miércoles, 16 de diciembre de 2015

A  CONTRAMANO

EL TIEMPO SE PIFIÓ

Miguel Angel Herrera Zgaib
Proyecto Historia de los Subalternos
Grupo Presidencialismo y Participación, Unal/Colciencias.

                                      No es novedad que esto ocurra, pero sí es significativo, que los responsables de la sección "Debes leer" de El Tiempo del pasado martes  15 de diciembre de 2015, en el artículo de una página, con que abren, titulado ¿Por qué Sinatra?, con ocasión de los 100 años de su nacimiento, se hayan equivocado de "cabo a rabo", al escribir su semblanza biográfica.

Pues sí

En la cuarta columna, después de haber hecho apuntes interesantes, este es el párrafo de una equivocación mayúscula, y de defectuosa redacción:

"Luego vinieron la historia, que comenzó con la orquesta de Tommy Dorsey; su matrimonio con NANCY SINATRA, su posterior rompimiento con Dorsey y, también, la Segunda Guerra Mundial" ( Ver p. 13)

El notorio gazapo consiste en casar a Frank con Nancy, su hija, una de los tres críos del matrimonio con su primera mujer, NANCY BARBATO, a quien Sinatra desposó en 1939, y quien aún vive. A la fecha, Nancy, nacida en Jersey City tiene 97 años; y tiene que estar sorprendida por semejante yerro.

La época más dura y oscura de la carrera del crooner fue el tiempo de la guerra, que él supo capear cantando a las mujeres trabajadoras, lejos del frente de guerra, donde morían y suspiraban sus maridos y prometidos. 

Al final de la guerra, y después de grabar I´ll Never Smile Again, Francis Albert Sinatra  hacía el tránsito al cine, para a partir de 1945, pasar de las veladas en vivo del Palladium a las proyecciones cinematográficas en el teatro Paramount, que coronorá con el Oscar ganado en "De aquí a la eternidad," en 1953.

martes, 8 de diciembre de 2015

LA DEMOCRACIA PLEBLISCITARIA POR LA PAZ

LA DEMOCRACIA PLEBLISCITARIA POR LA PAZ

David Jiménez*

Desde hace décadas, en América Latina se habla de la democracia plebiscitaria, un continente con tradiciones populistas y neo populistas que impiden el desarrollo de sistemas políticos democráticos, del cual Colombia no escapa en su historia política reciente.  Ahora con el proceso de paz, el Gobierno Nacional entre las fórmulas de refrendación tales como constituyente, referéndum, plebiscito, optó por esta última para convocar a la ciudadanía.

El plebiscito es una manifestación del pueblo convocada por el Presidente de la República, avalando o rechazando una decisión gubernamental.  Por ahora, el proyecto de ley estatutaria 094 de 2015 Senado – 156 Cámara de 2015, para regular el plebiscito por la paz fue aprobado hace una semana. En los debates de comisiones y plenarias, la coalición de la  Unidad Nacional demuestra mayoría absoluta para aprobar la iniciativa, es un hecho que se ha impuesto en toda la agenda legislativa.

A su vez, el plebiscito es una forma democrática para “oir” la voz del pueblo mediante un “Si” o un “No”; sin ningún tipo de discusión por parte de la ciudadanía. Es una forma incompleta de apelar al pueblo para las decisiones que le convienen al gobierno. La iniciativa aprobada en primer y segundo debate en Senado y Cámara, consagra que el plebiscito por la paz es aprobado por el “si” con la obtención de votos mayor al 13% del censo electoral y le gane al “no”.

El gobierno y su coalición, quieren lograr el apoyo para este mecanismo de participación democrática mediante el mínimo  electoral posible, en un país donde la abstención oscila entre 50% a 40%, de acuerdo con los resultados registrados en las elecciones de carácter nacional o territorial. En pocas palabras, se trata de asegurar el resultado a favor del gobierno, en materia de mecanismo refrendatorio, porque las Farc-ep han insistido en la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.

