domingo, 26 de octubre de 2014

UNIFICACIÓN DE PERÍODOS: LA GRAN MENTIRA CLIENTELISTA

UNIFICACIÓN DE PERÍODOS: LA GRAN MENTIRA CLIENTELISTA

David Jiménez[1]

La Asamblea Nacional Constituyente en 1991, con el fin de prevenir el clientelismo bajo las estructuras y jerarquías desde el nivel nacional al regional, dado su fortalecimiento y capacidad de conservación del poder político, optó por separar las elecciones nacionales de las territoriales. Ahora, la propuesta de unificar periodos de todas las autoridades, no busca solo que los gobernantes tengan más tiempo para cumplir sus promesas, sino, claro está, profundizar el clientelismo regional y nacional.

La ficción del constituyente derivado y la Unidad Nacional

En la pasada campaña presidencial, el entonces candidato-presidente con el propósito de persuadir a gobernadores y alcaldes propuso ampliar el periodo de estos a 6 años. Dada la inconstitucionalidad de la iniciativa, ahora salen con la invención de una transición donde los actuales pueden participar a la reelección por 2 años y, posteriormente, los periodos quedarían de 6 años igual al del Presidente, en caso de que se apruebe la mal llamada reforma al equilibrio de poderes.

A su vez, uno de los promotores de la iniciativa es la Federación Colombiana de Municipios, que a través de su director Gilberto Toro, una especie de “inamovible,” afirma que la ampliación de periodos permitirá la gobernabilidad dada la parálisis que produce la Ley de Garantías cada dos años. [2]

La verdad es que la parálisis gubernamental se da por la prohibición de la contratación directa, dado que la regla para contratar es la Licitación Pública. De un plumazo desconoce el director Gilberto Toro, el alto porcentaje de utilización de la modalidad de contratación directa que es la práctica descarada en las entidades públicas, con el exclusivo propósito de obviar los procesos abiertos y públicos.

Esta conducta aberrante es advertida por los organismos de control, pero nadie se atreve a cuestionarla por la potísima razón, que la contratación directa permite pagar los favores políticos a los copartidarios de una causa electoral, sin tener que pasar por las indeseables trabas de una licitación. En suma, el problema no es la parálisis gubernamental, sino que no quieren aplicar la modalidad de Licitación Pública en el periodo electoral: ¿A qué le temen, tirios y troyanos?

Por otra parte, la cacareada unificación de periodos permite el fortalecimiento de jerarquías desde un Presidente hasta un edil de una Junta Administradora Local. El resultado es  la obstrucción a la aparición de nuevas expresiones políticas locales y regionales que confronten el proyecto hegemónico presidencialista de turno, y su reproducción hasta el absurdo, por el clientelismo. A través del mal uso del presupuesto público para obtener votos a cambio, por medio de “inversiones envenenadas” en determinados municipios o regiones.

Finalmente, el autodenominado “constituyente derivado”, representado en el desvencijado Congreso de la República busca sustituir la Constitución de 1991, contra viento y marea. Conviene volver a recordarlo, que en ella se aprobó con sabiduría anti-clientelar un período para mandatarios territoriales de 3 años y elecciones separadas a nivel nacional y regional; pero, luego en 2002 a través de acto legislativo se amplió a 4 años.

Ahora los amantes del despilfarro y el enriquecimiento buscan in tuito personae ampliar a 6 años el negocio que desangra las entidades político-administrativas de un república cegatona, dizque con la causa justa de unificar el periodo de elecciones que redundará en buen gobierno.



