lunes, 11 de enero de 2010

Un Perfil Social de Bogotá en el 2010


Por Miguel Ángel Herrera Zgaib

miguelherrera@transpolitica.org

Al comienzo del 2010, la secretaría de Planeación Distrital ofrece unas estadísticas que indican procesos fundamentales para este año electoral. La primera tiene que ver con la población de la ciudad, calculada en 7.302.927, de la cual se establece, que el sector de jóvenes menores de 14 años es el 23,4 del total señalado. Si, con ello recordamos la categoría de jóvenes según la Constitución vigente, éstos son la absoluta mayoría.


En materia de empleo, el perfil bogotano se complementa con los siguientes datos. La población subempleada es de 1.423.109 personas. Hoy la tasa de subempleo es del 36,4 porciento, mientras en en el 2008 alcanzó el 43 porciento. Ahora bien, la población activa para trabajar es de 3.909.488, y de ésta hay una cifra de 430.555 desempleados, y en el último trimestre del 2009, la tasa de desempleo fue 11 porciento, cuando un año atrás, para el mismo periodo, el porcentaje fue 9,4.


Si se mira la realidad del trabajo en la ciudad capital, la mayor parte, el 26,81 porciento, trabaja en comercio y la llamada industria sin chimeneas, hoteles y restaurantes; otro 24,49 porciento trabajan en el sector servicios (comunales, sociales y personales), 12,39 % en actividades inmobilarias, 3 % intermediación financiera, y el 5,19 % en construcción. De los que trabajan, están descontentos con la remuneración que reciben 1.181.391. Y este número corresponde a la tercera parte de la población que trabaja en Bogotá. Y las estadísticas oficiales señalan que estos descontentos hacen parte del ejército del subempleo, cuyo total es 1.423.109 personas.

Si cruzamos los números censales, de acuerdo al Dane y Planeación Distrital, de una población total de 7.302.979, quienes trabajan son algo menos de la mitad, 3.478.933, y de ésta última, e 36.4 porciento, 1.423.109, se consideran subempleados. Y si hacemos una comparación en materia de desempleo en un quinquenio, hay una diferencia favorable en la tasa de desempleo entre 2004, 13,6 % y 2009, 11 %, esto es, 2,6 %. Lo cual tiene que precisarse, en el sentido que no se trata de modo necesario, una mejora en la calidad del empleo, y un aumento absoluto en el peso del trabajo en la participación de la distribución de la riqueza social generada.

Comoquiera que a partir de marzo empieza un nuevo ciclo electoral, con o sin reelección es fundamental para el ejercicio político actual de todas las fuerzas, y en específico, para quienes se reclaman del campo democrático y de izquierda tomar en consideración estas cifras, y ponerlas en contraste con la realidad de la pobreza y la miseria de la ciudad capital, con el interés de afinar programas y compromisos ciertos con la población que regularmente vota, y la que se abstiene que sigue siendo la mayoría absoluta.

De ese modo podremos pensar con hechos nuevos en un rumbo distinto para la cuestión social, y un involucramiento de los pobres y los trabajadores en la construcción de la ciudad social que necesitamos, en la que el capital esté subordinado al trabajo, y no como sigue ocurriendo en nuestros días.

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