domingo, 24 de abril de 2011






EL GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN
INVITA






A PRESENTAR PONENCIAS AL V SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI
CULTURA POLÍTICA: DEMOCRACIAS Y REFORMA EDUCATIVA





TÓPICOS GENERALES






1. Presidencialismo en la Región Andina.
2. Democracia y Participación.
3. Relaciones Internacionales. Nuevos Conflictos Sociales.
4. Cultura Política.
5. Interpretación del papel de los “Intelectuales Orgánicos”.
Las ponencias deben ser enviadas vía email (Tópico, Autor-datos, título, resumen, palabras clave, entre 6000-8000 caracteres, normas Apa, bibliografía) hasta el 27 de abril, 6pm. Confirmación de ponencias 2 de mayo.

Oficina de información y coordinación: Of. 301, Bloque C, Módulo 4 del Edif. Camilo Torres.
Telefax. 316 5000 extensión 10698. Grupo Presidencialismo y Participación.




E-mail:
seminario.internacional.gramsci@gmail.com; caruso68co@yahoo.com, mherrerazgaib@yahoo.com

viernes, 22 de abril de 2011

Alpher Rojas comparte este angustioso llamado para contener y criticar la contra-revolución cultural que avanza como avalancha de lodo sobre las débiles instituciones que aún resguardan las identidades y reservas intelectuales y morales de Colombia, que no se recupera de la perplejidad y la dimensión frente a la bancarrota descarada y cínica de su elite dirigente a todos los niveles. N de la R.


La sociedad amenazada

Por: ALPHER ROJAS* | 6:46 p.m. | 20 de Abril del 2011

Alpher Rojas*

Colombia vive una contrarrevolución cultural y experimenta un atraso estructural en áreas básicas de su sociedad.

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En contravía de los avances que experimentan las sociedades modernas, Colombia sufre un atraso estructural en áreas básicas de su sociedad y vive una contrarrevolución cultural, ni siquiera estática sino regresiva, que ha trastornado las prácticas socioculturales y los hábitos intelectuales de los colombianos y la están relegando en el concierto latinoamericano.

Es un modelo mental perverso, que induce a la asimilación acrítica de pautas autoritarias entre élites y gobernados, que estimula un interés excesivo por las creencias subjetivas. Al estigmatizar los espacios de reflexión democràtica favorece la adaptación de expresiones patrimonialistas y delictivas, y convierte en paradigmas sociales conceptos tradicionalmente contrarios a la ètica y la moral. En suma, se ha dado una reconfiguración del lenguaje cultural con un fondo de aniquilamiento social y corrupción, cuya secuela más representativa es el déficit de ciudadanía y la presencia de una matriz neofeudal con sus respectivas categorías sociológicas de poder, que impactan de manera significativa los componentes demográficos e inciden en las decisiones de fertilidad, migraciones, creatividad y productividad.

Implícitos en el desarrollo de este problema están inquietantes asuntos simbólicos que afectan al conjunto de la sociedad, relacionadas con la reinvención del sistema familiar, la discriminación étnica y social, el incremento de leyes prohibitorias y sancionatorias, el declive de la ética pública y la instantaneidad de lo posmoderno, coadyuvantes del desajuste físico, emocional, ecológico y mental en el que se encuentra actualmente la sociedad.

El desarrollo de la democracia en Colombia se trunca no apenas por los impactos negativos de las múltiples violencias sobre la salud pública, sino por la existencia de un conjunto de gérmenes patológicos incubados en los circuitos vivenciales de la sociedad por el llamado "pensamiento único", y que determinan la consolidación de una cultura mafiosa, excluyente, inmune a la democracia.

Uno de los problemas más acuciantes que identifica a la sociedad colombiana es el de la violencia intrafamiliar, por su complejidad y magnitud. Este flagelo se encuentra atrapado en entramados culturales que logran encubrirla y justificarla y hacen de ella un indicador de la causalidad de la crisis y el deterioro de nuestra sociedad.

