindes del capitalismo dependiente y periférico.

El objetivo es 

Consolidar un nuevo sentido común, y descascarar la falsa apariencia reformista, y el fondo, en últimas, reaccionario, de los dos rivales más opcionados: Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández. Para movilizar desde ya las fuerzas de la revolución democrática que sienten las bases efectivas de un nuevo modelo de modernización con modernidad incluida y actuante.

Esta doble palanca de modernidad y modernización subalternas en primera, y/o segunda vueltas, solamente la garantiza triunfar en las urnas en la más importante elección del último medio siglo. Esta situación es hoy más posible que nunca, en primera vuelta.

Urge por tanto develar los espejismos y conjurar los embrujos aparentes del sentido común. Menuda y fundamental tarea de la intelectualidad comprometida con la reforma intelectual, moral, educativa y económica de Colombia.

sábado, 22 de enero de 2022

 

ENTRE ANTIOQUIA, ARAUCA Y EL CARIBE: EL CICLO PRESIDENCIAL SE SACUDE.

¿Qué les diría si tuviera que aconsejar a América Latina para progresar de manera sólida? Saber escuchar! Albert Hirschman.

Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD

Grupo Presidencialismo y Participación, Unal/Minciencias

Presidente IGS-Colombia.

 

¿El presidencialismo en crisis?

…me pregunto si la destrucción que está dejando López Obrador a su paso será suficiente para que el electorado mexicano reaccione y elija un cambio sensato en 2024. No lo sé. Enrique Krauze, “La tragedia de América Latina ha sido la ideologización,” en: ET 16/01/22, 2.3.

 

                                                                    Estamos a 51 días del primer ejercicio electoral en Colombia para elegir presidente/a. El 13 de marzo se producirán las primeras votaciones del doble ciclo de este año, para elegir a senadores y representantes. En simultánea serán votadas las tres coaliciones más opcionadas, el Pacto Histórico, Equipo Colombia y Esperanza, cuyos respectivos ganadores disputarán la primera vuelta y, de haber ballotage dos de ellos, serán los que decidan a punta de votos quién será presidente.

Un estudioso alemán, Albert Hirschman, quien vivió en Colombia y contrajo nupcias con una compatriota compartió sus luces para darle curso al desarrollo económico y social en la región durante la segunda mitad del siglo pasado. El imperativo, según él, era y sigue siendo progresar, pero las elites dirigentes y gobernantes no escuchan, y mucho menos “saben hacerlo”, antes y ahora. Era el orden de la segunda posguerra, donde se produjo el triunfo de la revolución cubana en las barbas de los Estados Unidos.

Hoy, en lo global tenemos a dos grandes potencias militares mostrándose los dientes en Ucrania, en cuya frontera están emplazadas las fuerzas armadas rusas, para disuadir al grupo de defensa occidental, Otan, de establecer una base suya al otro lado de su patio. Terminó la conversación entre Antony Blinken y Sergio Lavrov este viernes, en Ginebra, con las exigencias de parte y parte, que se volverán a discutir en la reunión de Bruselas, entre los dos presidentes, Putin y Biden.

Un liberal mexicano, Enrique Krauze, autor de Crítica al poder presidencial (2022), discípulo dilecto de Octavio Paz, respondía a una entrevista reciente, este defensor de la democracia sin adjetivos desde los años ochenta. Hoy, él fija la atención en la crítica al poder presidencial que no al presidencialismo en América Latina. Enrique la emprende contra Andrés Manuel López Obrador, pero en ella calla, ¡qué paradoja!, con respecto a lo que pasó con el decano del presidencialismo en el continente, los Estados Unidos de América.

Aparece la entrevista con Krauze, ni más ni menos que a un año del asalto al Capitolio en Washington; aupado con diligencia y en la sombra por el entonces presidente Donald Trump. El interés era impedir la posesión del triunfador, Joe Biden. Producido el hecho, el autor intelectual de la insultante e intempestiva acción criminal, claro, había garantizado por adelantado la impunidad in tuito personae.

La elección de Colombia entre dos aguas corrientosas

No vamos a permitir bajo ninguna circunstancia que manos criminales, u oportunismo político pretendan atentar contra la tranquilidad de la ciudadanía o generar zozobra en este certamen político y electoral. Claudia López, alcaldesa de Bogotá.

Si Antioquia cambia, Colombia cambia. Gustavo Petro, discurso de Bello, Antioquia.

 

En esta semana, en el departamento de Arauca, se produjo un nuevo acto de terror político. Una respuesta de las disidencias de las Farc-Ep, cuyo comandante Antonio Medina se responsabilizó por la detonación de un vehículo con explosivos frente a un complejo arquitectónico donde funcionaban oficinas que relaciona con organizaciones patrocinadas o vinculadas con su enemigo declarado, el Eln que antes realizó masacres en 4 municipios del departamento.

A altas horas de la noche se produjo la brutal explosión. Murió un vigilante, hubo más de 20 heridos, y destrucción de la edificación que en parte considerable tendrá que ser derrumbada con el consiguiente daño, perjuicio y miedo para el común de la ciudadanía. La respuesta del Mindefensa y el gobierno es ofrecer una recompensa por $1000 millones a quien de informes para la captura del jefe insurgente.

En el mes de enero la violencia no da cuartel. Este viernes, el restaurante Alternativa, donde hubo una reunión de Comunes, en Bogotá, en la calle 36 con la carrera 17, vivió un intento de atentado con un explosivo, 1,5 kilos de anfo en una botella, a ser activado con celulares. El artefacto estaba abandonado en el segundo piso. Se alertó y la Policía metropolitana retiró el artefacto.

 

En paralelo, en la misma semana, en otro escenario, se conoció el cuestionamiento del alcalde de Medellín, no sólo a las firmas sino la financiación de la revocatoria que contra él se adelanta. Consiguió que una tutela fuera aceptada, y como consecuencia de la misma primero, el 26, y ahora en los primeros días de febrero, habrá una audiencia para escuchar al tutelante con el elenco de pruebas que dice tener antes que se señale la fecha del evento de la revocatoria.

En la semana anterior, el 14 de enero, el aspirante a la presidencia por el Pacto Histórico, Gustavo Petro estuvo en gira por el departamento de Antioquia. En Bello afirmó que si ganaba en Antioquia ganaría la presidencia de Colombia. Tuvo una audiencia superior a 5.000 personas, acompañado por su aliado, el Partido Verde progresista. Luego se reunió en la Estrella en alianza con el Liberalismo progresista y concitó una audiencia cercana a las 2.000 personas.