En el 2003, cuando el Presidente no controlaba la Corte Constitucional, a propósito entonces del Referendo implementado por Álvaro Uribe, muchas de sus preguntas fueron declaradas inexequibles por el alto tribunal, porque éstas confundían a la ciudadanía. Ahora el plebiscito confundirá aún más cuando la opción de la tarjeta electoral será un “SI” o un “No”; pero, en todo caso, vale la pena el interrogante inmediato:

¿La Corte Constitucional avalará la constitucionalidad de ese plebiscito cuya finalidad es el aval popular para las reformas de orden constitucional y legal fruto del proceso de negociación de la paz con las Farc-ep?

La democracia por y para la paz requiere algo más con urgencia, una democracia en términos reales, es decir, con deliberación y participación ciudadana en todos los ámbitos de la sociedad colombiana. La paz no puede usarse como instrumento de manipulación ciudadana por las vías electorales, para justificar las próximas reformas constitucionales en varios tópicos relevantes: justicia transicional, sistema electoral, congreso, entre otros; sino a la construcción de una ciudadanía responsable.

 Finalmente, basta recordar al constitucionalista exiliado en Salamanca, a raíz de la destitución del general Arias Cabrales, Hernando Valencia Villa, para quien las reformas a la constitución colombiana son Cartas de batalla; pero en este caso, un plebiscito para argumentar cualquier clase de reforma a la constitución, llega a “disparar” con pólvora mojada.

El Gobierno Nacional con su  “botín presupuestal”, reducido por la baja de los ingresos fiscales para 2016 por los precios del petróleo y la turbulencia económica internacional, pero “encantado” con el tesoro del bajel San José ; tiene la misión de ganar y movilizar a los votantes a favor de este plebiscito. Lo hará acudiendo a dos estrategias: el apoyo de su bancada de congresistas, compensados con su fórmula de “mermelada en Departamentos y Municipios”; y  utilizando una herramienta efectiva de control de masas, los medios de comunicación, tal como lo ordena el artículo 5 del aprobado proyecto de ley por el plebiscito por la paz. 

Pero, le falta el asentimiento de la contra parte, la insurgencia subalterna de las Farc-EP, que así como lo hizo con el referendo, antes, ahora, dice también no al mecanismo del plebiscito; y se queda sola en la exigencia de una asamblea constituyente, porque la “verdadera oposición”, el Centro Democrático con su prohombre ya defeccionó también en su altisonante petición inicial de una constituyente, hecha a su medida, esto es, con el menor de los riesgos posibles. 










* Politólogo, estudiante de maestría en estudios políticos. Participante externo del GPYP/UNAL. E-mail: presid.y.partic@gmail.com

Documentos para el debate en la educación superior


¡Cómo vamos?



En el marco de la discusión sobre la reforma intelectual y moral en Colombia, en el incierto rumbo de la modernidad entre nosotros, con los enfoques subalternos, poscoloniales y decoloniales incluidos, aquí el editor de El Espectador repasa la vida de Roberto Zarama, un egresado de la U. Nacional, forjado en interlocución con René Thom, teórico de las catástrofes, quien junta capital, matemáticas y capitalismo cognitivo, con el apoyo de una discípula política de Álvaro Uribe, Gina Parody, dispuesta a hacer realidad la contra-reforma educativa en Colombia.


Roberto Zarama, el arquitecto de Ser Pilo Paga

Con su propuesta de becar a los mejores estudiantes de bajos recursos en la universidad que elijan, pública o privada, Roberto Zarama sacudió los debates sobre formación superior en el país.
Roberto Zarama, el arquitecto de Ser Pilo PagaZarama: la consolidación del programa será cuestión de tiempo. / Óscar Pérez