En Colombia en promedio diariamente seis personas deciden quitarse la vida, según los registros del Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses. La tasa de suicidios en el país es de 5,1 personas por cada 100 mil habitantes y ha demostrado una tendencia al alza durante los últimos años. A esto se suma, que la edad en que las personas deciden quitarse la vida es cada vez menor, es decir, niños, niñas y adolescentes. El estrés, la angustia y el sufrimiento psíquico son hoy patologías mentales propias de los productores del trabajo inmaterial y cognitivo que dinamizan el caos psicológico en sus sectores de influencia.

La violencia, como quiera que se refleja en las tasas de mortalidad, tiene efectos sobre los horizontes demográficos en diferentes edades y grupos. La mortalidad reduce las probabilidades de supervivencia y tiene un efecto acumulativo final, que se refleja en una menor esperanza de vida al nacer.

Sin duda, el narcotráfico ha cumplido allí un papel central. Es un hecho dramático, que ha encontrado cauce adecuado en la "sociología" del libre mercado, en la medida en que repercute en la movilidad social y política, aprovechando la grave crisis moral en que se viene desenvolviendo el país. Según Daniel Pecaut, "el narcotráfico ha impulsado una transformación salvaje de la sociedad".

Todo ello traduce que el radio de influencia del poder político democrático se ha contraído en beneficio del poder despótico -y mesiánico- que, entrando el siglo, impuso una logística intimidadora de "cooperación obligatoria", amparada en el crecimiento de los factores de fuerza, la concentración de la riqueza y de la propiedad, así como en la manipulación del discurso mediático, que reduce las relaciones de identidad política al juego de la competencia publicitaria.

Por ello, en nuestro país existe un problema grave de desinformación. La adopción de metodologías modernas empieza a advertir que la violencia en Colombia -y no solo la directa y física- está precariamente diagnosticada. Se ha hecho visible un subregistro en las cifras de víctimas por parte de distintos funcionarios, legisladores, ONG y medios de comunicación. Se trata de datos cuya metodología de cálculo y fuentes de información nunca se hacen explícitas, que si lo fueran podríamos estar hablando con precisión de una de las tragedias más grandes del planeta.


Hemos caído muy hondo. Sin embargo, no podría afirmarse radicalmente que Colombia es un "Estado fallido". Pero su debilidad institucional y la gravedad de los flagelos que lo atenazan le impiden cumplir las funciones democráticas para las que fue diseñado. La situación de atraso es tan crítica que el propio Banco Mundial -cuyo sesgo notorio por el modelo neoclásico colombiano es innegable- ha hecho las siguientes recomendaciones:

"Hay una necesidad urgente de reducir la pobreza y la desigualdad, angostar la disparidad entre las regiones, consolidar el proceso de paz y desarrollo, lidiar con aquellos desplazados por la violencia, mejorar la deficiente infraestructura, y modernizar la administración pública y la entrega de servicios". Con razón ya se empieza a hablar de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.

*Analista político e investigador social

viernes, 15 de abril de 2011

Divulgamos este cuestionario guía remitido por Yolanda Marín. Puede ser de utilidad para cualquier ciudadano de Colombia que quiera navegar con provecho en el mar picado de la desinformación. N de la R.

EL FIN DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA EN COLOMBIA?

Por favor ayúdanos a informar al Colombiano común, al que ve al país a través de RCN y Caracol, al bogotano que no tiene ni idea de las protestas de las otras ciudades porque no hay tiempo para ellas en los noticieros, aunque si lo haya para informar 45 min de fútbol, 30 min de farándula y 15 min de novelas. Al colombiano que cree que en la U no hay clase, porque 'unos pocos no dejan estudiar' pues nadie le dijo por qué protestaban estos estudiantes.

¿Cómo ha sido la protesta?

-Ha habido marchas al estilo carnaval, 15.000 alumnos bailaban o iban disfrazados.

-Hemos rodeado la universidad nacional con velas.

-Los compañeros de artes han hecho pinturas muy bonitas por todo el campus en señal de protesta.

¿Quieres ver las fotos?

http://picasaweb.google.com/informartes/PropuestasCreativas

¿Y por qué no sabías de la protesta?

Simple, eso no vende en RCN ni Caracol, como si lo hace el reinado y los avances de las telenovelas que dan unos minutos después.

No te enteraste de la marcha más que en el reporte de tráfico de city tv, ese día no cogiste transmilenio porque 'los revoltosos de la nacho, la “distri” y la “piedragógica” si que joden.... no te molestaste en preguntar el porqué.


