DIANA URIBE, APRENDIENDO DE LA REVOLUCIÓN RUSA EN "ORIENTE".

miguel angel herrera zgaib

profesor asociado, Ciencia Política, Unal.

Proyecto Historia de los Subalternos

Hoy, como no pocas veces escucho los relatos de Diana Uribe, que me permiten repasar lo que aprendí en algún día de mi vida, y lo que no se, o creía que había leído u oído en alguna parte.

Hoy, en la cercanía del mediodía, escuchaba su narración rememorando los acontecimientos de la revolución bolchevique, y sus menciones a los soviets, a la Unión Soviética, y la expectativa que los líderes Lenin, Trotsky, principalmente, conservaban del avance del curso de la revolución en el resto de Europa, en primer lugar.

El recuerdo de Anton Pannekoek

Ella comentaba cómo, la insurrección fue aplastada en Alemania, con los asesinatos de Rosa y Carl. Luego le tocó el turno al levantamiento revolucionario en Hungría. Aquí, Diana se pifió en el relato, porque en dos oportunidades trasladó a Anton Pannekoek, un comunista y astrofísico holandés, a quien colocó al frente del ejercicio insurreccional en la tierra de los magiares, donde sí, en cambio, se destacó Gyorg Lukács, quien se desempeñó entonces como comisario de cultura en el tiempo que duró aquella insurrección.

Al hacer tal afirmación, Diana está equivocada, pero no en la medida en que relacionó a Antón en su relato con el consejismo de Rosa Luxemburgo; lo que condujo a que dentro de la III Internacional, al final, Pannekoek fuera expulsado, dicen, para el año 1922. Porque entonces mantuvo sus críticas al partido bolchevique, el partido comunista al frente de la Unión Soviética, que llegó hasta a barrer militarmente con la sublevación del Kronstadt.

En lugar del partido, Pannekoek conservó la convicción y el apoyo a los consejos obreros, como forma de autogobierno democrático, la réplica de los soviets en diferentes lugares de Europa. Sobre los cuales también escribió Antonio Gramsci, cuando Italia y particularmente Turín hizo como en Rusia, y él era parte de la fracción comunista del partido socialista, hasta que se produjo la escisión de Livorno, para darle paso al Partido Comunista de Italia.