Luego, esta semana se publicó la Gran Encuesta del Caribe 2022, realizada con entrevistas telefónicas de 2828 personas, que respondieron a 5 preguntas, en 123 municipios de 8 departamentos de la Costa. Este ejercicio fue realizado por la firma Mediciones Estratégicas, con la dirección de Jenny Jurado que confirma que la muestra se hizo por su cuenta y riesgo. En la ficha técnica se reconocen diversos márgenes de error, y se incluyen a los principales políticos que contienden por la presidencial de la nación.

La población preguntada abarca un 41,76% de mujeres, y 58,24 de hombres. Los principales resultados obtenidos fueron así. La intención del voto por las coaliciones presidenciales en la elección de marzo da como triunfador al Pacto Histórico con 26,56%, segundo: Equipo Colombia, 8,73%, y último La Esperanza, 3,08%.  Igualmente se informa que no votará por ninguna coalición: 23,51% y NS/NR: 38, 12 %.

En el examen de los más favorecidos al interior de cada coalición, el resultado es: Gustavo Petro, 94,27%, seguido por Camilo Romero, 2,26% y Francia Márquez, 1,07 %. Para Equipo Colombia, Alejandro Char, 65,59%, seguido de David Barguil, 14,17%, Oscar i. Zuluaga, 10, 53%. En la Coalición de la Esperanza, el primero es Sergio Fajardo, 45,98%, y siguen Alejandro Gaviria, 13,79, Juan Manuel Galán, 10,34%.

De otra parte, a enero 18 de este año, en materia de intención de voto en la Costa Caribe, para la primera vuelta presidencial, el resultado es el siguiente:

Gustavo Petro, 34,72%, Alejando Char, 12,66%, Rodolfo Hernández, 8,38%, Oscar Iván Zuluaga, 2,86%, David Barguil, 2,65%, Sergio Fajardo, 1,87%, Juan Manuel Galán, 0,60%. En blanco: 2,55%, por ninguno: 7,43%, NS/NR: 25,32%.

En materia de intención de voto por coaliciones este es el resultado: Pacto Histórico, 39,50%, Equipo Colombia: 12,56% y La Esperanza: 1,60%. Al mismo tiempo se registra que NS/NR: 30,59%. En todos los departamentos de la Costa Caribe, a enero de este año, triunfadora es la Coalición Pacto Histórico.

A la luz de estos resultados, y en el evento que en Antioquia triunfe la no revocatoria del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien ha recibido el apoyo explícito de Gustavo Petro y el Pacto Histórico, y el apoyo a la revocatoria de parte de las otras dos coaliciones, el Centro Democrático, y la indiferencia de Rodolfo Hernández, no es difícil concluir que Gustavo Petro será quien gane la primera vuelta. Sin embargo, tomando como indicador a la Costa Caribe, hay algo más del 38% que NS/NR frente a los más opcionados competidores a la presidencia. De otra parte, conforme a los guarismos hasta ahora conocidos, será Alejandro Char, con 12,66% su contendor en la primera y en la segunda vuelta, si Petro no logra alcanzar el 50% más 1 voto en el certamen del mes de mayo.

 

En todo caso, lo que registra la Costa Caribe y lo que acontece en Antioquia son indicios del curso sostenido en materia electoral del Pacto Histórico, la favorabilidad que proyecta a su candidato como ganador probable. A la vez de replicarse los mismos resultados en materia de intención de voto por las coaliciones, el Pacto Histórico superaría los 5 millones de votos, y con la fórmula de las listas cerradas para senado y cámara, bien podría duplicar el número de senadores y representantes que respaldan hoy las aspiraciones de Gustavo Petro.

Ante las presentes estadísticas se entiende por qué hubo ya renuncias de varios aspirantes en dos de las tres coaliciones, después de la que había ocurrido en el Pacto Histórico. Se entiende también el llamado de Juan Manuel Galán a que se reduzca el número de aspirantes de la Coalición de la Esperanza a 3, por consenso.

De igual manera, se producen hechos significativos: Equipo Colombia no le permitió hasta hoy la entrada a Oscar Iván, pero sí la aspiración presidencial de una cristiana. De otra parte, en La Esperanza, se candidatizó Ingrid Betancourt, quien tiene el respaldo de su partido Oxígeno Verde que avala también a otros dos aspirantes, el más opcionado entre ellos, Sergio Fajardo, y Carlos Amaya exgobernador de Boyacá.

El Pacto Histórico y Gustavo Petro organizaron el acto de lanzamiento de la campaña electoral a Congreso en Movistar Arena, el pasado miércoles. Los asistentes tenían invitaciones para concurrir al evento. A dos horas de abiertas las puertas, se permitió el ingreso de todas las personas que quisieran asistir, y, luego de expectativas frustadas de ingreso, solo se logró llenar la primera planta del recinto.

Lo que sigue

La pereza y la cobardía son las causas de que la mayoría de los hombres, después que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de conducción ajena (naturaliter majorennes), permanecen con gusto como menores de edad a lo largo de su vida…” Immanuel Kant, Respuesta a la pregunta: “¿Qué significa la Ilustración,” en: Kant y la Sociedad Moderna. Ensayos. Rubén Jaramillo, EV, Bogotá, 2022, p. 180.

                                                   En su discurso, al final del acto político, Gustavo Petro, invitó a no realizar más concentraciones en recintos cerrados, sino apelar a la plaza pública como lo ha venido haciendo regularmente.

Con una asistencia superior a las 3.500 personas, las menciones periodísticas al acto del Pacto Histórico fueron insignificantes. Para la muestra está El Tiempo de Bogotá que registró este evento en apenas una notícula de páginas interiores y pare de contar!

Mientras que, una entrevista a Ingrid Betancourt aparecida el mismo día en el diario bogotano, multiplicaba por diez el espacio a ella dedicada comparado con el de Petro.

Está claro, que los medios de comunicación más importantes no están entusiasmados con el rumbo actual del Pacto Histórico. A la fecha, hay dos alianzas que se disponen a cubrir el proceso electoral: la alianza El Tiempo/Semana que organiza un primer debate en la última semana de enero, donde no aparece registrado hasta ahora el nombre de Alejandro Char.

La otra es la del grupo Prisa, Caracol/la W, donde Roberto Pombo, antes el director de El Tiempo es el encargado de coordinar un ejercicio que según su propio autobombo tiene una cobertura de 10 millones de radio escuchas. De otra parte, la alianza El Tiempo/Semana sumados dicen que en redes tienen alrededor de 28 millones de seguidores.