¿Por qué es la protesta en las Universidades Públicas?

Por el plan nacional de desarrollo, particularmente por el artículo 38.

En este se estipula que las universidades tienen que asumir parcialmente su pasivo pensional.

¿Y qué pasa?

Lo que sucede es que el pasivo pensional es demasiado dinero: billones de pesos.

¿Podrían pagarlo?

La respuesta es no. Se repetiría el el caso de la Universidad del Atlántico, una universidad pública que está al borde de la quiebra hace años por la aplicación de un régimen similar (¿no lo sabías? y no es la única universidad pública que se está muriendo.... No lo sabías porque nunca sale en las noticias, debe ser que no quieren que lo sepas. )

Para pagarlo, la universidad tendría que aumentar las matrículas hasta en un 300%, dejar de investigar, contratar profesores más baratos y arrendar sus propios predios. Y aun así no podría pagar la deuda que le generaría el asumir su pasivo pensional. Muchos no podrían pagar la matrícula, bajaría el nivel académico y la universidad se vendería hasta quebrarse.


Otros motivos de protesta....

Hace poco el congreso aprobó otros artículos de este plan, uno dice que los egresados de universidades públicas tendrán que pagar, después de haberse graduado , 15 años más por haberse educado ahí.

Otro artículo problemático, dice que las carreras en las universidades públicas tienen que responder a las necesidades del mercado. Es decir, lo que no tenga utilidad inmediata se suprime. (Como lo que quieren hacer con Bellas Artes en Cali)

De nada le sirve al país la investigación, según este concepto, ni las ciencias humanas, ni mucho menos las artes.

¿Para qué filósofos? ¿Para qué matemáticos?, ¿para qué músicos? , según ellos, para nada.

Sólo sirve lo que haga falta, el país no puede innovar, tiene que satisfacer sus necesidades inmediatas, se educa gente para que pueda comer y ya, quieren que Colombia no deje de ser un país subdesarrollado. Aquí no existirá ni el conocimiento ni la investigación, eso les corresponde a los países desarrollados que invierten en esto y que cada vez se vuelven más ricos por estar a la vanguardia en el conocimiento.


En resumidas cuentas... las universidades públicas protestan porque:

- el plan nacional de desarrollo pretende imponerles una deuda que no les corresponde y que no pueden pagar. Una deuda que las llevará a la quiebra.

- los que puedan graduarse de lo que queda de universidad tendrán que seguir pagando por un periodo largo de su vida.

-las nuevas generaciones no podrán escoger entre un amplio número de programas sino entre los que el gobierno crea que el país necesita a cortísimo plazo.
http://www.rcn.com.co/noticia.php3?nt=19197

http://www.portafolio.com.co/port_secc_online/porta_econ_online/2007-05-22/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-3516534.html


Por favor, todos merecemos educación superior, los estudiantes de las universidades públicas queremos estudiar, de hecho a todos nos costó mucho trabajo ingresar a ellas.


¡COLOMBIA MERECE TENER EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICA DE CALIDAD!


Te agradeceremos enormemente, si hay un espacio en tu corazón para los miles de estudiantes del país que se educan en las universidades públicas.

martes, 12 de abril de 2011

Una semblanza desde Armenia, por cortesía en su envío de parte del colega Oscar Delgado. Viene como anillo al dedo en un tiempo en que sociólogos de la política tan notorios como Francisco Leal insisten en líderes carismáticos, y colocan en el mismo canasto de ilusiones a Alvaro Uribe Velez. N de la R.


Jorge Eliécer

Gaitán Ayala

(El Jefe)

“Yo no soy un hombre, soy un pueblo”

<http://www.biografiasyvidas.com/biografia/

Hoy 9 de abril de 2011, se conmemoran 63 años del magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán Ayala “El Jefe” (9 de abril de 1948). Nacido según algunas versiones en Cucunubá, Cundinamarca, el 23 de enero de 1898, Gaitán era hijo de la profesora Manuela Ayala y el librero Eliécer Gaitán Otálora.

En 1920 inicia estudios superiores en la Universidad Nacional de Colombia donde se titula como Doctor en Derecho y Ciencias Políticas el 29 de octubre de 1924 con la tesis titulada "Las ideas socialistas en Colombia".

