domingo, 20 de diciembre de 2009

A propósito de "Me caí del mundo"

Por Sonia Pico *
Miren aquí estamos enteritos y completos siguiéndole los pasos a la vida y sin esquivarle los problemas al mundo.

Muy bueno este escrito de Eduardo Galeano, me hizo recordar algunas costumbres de mi familia y de mi pueblo. Por ejemplo, que cada dos o tres dìas, pasaba un senor o a veces unos ninos a recoger los desperdicios de comida que quedaban en la casa y ellos utilizaban la palabra "aguamasas" que utilizaban para alimentar a los cerdos.

La ropa era igual, ya perdì la cuenta de las veces que tuve que utilizar los vestidos y pantalones que dejaba mi hermana mayor. Se acuerdan de los jeans de marca "el roble"? pues esos famosos jeans me duraron no se cuàntos agnos y cuando finalmente los dejé fué porque no me quedaban buenos y seguìan intactos y reutilizables!

Cuando llegué aquì a Italia, una de las cosas que me sorprendiò muchìsimo era ese consume desenfrenado y casi patològico de los italianos, compraban y compraban cosas que a mi modo de ver no eran necesarias. Cada familia salía con uno, dos o tres bolsas del supermercado repletos de cosas y comida que de verdad me asustaba.

Ahora, en tiempos de crisis, se está volviendo a reciclar todo. Cuántos negocios de ropa usada estàn naciendo. Hace poco noté que abrieron un negocito donde ajustan TODO! Tendrá un significado todo esto,no? Para los que estaban a costumbrados a consumir y consumir esto es casi un sacrificio y un castigo, parece casi una cosa humillante para ellos.

Para los que hemos vivido siempre en la modestia y en la sencillez es una cosa NORMAL! Quizàs esa modestia y esa sencillez nos ayudaron a ver el mundo de otra manera, a cultivar a lo interno de nuestras familias el valor del afecto, de la alegrìa que dan las cosas pequeñas.

Personalmente tengo muchos recuerdos bellos... Sólo mirar las estrellas cuando no habìa luz era un momento de juego y de felicidad para nosotr@s; descubrir las formas que las nubes dibujaban en el cielo era otra diversiòn. Jugar incansablemente con nuestros amigos de la cuadra bajo el calor decembrino; jugar y cantar con mis padres, tomarnos una pony malta con pan en la tiendita de la esquina, después de haber caminado toda la tarde para darnos un bañito en la quebrada...

Estos y muchos recuerdos màs fueron y seràn siempre la alegrìa de mi vida...y no tenìa nada que ver el consumo...al contrario, la familia invertía sus esfuerzos en cultivar los valores humanos por medio del diàlogo, de la reflexiòn, de las lecturas, del estudio...Y miren aquìíestamos enteritos y completos siguiéndole los pasos a la vida y sin esquivarle los problemas al mundo.

Abrazos grandes Miguel Angel y gracias por este artìculo hermoso de Eduardo Galeano.

Sonita *La Otra Movida. Ferrara, Italia.