sábado, 15 de diciembre de 2018


COLOMBIA EN MEDIO DEL PARO
Duque y los hechos
miguel angel herrera zgaib.

En los hechos, aunque el presidente se hubiera declarado promotor de la lucha anticorrupción, y cómo no; la bancada gubernamental, en cambio, ha torpeado lo votado y no aprobado en la consulta popular. Esto se ha hecho con la diligente presencia de la ministra de gobierno, Nancy Patricia Gutiérrez.


Para hacer viable el hundimiento de la consulta más votada por la ciudadanía, se presentaron proyectos de ley con origen en el gobierno, de los cuales dos caminan relativamente, con modificaciones. Los demás proyectos fueron engavetados, sin darle trámite de urgencia, como sí por ejemplo lo tuvo el proyecto de las Tics. Para nada ha servido la denuncia insistente de Angélica Lozano y la bancada de la oposición a esta estrategia de demolición legislativa.


En el trayecto de estos cuatro meses también naufragó el proyecto de reforma de la justicia, por décima vez. De nada valió el entusiasma de su palafrenera, la ministra Gloria María Borrero, quien hasta amenazó con renunciar. Las cortes no quieren ser responsables ante nadie, y el ciudadano de a pie, poco y casi nada se beneficiará del articulado conocido. Tampoco parece que la burocracia existente tampoco se disminuirá al desmontar el Consejo Superior de la Judicatura.


La economía naranja


Está plagada de promesas, pero no está claro cómo se sostendrá con un presupuesto deficitario, con un hueco de 14 billones, y con la inclinación perversa a seguir consumiendo billones en una guerra que no solo bajo su intensidad interna al mínimo, sino que probó su ineficacia para derrotar a la insurgencia.


nada tendrá que hacer pensando en una confrontación armada con los vecinos, cuando estamos perdiendo en lo civil, con el bloqueo y descrédito a la vecina Venezuela, porque millones de nacionales de ambos países se vienen trasladando en grandes números para su “patria alternativa”.


Es elocuente, desafiante la desigualdad social de Colombia, que alcanza a los dos tercios según las estadísticas conocidas, en términos de pobreza y desigualdad siempre crecientes, en términos relativos.


El último episodio indicativo


                                         Es la causa de la universidad pública colombiana, desfinanciada año tras año y al borde del abismo. Ya se cumple casi tres meses, un mes menos del gobierno que aquí se evalúa, reclamando una redistribución del presupuesto, siendo contestadas sus demandas con evasivas, y con la ausencia física del principal interlocutor, el presidente Duque.


Precisamente, este 13 de diciembre habrá la última movilización del mes de diciembre, donde confluyen trabajadores, maestros, por supuesto la comunidad universitaria, y los padres de familia, durante el día. En la noche empezará la campaña de cacerolas y sartenes para despertar al bello durmiente.


Entre tanto, la crisis de hegemonía sigue, pero ahora tiene un interlocutor más audaz y decidido, la multitud cualificada, con una intelectualidad afectada por el abandono de la educación pública superior por el gobierno. Puede hacer las veces de los chalecos amarillos que han conmovida al indolente presidente de la reacción francesa.


Será entonces la vuelta de tuerca de la economía naranja, poniendo patas arriba, el pretendido programa neoliberal que sigue insistiendo en una ley de financiamiento, y un presupuesto orquestado para beneficiar como siempre a los pocos, en detrimento de los muchos.


Los muchos están aprendiendo en las calles su fuerza, y reclaman un viraje definitivo al presidente Duque, que tiene que pasar de gestos a hechos. Le urge distanciarse de su mentor, el senador innombrable. Lo cual no ha ocurrido hasta la fecha como lo vienen probando sus ordinarias maniobras.


Las más recientes pruebas fueron la escogencia de la terna para el fiscal ad hoc, que reemplazará dicen, las trapisondas del fiscal titular, y en el nombramiento de un docente emérito, Vicente Torrijos, como guardián de la memoria histórica, cuando había mentido en los títulos académicos cosechados.


La tensión entre democracia y un régimen autoritario, el para presidencialismo, es, así los hechos, la constante a vencer. La multitud ciudadana tiene la palabra para sacar provecho del momento populista, con madurez en sus acciones y firmeza en sus propósitos. Es una coyuntura propicia para que irrumpa la multitud ciudadana con su poder subversivo, destituyente.






¿Crisis de hegemonía glocALizada?

miguel angel herrera zgaib

El siglo XXI es un espacio tiempo global, uno que la internacionalista belga, Chantal Mouffe califica como definido por una crisis de la hegemonía neoliberal.

Bajo este contexto se abrió, según ella, un interregno que denomina “momento populista.” El cual lleva varios años, en primer lugar, obrando de manera abierta en Europa Occidental, y los Estados Unidos, que per se no se inclina ni a la derecha o a la izquierda del espectro político.