Entre tanto, aunque el asunto de la guerra y la paz haya perdido posición en la agenda de los candidatos a la presidencia, es un hecho que las acciones en Arauca, el Cauca y Nariño recuerdan a propios y extraños que el posconflicto está “biche”, y que urge referirse a él de manera clara y contundente para desmontar el para-presidencialismo y el régimen que lo reproduce. Se trata de una crítica en acto al orden político colombiano, de mayor calado que las medias tintas del crítico y ensayista mexicano Enrique Krauze para combatir con ardentía el progresismo y la independencia de Amlo.

La opción de la paz es fundamental en la canasta de quien aspire a triunfar, y, entonces, los dos bandos, el de la paz y el de la guerra, arreciarán sus voces y sus interpelaciones al electorado, desafiando la cuarta y más contagiosa ola pandémica, que descubre la profunda desigualdad de Colombia. Es la punta del iceberg de lo prometido, registrado e incumplido de la Constitución de 1991, es decir, que el estado promueva que la igualdad sea real y efectiva.

Van ya más de 30 años. Se le ha hecho conejo al núcleo progresivo de la nueva Constitución. Nadie puede olvidarlo, porque lo prometido es deuda y los subalternos lo saben y exigirán en medio de una pandemia social violenta que produjo el pronunciamiento y la censura del Consejo de Seguridad de la ONU.

Toda Colombia está notificada del compromiso ante sí y el mundo, si quiere alcanzar la mayoría de edad que requiere. Está en la primera línea de atención local y global. 2022 será un año para no olvidar. Es cuando habrá una solución, por fin, democrática subalterna o catastrófica para la crisis de hegemonía cuya secuencia arrancó en el año 2010, cuando volvió a retomarse la senda de una paz insuficiente.

 

 

 

miércoles, 20 de octubre de 2021

 

¿QUÉ SE JUEGA COLOMBIA EN EL 2022?

EL CENTRO Y EL JUEGO DEL CALAMAR.

Miguel Angel Herrera Zgaib, PhD

Director del Grupo Presidencialismo y Participación

Presidente de la IGS-Colombia.

 

“Para mí era claro que acabábamos de franquear la frontera entre democracia y dictadura. La nuestra era la dictadura del crimen organizado aliado con la política y la corrupción.” Ingrid Betancourt, Una Conversación pendiente. En ET, 29/08/21, p. 2.3.

 

“Yo creía más en la tesis de una cooperación narcoparamilitar, con esa mano negra de la que hablaba Hernán Echavarría. No comparto la opinión de Ingrid sobre ese tema, y creo, usando la misma pregunta de “quién se beneficia,”…no había un beneficio directo para Samper o para Serpa.” Juan Manuel Santos, Op cit., en ET, 29/08/21, p. 2.3.

“En conclusión, el mundo está atravesando una extraña época en la que se combinan cuellos de botella de corto plazo con cambios fundamentales de largo plazo.” Ricardo Ávila, Dolores de crecimiento, ET,  10/10/21, p. 1.27.

 

En un libro de reciente aparición, Juan Carlos Torres, el escritor de cabecera del expresidente Andrés Pastrana, y otras tantas figuras de la política, publicó el 1o. de septiembre, Una conversación pendiente, donde escogió dos interlocutores muy especiales para hablar de Colombia en presente. Para ser más precisos, del último cuarto de siglo contado a partir de 1996.

Los protagonistas de la primera línea oligárquica son, ni más ni menos que, una pareja de enfants terribles, díscolos e innovadores: Ingrid Betancourt, la censora más dura de las ejecutorias de las Farc-Ep, durante la negociación de San Vicente del Caguán, y Juan Manuel Santos, el firmante de los Acuerdos de paz de 2016, con la principal insurgencia subalterna de Colombia, de los últimos cincuenta años.

En la parte del libro del periodista Torres que divulgó el diario de Luis Carlos Sarmiento Angulo, el centro de interés se centra, en apariencia, en el asesinato de Álvaro Gómez, y la responsabilidad o no en su “magnicidio” por parte del expresidente Ernesto Samper. Ante el hecho de su explícita exculpación por parte de la confesión que rindió Lozada, del secretariado de las ex Farc-Ep, responsabilizando a su organización del asesinato perpetrado.

Es importante tomar en cuenta estas dos voces, porque una y otro encarnan los más lúcidos dirigentes de la oligarquía colombiana, quienes han entendido la realidad del momento político nacional, como uno en que la disputa se trasladó al ámbito de la hegemonía, y que ya no es más el campo de batalla el territorio que resuelve la contradicción principal que permite o impide que la oposición progresista sea al fin gobierno.

Betancourt y Santos, en apariencia, de nuevo, fijan sus miradas y su esperanza en el centro político. Ninguno se atreve a nombrar a Gustavo Petro más de lo necesario, pero ambos reconocen que el régimen para-presidencial es un obstáculo, sin llamarlo de ese modo, que haga posible que el centro derecha o izquierda triunfe. Aunque Ingrid ubica bien, en la presidencia de Ernesto Samper el arranque del experimento del régimen parapresidencial, que en sus palabas está marcado por el asesinato de Álvaro Gómez, el contradictor principal del presidente.

Este episodio muestra la otra cara de la Constitución de 1991, que le apostó a consagrar constitucionalmente la vía neoliberal de la economía. A cinco años de su vigencia había puesto en movimiento la protesta armada y desarmada de los subalternos. Para reprimirlos se había montado el laboratorio paramilitar en la gobernación de Antioquia, con Álvaro Uribe y Pedro Juan Moreno como sus organizadores, y los departamentos de Antioquia y Córdoba como sus laboratorios.

A treinta años de su existencia, el principal contradictor del bloque de la dominación oligárquica, Gustavo Petro, defiende lo que de progresivo queda en la Constitución de 1991. Mientras que la reacción, con el binomio Duque/Uribe por todos los medios a su alcance quieren hacer trizas la promesa de la igualdad social, que habilitaría las acciones de reforma en el caso que el triunfador fuera el candidato de la oposición.

De ahí que sea sintomático, indicativo, que Ingrid y Juan Manuel, a su manera, conversen sobre el presente político de Colombia, sin que destapen las cartas del todo, todavía. Los dos juegan al póker, y no quieren descubrir los aces. Metámonos a ese casino para mostrar las cartas, y, en cierto modo, anticipar las manos posibles.