Para 1926, con apoyo de su hermano Manuel José Gaitán, adelanta su doctorado en jurisprudencia en la Real Universidad de Roma y en 1927 su tesis "El criterio positivo de la premeditación", Magna Cum Laude, le significó graduarse con honores.

Fue entonces elogiado y apreciado con el premio que llevaba el nombre de su profesor más cercano: Enrico Ferri. Una vez en Colombia, lideró en el Congreso de la República un debate entre el 3 y el 6 de septiembre de 1929 por el asesinato de un número, aún no determinado, de trabajadores de la United Fruit Company en la región de Ciénaga, Magdalena.

Los obreros exigían condiciones laborales y un trato justo por parte de sus contratistas. La cruel matanza de estas personas es conocida en la historia del país como la Masacre de las Banananeras y es citada en la obra de Gabriel García Márquez, Cien años de Soledad.

Este gesto le valió a Gaitán el título de Tribuno del Pueblo, con el que le honrarían los sectores populares.

En 1931 fue elegido presidente de la Cámara de Representantes y ejerció también como catedrático de Derecho Penal en la Universidad Nacional y en la Universidad Libre, siendo nombrado Rector de esta última. Su postura en contra del latifundismo le granjeó un amplio apoyo del campesinado.

En 1933 fundó el movimiento político "Union Nacional Izquierdizta Revolucionaria" (UNIR) y su órgano periodístico "El Unirismo", que poco tiempo después disolvió para vincularse al Partido Liberal, desde donde planteó la necesidad de una reforma agraria. Seducido por los dirigentes tradicionales del Partido Liberal se posesionó como alcalde de Bogotá en 1936, adelantó reformas sociales, promovió la municipalización de los servicios públicos y trató de establecer los restaurantes o comedores escolares.

En 1940 el presidente Eduardo Santos Montejo lo nombra Ministro de Educación; desde allí emprendió una campaña de alfabetización implantó el zapato escolar gratuito, los restaurantes escolares, el cine educativo ambulante, la extensión cultural masiva e inició el Salón Nacional de Artistas de donde emergen figuras como Enrique Grau, Eduardo Ramírez Villamizar, Fernanado Botero, Alejandro Obregon, Edgar Negret, y Pedro Alcántara Quijano. En los años siguientes Gaitán continuó su intensa vida pública como jurista, político y caudillo. Su acción política se dirigió contra la rancia oligarquía colombiana y por la "restauración moral" de la República.

Gaitán resurgió con nuevos ímpetus en las votaciones del 16 de marzo de 1947 para el Congreso, en donde logró una mayoría indiscutible en el Senado (73 senadores liberales y 58 conservadores) y en la Cámara (34 representantes liberales y 29 para conservadores). El 24 de octubre Gaitán fue proclamado jefe único del Partido Liberal. A inicios de 1948 al saberse la noticia de la masacre de varios liberales en varios pueblos del país a manos de conservadores y viceversa, Gaitán organiza varias marchas entre las que se conocen como la "marcha de las antorchas" y sobre todo la "Marcha del Silencio". A esta asistieron más de cien mil personas y “El Jefe” eleva la siguiente plegaria al Presidente Ospina Pérez:

“Señor Presidente: Os pedimos cosa sencilla para la cual están de más los discursos. Os pedimos que cese la persecución de las autoridades y así os lo pide esta inmensa muchedumbre. Os pedimos pequeña y grande cosa: que las luchas políticas se desarrollen por cauces de constitucionalidad. Os pedimos que no creáis que nuestra tranquilidad, esta impresionante tranquilidad, es cobardía. Nosotros, señor Presidente, no somos cobardes: somos descendientes de los bravos que aniquilaron las tiranías en este suelo sagrado. Pero somos capaces, señor Presidente, de sacrificar nuestras vidas para salvar la tranquilidad y la paz y la libertad de Colombia.”

En abril 1 de 1948 recibió el título de doctor honoris causa en Ciencias Politicas y Sociales de la Universidad Libre. La madrugada del 9 de abril de 1948, presentó su último caso legal: la absolución del teniente conservador Jesús Cortés; un militar acusado de la muerte del Periodista Eudoro Galarza Osa.