Desde que era estudiante, Roberto Zarama se obsesionó con un tema: cómo una pequeña perturbación a un sistema puede producir una gran modificación en el comportamiento de ese mismo sistema, cómo al alterar una pequeña regla de juego es posible alterar todo el juego.
Estudió matemáticas en la Universidad Nacional. Fue discípulo de un gran matemático francés, René Thom, padre de la Teoría de Catástrofes. Cuando finalmente regresó a Colombia, hace unos 30 años, intentó aplicar las matemáticas para combatir la corrupción. Usaba modelos matemáticos para proponer ajustes en sistemas de auditorías. Como profesor en la Universidad de los Andes ha usado esas mismas herramientas matemáticas para entender fenómenos como los conflictos armados y más recientemente la educación.
Tan pronto explica su principal obsesión intelectual, las pequeñas perturbaciones que se magnifican, se revela el ADN del programa Ser Pilo Paga que la ministra de Educación, Gina Parody, decidió convertir en una de sus principales banderas educativas. Ser Pilo Paga es un intento, en el mundo matemático de Roberto Zarama, por crear una perturbación capaz de expandirse como una epidemia y, eventualmente, cambiar gran parte del sistema educativo.
“Hace unos años me preguntaron: Si usted solo pudiera tomar una decisión en educación, ¿cuál sería? Se me quedó esa pregunta en la cabeza. Luego pensé que le aseguraría un puesto en educación superior a cualquier persona que terminara la educación media”, recuerda Zarama.
Desde entonces comenzó a pensar en el problema de financiación de la educación colombiana. En 2011 le pidió a uno de sus alumnos de doctorado, Juan Felipe Penagos, trabajar en el asunto. Uno de los primeros pasos consistió en calcular la tasa interna de retorno de la educación superior. En otras palabras, qué tan buena era la inversión en el aprendizaje. “Hicimos cálculos demostrando que tiene un retorno espectacular”, dice Zarama.
Juntos notaron un fenómeno que atrapó su atención. Al revisar datos del Icfes encontraron que año tras año, entre 17.000 y 18.000 adolescentes colombianos de estratos 1, 2 y 3 obtenían resultados en el examen por encima del promedio. Se ubicaban en el 5 y 7 % más alto de toda la población. El problema era que al año siguiente de presentar el examen prácticamente ninguno ingresaba a una universidad y con el paso del tiempo sólo unos 4.000 lo lograban y menos de la mitad a una institución con acreditación de alta calidad.
¿Cómo era posible que los mejores alumnos no estuvieran en las mejores universidades, en las acreditadas? “Si yo fuera director de Coldeportes y me piden armar un equipo, sin duda elegiría a los mejores”, reflexiona Zarama. “Necesitábamos que esos alumnos entraran a las universidades acreditadas. Así nació este programa”.
Este año entró la segunda cohorte de Ser Pilos Paga a las universidades colombianas. La “pequeña perturbación” en el sistema educativo con que siempre ha soñado Zarama, 40.000 en cuatro años, que son pocos comparados con los más de 600.000 que se gradúan cada año de bachillerato, parece estar dando resultados inesperados: el debate sobre calidad en educación tomó una fuerza inesperada; las universidades públicas y privadas se han visto abocadas a nuevas reflexiones y reestructuraciones para recibir a estos jóvenes; la vida de los becarios y de sus familias ya comenzó a cambiar; también parece que los bachilleres se están esforzando un poco más para lograr una beca.
Zarama confía en su creación. Sabe que es cuestión de tiempo para que se consolide el efecto mariposa en las universidades colombianas que recibieron a los Pilos, para que esa pequeña perturbación inicial se amplifique y muchas cosas cambien.

* Editor de El Espectador

DOCUMENTOS PARA EL DEBATE EN LA EDUCACIÓN PÚBLICA SUPERIOR

HABLAN LOS DOCENTES DE LA U. NACIONAL DE COLOMBIA

A la Comunidad Profesoral y Académica

Carta abierta al señor rector Ignacio Mantilla

Discusión del Plan Global de Desarrollo 2016-2018 en el Consejo Académico.

Por Carlos Satizábal
Representante del profesorado al Consejo Académico
(Suplente del profesor Plinio Teherán).