Lo anterior quiere decir que el sentido común dominante en los grupos y clases subalternas es sacudido por la destorcida neoliberal con los desastres sociales, económicos y de expectativas producidos.

Así las cosas, bajo esta ola de larga duración y de alcance global y local, en este marco caben también, para referirnos a la América Latina, para su estudio tanto los triunfos de la reacción/derecha con Emmanuel Macron en Francia, y el ascenso de Podemos y Ciudadanos en España, como los triunfos de la reacción latinoamericana con Macri, Duque y, por supuesto, Bolsonaro, de un lado.

Tenemos, de otra parte, la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, en México, quien luego de tres intentos triunfó y propone de sol a sol una cruzada nacionalista, que amplía la educación pública superior, con desarrollo y aprovechamiento sustentable de las riquezas naturales y respeto al ambiente, lucha anticorrupción y participación popular, un precipitado de cursos de acción que algunos encasillan con dudas como neo progresismo hoy.

Para nuestro caso y coyuntura específicas, que refiero en los términos gramscianos de una coyuntura estratégica, prosigamos con el análisis de la retórica presidencial de Iván Duque, porque del estudio citado se derivan y verifica la presencia de notables y significativos vacíos en el periodo bajo examen.

En particular es casi excepcional encontrar la referencia explícita del presidente al pasado conflicto armado interno. Más significativo aún, que no aparezca mentado el mundo rural de los tenedores y pequeños propietarios, cuando el 85 por ciento de lo establecido en los Acuerdos de La Habana y el Colón exige programas orientados a la ruralidad de Colombia.

Estas son acciones que permitirán afianzar el tránsito a la paz del posconflicto, cuando estamos a dos años de la firma de la paz neoliberal entre el gobierno de Santos y la insurgencia subalterna de las Farc-ep, una paz que el Centro Democrático anunciaba haría trizas, por boca de uno de sus más caracterizados voceros.

Disposición que fue reforzada con la intempestiva derrota del plebiscito gubernamental con el concurso de las fuerzas de la reacción y la derecha coaligadas, del instrumento de participación condicionada que puso los acuerdos de paz a consideración del común ciudadano.

Pues bien, durante los pasados 100 días, hubo mutis por el foro del presidente y sus ministros acerca de la reforma agraria integral, en cuanto a restitución de tierras, baldíos y reforma agraria. Mucho menos se atrevió él mismo a decir ni muu con respecto a la inequidad en el régimen de la propiedad y la tenencia de tierras que proviene de las antípodas colonialistas impuestas por la España imperial.

El nuevo gobierno

No atiende, en mínimo grado, a la defensa del cambio de rumbo en la consolidación de la fórmula de la gran propiedad, alimentada por poderosos empresarios legales e ilegales.

Entre ellos se cuentan, cómo ignorarlo, al senador Álvaro Uribe Vélez, y la cabeza del grupo Aval, Luis Carlos Sarmiento Angulo, gran banquero, contratista de obras civiles, y los que fueran beneficiarios de AIS, que terminó con la condena a 17 años del exministro Andrés Felipe Arias, hasta hoy fugitivo.

Él era el anterior favorito del gran elector colombiano para ungirlo como su presidente de bolsillo. Lugar que pareciera haber ocupado el actual presidente. De ahí el porqué de la pregunta hecha a boca de jarro por el periodista estadounidense citado con anterioridad.

En materia de vacíos, a propósito del mundo rural, del que se alimentó en modo preferente la lucha de la insurgencia subalterna de las Farc-ep durante 53 años, conviene subrayar que, en cambio, el presidente católico insiste sin reatos de conciencia, de modo elocuente en el cultivo de palma, y ampliarlo en 1 millón de has durante el cuatrenio de su gobierno.

De ahí deriva su publicidad de la progresividad de la llamada “agricultura por contrato” y, de modo general, el cuidado sanitario de los emprendedores pequeños y menores en el campo, y el tener precios fijos que hagan competitivos y confiables, para propios y extraños provenientes de economías neoliberalizadas como Chile, Perú y la Argentina de estos años.

Al no hacer alusión a la economía campesina y la propia de las comunidades étnicas afro e india, está claro qué intereses defiende el programa de gobierno de Iván Duque.

A capa y espada el modelo gran agrario es la medida de su éxito económico, mientras que el proyecto minero energético de su antecesor se mantiene y se amplía, aunque le de pintadas color naranja a la nueva apuesta económica.

Este colorido aparte del programa económico ganador de las elecciones de 2018, en particular, tiene como requisito, cuyas cartas se destapan las últimas dos semanas, el plan de rifar y entregar con descaro y a mansalva, como regalo de navidad el espectro electromagnético para su explotación por 30 años. Tal es el supuesto de la escandalosa modernización de las Tics, que defiende la ministra Silvia Constain.

