El profesor e investigador mexicano, Luciano Concheiro, de la UAM Xochimilco nos llama la atención sobre este escrito bajo la forma de parodia publicado en Rebelión por Juan Cendales. N de la R.
Pablo Neruda en el último día de presidencia de Uribe
Pablo Neruda en el último día de presidencia de Uribe
Sátrapa triste, rey advenedizo
“En la soberbia, la espina” es un poema escrito en 1943 por Pablo Neruda luego de visitar Colombia y recibir agravios de Laureano Gómez, Director del periódico conservador El Siglo quien luego sería presidente y padre de la violencia política colombiana de la cual Álvaro Uribe es iracundo y feroz continuador. Por lo que merece Uribe heredar este poema, como despedida, este 7 de agosto, tras ocho largos años de su régimen mafioso, corrupto y violento.
Por los falsos positivos. Por los torturados y los desaparecidos. Por los sindicalistas, indígenas y opositores asesinados. Por los Millones de Desplazados y los miles de exiliados. Por los muertos, miles, de la fosa de La Macarena y tantas otras. Por los perseguidos y los presos políticos.
En la Soberbia, la Espina
sátrapa triste, rey advenedizo.
Adiós, emperador de cuarto piso
antes de tiempo y sin cesar pagado.
Administras las tumbas del pasado,
y hechizado, aprovechas el hechizo
en el agusanado paraíso
donde llega el soberbio derrotado.
Allí eres dios sin luz ni primavera.
Allí eres capitán de gusanera,
y en la terrible noche del arcano
el cetro de violencia que te espera
caerá podrido como polvo y cera
bajo la jerarquía del gusano.
Caballero del látigo mezquino,
excomulgado por el ser humano,
iracunda piltrafa del camino,
Oh pequeño anticristo, anticristiano.
Como tú, con el látigo en la mano,
tiembla en su tumba en España Franco el asesino
y en Alemania tu sangriento hermano
lee sobre la nieve su destino.
Es tarde para tí, triste Alvarito.
Quedarás como cola de tirano
en el museo de lo que no existe.
En tu pequeño parque de veneno
con tu pistola que dispara cieno.
(*) Las cursivas en el poema responden a modificaciones del autor sobre los versos originales de Neruda.
y hechizado, aprovechas el hechizo
en el agusanado paraíso
donde llega el soberbio derrotado.
Allí eres dios sin luz ni primavera.
Allí eres capitán de gusanera,
y en la terrible noche del arcano
el cetro de violencia que te espera
caerá podrido como polvo y cera
bajo la jerarquía del gusano.
Caballero del látigo mezquino,
excomulgado por el ser humano,
iracunda piltrafa del camino,
Oh pequeño anticristo, anticristiano.
Como tú, con el látigo en la mano,
tiembla en su tumba en España Franco el asesino
y en Alemania tu sangriento hermano
lee sobre la nieve su destino.
Es tarde para tí, triste Alvarito.
Quedarás como cola de tirano
en el museo de lo que no existe.
En tu pequeño parque de veneno
con tu pistola que dispara cieno.
(*) Las cursivas en el poema responden a modificaciones del autor sobre los versos originales de Neruda.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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