viernes, 30 de septiembre de 2011

En el marco del interés reformista que impulsa el gobierno Santos y el bloque político que lo apoya, la Unidad Nacional, el PNUD ofrece un boletín sobre el rumbo sobre la reforma rural que tiene asidero en la implementación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, un ejercicio polémico y significativo en la dirección de clarificar la realidad de la propiedad en el campo colombiano afectada por el drama del desplazamiento y el despojo de millones de campesinos y comunidades raizales, indígenas y afrocolombianas. Es en suma la vuelta de la cuestión agraria con ocasión del programa de la prosperidad democrática, que ha de ser leida desde la perspectiva del trabajo, de los grupos y clases subalternas, para enrutar la democracia más allá de la manipulación que ha sufrido en los anteriores gobiernos. N de la R.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD
Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011
Colombia rural, Razones para la esperanza
BOLETIN DE PRENSA 01

Colombia:

REFORMA RURAL TRANSFORMADORA PARA MODERNIZAR Y DEMOCRATIZAR
A COLOMBIA, PROPONE INFORME DE DESARROLLO HUMANO 2011 DEL PNUD.

Bogotá, D.C., 28 de septiembre/2011.- Colombia no podrá insertarse plenamente en el mundo globalizado, modernizar su economía, superar la pobreza, resolver el conflicto armado y saldar el histórico conflicto agrario sin una reforma rural transformadora que no da más espera, concluye el Informe de Desarrollo Humano 2011 ‘Colombia Rural, Razones para la Esperanza’, que publica hoy el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)[1]/.
La reforma rural transformadora requiere concertar los esfuerzos del gobierno, la sociedad y la comunidad internacional para rectificar el modelo de desarrollo rural y vincularlo umbilicalmente al de las ciudades; incorporar una agenda redistributiva, propiciar cambios en un orden social inequitativo e incluir a los pobladores rurales más vulnerados; rediseñar la institucionalidad que atiende el sector según sus nuevas dinámicas; alcanzar eficiencia, productividad, innovación y competitividad; y además, recuperar y replantear el papel y liderazgo del Estado frente al mundo rural y a las fuerzas del mercado.

El estudio será recibido por el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, a la 1:30 de la tarde de hoy, en un acto público al que concurrirán legisladores, responsables gubernamentales de alto nivel, diplomáticos y cooperantes internacionales, empresarios, líderes políticos y sociales, investigadores y voceros de centenares de organizaciones no gubernamentales y de los movimientos y organizaciones sociales del sector rural.

APROVECHAR UN MOMENTO HISTÓRICO

Según Bruno Moro, Representante Residente del PNUD en Colombia, la reforma rural transformadora es una invitación a “hacer de lo rural un eje fundamental del desarrollo del país, con equidad, inclusión y democracia, es decir, con una renovada apuesta por el desarrollo humano”.

Para Moro, es relevante que el Informe se concentre en “algunos factores estructurales que pudieron facilitar la expansión y degradación el conflicto y en sus efectos sobre el tejido social y la gente, antes que en la dinámica o la lógica de los actores armados”.

La sociedad y el Estado tienen hoy la oportunidad histórica de impulsar esa reforma rural transformadora y a juicio de Moro “el mejor aliciente es un gobierno respaldado por una coalición liderada por sectores modernizantes que entienden que esta es una oportunidad única para superar la pobreza y la desigualdad y remover algunas causas estructurales del conflicto”.

La reforma rural transformadora

Debe ser fruto de acuerdos nacionales, regionales y locales que transformen la actual estructura agraria y sus relaciones con la sociedad, el Estado y la política. Pero los acuerdos sólo serán posibles, legítimos y sostenibles con la organización y participación de todos los actores sociales y los agentes económicos y la adopción de visiones y actitudes diferentes sobre el desarrollo, considera el economista Absalón Machado, director académico del Informe.

Por ser un proyecto nacional de largo aliento, la reforma rural transformadora debe ser diseñada, ejecutada, ajustada y evaluada a la luz de la mejor información social y especializada disponible.