Las mieles del extractivismo

“Las cotizaciones del petróleo se han duplicado, mientras que las del carbón se han multiplicado por cinco con respecto a hace 12 meses – a más de 200 dólares la tonelada…” Ricardo Ávila, ET, 10/10/21, 1.27.

“…la mejor dinámica del comercio internacional, en medio de la fuerte escasez de contenedores, hizo que al corte de agosto las exportaciones de Colombia sumaran 3.318 millones de dólares, para un aumento de 28,4 por ciento frente a igual mes de 2020, número que también superó, en 1,7 por ciento, el registro del mismo mes en 2019, cuando las ventas fueron de 3.264 millones de dólares.” Redacción de economía y negocios. Señales, en ET 10/10/21, p 1.26.

 

                                                          Al mismo tiempo, después de prenderse las alarmas de la economía colombiana, y atribuir la situación a la pandemia, y luego a la protesta de los más, jóvenes, mujeres, y pobres volcados en calles y plazas, protagonistas del estallido social, para exigir atención al drama que padecían y padecen. Luego de haberse hundido la contrarreforma económica y con ella su padre putativo, Alberto Carrasquilla es un hecho aceptado por todas las autoridades y estudiosos en la materia, que Colombia crece.

Es la sorpresa del economista José Antonio Ocampo, profesor de Columbia: “Es una coyuntura totalmente inesperada.” Entre otras cosas, porque el extractivismo vuelve a tener un segundo tiempo, con la subida en los precios del petróleo, y, en particular, el carbón. Las divisas por esos conceptos están creciendo. El mismo BM señala para el país, que tendrá una expansión del 7,7, el JP Morgan 9, y Bancolombia indica que el crecimiento será de 9,6 por ciento en el año que corre.

En paralelo, local y globalmente se esgrime como contra-argumento el fantasma de la inflación, que puede golpear de manera mucho más severa a las economías emergentes. Algunos hasta llegan a pensar en lo que ocurrió a comienzos de los 70, hace medio siglo, cuando se presentó el fenómeno de la estanflación que le dio carta de ciudadanía global al neoliberalismo como receta.

Ocampo, citado por Ávila, afirma que no repetirá la estanflación, o que, en todo caso, es muy reducido. Pero, a primera vista, preocupa a todos, y Colombia no es la excepción, no por las mismas razones, la transición energética que se vaya desprendiendo de los combustibles fósiles, lo que implicará significativas variaciones en los precios de la energía que ya empiezan a insinuarse en el mundo desarrollado, y, con todo, las fuentes más inmediatas siguen siendo los tradicionales carbón, petróleo y gas.

Todo lo anterior pone en guardia a los consumidores, a quienes no se les puede contener con el argumento de la pandemia, y las restricciones que a la libertad ésta entraña. Tal y como se ha visto primero, en forma violenta en Italia, con las protestas masivas contra el “green pass,” que por lo pronto lidera el neofascismo.

Con todo, la gente moviliza su descontento, cuando ve que su dinero tiene menos poder adquisitivo, con las consiguientes consecuencias electorales para los sectores medios que cambian sus lealtades circunstanciales, y votan otros candidatos. A la vista están los casos recientes de Italia y de Alemania, en particular.

 

 

El encuentro entre economía y política

“Sin duda, la construcción de edificaciones se ha convertido en uno de los pilares fundamentales en la reactivación del país y seguirá jalonando la recuperación.” Jonathan Malagón, ministro de vivienda.

                                                                  En Colombia, el candidato más opcionado de la oposición, Gustavo Petro, insiste en la urgencia del cambio de modelo económico, salir del extractivismo; y no como algo que ocurrirá en años. A contramano de estas exhortaciones y promesas, la Agencia Nacional de Hidrocarburos suscribe 4 nuevos contratos de exploración, con una inversión de casi US$ 1.400 millones.

De otra parte, el presidente de la Drummond, José Miguel Linares no oculta su alegría, para decir que “el momento es bueno y hay que aprovecharlo”. ¿Por qué? La extracción de carbón llegará a 60 millones de toneladas, esto es, con un incremento del 20 por ciento en comparación con el año 2020.

A su turno, el Dane acredita que la producción industrial creció en julio un 10,1 por ciento real frente al mismo periodo de hace dos años; y las ventas a un ritmo de 10,6 por ciento bienal. También la vivienda viene creciendo, como lo informa el ministro de vivienda  Jonathan Malagón. Se ha roto el récord de venta de vivienda, y empleó para agosto a más de 1 milló de personas, con un incremento de 142.000 empleos más que en igual mes de 2020.

Todo lo anterior sumado en el presente coloca el crecimiento del país en 2021, para América Latina y el Caribe, por encima de México, Brasil y Uruguay, y por debajo de Perú, Chile y Panamá. En dinero, esto se traduce en que Colombia va a producir 19 billones más de lo que se calculaba hasta junio, cuando se pronosticaba un crecimiento del 5,9 por ciento. Ahora que la revisión del BM lo subió 1,8 por ciento más. Eso sí, la inflación no para, y en septiembre iba en 4,51% anual.

¿Qué efectos puede tener la mejora económica en las posibilidades de la oposición para derrotar al candidato de la reacción y la derecha? Sin duda, el que las encuestas hayan parado alrededor del 30%, en la favorabilidad para Petro, según las mediciones del último trimestre guardan una cierta relación con lo que viene pasando en la economía. Habida consideración que las mediciones, de modo general, auscultan las expectativas de los diversos sectores que componen la clase media.

Ahora bien, la clase media será decisiva tanto en los resultados de la primera como la segunda vuelta. La presencia de nuevos contingentes de votantes, derivados de la pésima política social, y los beneficios descarados para el capital financiero, que se convirtieron en el combustible del ciclo de protestas que arrancan desde 2018, y se precipitan a partir del 29 de abril durante 2 meses de sostenida movilización y deliberación, no están organizados de modo efectivo.

Tampoco es suficiente la convocatoria de Petro en las grandes plazas que comenzó en Barranquilla para equilibrar las cargas. Se trata de cubrir la brecha de alrededor de 3 millones de votos que tendrá que remontar. Partiendo de los 8 millones obtenidos cuando perdió ante el candidato de la reacción.

Por esas razones, la interpelación al centro, y en particular, a la Alianza Verde es definitiva. De ahí que convenga darle un vistazo crítico a lo que está pasando con este partido, con base en los últimos desarrollos conocidos.