Trascurrida la mañana de ese 9 de abril, el caudillo liberal se encontraba en su despacho con Plinio Mendoza Neira (padre del ultraderechista y seguidor de Uribe Vélez, Plinio Apuleyo Mendoza y quien según creíbles fuentes, fue cómplice de la C.I.A. en el posterior asesinato de Gaitán), Pedro Eliceo Cruz, Alejandro Vallejo y Jorge Padilla. Siendo la 1:00 pm, salen a almorzar y saliendo del ascensor, Mendoza Neira toma del brazo a Gaitán y se adelantan al resto de personas, al llegar a la puerta Juan Roa Sierra dispara sobre el político. Tres balas impactaron en el cuerpo del abogado penalista y dirigente liberal causándole la muerte pocos minutos después en la Clínica Central mientras su amigo, el médico Pedro Eliceo Cruz procedía a efectuarle una transfusión de sangre.

Los que presenciaron el trágico evento (personas humildes en su mayoría: limpiabotas, loteros, etc.) persiguieron al asesino mientras gritaban: "Mataron al doctor Gaitán, cojan al asesino" hasta que finalmente un funcionario de la policía lo introdujo en una drogueria a unos cientos de metros del lugar donde ocurrió el magnicidio e intentó protegerlo de la multitud que lo perseguía y lo empezó a interrogar, el joven solo decía: "ay virgen santísima", dando muestras de nervios y angustia.

La multitud penetró en la droguería y golpeó a Roa Sierra hasta dejarlo sin vida, para luego arrastrarlo por toda la carrera séptima hasta el Palacio de San Carlos, donde dejaron su cuerpo destrozado, sin vida y desnudo.

Estos hechos llevaron a la revuelta nacional en contra del gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez a quien le exigían la renuncia. Ese día hubo saqueos, principalmente en el centro de Bogotá a lo largo de la carrera séptima inicialmente pero que luego se fueron esparciendo por gran parte de la ciudad para terminar extendiéndose a varias ciudades de Colombia. Además de los saqueos, hubo incendios provocados por los manifestantes: incendiaron los tranvías, iglesias, edificaciones importantes y los mismos locales saqueados.

En un principio la policía intentó tomar control del asunto, pero luego, algunos policías y militares se unieron a la revuelta propiciando armas y esfuerzos, mientras que otros tomaron las armas y abrieron fuego sobre los manifestantes.

Durante el proceso judicial por el asesinato, se presentaron testimonios que indicaban que Roa Sierra no fue el asesino, sino que fueron justamente él o los asesinos quienes condujeron a la multitud a tomarlo como el culpable y acabar con su vida. Otras versiones presentadas en el proceso indicaron que Roa Sierra sí fue culpable, pero actuó motivado o en acuerdo con otra persona. La “justicia” colombiana sentenció en 1978 que el asesino Juan Roa Sierra era esquizofrénico, actuó por motivos personales.

Muchos coinciden en afirmar que el asesinato de Gaitán, orquestado por la C.I.A. y apoyado por la siempre sanguinaria oligarquía colombiana, resulto siendo el detonante del conflicto social y armado que hasta hoy sufre Colombia. Al respecto, el histórico Comandante en Jefe de las FARC-EP, Manuel Marulanda Vélez, comento: “La experiencia histórica de nuestro país, ha venido a demostrar, por lo demás, que el surgimiento y acción de las FARC, así como de otros grupos guerrilleros corresponde a todo un proceso de maduración de condiciones, derivadas directamente de la problemática nacional, que vienen desde atrás. Desde los primeros días de la guerrilla en el ya lejano 1.949, año en que se inició un estilo despótico de gobierno sobre los colombianos…”

"Yo confío en la multitud. Hoy, mañana y pasado, esa multitud que sufre el suplicio, que lo sufre en silencio, sabrá desperezarse y para ese día, ¡oh bellacos!, será el crujir de dientes." Jorge Eliecer Gaitán

Armenia, 9 de abril de 2011.

Secretaria de Cultura P.C.C.