DESHACER LOS ERRORES DEL PASADO
1. Se le dio la espalda al mundo rural
La reforma rural transformadora busca rectificar el error histórico de haber creído que Colombia podía modernizarse prescindiendo del sector rural y de sus pobladores e ignorando los vínculos crecientes y dinámicos entre los conglomerados urbanos y las zonas rurales, en parte porque prosperó la imagen de país de ciudades, creada por la apuesta urbanizadora como ruta hacia el desarrollo. Por acción u omisión, el mensaje que la sociedad colombiana ha enviado a los pobladores rurales ha sido que su progreso o el de sus familias dependen de abandonar el campo.

El Informe sorprende con un gran hallazgo académico. Según el inédito índice de ruralidad (IR) desagregado por municipio, el país es más rural de lo que se creía: el 75,5% de los municipios colombianos son rurales, en ellos vive el 31,6% de la población (no el 25%, según el Censo de 2005) y cubren el 94,4% del territorio. Reconocer la ruralidad que aquí se plantea, es el primer paso cambiar la forma como se planea, ejecuta y evalúa la gestión de los gobiernos, tanto del nacional como de los territoriales.

2. Fue bloqueado el reformismo agrario y abandonado el desarrollo rural

La reforma rural transformadora se plantea para deshacer los impactos nefastos del bloqueo a la reforma agraria de la década de 1960, su sustitución por subsidios a pequeños propietarios para facilitarles el acceso a un mercado imperfecto de tierras, el abandono de los programas de desarrollo rural y la prelación dada a la gran economía, en detrimento de la campesina.

3. Se estigmatizó y desconoció el rol político y social de los pobladores rurales más vulnerados.

Los imaginarios, percepciones y actitudes hacia las mujeres rurales, el campesinado, los pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas expresan, con frecuencia, visiones fatalistas y resignadas sobre su condición de sujetos con derechos y deberes, su presunta incapacidad para entender sus realidades, construir proyectos de vida y propuestas viables. En general, se les asocia con una carga indeseada, desde el punto de vista presupuestal y fiscal y se les reduce a la condición de simples víctimas

4. Se desdibujó la visión territorial y, por tanto, todo esfuerzo sistemático por ordenar el territorio en función de su ocupación productiva y social.

El campo quedó dotado solo de atributos productivos, sin otras dimensiones estructurales en el concepto del “territorio” (espacial, ambiental, social, cultural, política e institucional). Y, por cuenta del conflicto armado, se ha enfatizado su condición de “escenario de guerra”.

5. Se trató, como iguales, temas diferentes aunque interrelacionados (conflicto agrario tradicional y conflicto armado), que necesitan respuestas diferenciadas.
En la medida en que conflicto agrario y conflicto armado se mezclan y articulan en el territorio, el problema del acceso equitativo a la tierra se ha hecho más difícil de entender y sobre todo, de resolver. Hay una enorme necesidad de conocer la realidad y sutilezas regionales y locales, de las cuales quizás la más importante sea el papel de las élites rurales y su articulación con las instituciones públicas y con los actores del conflicto.

El Informe invita a evitar la generalización y el encajonamiento de la relación tierra-conflicto en el molde del conflicto histórico por la tierra.

Y afirma que si bien la consecución de la paz en Colombia pasa por la solución de los conflictos por la tierra; esta es una condición necesaria pero no suficiente. Resolverlos es un imperativo de la política pública y representa una ayuda significativa para intervenir y solucionar el problema agrario, y avanzar en el mejoramiento de la calidad de vida rural y la disminución de la vulnerabilidad de sus pobladores. Pero aun resolviendo una problemática de tanta complejidad, quedarían sobre el tapete las motivaciones, las lógicas, los incentivos, los actores y los recursos del conflicto armado.
El llamado del Informe es a tratar en forma diferente lo que, en efecto, es diferente. Eso exige decisiones políticas, diálogos con actores, políticas públicas y estrategias diferenciales, que apunten eso sí al objetivo común de construir la paz.