Hacia dónde alumbra la linterna verde

“Ahora en marzo, mediante una consulta interpartidista en la Coalición de la esperanza se elegirá a un solo candidato que irá hasta la primera vuelta, y la idea es que llegue hasta la segunda. “ Antonio Navarro. La división de los verdes, ET, 27/09/21, p 1.6.

“¿Por qué a ellos les da temor que nosotros podamos juntarnos con el Pacto Histórico, si tampoco están dispuestos a la unidad sin vetos?” Inti Asprilla, representante de la Alianza Verde, AV. ET, 13/10/21, p. 1.4.

“…la imperiosa necesidad de llevar a cabo una consulta popular el 13 de marzo de 2022 que permita unir al centro.” Reunión de Alejandro Gaviria y los Verdes, ET, 26/09/21, p.1.14.

                                                             En la entrevista que María Isabel Rueda le hizo a Antonio Navarro, candidato presidencial de lo que fuera la AD/M19, y figura relevante en la trilogía que orienta la Alianza Verde, junto con Ramón González, fundador del Partido Verde, insiste en la siguiente verdad: se necesitan votos de centro, de centro izquierda, de izquierda, todos unidos para poder ganar la elección presidencial.”

En cuanto al modo de conseguir tal victoria, a Navarro tampoco le cabe duda cuando contesta a la periodista Rueda: “para poder conseguir esa cantidad de votos hay que crecer, sobre todo en el centro y la centro izquierda…” Antonio concluye, anticipando una respuesta a Gustavo Bolívar coequipero de Petro, y ahora desde Miami, cuidando por su vida: “Quienes plantean que se puede ganar en primera vuelta están equivocados.”

En el entretanto, la Alianza Verde, AV, se anticipó a auscultar a sus seguidores mediante la realización de tres encuestas que son indicativas de lo que pasa en el Centro político, por ser este agrupamiento el más representativo, y el de más notable crecimiento, palpable en los resultados electorales del año 2019.

Las encuestas las hizo el CNC y EcoAnalítica, pero los resultados no son vinculantes. Sin embargo, sí son indicativos  para cuando el próximo 22 de octubre, la Alianza Verde, su dirección nacional, compuesta por 59 personas resuelva los asuntos principales: la consulta con la Coalición de la esperanza, el candidato de la Alianza, y si se unen o no en la primera vuelta con el Pacto Histórico que lidera Petro. Más aún, si, en últimas, se deja en libertad a la militancia para que apoyen al candidato que les parezca.

Pero, qué anticiparon las encuestas. La del CNC mostró que el 53% de los militantes están de acuerdo con la alianza con la Coalición de la Esperanza para la primera vuelta, mientras que el 37 % que lo sea con el Pacto Histórico. La encuesta con los simpatizantes, realizada por EcoAnalítica señala que el 41% apoya la alianza electoral con la Coalición en la primera vuelta. En la encuesta con los elegidos por la AV están de acuerdo con aquella alianza electoral de las fuerzas de Centro.

Las tres partes encuestadas, militantes, simpatizantes y elegidos por la AV, están de acuerdo que se debe buscar la unidad entre el Pacto Histórico y la Coalición de la Esperanza, para que el triunfador en la primera vuelta tenga el respaldo unificado para el ballotage. El 67 % está de acuerdo según CNC, y el 55% según EcoAnalítica.

De otra parte, en cuanto a intención del voto, consultados los militantes de la AV, las mayorías están con Petro, pero, los elegidos dan como ganador al exgobernador Carlos Amaya, cuyos orígenes políticos se retrotaen a su activismo como líder estudiantil de la Mane entre los años 2010 y 2011.

Pero, al respecto, la intervención de la senadora Angélica Lozano es contundente al decir, a contravía de la encuesta de militantes, que el apoyo a Petro es algo de la competencia de la Coalición de la Esperanza y no de la AV. En correspondencia con lo acordado por la dirección nacional en marzo de este año.

Frente a esta apreciación, Camilo Romero e Inti Asprilla, quienes hicieron parte del progresismo, pero se quedaron en la AV, cuando Petro se separó para darle existencia primero a la Colombia Humana, y ahora al Pacto Histórico, halan para el otro lado. La lectura de Romero de los resultados de las encuestas es: “La propuesta que hemos hecho de la unidad de todos los sectores alternativos gana en todos los escenarios.”

Una tercera voz es la de Katherine Miranda, del agrupamiento del Centro más decisivo. Tal y como lo fue cuando el candidato era Sergio Fajardo, quien marcha segundo en las preferencias nacionales.

El juego del Calamar

“Es claro que su muerte (la de Álvaro Gómez) sí benefició al gobierno de Samper. Primero, porque amedrentó a la oposición y la puso en jaque; segundo, porque se acabó con todo el clamor que había en el país para que Samper renunciara.” Ingrid Betacourt, Op.cit, en ET, 29/08/21, p. 2.3.

“Con lo dicho, el ámbito de la democracia, impulsado por el despertar de la multitud ciudadana, no solo cuestiona la continuidad de las políticas comunitarias que desmontan su proyecto de igualdad social, para reemplazarlo por la promoción de la sociedad de propietarios en el campo, sino que la acción local y regional de la multitud exige, a la vez, el impulso a una política de paz con justicia social.” Christian H. Rodríguez, Gobernabilidad Planetaria y Resistencia Democrática, en El 28 de mayo y el presidencialismo de excepción en Colombia (2007). Unijus/Universidad Nacional, Bogotá, p. 101.

Ahora retrocedamos, para recordar lo que fue la conversación entre Ingrid y Juan Manuel, en relación con la genealogía de la degeneración democrática en que devino el orden político constitucional, neoliberal, refundado en 1991. Esto es, ¿de qué modo se fue armando, emergiendo un régimen político de excepción de hecho?

El que aún permanece,[1] y que el grupo Presidencialismo y participación calificó de Parapresidencial; porque fue sustituyendo a lo largo de un cuarto de siglo[2], el hiperpresidencialismo que acorazó la débil propuesta de la participación democrática defendida por la fuerza de oposición, Alianza Democrática, M19, segunda en la votación de delegados a la Asamblea Constituyente realizada en diciembre de 1990.

Para el año entrante estamos delante de un aparente laberinto, afrontamos un juego a muerte, tan letal en materia política como el juego del calamar, el éxito mundial en las series de Netflix. Invención y no por nada de un coreano. Veamos entonces qué pasa con los devaneos del Centro que aún exhibe como su campeón en barrena al matemático Sergio Fajardo.