Comité Departamental Quindío.

domingo, 10 de abril de 2011

LA POLÍTICA DE SEGURIDAD DEMOCRÁTICA: GUERRA Y VIOLENCIA EN COLOMBIA

Abelardo Osorio Unal-Medellín
Dentro del conflicto armado colombiano se encuentran planamente identificados los actores de la guerra. (ésta en consecuencia origina diversas formas de violencia) ¿Cuáles son esos actores del conflicto? En Colombia los orígenes de la guerra y la violencia en el conflicto armado se remontan a la época de las luchas bipartidistas entre los partidos liberal y conservador en la década de 1950. Son estas disputas interpartidistas (con la persecución hacia los liberales, la pobreza, la falta de educación, la corrupción y en general el abandono estatal) las que permitieron el nacimiento de grupos armados ilegales contra el Estado; las guerrillas (FARC, ELN, M 19). Posteriormente figuran en el conflicto otros actores armados paraestatales, contrainsurgentes, que reproducen aun más sus acciones militares a través de coaliciones, ello en función de organizar sus estructuras, (económicas, militares, políticas) y modos de operación. Primero los llamados paramilitares, después autodefensas campesinas y por ultimo autodefensas unidas de Colombia (AUC) (éste último grupo producto de la “metamorfosis” se desmovilizo atreves de la ley 975 de justicia y paz. Hoy sus máximos jefes se encuentran extraditados en los EE.UU). Para el análisis de este trabajo, el periodo que se ha denominado reacomodamiento, habla de neoparamilitares, es decir, una nueva forma de grupos armados contrainsurgentes. Para dar respuesta a la pregunta anterior, en Colombia los actores del conflicto armado son: el Estado, las guerrillas de las FARC, el ELN y los grupos armados Neoparamilitares. En este sentido, definidos los actores del conflicto armado, surge (dentro de este periodo de estudio del conflicto) un nuevo marco político; la política de seguridad democrática. Esta generalmente consiste en modernizar y/o dotar el aparato militar del Estado de (tecnología, doctrina y estrategia) todo ello en función de destruir militarmente los grupos insurgentes. También busca “fortalecer las actividades y presencia de los órganos de seguridad a lo largo del territorio nacional, y que al mismo tiempo debe ser la sociedad y no sólo los órganos de seguridad quien debe colaborar para obtener un éxito militar satisfactorio frente a los grupos armados al margen de la ley, que lleve a la desmovilización o rendición de sus miembros”. “Se incluye además la creación de redes de cooperantes, el ofrecimiento de recompensas a informantes, la estimulación de las deserciones dentro de los grupos armados ilegales, la creación de unidades de soldados campesinos, y el aumento del presupuesto asignado a la defensa nacional” .

Esta política económicamente se financia con dineros del plan Colombia y el impuesto al patrimonio, éste ultimo impulsado por el presidente Álvaro Uribe Vélez y que permitió la recaudación de un poco más de 8 billones de pesos. La puesta en práctica de la política de seguridad democrática evidentemente genero cambios dentro del conflicto, principalmente tres, a mi modo de percibir. El primero tiene que ver con la incompleta desmovilización de las AUC, en segundo lugar la recuperación de la iniciativa u ofensiva estatal en contra de los grupos insurgentes, provocado una “marginalización del conflicto” es decir, el replique de los grupos guerrilleros hacia los territorios menos poblados y periféricos del país y por ultimo genero otras formas de “victimización” menos letales como el secuestro y el desplazamiento forzado. No menos importante se puede sumar en función de los grupos insurgentes las nuevas estrategias que estos deben adoptar (producto de la ofensiva Estatal) en función de mantener su fuerza dentro del conflicto (las Farc opto por pequeños grupos móviles retrocediendo a los orígenes de la incursión guerrillera y el ELN estableció coaliciones con los grupos neoparamilitares) .