[1] Politólogo y Estudiante de la Maestría en Estudios Políticos Universidad Nacional de Colombia. Participante externo del grupo presidencialismo y participación. E-mail: presid.y.partic@gmail.com
[2] Palacios Mejía, D. (Octubre 23, 2014). Gobierno logró sacar adelante su promesa, El Colombiano, [en línea] http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/G/gobierno_logro_sacar_adelante_su_promesa/gobierno_logro_sacar_adelante_su_promesa.asp

jueves, 23 de octubre de 2014

IX SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI
“La Cuestión Meridional y la Constituyente Subalterna en Colombia”
Participantes de Venezuela, Ecuador, Perú, Argentina, Bolivia y México
           
TERCERA JORNADA, 28  DE OCTUBRE  DE 2014

Invitan
Grupo Presidencialismo y Participación y Grupos de Trabajo Asociados
Facultad de Derecho Ciencias Politicas y Sociales
Universidad Nacional de Colombia

 28 de Octubre / 2014
Auditorio Camilo Torres. Derecho, Ciencias Politicas y Sociales
Auditorio Psicología, Ciencias Humanas.

Programación Preliminar
Martes 28 de Octubre.

12- 2 pm.Gramilla del miniestadio D y CPolítica
                 "Homenaje a las luchas e insurgencias subalternas"
Torneo Futbolito Express. Coord. Cristian Barrera

Tarde

 Auditorio Camilo Torres , Sociología. Ciencias Humanas

Subalternidad e Intelectuales Orgánicos

2:00 – 3:30. Panel I. Intelectuales Orgánicos, Democracia y Paz . 

Presentación temática  y ponencia
Mto  Juan Carlos García Lozano  (GPy P,  Doctorado Historia).
   
Invitados especiales  
Prof.  Miguel Ángel Beltrán (Sociología, UNAL)
Prof.  Justo Soto  (Filosofía Política, UBV, San Cristóbal)
César Jerez   (ANZORC)
Alfonso Ahumada  (CUT)
Inti Mesías (Politólogo, Unal. MANE)
Javier A.  Jiménez  (C. Política, Unal)

3:30 – 4:30. Panel II. Marxismo Crítico: Poder y Modernidades
 Presentación Panel: Genealogía del Pensamiento de Ruptura
Miguel A. Herrera Zgaib (GPyP)
Gramsci/ Negri: Subalternos y Multitudes
Giovanni Mora. Sociólogo, maestro en E.Políticos. Docente U. de Monserrate

Nicos Poulantzas y el laberinto estatal
Luis Eduardo Lamus
Politólogo – Candidato a Magister  E. Políticos Latinoamericanos. UNAL
Secretario de Asuntos Políticos Asociación de Juntas de Acción Comunal  Soacha (Cund.)

Ernesto Laclau: discurso, hegemonía y posmarxismo
Fernando Villada
Politólogo. Coordinador académico,  Grupo Presidencialismo y Participación.  Revista Interlocuciones, C. Política, UNAL

Marx y la otra modernidad
Nicolás Jaramillo.  
Politólogo, maestría en Sociología, docente  C. Política.  Investigador del Grupo Teopoco.

4:30 – 5:00. Debate y Conclusiones
Lanzamiento Revistas  INTERLOCUCIONES  4,; Y “PENSAMIENTO DE RUPTURA” del grupo Presidencialismo y Participación.  Anuncio del libro Estudios Gramscianos No. 1

              Convocatoria artículos revista SURMANIA N. 8
Expedición de Certificados a los asistentes.  Inscripción Previa o al inicio del evento. Email: presid.y.partic@gmail.com

Grupo Presidencialismo y Participación. Universidad Nacional de Colombia. Ciudad Universitaria.          
      Unidad Camilo Torres, Bloque C, Módulo 4 Of. 301, Telefax. 316 5000 extensión 10968.

lunes, 13 de octubre de 2014

TODOS QUIEREN CAMBIAR LA CONSTITUCIÓN

TODOS QUIEREN CAMBIAR LA CONSTITUCIÓN

David Jiménez[1]

El Gobierno Presidencial de la Unidad Nacional, así como los partidos políticos con representación en el Congreso de la República, quieren cambiar la constitución de 1991.  Desde la oposición, se manifiestan al respecto el Polo Democrático[2] , el Centro Democrático[3]  y la Alianza Verde[4] , por la coalición de Gobierno,[5] y  también  los conservadores[6]. Todos quieren  tener “velas en ese entierro”.