De todos es sabido, que Fajardo descalifica a Petro, e impuso el veto al interior de la Coalición de la Esperanza, para que compitieran todos en una consulta a más tardar para el mes de marzo. Pues Miranda, al examinar las encuestas, concluye: “La encuesta refleja que cada uno está haciendo campaña para la presidencia por su lado.”

El resultado es que se impide la unidad del sector alternativo para enfrentar al candidato de la derecha y la reacción, que empezará a perfilarse en el mes de noviembre, cuando el CD realizará sus encuestas, para escoger quién lo representará en lo que sigue siendo el Bloque de la Guerra, y que insiste en la fórmula de liquidar políticamente a la guerrilla firmante de la paz, y al Eln, que sigue detenido en La Habana, por obra del CD y el presidente Iván Duque.

La aritmética del Congreso

En cualquier caso, según las cuentas de Antonio Navarro en la pasada votación por Petro, la Alianza Verde le puso de los 8 millones, 3.2 millones.[3] ¿Qué de verdad tienen tales cuentas? Es un hecho que en la primera vuelta de las presidenciales Petro superó a Fajardo, y las cifras son conocidas. Ahora, si la tendencia que triunfa es la que Navarro representa, el resultado de la elección presidencial se va para la segunda vuelta. Y la que animan Romero y Asprilla tendrán que aceptarla a riesgo de producir una división inconveniente.

Sin embargo, según otras cuentas, se piensa que la derecha y la reacción podrían así ganar en la primera vuelta, y dejar a los alternativos viendo un chispero. En cualquier caso, las cuentas están claras, y hay un factor no medible todavía. Cuántos colombianos movilizados durante el estallido social del 29 de abril están dispuesto a votar, y por quién lo hará.

Esto último tendrá que ver con la aritmética que descubran la composición de las listas al Congreso que la Colombia Humana y su alianza del Pacto Histórico elaboren. Es decir, qué lugar reconocerán a los sectores en rebelión y desobediencia civil que se movilizaron a riesgo de sus vidas. Ello será prenda de garantía para fortalecer sus procesos organizativos, a la vez que para garantizar el cuidado de los votos en todas y cada una de las mesas de la elección más importante que se haya disputado en la historia contemporánea de Colombia. Sin olvidar lo advertido hace tantos años por el cura Camilo, “el que escruta elige.”

Estamos en la posibilidad de un evento que ya no fue posible en dos oportunidades, impedido por la eliminación física de los pre-candidatos presidenciales Jorge E. Gaitán y Luis Carlos Galán. Es a lo que me refiero como un componente de la que llamo en mi investigación doctoral una revolución democrática interrumpida.

 Esta vez, el adversario del bloque dominante y del régimen parapresidencial es un progresista, y tiene dos competidores, uno conocido, Sergio Fajardo, que marcha a la saga, y un emergente, Alejandro Gaviria, ambos hijos de la Universidad de los Andes.

 Para fines de septiembre, Alejandro anunció desde Cali, el 24 de septiembre que en la recolección de firmas ya llevaba 300.000 obtenidas en 24 días.  Tendrá primero que llegar a las 580.620 exigidas, lo que supone que como mínimo presente ante el Consejo Nacional Electoral 1 millón, para precaver las anulaciones. No pocos piensan, la tendencia mayoritaria de AV, tenerlo como principal interlocutor; que en Marzo se podría juntar el Centro en torno a su nombre como recambio de Sergio Fajardo, que parece perder favoritismo.[4] Pero veremos.

En el curso de año, y en todo caso, antes de enero de 2022, cuando en forma, oficialmente comience la campaña lo sabremos a ciencia cierta. Para dónde irá cada uno de los así llamados alternativos, y si tendrá del otro lado que enfrentar a Oscar Iván Zuluaga acompañado por una mujer, María Fernanda Cabal, que no ceja en su aspiración presidencial, cuando menos en la primera vuelta.

Así las cosas, otro gallo cantará en la segunda vuelta, y la sorpresa será mayúscula  para entonces. Por lo pronto, puesto que el Centro existe, en Colombia también existen la derecha y la izquierda, como lo recordaba Norberto Bobbio, pero aquí, puesto que la guerra y la paz tampoco se han resuelto existe también la reacción, y su principal representante es el Centro Democrático, y puso por tercera vez presidente, y está en funciones, con los poderes que tiene a su alcance.

 

 



[1] Y se agrava, alcanzando la cota denunciada por Ingrid Betancourt, una dictadura, que el pensamiento de izquierda para los años del estatuto de seguridad caracterizó como una dictadura civil, el cual durante el gobierno de Iván Duque reverdece con la contundencia de la hiedra.

[2] Ver el libro El 28 de mayo y el presidencialismo de excepción en Colombia. Unijus, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 2007.

[3] Cálculo que no revela cómo lo hizo en la entrevista con María Isabel Rueda, pero que, en todo caso, parece responder a la sumatoria de las votaciones obtenidas, de modo principal por lo senadores elegidos por la Alianza Verde, AV, en 2018.

[4] Ver la reciente encuesta del CNC contratada por Semana, y realizada en 42 municipios de Colombia. Un survey más allá de las grandes ciudades. Aquí sigue en la delantera Gustavo Petro, 19,7 por ciento, quien recuperó puntos, mientras que Sergio Fajardo, 5,8 por ciento, continúa bajando, pues antes marcaba 7%. Antes Petro había perdido 8 puntos porcentuales, pero viene en alza. La novedad está en la presencia del excalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, 4,6 %, quien se acerca al histórico segundo, mientras que Alejandro Gaviria, un nuevo en la aspiración presidencial marcó 2,6 %, y Juan Manuel Galán, con el Nuevo Liberalismo con personería recuperada, va en caída, de 6 ya va en 4,2%. En las filas de la reacción quien puntea es María Fernanda Cabal, con 3,2 %, arriba de Oscar I. Zuluaga que tiene 1,8 %. De ahí que Semana califique a todos los rivales de Petro de enanitos. Pero, claro, no para convertir a Gustavo en “Blancanieves”.

miércoles, 18 de agosto de 2021

 

SENTIDO COMÚN DOMINANTE, OPOSICIÓN ELECTORAL Y FASCISMO SOCIAL.

DESENLACE HEGEMÓNICO. PARTE IV.

Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD

Presidente lnternational Gramsci Society, IGS-Colombia.

Director del Grupo Presidencialismo y participación. Unijus/Minciencias.



La representación en clave político-cultural.

“…hay dos propuestas de dónde escoger.” Angélica Lozano, senadora de la Alianza Verde.