RESCATAR EL PAPEL Y EL LIDERAZGO DEL ESTADO

La reforma rural transformadora toma nota de que mientras el Estado concentraba esfuerzos para recuperar militarmente vastos territorios rurales y consolidar su presencia y la gobernabilidad, se desvanecía buena parte de la institucionalidad que atendía al sector agropecuario, mientras ganaban peso y capacidad decisoria agentes privados nacionales e internacionales y se rendía culto a las fuerzas del mercado.

Por tanto, la reforma rural transformadora incluye el rediseño de la institucionalidad que atiende a la sociedad y al complejo sector rural de hoy. Su complejidad se explica por los impactos de la apertura económica y los tratados de libre comercio; la baja inversión en ciencia, tecnología e innovación; su pobre desempeño productivo; la poca gestión del agua y cultura del riego; el caos en la ocupación social y productiva del territorio; el cambio climático y la gestión de mitigación y adaptación; las dinámicas socioeconómicas generadas por los megaproyectos (mineros, energéticos, forestales o agroindustriales), la demanda creciente de combustibles y la inseguridad alimentaria.

SUPERAR UNA CRISIS SOCIAL RECURRENTE

En ese contexto, la reforma rural transformadora apunta a superar lo que el Informe llama una “crisis estructural recurrente”, analizando las relaciones entre:

1. La globalización de los mercados y la economía.
2. El modelo de desarrollo rural, la vulnerabilidad del sector rural y las brechas que lo separan de las ciudades.
3. Las reformas y leyes agrarias, los programas de desarrollo rural y la institucionalidad estatal.
4. El ordenamiento y ocupación productiva del territorio, los asentamientos humanos, la sostenibilidad ambiental y la gestión del riesgo.
5. La concentración de la propiedad rural, los conflictos por uso y tenencia del suelo y del subsuelo y el mercado de tierras.
6. El conflicto armado interno y su relación con el despojo y abandono de tierras, con el desplazamiento forzado y la persistencia de un social rural injusto y no democrático.
7. La heterogeneidad de la sociedad rural, sus dinámicas, fortalezas y debilidades, la inequidad de géneros y la inexistencia de mínimos de ciudadanía; y la atención especial que requieren las mujeres rurales, el campesinado, los pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas.
8. El desarrollo tecnológico, la innovación y el desempeño productivo del sector agropecuario. (Fin/cch).
Carlos Alberto Chica
Coordinador de Comunicaciones
Informe Nacional de Desarrollo Humano
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
Avenida 82 10-62 Piso 2
57-1-488-90-00, extensión 448

domingo, 18 de septiembre de 2011

Aquí un registro de rechazo de los desastres que sigue produciendo el flagelo de la guerra interna en el Cauca, y, en concreto, en las poblaciones indígenas organizadas, que se han manifestado una y mil veces por fuera de la accióna armada que enfrenta a fuerzas del gobierno nacional con insurgencia y paramiltares. Pero, además de promesas y condenas no se logra contener esta bestialidad, que golpea cada vez más a mujeres y niños. Tal y como se denuncia en este reporte de ACIN que reproducimos como una acción contra la guerra, y con el propósito de avanzar en la liberación de este azote de Colombia. N de la R.

NUESTRA PALABRA


Cauca: ¡No queremos a los grupos armados en nuestro territorio, no queremos la muerte!


Hace algunas semanas los gobiernos de Colombia y Japón celebraron con gran euforia un acuerdo de inversión extranjera en nuestro país. Colombia asumió sin ningún reparo el compromiso de proteger y garantizar la rentabilidad de esta inversión. La garantía que promete el gobierno de Colombia a todos los inversionistas externos y locales es la seguridad que dan las armas. Esa seguridad que mientras protege los intereses económicos de unos que asesinan la vida de muchos.

Mientras los gobiernos realizan incansables esfuerzos por firmar cada vez más tratados comerciales, acuerdos de cooperación e inversión económica, en los caminos de nuestros territorios se sigue derramando sangre de los más humildes, de los más frágiles y de los más dignos. Aún viven en el corazón y la memoria los niños y jóvenes bombardeados por la fuerza pública hace ya varios meses en la vereda Gargantillas del Resguardo de Tacueyó.