Estimado señor rector Ignacio Mantilla

Apreciados y apreciadas colegas

El pasado viernes 27 de noviembre se discutió en el Consejo Académico el documento “Autonomía Responsable y Excelencia como Hábito - Plan Global de Desarrollo 2016-2018”, presentado por el señor rector.
Previo al debate de este documento, la comisión de los Claustros y Colegiaturas de las diversas sedes de la UN presentó la síntesis de los comentarios de la comunidad académica al plan global de desarrollo del señor rector. Fue un informe muy rico que constituye un gran aporte a la descripción de la situación actual de la Universidad Nacional de Colombia y a sus urgentes necesidades.
Dos grandes problemas revela la síntesis de los Claustros y Colegiaturas: la necesidad de un ambicioso plan de financiación que detenga el marchitamiento de nuestras tareas misionales, y la urgente recuperación de la democracia interna y la autonomía universitaria.
Un ejemplo palmario de la disolución de la autonomía en nuestra universidad fue esta misma sesión del Consejo Académico: El señor rector presenta su propuesta de Plan Global de Desarrollo al Consejo Académico sin conocer aún los resultados de los Claustros y Colegiaturas donde estudiantes y profesores discutieron esa propuesta. Uno de los decanos, de modo elegante, señaló que quizá había un problema de calendario allí.
Nuestra representación, la representación estudiantil y varios decanos y decanas analizamos críticamente el Plan Global de Desarrollo presentado por el señor rector. Fue un debate agudo con los problemas y falencias de este documento. Pero también propositivo.
El decano de Ciencias Humanas señaló que la definición de universidad era precaria. Que el Plan marginaba a las Ciencias Humanas, Económicas y Políticas y a las Artes, identificándose con las propuestas de la OCDE, con el Plan de desarrollo del gobierno nacional y con las políticas de Colciencias que lo ejecutan.
Nuestra representación propuso que este nuevo Plan Global de Desarrollo debía partir de preguntarse cuál es la universidad que necesita la paz. Estamos ante un desafío histórico: cómo nuestra universidad va a trabajar en transformar los acuerdos de paz en acuerdos sociales, en arraigar los acuerdos políticos que silencien los fusiles en transformaciones culturales, económicas, en procesos humanos y creativos de todo orden. Nuestro país se apresta a detener la gigantesca inversión que hoy hace en la guerra, en la muerte, en la destrucción, en el miedo y en la protección frente a la violencia. Parte importante de esos recursos han de ir necesariamente a la educación, al arte, a la cultura, a la reconstrucción humana y material de nuestra sociedad. Para ello es necesario invertir en la educación. Y en la universidad. El país necesita una universidad que se pregunte: qué hará para hacer realidad la paz. La universidad de la paz es una necesidad urgente. Inmediata. Y ello exige recursos financieros. Eso el país fácilmente lo puede imaginar y comprender.
La Universidad Nacional de Colombia no puede hacer un Plan Global de Desarrollo para los años en que el país empieza la construcción de la paz, sin asumir ese desafío como suyo. Más aún: ya lo venimos haciendo. Con varias cátedras y programas y a través de los Centros de pensamiento. El conflicto colombiano no es cualquier conflicto armado: es el más largo y cruento del hemisferio occidental: sus cifras del horror lo revelan como el más grande desastre humanitario de occidente y el segundo o tercero del planeta.
El decano de Ciencias Agrarias coincidió con su Claustro en que el primer punto del acuerdo de La Habana, el de la ruralidad, presenta un desafío inmenso para nuestra universidad y para sus Facultades de Ciencias Agrarias. Quizá un millón de desterrados volverán al campo. Son necesarios y urgente cambios en el actual sistema de admisión que recibe solo a los mejores de los mejores. Ese sistema impide que los estudiantes de zonas campesinas y con vocación por el campo entren a la UN. Ciencias Agrarias se ha llenado de estudiantes que se inscriben con la ilusión de trasladarse a la carrera que desean.
El claustro de la Facultad de Ciencias señaló que los laboratorios no tienen presupuestos para su funcionamiento, precisan de nuevosequipos robustos, los actuales son obsoletos. Tampoco tienen recursos para garantizar la seguridad. El profesor que presentó esta síntesis nos proyectó el cuadro del índice Nature que muestra los resultados en investigación en cada país: a mayor inversión más y mejores resultados. Y nos recordó que el presupuesto real en investigación en nuestro país, por efecto de la devaluación, ha disminuido un 50%.
Nuestra representación recordó que la trasformación del imaginario colombiano desgarrado por el deseo de venganza, por el odio y la propaganda y las heridas de la guerra, precisa de contar y de escuchar en muchas voces y en todos los lenguajes los relatos de lo que hemos vivido en estos cruentos años, para transformar el dolor pero también el odio y el deseo de venganza en reconciliación y en fuerza para perseverar en la paz y en la reconstrucción. El Centro de Pensamiento para las Artes, el patrimonio cultural y el acuerdo social ha planteado que allí hay una gran tarea para nuestras Facultades de artes y de Ciencias humanas y médicas. Así nos lo ha revelado la Cátedra Manuel Ancízar de este semestre: Salud, Arte y Cultura para el Acuerdo social: cómo vamos a trasformar los acuerdos políticos en cambios humanos y sociales.
Señor rector, como se planteó en el Consejo Académico del pasado viernes, en los acuerdos de Paz está la oportunidad para concertar un gran presupuesto con el señor presidente y con el país, con todas las fuerzas vivas, con el empresariado, con los medios, con los gobiernos regionales y locales, con la comunidad internacional .
Es nuestra ilusión -y de seguro que lo ha de ser también de las estudiantes, los decanos y decanas que hablaron en el Consejo Académico- que el señor rector recoja en su documento final de Plan Global de Desarrollo, la sensatez y la riqueza de propuestas de este debate, para que la Universidad Nacional comience a salir de la crisis financiera.
Honrar el trabajo de los claustros y colegiaturas y responder a los desafíos históricos de la paz, será un gran paso para recuperar el ejercicio de nuestra autonomía con responsabilidad. Es la gran oportunidad para resolver esos dos gravísimos problemas que atraviesa hoy nuestra universidad: la desfinanciación y la disolución de la autonomía.
El señor rector presentó su Plan Global de Desarrollo sin dar ninguna claridad sobre la situación financiera actual de la Universidad.Ante nuestra insistencia y las preguntas de varios decanos, afirmó que el déficit actual era de sesenta y cinco mil millones de pesos. Y que aún no sabía si nos pagarían la prima de navidad. Porque no hay plata.
En la propuesta de financiación del Plan del señor rector una de las fuentes de recursos son los préstamos bancarios: ciento siete mil millones, la cuarta parte de lo que estima que valdrá el Plan. Y si la crisis financiera nos acerca al punto de insolvencia al grado de que está en veremos el pago de la prima de este fin de año, ¿cómo puede el señor rector pensar en endeudar más a la universidad? Preguntamos  por cuales serían las condiciones de ese préstamo, pero no nos respondió. Si estamos a un paso de ser insolventes ¿con qué lo va a respaldar?
Señor rector, no podemos vivir al fiado. Desaprovechando el momento histórico que nos ha tocado en buena suerte habitar este país.
Las conclusiones del Claustro de Ciencias de la Salud y Medicina presentadas por el profesor Fernando Galván, pedían incluir en el Plan Global y en el Plan de desarrollo de la sede de Bogotá la finalización de la primera etapa del Hospital y el desarrollo de la segunda. También lo solicitó el señor decano de esa Facultad. Mostraron cómo el Hospital sirve al desarrollo académico de otras Facultades y Carreras (por ejemplo: Ingeniería de alimentos y Ciencias agrarias).
Le agradezco que se haya sincerado. Respondió que no hay recursos para terminar la primera fase ni para empezar la segunda. Señor rector, el Hospital Universitario es otro gran tema de la paz: el derecho a la salud y a la atención médica de calidad.

