viernes, 31 de julio de 2020



Crisis orgánica, pandemia, estado integral en Colombia. Parte I.

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB, PhD
Director Grupo Presidencialismo y Participación, Unijus/Colciencias
Director Revista Pensamiento de Ruptura, IGS-Colombia.

Entre crisis orgánicas
¿Cómo se forman estas situaciones de contraste entre “representados y representantes” que desde el terreno de los partidos (organizaciones de partido en sentido estricto, campo electoral parlamentario, organización periodística) se transmiten a todo el organismo estatal, reforzando la posición relativa del poder de la burocracia (civil y militar), de las altas finanzas, de la iglesia, y en general de todos los organismos relativamente independientes a las fluctuaciones de la opinión pública?

En cada país el proceso es diferente, aunque el contenido sea el mismo. Y el contenido es la crisis de hegemonía de la clase dirigente…Se habla de “crisis de autoridad” y esto es justamente la crisis de hegemonía, o crisis del estado en su conjunto. Antonio Gramsci, Observaciones sobre algunos aspectos de la estructura de los partidos políticos en los periodos de crisis orgánica. Cuadernos de la Cárcel, 1932-1934.
                                                       Hace algo más de un siglo, en 1918, la modernidad que salía de la devastadora tragedia de la gran guerra se conmovió con otra, la pandemia que tuvo sus orígenes furtivos en los Estados Unidos. Fue también el primer tiempo del fallido proyecto de la Sociedad de las Naciones, promovido por un liberal conservador y racista, Woodrow Wilson.

Aquel virus se expandió con ferocidad por la península Ibérica y con velocidad por el resto del orbe. Hasta hacerse célebre con engañosa tristeza como “grippe española” que cegó millones de vidas. Mientras tanto el sistema capitalista salía mal de la crisis, con las sanciones impuestas por los envalentonados vencedores en Versalles.

En lo político se pasó de la estrategia de la guerra permanente que orientó la disposición revolucionaria de los primeros comunistas, junto con liberales radicales de cuño jacobino y anarquistas desde 1848, a una nueva estrategia, la guerra de posiciones política que aprendía de Moltke, Petain y, sobre todo, de la doctrina de las “operaciones profundas”, de Mikhail Thukachevsky (1893-1937), quien estuvo al frente de la armada roja que rompió el asedio de los ejércitos aliados sobre Rusia al triunfo de la revolución.[1]

 En lo ideológico y cultural, pronto Europa cayó en la febril somnolencia de los fabulosos “años 20”. Marchaba con derroche de energía, estupefacientes y cine monumental, con el fantasma del colapso financiero primero, y político militar después, para encadenar al mundo a un desastre humano mayor, la II Guerra Mundial.  Para que el capitalismo mundial adquiriera adultez, al tiempo que cultivaba las primeras inmediatas “canas”.

Rusia experimentó también la revolución democrática y socialista que derrocó a la autocracia de los Romanov, durante los 10 días que estremecieron al mundo. Lo escribió John Reed, muerto también víctima de la enfermedad en el teatro de aquellos acontecimientos, lejos de su tierra.

Luego, en octubre de 1929, el crack de New York trajo una hecatombe para el trabajo humano, y el suicidio para no pocos especuladores de la Bolsa. En pocos días, el lujo y el derroche fabuloso de riqueza y productividad humana, luego de la breve recuperación de 10 años, condujo a la severa depresión del joven sistema capitalista, para que madurara después de esta “borrachera sangrienta”.
Así encontró de modo bestial el límite a la “libre competencia”, y deshizo los dictados de la así llamada “mano invisible”, en parte novelada por Adam Smith en La riqueza de las Naciones. Fue un libro de obligada lectura y consulta, cuando Marx se devanaba los sesos en sus agotadoras y provechosas jornadas de estudio cubierto por su raída chaqueta e inventiva en las recias bancas del Museo Británico, mientras desentrañaba de modo laborioso y encomiable los misterios del capital y los plasmaba en la forma mercancía con lógica implacable.
Un excurso teórico y metodológico necesario
“En México, la crisis del estado duró 35 años, y llegamos a la crisis de hegemonía. Se expresó con la insurrección electoral. La crisis está, pero no hay todavía una nueva relación entre Estado y sociedad civil. Lucio Oliver, ponencia, XII Foro Palabra y Acción, 8/7/2020. Trascripción libre.
Con esta vuelta ejemplar y vertiginosa al siglo pasado del sistema capitalista, afectado en aquella oportunidad por una crisis orgánica de larga duración, que arrancó de las postrimerías del siglo XIX, regresemos al presente de otra, la que empezó en Colombia en 1947-1948, en la compañía teórica de otro lúcido y esforzado analista político, Antonio Gramsci.
Él es el protagonista subalterno del preámbulo de aquel desastre que cauterizó a sangre y fuego la II Guerra Mundial, eso sí, de modo provisional. Claro, me refiero a otro gran periodista, convertido pronto en líder de los obreros de Turín, la gran ciudad obrera de Erurpo, y pensador político de los consejos de fábricas como forma colectiva de autonomía frente a la explotación capitalista, a quien cité in extenso en el epígrafe que encabeza este ensayo.