También recordamos a Zuleima Coicué, una joven y humilde mujer a quien milicianos de las FARC le segaron brutalmente la vida arrebatándole el derecho de criar a su pequeño hijo. Y cómo borrar de la memoria lo que aún nos duele, el inhumano ataque a la población de Toribío donde nuevamente quedó en evidencia la crueldad de los comerciantes de la vida. En esta dolorosa lista, donde muchos quedan al margen, también se nos viene a la memoria la sonrisa humilde y sincera de Luis Carlos Mestizo, asesinado en Santander de Quilichao hace algunos días, en uno de los municipios del Cauca más militarizados.

Ahora con gran tristeza e inmenso dolor, lloramos a Maryi Vanesa Coicué, una niña que soñaba con ser líder de su comunidad, a quien la irracionalidad de los asesinos truncaron su ideal. Al escuchar los desgarradores gritos de dolor de Myriam, su mamá, y al ver las silenciosas lágrimas de Abel, su papá, reiteramos sus palabras: “Estamos cansados de la muerte, hoy nuevamente desde la profunda tristeza y el dolor que siento, hago un llamado urgente a toda la comunidad, a todo el Cauca, a toda Colombia y a nivel internacional, a valorar y a defender la vida”.

Hoy sábado, 17 de septiembre, la comunidad educativa se movilizó desde Caloto hasta Santander de Quilichao - Cauca, denunciando todas las muertes que han sucedido en el territorio, en especial denunciando la muerte de Maryi. La comunidad ya se cansó de tanta injusticia, de que en nuestros territorios se siga derramando tanta sangre y de que lo único que importe a los grupos armados sea la muerte, por esto queremos que se salgan de nuestras comunidades, no los queremos, no queremos las armas, no queremos la muerte.

Testimonio El Credo

El 16 de septiembre de 2011 una bomba cayó en la casa de un comunero indígena de Huellas, Caloto. Su hija de 11 años murió y 5 personas más resultaron heridas. Este es el testimonio que convoca a la solidaridad y a la defensa de la vida en rechazo de todos los grupos armados. http://www.youtube.com/watch?v=gqI-KeJ869Y

Las voces de Colombia


Que todo el mundo sepa que en el Cauca nos están exterminando
“Cuando llegué, se me vinieron las lágrimas al levantar los heridos. Pero no fue por cobardía, fue por la rabia que sentía en ese momento” dice un guardia recordando ese instante.
http://www.nasaacin.org/component/content/article/1-ultimas-noticias/2682-que-todo-el-mundo-sepa-que-en-el-cauca-nos-estan-exterminando


ACIN: La guerra solo perjudica a los civiles
Ejercito nacional y guerrilleros de las farc combaten en medio de la población civil cerca a los sitios humanitarios establecidos en el norte del cauca.
http://www.nasaacin.org/component/content/article/1-ultimas-noticias/2679-la-guerra-solo-perjudica-a-los-civiles


Solidaridad con el Pueblo Nasa - Cauca - Colombia
Escuchemos las palabras de la compañera Milagro Sala, líderesa de la organizaciòn Tupac AMaru, en Argentina. Ella envìa este mensaje en nombre de todos los pueblos y procesos indígenas de Argentina para el Pueblo Nasa - Cauca - Colombia.
http://colombia.indymedia.org/uploads/2011/09/z0000003.mp3

ACIN: Controlar pacíficamente el Territorio es el Mandato
Avanza la instalación de los Sitios Sagrados de Control Territorial y las Mingas de recorrido por los territorios del norte del Cauca como quedó Mandatado en la Declaración de Toribío del 20 de julio de 2011. La ASOCIACIÓN DE CABILDOS INDÍGENAS DEL NORTE DEL CAUCA, ACIN – CXHAB WALA KIWE, en el marco de la Declaración de Toribío emitida el pasado 20 de julio, se permite informar a la opinión pública nacional e internacional: http://www.nasaacin.org/component/content/article/37-comunicados/2675-controlar-pacificamente-el-territorio-es-el-mandato