También se le preguntó por la defensa del campus del CAN y del Hospital frente a los apetitos del capital financiero por esos terrenos, incluidos en el Plan de Renovación Urbana de Bogotá. Nos dijo que no temiéramos. Que saldría a marchar para defender el campus y el Hospital.

Estimado rector, esa marcha de la que nos habló en el Consejo Académico, habría que empezarla ya, para buscar la financiación que necesita la Universidad Nacional de la paz. Usted puede liderar un movimiento por la financiación de la universidad. El profesorado, el estudiantado, el país entero, lo acompañará. Reescriba su Plan Global de Desarrollo 2016-2018. E incluya las propuestas prioritarias de los claustros y colegiaturas. Y las que resultaron del rico debate del Consejo Académico.

Le propusimos hacer una comisión que recogiera esas propuestas. Pero usted no aceptó ni siquiera votar esa idea práctica.

Dijo que gobernaría con las propuestas con las cuales ganó su rectoría. Y nada diferente le pedimos, señor rector. Sólo aprovechar el momento histórico para hacer realidad sus propuestas, en bien de la Universidad Nacional de Colombia y de nuestro país.

Cordialmente,



Carlos Satizábal
Representante al Consejo Académico (suplente)
Profesor Asociado. Facultad de Artes, Bogotá.