LA
PAZ PARA TODOS. REFORMA TRIBUTARIA CONTRA LOS POBRES
David Jiménez[1]
“El comercio
internacional es la sangre que da vida a la economía global e impulsa a las
empresas a especializarse e innovar”
Mauricio Cárdenas
Discurso del
Presidente de la Junta de Gobernadores del FMI-Banco Mundial, Octubre 8 de 2016
Los resultados del
plebiscito, tiene a un sector de la multitud marchando en las principales
ciudades, en torno a un acuerdo de paz entre el Gobierno Nacional y las
FARC-EP.
La paz tiene sus dividendos
económicos, lo han explicado mucho desde las altas esferas del gobierno Santos,
donde la economía tendrá un crecimiento adicional, pero nunca han explicado si
los ingresos y la calidad de vida de los estratos 1, 2 y 3 van a aumentar en el
post-conflicto. Por ahora la propuesta de reforma tributaria, le trae un
dividendo a la élite económica, la eliminación del impuesto a la riqueza.
La intención del Gobierno
Nacional de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico –OCDE-, donde pertenecen las economías desarrolladas y con
crecimiento económico, ahora se viene con un ajuste estructural en la economía,
los impuestos.
En primer lugar, se crea el
monotributo, un nuevo impuesto para los pequeños comerciantes, donde ejecutan
sus actividades especialmente en los estratos 1, 2 y 3. Los “pequeños”
comerciantes no hacen parte del gran capital nacional y extranjero que goza de
privilegios tributarios.
Pero el Ministro de Hacienda
argumenta la reforma bajo el supuesto de la formalización, pero que desconoce
que los pequeños comerciantes (tenderos, peluquerías, misceláneas, entre otros)
si pagan impuestos, por un lado pagan el Impuesto de Industria y Comercio a los
municipios y por el otro venden productos que ya vienen cargados o facturados con
el IVA.
Sin
embargo, no todos los pequeños comerciantes tienen altos niveles de ingreso,
pero el Ministerio de Hacienda con la falacia de la “formalización” se
inventaron una nueva carga tributaria para los comerciantes pobres que no hacen
parte de ninguna sociedad comercial o grupo empresarial, porque para controlar
la evasión fiscal en el pequeño comercio, deben aumentar la inspección fiscal y
tributaria para detectar a evasores sin crear un nuevo tributo sin ninguna
distinción, donde se hace sobre los ingresos del pequeño comerciante y no sobre
sus utilidades. La nueva reforma, no discrimina cuanto es la utilidad para el
comerciante que vende 50, 100 o 200 mil pesos diarios sino que los grava sobre
la totalidad de sus ingresos anuales.
En
segundo lugar, se propone eliminar el impuesto a la riqueza, un tributo creado
para las personas naturales y jurídicas de altos ingresos, dará privilegios a
las grandes empresas, una medida anti-progresiva, al eliminar una carga
tributaria para las empresas más poderosas del país y por el otro lado aumentar
el IVA a los consumidores, en especial afecta a millones de colombianos que no tienen
un ingreso digno para soportar las nuevas cargas tributarias en todo lo que
necesite consumir para sobrevivir.
Al
parecer, el traidor de Álvaro Uribe Vélez, el Gobierno de Juan Manuel Santos
con esa política busca generar “confianza inversionista” al gran capital
nacional y extranjero, uno de los pilares de la política económica Uribista y
Santista donde la concentración de la propiedad y la riqueza no cambian de
rumbo frente a la vida de millones de campesinos y desempleados excluidos del
sistema económico y sus beneficios.
El
Gobierno Nacional quiere tapar la caída de sus ingresos en 24 billones,
poniendo a tributar a los pobres con más IVA y a los pequeños comerciantes con
el “monotributo”, y por el otro lado, el Ministro de Hacienda no habla del
valor de 9,2 billones de pesos que cuestan las exoneraciones y beneficios
tributarios, de la cual no se quiere derrumbar porque perjudica a los grandes
grupos económicos nacionales y extranjeros.
Por
lo pronto, parece una ilusión que los principios de equidad y progresividad
tributaria, que consiste en que los que tienen más dinero y capital, paguen más
impuestos, no hace parte de la ola de la democratización de la paz y del
#AcuerdoYa.
En
la paz ganamos todos, pero con la reforma tributaria pierden los pobres y los
pequeños comerciantes. Por lo que es necesario modificar las pretensiones
neoliberales de cobrar la paz a las multitudes de pobres, trabajadores,
mujeres, indígenas, afro-colombianos, expoliados y explotados a lo largo de
medio siglo, en que la guerra hizo más ricos a los ricos.
[1]
Politólogo, magister en estudios políticos. Participante externo del GPYP
Unal/Unijus. E-mail: presid.y.partic@gmail.com
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