A la par de los cambios planteados al interior del conflicto, la política de seguridad democrática también género otros cambios sociales y económicos importantes por “fuera del conflicto”, primero permitió recuperar cierta confianza y seguridad en muchas regiones del país -con la presencia institucional del Estado- que antes eran de influencia de las guerrillas, segundo, se dio de alguna manera, cierta seguridad para la movilidad por las carreteras nacionales, también permitió la protección de la infraestructura del país (sobretodo eléctrica) por ultimo permitió resguardar la economía nacional y generar un poco mas de confianza inversionista. A la luz de estos cambios, es indiscutible que la política de seguridad democrática promovida por el presidente Álvaro Uribe Vélez no cumplió su cometido fundamental (acabar definitivamente con los grupos armados, en especial las Farc) o por los menos sus esfuerzos aunque son significativos no despejan el panorama del conflicto armado, por el contrario, esta plantea mayores interrogantes y desafíos por resolver; ¿Por qué se han reorganizado los actores paramilitares desmovilizados? ¿Cómo desestructurar definitivamente a los grupos armados ilegales? ¿Cuáles deberían ser las responsabilidades de las fuerzas militares frente a los falsos positivos? ¿Cómo frenar los altos índices de delincuencia común ligados al conflicto, asesinatos, secuestros, amenazas y extorciones? ¿Cómo reparar integralmente las victimas? Todos estos y más interrogantes no los resuelve la política de seguridad democrática y aunque paradójicamente ésta haya priorizado el ámbito militar, no logro finiquitar los actores de la guerra y la violencia en Colombia; solo estimulo mayores incertidumbres y nuevas formas de violencia.

En este orden de ideas, la política de seguridad democrática se preocupo más por los resultados militares (cifras de muertos en combates y acciones unilaterales) que por instaurar un orden de seguridad integral (protección y garantías de derechos fundamentales) para las poblaciones flageladas por el conflicto, además su verticalidad limito una verdadera transformación del orden social. En consecuencia dicha política presenta dificultades estructurales que no vislumbran las salidas del conflicto armado. Estos problemas esbozan un espacio muy importante para el debate sobre la situación actual del conflicto, pero más trascendental aun es diseñar las políticas funcionales para intentar alcanzar la seguridad integral de la población civil.

La política de seguridad democrática actual no es la panacea para desarticular los actores insurgentes del conflicto armado, si se arguye que la vía militar es la solución para “alcanzar la paz”; un poco más de ocho años de su implementación demuestra todo lo contrario, la debilidad para concluir dicho conflicto. Además los grupos insurgentes han mostrado su capacidad para adaptarse a esta nueva guerra; lo demuestra un artículo del diario el País reproducido por el Ministerio de Defensa, el 16 de Noviembre de 2006 “en el periodo de reacomodamiento es posible identificar varios ciclos de aprendizaje, cuya duración parece acortarse con la evolución de la guerra. Un primer ciclo de aprendizaje lo tuvieron las FARC entre 1999 y 2003, lo que les permitió resistir efectivamente el Plan Patriota en años recientes en sus territorios históricos en el sur del país. En este sentido, resulta ilustrativo que haya sido el mismo general Castellanos, quien triunfo en Cundinamarca comandando la Operación Libertad una, el que ahora fracase usando la misma estrategia y al mando de la Fuerza de Tarea Omega en el sur del país, con un contexto de guerra diferente y en un terreno y condiciones diferentes y en un terreno y en condiciones socioeconómicas radicalmente opuestas a las de Cundinamarca. Este fracaso también puede explicarse porque en el 2004, la FARC se habían adaptado en buena parte a la reorientación estratégica y de doctrina de las fuerzas militares.”

Los retos para construir la paz implican un mayor análisis del conflicto armado por parte de sociedad civil colombiana, además el Estado debe brindar las garantías para que se de una especie de conceso nacional para plantear acciones políticas frente al conflicto y la seguridad social, Por último, se deben dar las soluciones a los problemas endémicos del Estado colombiano. Al respecto “nuestro primer y gran problema es aceptar que la pacificación del país pasa por transformar el orden social en muchas partes de Colombia, lo cual implica que salir del conflicto seria un proceso muy largo y muy costoso. Pero si ese orden no se cambia, si la vida económica, política y social sigue exigiendo un sistema de regulaciones distinto de los que ofrece un Estado moderno, seguirán existiendo las guerrillas, los paramilitares o las mafias. Podrán llamarse de otra manera y podrán asumir otras modalidades, pero conservaran su capacidad de desafiar el monopolio legítimo de la fuerza por parte de los subsiguientes gobiernos, y de crear por eso Estados paralelos en la periferia. (Duncan, 8 de marzo de 2009)