A la vista de tod@s está la disputa “civilizada y tramposa” del pasado 20 de julio en la elección de la mesa directiva del Senado; porque ella marcó a propios y a extraños el partidor del ciclo de elecciones en Colombia.



Estas serán en menos de un año el colofón que resolverá cuál es el estado de nuestra democracia en el desenlace de una prolongada crisis de hegemonía que afecta la dirección y el rumbo de la sociedad civil actual.



Indicándonos quién o quiénes tendrán las mayorías del Congreso, y de qué bloque saldrá el ganador de la presidencia como probable resultado del ballotage para el año 2022. Las elecciones mostrarán si en el posconflicto la comunidad política legitimará una vez más el gobierno del bloque de la guerra.



O si tendremos un viraje, con el catalizador del paro de 70/90 días, dando carta de ciudadanía a un nuevo pacto que refunde a Colombia, para bien. Un pacto histórico que la revista Contravía anticipaba al final del siglo pasado, como un urgente modo de secularizar al país. Dándole tránsito, por fin, a la modernidad democrática que exige una lógica adversarial, civilizada.



Sin duda, con independencia del resultado, este ciclo electoral es definitivo en materia de representación. Comporta de manera ritual, por una parte, la elección de congresistas, con un repertorio necesario de consultas paralelas; y de otra éstas revelan ante la opinión pública la debilidad manifiesta de los partidos que contienden como tales para movilizar a nuevos y viejos electores.



Servirá para impulsar la quiebra del sistema presidencialista y darle paso, cuando menos, a una forma de semi-presidencialismo, del que ya tenemos ejemplos en América Latina.



Una parte importante de la comunidad política que gobierna con Iván Duque y el Centro Democrático, es la que llamo el partido de la guerra, porque se resiste en política a salir de la teología política, la relación amigo-enemigo, en lugar de transitar a la lógica secular.



Hace cábalas y nuevas marrullas con respecto a “cortarle vía” al presente del partido de la paz como alternativa de gobierno del estado. Partido éste que vuelve a estar dividido entre dos proyectos que lideran la Coalición de la Esperanza y el Pacto Histórico.



Estos dos parecen, con todo, apostarle a la lógica política adversarial sin la cual la democracia representativa liberal es inviable; así que se colocan en el ala de la modernidad política que toma distancia del legado de Carl Schmitt, que fue incluso incorporado en el discurso de las izquierdas de la primera mitad del siglo veinte.



Á propos de la hegemonía: lógicas y sentido común dominante



“Nos exponemos a que perdamos las elecciones nuevamente.” Senador Gustavo Bolívar.

Decentes/Colombia Humana.

En Colombia, el líder del Centro Democrático, en caída libre su popularidad, junto a sus acólitos, prefiere lucrarse de la “guerra de religiones,” especulando sobre el enemigo interno, intentando reencauchar vandalismo y terrorismo, para estigmatizar a los pobres, jóvenes y mujeres movilizados a partir de 2019, y en forma masiva, en los primeros setenta días del paro.



Quienes podrán estar dispuestos a votar, organizados para hacerlo en el tiempo que queda. Pueden garantizar, si se deciden, el triunfo de las fuerzas de oposición en el congreso, hasta llegar incluso a disputarle la presidencia a la coalición de reacción y derecha, que constituye el partido de la guerra.



Pero, de modo general, después de los extraordinarios resultados obtenidos en la elección separada para presidencia en 2018, se trata a como de lugar, de cortarle las alas la Oposición progresista que nació como tercera fuerza bajo la fórmula de la Alianza Democrática- M 19.



Aquella confusión entre política y religión, que es estrategia tradicional de la reacción y la derecha es el fruto envenenado, pero aún eficaz de una heredad en parte novohispana, en cuya fabricación confluyeron, de modo principal, componentes jesuíticos y dominicos.



Es una herencia que se retroalimenta y que se resiste a morir. La experiencia de la teología de la liberación no obtuvo una raigambre tan fuerte en Colombia, porque la radicalización de su más carismático líder, el padre Camilo Torres, y no solo él, se enmontaron, como el célebre Poliarco, hasta la muerte natural.



Durante la década de los sesenta abandonaron los espacios de la sociedad civil, tomaron las armas, en lugar de profundizar, ahondar en la lucha por la dirección hegemónica de las comunidades religiosas, católicas y cristianas.



Así las cosas, el grupo de Golconda perdió al principal reformador con causa en los pobres, de la iglesia católica, apostólica y romana en Colombia. Para la cual el poeta Jorge Zalamea Borda escribió una diatriba fenomenal, El sueño de las escalinatas, con no poca influencia de Saint John Perse, de quien fuera traductor al castellano.



La caracterizo así, porque tomo en cuenta algo que indaga de manera sostenida el italiano Loris Zanatta, doctor en historia, con respecto a las raíces del populismo peronista en Argentina que explican en parte su permanencia hasta nuestros días.



Aclaro, que el de Argentina es un populismo que no podemos confundirlo con la versión desteñida, descafeinada del populismo colombiano, donde la igualdad social es una promesa incumplida desde los tiempos coloniales en adelante. Además, el nacionalismo es un asunto en el que se entremezclan de modo explosivo religión y fútbol, por un lado.

Por el otro lado, Colombia perdió territorios estratégicos como Panamá, donde, sin embargo, los Estados Unidos, su gobierno depredador, resultó ser el “mejor amigo” de la elite oligárquica desde Eduardo Santos, quien abandonó pronto el entusiasmo por Sandino, el general de hombres libres, ante la invasión imperialista de Nicaragua.



El nacionalismo colombiano resulta ser una comunidad imaginaria por excelencia, ayuna de satisfacciones materiales. Erigida sobre dos creencias, primero un dios católico, apostólico y romano que alimentó la Violencia en los campos, durante el medio siglo pasado, mientras reinó casi solitario desde la conquista de Precolombia.



Luego el fútbol ocupó ese lugar entre la multitud urbana, que difundió la nueva pasión laica con El Dorado del medio siglo pasado. El detonante fue una huelga de futbolistas contra la Afa en Argentina, que nutrió el nuevo espectáculo de masas, como las misas con su ritualidad de fin de semana, .



Fue un tinglado montado después del asesinato de Gaitán, y en medio de la violencia en los campos. Esta segunda creencia se nutrió en su implante definitivo en las ciudades y sus barriadas populares tanto de la bonanza cafetera como la paz impuesta por el general Gustavo Rojas Pinilla a la guerrilla liberal que por miles resistía y crecía en los Llanos, pero sin la autonomía suficiente de quienes seguían siendo sus gobernantes en la sombra.