Cauca: Llamado a pronunciarse para proteger el territorio
Las organizaciones sociales campesinas, indígenas, de mujeres y del sector urbano integrantes de la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca, hacen un llamado a los sectores sociales, sus diversas expresiones organizativas y a la población caucana en general, a pronunciarse y realizar acciones que contribuyan a proteger el territorio caucano y a exigir del Estado colombiano garantizar los derechos de toda la población, construir la paz y cumplir con los acuerdos firmados con comunidades y organizaciones sociales.
http://www.nasaacin.org/component/content/article/1-ultimas-noticias/2677-llamado-a-pronunciarse-para-proteger-el-territorio

Ante la prolongación de la crisis: unamos las luchas
Los pánicos en las bolsas de valores de todo el mundo en las últimas semanas han sido expresión del mal estado de la economía internacional, resultado de la incapacidad de los gobiernos de Estados Unidos, Europa y Japón de reactivar la generación de empleo, la industria de la construcción, la demanda y la inversión productiva. http://www.nasaacin.org/component/content/article/3-newsflash/2676-ante-la-prolongacion-de-la-crisis-unamos-las-luchas

jueves, 15 de septiembre de 2011

En la red circula este mensaje que refiere el proceso más actual de protesta ciudadana que tiene por centro inicial a España

PROTESTA DIGITAL: INDIGNADOS, "ESPONTANEIDAD" Y DESCONFIADOS


1. La "espontaneidad" está siendo presentada como un común denominador de las protestas digitales y callejeras que aparecen, desaparecen y reaparecen, usando las redes sociales, en diversos países de Europa, las Américas y Asia.

2. De ninguna manera se puede generalizar en el análisis. Existen situaciones que varían completamente de país a país, de continente a continente. Diremos una palabra sobre dos de las más publicitadas protestas que han tenido difusión digital, las de España y Chile. En España, se trata de los llamados "indignados", también conocidos como seguidores del "15-M", porque comenzaron sus protestas el 15 de mayo de 2011.
Sitios web españoles como Kaos en la Red y Democracia Real los promueven e incentivan. Antiguos miembros del Foro Social Mundial de Porto Alegre los elogian, presentándolos como la gran esperanza revolucionaria. Ya se habla de los nuevos "ruiseñores" de la revolución...

Aparentemente, no hay ideologías por detrás. Pero Kaos en la Red, por ejemplo, se deshace en elogios al régimen cubano. Eso nos deja con la pulga detrás de la oreja. También la "espontaneidad" de las manifestaciones de Chile, que han colocado en jaque al propio gobierno centrista, levanta interrogaciones.

3. Como ya se dijo, en este tema no se puede generalizar. Hay que ir despacito por las piedras. Pero la pregunta del millón es si esas protestas de España y Chile, y otras del género, serán tan "espontáneas" como se las presenta. Y si no llegaran a ser tan espontáneas, ¿qué habría por detrás? No olvidemos que muchas de las revoluciones de este siglo, del siglo pasado y de los anteriores, se hicieron bajo el mito de la "espontaneidad". En realidad eran minorías muy organizadas, siempre apoyadas por medios de comunicación.

4. "¿Dónde va Vicente? Donde va la gente", dice el refrán. Pero ni Destaque Internacional ni tantos de sus lectores se dejarán llevar por la corriente. Si esos "espontáneos" indignados neorevolucionarios van para el sur, entonces, ya es un motivo para que los desconfiados consideremos la posibilidad de ir hacia el norte. Y viceversa. Delante de ciertos "indignados", surgen naturalmente los "desconfiados".

5. Sobre un tema de tanta actualidad, estas son interrogaciones políticamente incorrectas, contra la corriente, aguafiestas, desconfiada, con la pulga detrás de la oreja, pero con espíritu invariablemente leal y constructivo.

6. Aguardamos ahora la valiosa opinión de nuestros lectores.
¿Cuán espontáneas son las protestas "espontáneas"? Presione el botón "responder" de su Outlook, Gmail, Hotmail, etc., y envíe su mensaje de respuesta. Vea a continuación cómo hacer su propia encuesta entre sus colegas y amigos.