 La intención enseguida es compartirles un análisis de coyuntura, que lee las cosas desde el Sur latinoamericano. La ocasión es propicia, pues celebramos el XII Foro Internacional Virtual Palabra y Acción, los días 6,8 y 9 de julio.

Lo hago basándome, en lo posible, en un ejemplo de epistemología de ruptura. Que es la que inspira el trabajo für ewig realizado por Gramsci en sus Quaderni, un total de 33, que el sardo pergeñó con voluntad de hierro en el prolongado y asesino encierro al que lo sometió su excompañero de viaje socialista, Benito Mussolini, en Turi, Bari desde 1929 hasta 1935.

A la vez, este es un diálogo de otra manera con Boaventura de Sousa Santos, el talentoso estudioso portugués de la sociología jurídica y del trámite perturbador de la posmodernidad europea, que, en principio no niega, sino que aprovecha para reconducir sus primeros estudios socio-jurídicos, acerca de la democratización del derecho, que empezó como brillante egresado de la Universidad de Coimbra; y émulo escritural con estilo propio de la soberbia obra literaria, de su paisano campesino, el nobel José Saramago.

Con ellos, intento mirar ahora en dirección contraria, a la que para Colombia recomendó el presidente gramático, Marco Fidel Suárez hace un siglo, el réspice polum. Una impronta que todavía marea a la generación reaccionaria de nuestro tiempo que lidera alguien a quien herederos de la ácida pluma de José María Vargas Vila distinguen como el <>.

 Bautizado también de forma cáustica con el remoquete de Matarife, dándole el protagonismo de una serie de ágil formato, dedicada a narrar con coherencia la política pública de guerra en Colombia, que embozada con el rótulo de “seguridad democrática” está dirigida a derrotar la resistencia armada y desarmada de los subalternos que lleva algo más de medio siglo. 

Es parte de una operación de la guerra de profundidad, una guerra de posiciones en la sociedad civil, como la denominó Antonio Gramsci. Durante este posconflicto, y que resistió con éxito el primer embate de esta guerra mediática, librada sin cuartel bajo condiciones de excepcionalidad, con una tutela que quiso apagar, una vez más, la voz de la rebeldía de los subalternos en Colombia.


[1] Las Operaciones profundas son un nuevo nivel en el arte militar soviético que conecta, moviéndose entre la estrategia y la táctica. Su elaboración mayor en lo doctrinal corrió a cargo de Vladimir Triandafillov y Mikhail Tukhachevsky, basados en contribuciones previas de otro estratega Alexander Svechin y Mikhail Frunze que habían trabajado sobre la guerra de posiciones y la retirada, componentes de la “batalla profunda” que combina operaciones ofensivas y defensivas. 
Un teórico soviético posterior, Isserson (1898-1976), que no cayó en la purga stalinista del ejército de 1937-1939, planteó el tránsito de la estrategia linear del mariscal Moltke, posterior a la fórmula Napoleónica de la batalla decisiva, a la estrategia profunda, otra forma de referir la guerra de posiciones que estaba in nuce presente en los escrito Sobre la guerra del coronel Carl Von Clausewitz. Consultar Harrison, Richard W (2001). The Russian Way of War. Operational Art, 1904-1940.  Kansas University Press.


sábado, 4 de julio de 2020

XII FORO INTERNACIONAL VIRTUAL
PALABRA Y ACCIÓN, 6,8,9 JULIO 2020.

CIENCIA POLÍTICA, FACULTAD DE D Y CPS, UNIVERSIDAD NACIONAL
BOGOTÁ, COLOMBIA

AUTONOMÍAS, D.H, SUBALTERNOS, VERDAD Y ESTADO AMPLIADO
COLOMBIA Y AMÉRICA LATINA.

ORGANIZAN:

Grupo Presidencialismo y Participación, IGS-Colombia. Cursos de ICP, TCP y Electiva Gramsci, Ciencia Política, UNal, Bogotá.

INVITADOS ESPECIALES:
RAÚL BURGOS (Brasil)
LUCIO OLIVER (México)
MABEL THWAITES ( Argentina)
PEDRO SANTANA (Colombia)
ALEXANDER MADRIGAL (Colombia)
Rep. DAVID RACERO (Colombia)
Lunes 6 de Julio

Autonomía integral (Autonomía en lo político, económico, social y cultural; la autonomía en lo individual y social).

Horario:
11-1:00, 2:00 - 4:00 p.m

Miércoles 8 de Julio

Derechos Humanos (Igualdad social, exclusión e identidades, derechos sociales, políticos, económicos, culturales y ambientales).

Horario: 2:00 - 4:00 p.m.
Subalternos y Estado ampliado. Seminario Interno Grupo PyP.

Horario: 4:00 - 6:00 p.m

Jueves 9 de Julio

Verdad y Estado (Comisión de la verdad, el Estado contemporáneo, y la problemática del Estado analizada desde una cultura política subalterna, feminista y juvenil).

Horario: 11:00 a.m - 1:00 p.m ; 2:00 p.m - 5:00 p.m

Responsable: Profesor Miguel Angel Herrera Zgaib, Ph.D., Director Grupo Presidencialismo y Participación, y Ia IGS-Colombia.
Comunicaciones: GRAMSCITeVe, Revista Pensamiento de Ruptura.


Email: maherreraz@unal.edu.co. presid.y.partic@gmail.com.