El trámite cursado hasta el momento, sin embargo,  es la iniciativa presentada por Juan Fernando Cristo en el Proyecto de Acto Legislativo No 018 de 2014[7]. Pendiente de la aprobación en plenaria para segundo debate en el Senado de la República. El propósito no es pequeño, porque pretende reformar 40 artículos de la carta política de 1991. Evidenciándose, de prosperar, una sustitución del ejercicio constitucional por parte del constituyente derivado, haciendo, en cambio, uso de su facultad constitucional de reformar la Constitución Política.

Los partidos políticos con representación en el Congreso de la República sean de la coalición u oposición, con sus iniciativas de reformar la estructura del Estado definida en 1991,  son casi sin excepción los más desprestigiados ante la opinión pública desde hace décadas y en la historia reciente. Los episodios de la utilización del presupuesto público para obtener votos, la parapolítica, la farcpolítica, la corrupción y el narcotráfico así lo prueban.

En suma, unos y otros no están en condiciones democráticas y políticas para utilizar la figura de acto legislativo para reformar los poderes de los que hacen parte e interfieren en la postulación o designación de los altos funcionarios del Estado. Más aún cuando en los ejercicios preliminares nada se ve al respecto de una verdadera democratización en el ejercicio de los poderes públicos, con una efectiva presencia ciudadana.

Es natural, el sistema político exige reformas democráticas, pero por el constituyente primario – el pueblo mediante referendo  o una constituyente-, sin que obedezca a una norma jurídica anterior y a los apetitos electorales de los gobernantes de turno, quienes deciden a su amaño cambiar las reglas de juego establecidas en el régimen político aún vigente; aunque convertido en un verdadero sayal, una colcha de retazos con algunos remiendos democráticos que son pequeños respiros a un asfixiante autoritaritarismo en progresión geométrica desde los tiempos del primer presidente César Gaviria, y sus sucesores.

Los riegos de la inestabilidad política

Eso sí, los partidos de la coalición u oposición con sus intereses de reformar la constitución y la comisión primera del Senado demostraron que podría trabajar horas y horas de martes a jueves para aprobar con prisa y sin intervención de la ciudadanía y la sociedad civil la reforma a 40 artículos de la Constitución de 1991.

Unos y otros olvidan que estamos a un año de elegir autoridades territoriales donde ya está definido un calendario electoral. Ellos hacen cuentas alegres, y presumen que la Corte Constitucional va a declarar exequible tan desbordada reforma a la constitución de 1991.

Por lo pronto, vale la pena formular  estos interrogantes:
 ¿Qué sucedería si antes de las elecciones de octubre de 2015 la Corte Constitucional declara inexequible la reforma?
¿Qué exigirán las Farc en La Habana para cambiar el sistema  judicial, de gobierno, electoral y de partidos ?

Así las cosas, la solución a la crisis orgánica del sistema político colombiano, es una constituyente para que el pueblo decida si permanece o no el statu-quo. Para lo cual para nada sobra inventariar el estado actual de los ejercicios constituyentes, que motu proprio los grupos y clases subalternas han estado ensayando contra viento y marea.  Tal es la verdadera fuerza constituyente que para nada asoma la cara en los ejercicios auto-complacientes del tradicional “país político”, eso sí, muy dispuesto a trabajar para bien de la “patria”.







[1] Politólogo y estudiante de la maestría en estudios políticos de la Universidad Nacional de Colombia. Participante externo del grupo presidencialismo y participación UNAL. E-mail: presid.y.partic@gmail.com
[2] Proyecto de Acto Legislativo No 22 de 2014 Senado
[3] Proyecto de Acto Legislativo No 19 de 2014 Senado
[4] Proyecto de Acto Legislativo No 12 de 2014 Senado
[5] Proyecto de Acto Legislativo No 18 de 2014,  No 05 de 2014, No 04 de 2014, No 01 de 2014 Senado
[6] Proyecto de Acto Legislativo No 06 de 2014 Senado 
[7] Acumulado con los proyectos de acto legislativo No 02, 04, 05, 06 y 12 de 2014 Senado de reforma al equilibrio de poderes