* Kit-pulga detrás de la oreja: reenvíe por e-mail y/o publique este mensaje en páginas web, blogs, etc.; si le parece, indique la fuente: "Destaque Internacional". Pero si le complica mucho la vida, no indique la fuente. Es un material Copyleft (libre para difundir sin citar la fuente).
* Kit-encuesta: reenvíe este texto a sus amigos y contactos, solicitándoles su opinión; si quiere y puede, envíenos unas líneas contando los resultados.
* Sígales la pista: "Kaos en la Red" (Google).
* Síganos la pista: "Destaque Internacional" Javier González (Google)
* Sígale la pista en Twitter: "Americas Alert" - La explicación y la ironía por detrás de las noticias (Google).

domingo, 11 de septiembre de 2011


EL DEBATE DE LA CULTURA POLÍTICA Y LOS NUEVOS SUJETOS EN LA GLOBALIZACIÓN. NOTAS DE STUART HALL.

En una corresponsalía, Julián González, miembro del Seminario Teórico del Grupo Py P, y estudiante de la maestría en comunicación de la U.Javeriana nos convida a leer estos apartes del texto de Stuart Hall, uno de los activos intelectuales británicos, parte de la escuela de Birmingham, dedicada a los temas de la Cultura Política, desde una perspectiva crítico marxista.

Aquí recuerda Hall, primero, los lazos entre el pensamiento de Louis Althusser y su relación con el legado de Antonio Gramsci. Y luego él mismo se adentra en los problemas del estudio y sentido de la raza y la etnicidad tomando en consideración lo pensado por Gramsci.


Esta es una contribución a la preparación del VI Seminario Internacional A. Gramsci, que se desarrollará en la última semana de Octubre de 2011, bajo la responsabilidad del Grupo de Investigación Presidencialismo y Participación. Información en: presid.y.partic@gmail.com. N de la R.


El texto de Stuart Hall
LA IMPORTANCIA DE GRAMSCI PARA EL ESTUDIO DE LA RAZA Y LA ETNICIDAD.

¿Si Gramsci renunció a las simplicidades del reduccionismo, cómo fue
que emprendió un análisis más adecuado de la formación social? Aquí
nos puede ayudar un breve desvío, siempre y cuando nos movamos con
cautela. En Para leer el capital, Althusser —quien fue muy influenciado
por Gramsci— y sus colegas hacen una distinción crítica entre “modo de
producción”, que se refiere a las formas básicas de relaciones económicas
que caracterizan una sociedad, pero que es una abstracción analítica, ya que
ninguna sociedad puede funcionar sólo mediante su economía; y, por otrolado, lo que ellos llaman una “formación social”.


Al usar este último término
pretendían invocar la idea que las sociedades son por necesidad totalidades
estructuradas de manera compleja, con distintos niveles de articulación —las
instancias económicas, políticas e ideológicas— en distintas combinaciones;
y cada combinación da pie para el surgimiento de distintas combinaciones
de fuerzas sociales y, por ende, de diversos tipos de desarrollo social. Los
autores de Para leer El capital tendían a dar como característica distintiva de
una “formación social” el hecho que, dentro de cada una, más de un modo
de producción podía estar combinado. Pero, aun cuando esto sea cierto,
y puede tener consecuencias importantes —especialmente en sociedades
postcoloniales, lo que retomaremos más adelante—, no es, desde mi punto
de vista, el punto de diferenciación más importante entre los dos términos.

En las “formaciones sociales” uno está tratando con sociedades estructuradas
complejamente, compuestas de articulaciones económicas, políticas e
ideológicas en las que los distintos niveles de articulación ni corresponden
de alguna manera simple, ni se “reflejan” uno a otro, siendo en cambio, para
usar la oportuna metáfora de Althusser, “sobredeterminantes” de cada cual y
para cada cual (Althusser 1969).