Con él se busca el control monopólico del gobierno, no del estado, de las comunicación por la desaparición de la Antv. Todo se hace con el cuento de ampliar la conectividad con el acceso a más de 20 millones de colombianos unplugged.

En verdad, los casi seguros inmediatos beneficiados, si el proyecto de ley con mensaje de urgencia se aprueba en el último periodo de sesiones de diciembre, serán el gran contratista internacional, Carlos Slim, y los pulpos nacionales RCN y Caracol, controlados por Ardila Lulle y Sarmiento Angulo.

Es la política privatizadora rampante que va en detrimento de la televisión y la radio pública, cada vez más olvidadas y desaprovechadas, y las empresas menores de comunicación audivisual del tipo CM& o Noticias Uno.
Todo bajo un control efectivo en cabeza del poder ejecutivo con dos representaciones, más la que resulta de los canales públicos regionales de tv.

Es la propuesta que apadrina el Centro Democrático, y su aliado, el partido Conservador, contra la que se levanta el programador y periodista Santiago Rivas, contratista de la televisión pública, y a él se unen las voces interesadas de Yamid Amat y Daniel Coronell, socio menor en el uso privado del Canal 1.

(continua)

viernes, 7 de diciembre de 2018

EN COLOMBIA
El movimiento universitario no da el brazo a torcer!!!

El registro de la movilización estudiantil del 6 de diciembre, de conformidad con lo dicho en El Espectador disminuyó, y el cálculo que hacen es entre 5.000 y 6.000 ciudadanos marchando, luego de más de 50 días de reclamación sostenida.

Es una importante referencia para evaluar el actual curso de la acción y la lucha universitaria que tiene un pliego amplio de exigencias, pero, que en primer lugar, reclama los mínimos requeridos para el funcionamiento físico de las 62 instituciones universitarias contabilizadas. Ha habido avances con cuenta gotas, de parte del gobierno, a lo largo de la acción extraordinaria que pronto cumplirá 3 meses.

Los universitarios se han esforzado por examinar el supuesto "raspado de olla", que impide hasta la fecha que se disponga del total de $ 500.000 millones por parte del Mineducación, sin más.

Las fórmulas respectivas constan en las actas de la mesa de negociación, donde han confluido con el gobierno, sobre todo, después de la controversial reunión entre el gobierno y los rectores, sin la presencia de estudiantes y profesores.

Esta vez, en el pliego de exigencias universitarias se levantó de manera precisa el reclamo por la suerte de profesores catedráticos y ocasionales, cuya condición es cercana en materia de regular docencia universitaria, es cercana al 40% o más de la planta docente de las universidades e instituciones técnicas y tecnológicas que hacen parte del SUE.

Docentes cuyas condiciones de precariedad son notables, y se convierten en el sector más golpeado y explotado de la cadena universitaria, por la fórmula de contratación, y por la congelación de la planta universitaria, bajo el sistema de puntos. Como es el caso de la Nacional, por ejemplo.

Ayer se había publicitado un concierto a partir de las 3 pm., en la plaza de Bolívar, con la presencia de Dr. Krapula, que anunció que cancelaba, porque no había los permisos requeridos. Lo cual no fue desmentido hasta la fecha por los equipos organizadores de la marcha en Bogotá.

El hecho es que a lo anterior es necesario añadir, la notificación oficial de que se retomaba la actividad académica hasta el 21 de enero de 2019, y que en lugar de dos, nos empacaremos 3 semestres, esto es, la finalización del segundo de este año, y luego los correspondientes al 2019.
Por último, conviene recordar que hay convocada otra movilización para el próximo 13 de diciembre, que, a no dudarlo, podrá, de una parte, conseguir los permisos requeridos, para la presencia de Dr. Krapula, y al mismo tiempo convocar a toda la ciudadanía, a sumarse a la jornada de cierre del año 2019, con la suficiente contundencia.

Para interpelar al gobierno de oídos sordos, y al congreso que hace malabares, para hurtarle el bulto a la obligación no cumplida con la educación superior. Será entonces importante que la bancada de oposición acompañe la movilización de cierre, para que testimonie y garantice que no se repitan las agresiones de las autoridades de policía, que dizque resguardan las moviizaciones ciudadanas.

No ha ocurrido así, y la prueba fehaciente la ilustra lo acontecido en Pasto y Bogotá, donde resultaron heridos, golpeados e intoxicados con gas lacrimógeno utilizado para reprimir y provocar a los manifestantes, donde la desconfianza oficial es la impronta que se convierte en caldo de cultivo para los desórdenes, cuyo desenlace es casi siempre trágico y con daño de bienes públicos.