UNA FINAL EJEMPLAR EN FÚTBOL.
PARA OLVIDAR.
miguel angel herrera zgaib
proyecto fútbol, política e ideología.
Quizás nadie discuta que en sus 100 años, este torneo, que ha tenido más de un nombre, lo disputen los "mejores" equipos de América, Chile y Argentina, bajo el arbitraje de un país eliminado, con una mano providencial, que otro árbitro no quiso ver tampoco.
Ya pasaron 90 minutos, y ahora vamos para los 30 finales. Chile ha mostrado que Pizzi les ha enseñado a marcar, y a anular a Messi, poniéndole dos o tres, cuando él recibe la pelota. Y el resto de los azul y blanco parecen pegados a su capitán, si autonomía para crear y definir por su propia cuenta.
Los jugadores que están arriba parecen "palomeros", como Higuaín o Agüero. El equipo rival, Chile parece más completo. Tiene más definidores que no esperan a que el mapuche Vidal le diga e indique qué hacer. Por eso, tienen en sus filas al goleador del torneo.
Veinte son suficientes
Esta vez, además, están jugando 10 y 10, demostrando que el problema no es que es jueguen 11 y 11. Podrían ser también 10 y 10, por lo que aquí vemos. Tampoco queda duda, con independencia del marcador, que los jueces no son buenos jueces, y que este deporte que se juega con los pies y la cabeza, requiere de instrumentos electrónicos para corregir equívocos, y sancionar a avivatos.
En todo caso, esta final, parece que nos lleva al momento de los pénales, como si la criminología siguiera rigiendo a un fútbol venido a menos. Viviendo la suerte de las 5.50, hasta el cansancio. Un duelo entre un arquero y los jugadores que tienen que mostrar dominio del cobro y serenidad para sentirse responsable ante millones de voyeristas, y miles de testigos que no se pueden comprar como en la justicia ordinaria, de Colombia y EUA, como lo hemos vivido hasta el absurdo.
Estamos acercándonos al final. Hubo un primer tiempo, mejor 30 minutos que se jugaron intensamente. Que nos hicieron pensar que estábamos en Europa y no en New Jersey. Pero, después de la primera expulsión, por dos tarjetas amarillas todo se derrumbó.
Un tercero mediocre, ¿qué aprenderán José y James?
El tercero en discordia, Colombia ganó por la mínima diferencia jugando contra el anfitrión. Pero, en su juego anterior, con Chile, probó, como lo comentaba mi hermano Marco Aurelio, que José Pékerman no tiene arreglo, que se repite hasta el hastío, insistiendo en un mediocampo insulso.
Y en un Cuadrado que sólo alcanza a jugar para la Juve, o el club extranjero donde esté, Porque en los partidos de selección se cae y dribla sin eficacia. Y al bajarlo, como le pareció a don José, terminó cabeceando para atrás, y dándole camino a la victoria de Chile sobre Colombia. Luego hubo una eternidad de tiempo, y teniendo delanteros no fue capaz el hermético y terco argentino de voltear el partido.
Dicho lo cual, con un James que como capitán empieza a parecerse a Messi, tenemos riesgos de quedar fuera del campeonato mundial. Conviene que Osorio y Pékerman se reúnan. Algo aprenderán los dos, y el fútbol de Colombia, de pronto recupera la esperanza.
¿Otra vez penales?
Preparémonos en esta final, para los minutos que quedan, para vivir el fútbol espectáculo, como la política espectáculo, donde el arte y la inteligencia estratégica quedan sometidas a la suerte y el autocontrol.
De pronto, Argentina se desquita, o Chile vuelve a ganar, y Lionel Messi, el consentido, se queda con las ganas; y a la espera que a sus 29 años, en efecto, democratice su forma de jugar, porque solo no puede salvarse del catenaccio.
Puede ser un final,a demás, grotesco, con los connatos de pelea que estamos viendo. El fútbol no solo tiene que democratizarse sino revolucionarse, y no tenemos a la vista dónde se producirá tal insurrección. Goool