Esta estructuración compleja de los distintos
niveles de articulación, y no, simplemente, la existencia de más de un modo
de producción, es lo que constituye la diferencia entre el concepto “modo
d
e producción” y la por necesidad más concreta e históricamente
específica
noción de “formación social”
Ahora, este último concepto es la concepción a la que Gramsci
se dirigía.
Eso es lo que él quería decir cuando proponía que la relación entre “estructura”
y “superestructura”, o el “paso” de cualquier movimiento orgánico histórico a
lo largo de toda una formación social era central en cualquier tipo de análisis
que no fuese reduccionista o economista. Plantear y resolver esa pregunta
implicaba conducir un análisis bien fundamentado sobre el entendimiento de
las relaciones complejas de sobredeterminación entre las distintas prácticas
sociales de cualquier formación social.

Este es el protocolo seguido por Gramsci cuando en “El príncipe moderno”
esboza su forma característica de “analizar situaciones”. Los detalles son
complejos y no pueden describirse aquí con todas sus sutilezas, pero es
importante plantear el esquema básico, así sea sólo para compararlo con una
aproximación más “economicista” o reduccionista.

Él consideraba esto como
“una exposición elemental de la ciencia y el arte de la política —entendida
como un cuerpo de reglas prácticas para la investigación y de observaciones
detalladas, útiles para despertar el interés en la realidad efectiva y para estimular
ideas más vigorosas y rigurosas sobre la política”— una discusión que,
añade él, debe tener un carácter estratégico.

Primero que todo, arguye él, uno debe entender la estructura fundamental,
las relaciones objetivas dentro de una sociedad o “el grado de desarrollo de las
fuerzas productivas”, ya que éstas plantean los límites y condiciones fundamentales
al contorno general del desarrollo histórico.

De aquí se desprenden
algunas de las principales líneas de tendencia que podrían ser favorables a
ésta o aquella línea de desarrollo. El error del reduccionismo es, entonces,
trasladar estas tendencias y constreñimientos de manera inmediata a sus
efectos políticos e ideológicos absolutamente determinados; o, de manera
alternativa, abstraerlos dentro de alguna “ley férrea de la necesidad”. De hecho,
éstas sólo estructuran y determinan en el sentido que definen el terreno sobre
el cual se mueven las fuerzas históricas. Pero no pueden, ni en primera ni
última instancia, determinar por completo
el contenido de las luchas políticasy económicas, y mucho menos fijar o garantizar objetivamente los resultadosde tales luchas.

El siguiente paso en el análisis es distinguir los movimientos históricos
“orgánicos”, destinados a penetrar profundamente en la sociedad y ser más
o menos duraderos, de los “movimientos más ocasionales, inmediatos y
casi accidentales”. A este respecto, Gramsci nos recuerda que una “crisis”, si
es orgánica, puede durar décadas. No es un fenómeno estático, sino, por el
contrario, uno que está marcado por el movimiento constante, la polémica,
la réplica, etc., que representan los intentos de los distintos lados por sobreponerse
a o resolver la crisis y hacerlo bajo términos que sean favorables a
largo plazo para su hegemonía.

El peligro teórico, arguye Gramsci, yace en
“presentar las causas como inmediatamente operativas cuando de hecho sólo
operan de manera indirecta, o en asegurar que las causas inmediatas son las
únicas efectivas”. El primero nos lleva hacia un exceso de economicismo; y
el segundo hacia un exceso de ideologismo (Gramsci estaba preocupado,
sobre todo, por los momentos de derrota, por la oscilación fatal entre estos
dos extremos, que en realidad se reflejan el uno en el otro de manera invertida).
Lejos de que exista la garantía “cuasinormativa” de que alguna ley de
la necesidad convertirá inevitablemente las causas económicas en efectos
políticos inmediatos, insistía en que el análisis sólo es exitoso y “verdadero”
si esas causas subyacentes se vuelven realidad. La sustitución del tiempo
condicional por la certeza positivista es crítica.

A continuación, Gramsci insistía en que la duración y complejidad de las
crisis no se pueden predecir de manera mecánica, ya que éstas se desarrollan
sobre largos períodos históricos; se mueven entre períodos de relativa
“estabilización” y períodos de cambio rápido y convulsionado. Por ende, la
periodización es un aspecto clave del análisis. Se mueve de manera paralela
con la anterior preocupación por la especificidad histórica. “Es precisamente el
estudio de estos ‘intervalos’ de frecuencia variable lo que permite reconstruir
las relaciones, por un lado, entre estructura y superestructura y, por otro, entre
el desarrollo del movimiento orgánico y el coyuntural en la estructura”.