De ese modo se trasladó en Colombia, con la pacificación del medio siglo la pasión por los equipos de futbol del campo a las ciudades pobladas de migrantes desplazados; organizándolos a la postre con parejas de pobres y ricos.



Los equipos de fútbol de Millonarios y Santafé en Bogotá son ejemplo vivo de este dualismo socializador que se repitió en las grandes ciudades que resultaron de la urbanización, acrecentada como fruto amargo de la desposesión, y el desarraigo campesino sin reforma agraria, y perseguido a sangre y fuego.



En el siglo pasado se sitúa esta secularización bizarra, impregnada de la lógica teológica amigo/enemigo, que se repite en los estadios y sus alrededores, en tiempos de pandemia y bajo los estallidos autoritarios de Claudia López y su comparsa light, el secretario de gobierno, Luis Ernesto Gómez que gusta de los tennis Convers como el senador Petro los zapatos Ferragamo.



Un caso relevante es el estadio Nemesio Camacho, “El Campín, en cuyas salidas ya no se come fritanga al aire libre, prohibida para resguardar la salud pública, - como antes se hizo con la chicha Muisca en los comienzos del siglo XX, por indicación del higienista Bejarano -, pero las barras bravas y bandas de jóvenes en cambio desfogan sus frustraciones.



Se golpean hasta casi producir la muerte del contrario, sin “ensañarse” como los “vándalos” del presente, en estrellar su furia contra los bienes muebles e inmuebles, la sacrosanta propiedad privada, cuya presencia privilegiada importa más que preservar la vida de los pobres, donde las barras bravas olvidan la consecución de la igualdad social embriagadas en la orgía del fanatismo futbolero.



Oligopolio de los cacaos, asesinatos, y estallido popular



La gran división social la aprovechan, reproducen y recuerdan quienes son los verdaderos dueños del país, antes y después de la pandemia, cuyo inventario actualizado continúa haciendo el economista Julio Silva Colmenares.



Este viernes, precisamente, falleció una figura representativa, el señor Carlos Ardila Lulle, cuya fortuna partió, dicen, de la industria de las gaseosas, con la firma Postobón. Quebró a rivales a diestra y siniestra, casándose con una heredera de Hipinto, valiéndose luego del monopolio de Peldar, al que le puso el ojo. Después juntó al Atlético Nacional con RCN, y santo remedio.



Al lado de los monopolios, que con pandemia multiplican con desparpajo cínico sus ganancias, fruto del capitalismo político que es el que aquí impera, crece la cuenta de más de 111.000 víctimas mortales. Es el fruto del desmantelamiento y privatización de los servicios de salud y sanidad.



Porque sigue la danza de las vacunas en Bogotá y todo el país. Aunque disminuya el conteo de muertes y contagios, y aparezca la amenaza del bautizado virus Delta, que aterroriza a otros países por la velocidad de su expansión.



La trágica campaña de eliminación personalizada de los excombatientes guerrilleros no cesa, para su dirigencia media el posconflicto desaparece como el espejismo de “la tierra prometida”.



El fascismo social perfecciona el asesinato S.A., con la búsqueda, casa por casa, mediante la “operación rastrillo” contra los jóvenes desempleados y miserables de Cali, que organizaron la llamada “primera línea” para proteger a los manifestantes de las agresiones del Esmad durante setenta días de intensa lucha callejera y barrial.



Esta organización que incluyó a las madres de la primera línea, se convirtió en signo de la revuelta y la rebelión ciudadana y popular de las multitudes contra el mal gobierno, el hambre y la desposesión crecientes desafiando el confinamiento de la pandemia. Sitiadas por el hambre se dispusieron a pelear por sus vidas en la calle.



Uno de los momentos más dolorosos y dramáticos conocidos fue al acribillamiento del joven que cubrió a la ingeniera alemana, Rebecca expulsada del país, y quien así salvó su vida.



Esta internacionalista encantada por el baile de salsa, no midió las consecuencias de ejercer la denuncia y la crónica free lance, en un país donde la libertad de prensa es para el oligopolio de los Cacaos que manipulan tanto precios como noticias.



La auto-organización de la primera línea y los puertos secos alimentados por la indignación resistente de las multitudes se extendieron a las otras ciudades como una respuesta espontánea al fascismo social ejercido por el para-presidencialismo en las concentraciones urbanas.



Oposición, fascismo social y Carta de derechos



Al fascismo social lo caracterizó Boaventura de Sousa Santos cuando nacía en los años 90, como componente del desmonte regresivo de la Constitución del 1991. Trizar la Carta de derechos no paró del todo, aunque después de treinta años lo frena en parte el cálculo electoral de la reacción y la derecha juntas.



Hacerlo con “descaro” aumentaría la cauda de votantes de la oposición política que lideran los dos Gustavos, quienes entretanto son el trompo de poner de la reacción con sus estratagemas mediáticas. Las encuestas le dan a Petro un 30% de favorabilidad que no es suficiente si la Oposición quiere ganar en primer vuelta



Mientras que la oposición de triple vertiente, Pacto, Coalición y Alianza continúan su marcha errática. Ahora añadió, en fecha reciente, la recuperación de la personería para el Nuevo Liberalismo con fallo de tutela de la Corte Constitucional.



Fue una personería a la que renunció el senador Luis Carlos Galán Sarmiento para retornar al Liberalismo oficial con la dirección del expresidente Julio César Turbay Ayala.



Era un acto parecido al retorno de Jorge Eliécer Gaitán al Liberalismo en la primera mitad del siglo veinte. Después de la Unir, él primero participó del gobierno de Alfonso López Pumarejo; y al retiro de Gabriel Turbay después de la derrota ante el conservador Mariano Ospina Pérez, a París, a morir. Gaitán el opositor siguió en la brega, y al triunfar en las elecciones de mitaca, Eduardo Santos le entregó “las llaves de la casa del partido”.



Siendo jefe liberal Gaitán fue asesinado el 9 de abril de 1948. Otro tanto le pasó a Galán Sarmiento, quien cayó en la plaza de Suacha. Un comando sicarial cumplió las órdenes del binomio Escobar Rodríguez Gacha con otras complicidades.



Ambos murieron en circunstancias políticas parecidas. Opositores singulares, liberales rebeldes, cuando tenían buena opción de ser presidentes de Colombia. Asesinados con una diferencia de medio siglo. Bajo la lógica reinante del amigo enemigo que el país político aún no resuelve de manera satisfactoria.



(Continúa)