Para Gramsci, en este “análisis” no hay nada mecánico ni preceptivo.
Una vez establecida la base para un esquema analítico dinámico e histórico,
Gramsci se vuelve al análisis de los movimientos de las fuerzas históricas
—“las relaciones de fuerza”—, el terreno de las luchas y desarrollos políticos
y sociales. Aquí introduce una noción crítica, y es que aquello que se busca
no es la victoria absoluta de éste sobre el otro, ni la incorporación plena de
un conjunto de fuerzas dentro de otras. Más bien, el análisis es un asunto
relacional, esto es, que debe resolverse relacionalmente, usando la idea del
“equilibrio inestable” o del “proceso continuo de formación y sucesión de
equilibrios inestables”. La pregunta crucial aquí es “las relaciones de fuerzas
favorables o desfavorables a ésta o aquella tendencia” (énfasis agregado).

Este énfasis en las “relaciones” y en el “equilibrio inestable” nos recuerda que las
fuerzas sociales perdedoras en algún período histórico no necesariamente
desaparecen del escenario de lucha, ni que en tales circunstancias la lucha se
suspenda. Por ejemplo, la idea de la victoria “absoluta” y total de la burguesía
sobre la clase obrera, o la de la incorporación plena de esta última dentro
del proyecto burgués son ajenas por completo a la definición de hegemonía
propuesta por Gramsci, aun cuando las dos se confunden con frecuencia
en los comentarios académicos. Lo que siempre importa es el equilibrio
tendencioso en las relaciones de fuerza.

A continuación, Gramsci diferencia las “relaciones de fuerza” en cada
uno de los momentos. Él no asume la existencia de una evolución teleológica
necesaria entre estos momentos. Lo primero tiene que ver con la valoración
de las condiciones objetivas que localizan y posicionan a las distintas fuerzas
sociales. Lo segundo se relaciona con el momento político: el “grado de
homogeneidad, autoconsciencia y organización lograda por las distintas
clases sociales” (Gramsci 1971: 181).

Lo importante aquí es que la así llamada
“unidad de clase” nunca se asume a priori. Se entiende que aun cuando las
clases comparten algunas condicionescomunes a su existencia, también
están atravesadas por intereses en conflicto y han estado segmentadas y frag
de clases es necesariamente compleja y debe ser producida —construida,
mentadas en el transcurso de su formación histórica.

Así pues, la “unidad” creada— como resultado de relaciones económicas, políticas e ideológicas.
Nunca puede ser tomada como algo automático o como algo “predeterminado”.
Junto con esta historización radical de la concepción automática de
clases empotrada en el corazón del marxismo fundamentalista, elabora aún
más la distinción planteada por Marx entre “clase en sí” y “clase para sí”. Se
da cuenta de las distintas fases a lo largo de las cuales pueden desarrollarse la
consciencia, la organización y la unidad de clase. Está el estadio “corporativo
económico”, en el que los grupos profesionales u ocupacionales reconocen
unos intereses comunes básicos pero son conscientes de que no existen otros
tipos de solidaridad de clase más amplios.

Después está el momento de “clase
corporativa”, en el que la solidaridad de intereses de clase se desarrolla, aunque
sólo en el campo económico. Por último, está el momento de “hegemonía”, que
trasciende los límites corporativos de la solidaridad puramente económica,
abarca los intereses de otros grupos subordinados, y comienza a “propagarse
a lo largo de toda la sociedad”, trayendo consigo la unidad intelectual y moral,
al igual que la económica y política, y “planteando también las preguntas
alrededor de las que ruge de forma encarnizada la lucha [...] creando así la
hegemonía del grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados”.

Este proceso de coordinación de los intereses de un grupo dominante
con los de otros grupos y con la vida del estado como un todo constituye la
“hegemonía” de un bloque histórico particular (Gramsci 1971: 182). Sólo en
tales momentos de unidad “popular nacional” la formación de lo que él llama
la “voluntad colectiva” se vuelve posible.