miércoles, 18 de septiembre de 2019

LA PRUEBA DE LA DEMOCRACIA LIBERAL EN ESPAÑA.

Miguel Angel Herrera Zgaib, Ph.D.
Profesor asociado, director del Grupo PyP, Clasificación A, Colciencias
Delegado de la IGS, presidente de la Sociedad Glob AL Gramsci.

"La gente está hasta los bemoles en Cataluña".. Gabriel Rufián, BILDU, ayer en el parlamento español.

La monarquía española, se sigue llamando república después de haber aplastado con las armas del general Franco y su clique militar a la segunda república, después de la revolución de Riego, que dió respiro a las colonias americanas, para que establecieran juntas de gobierno, no nuevos estados, en casi todos los lugares. Sólo Haití desde finales del siglo XVIII se había atrevido con altísimos costosa ser república en estos dominios imperialistas.

De la representación a la participación

Pues bien, a algo más de dos siglos, "la madre patria", con sus partidos que van desde la reacción política con Vox/PP hasta el progresismo de izquierda de Unidas Podemos, con la intermediación del PSOE y su único aliado electoral, que suma 124 diputados, a la cabeza porfiaba en ser, efectivamente, hasta ayer de democrático.

Sin siquiera Pedro Sánchez y su partido poder conquistar la mayoría de la democracia liberal, que vive una crisis de representación agonal desde el 68 francés, que se extendió como epidemia por todo el mundo de la posguerra. Sin poder igualar la "hazaña" de su maestro Felipe González, a quien logró derrotar, pero no del todo, por estas calendas. Porque, en últimas, Pedro regresó al redil como hijo pródigo.

En el espectro del progresismo y la izquierda está Unidas Podemos que de manera errática ha perdido diputaciones y alcaldías, porque no ha resistido tampoco la prueba de la democracia interna y externa antes. De ello fueron prueba fehaciente el desprendimiento de Íñigo Errejón, alumno aventajado de la dupla Laclau/Mouffe, antes y después del fallecimiento intempestivo de Ernesto, en lo interno.

La otra es la negativa a apoyar el proceso de independencia de Cataluña, con el reclamo de una fementida, impuesta unidad española. OLVIDANDO que esa "unidad" fue impuesta antes y después de la guerra civil española. Ahí está con elocuencia sepulcral el episodio del sitio de Cataluña, y el estupefacto relato de George Orwell, un brigadista internacional, como lo fueron tantos otros intelectuales y gentes del común, que acudieron a la defensa de la República Española.

Cuál es la salida

Claro, Gabriel Rufián de Bildu se lo ha recordado antes a Iglesias y compañía, y ayer a todo el parlamento junto. Después que el anacrónico heredero de los Borbones, con perfil e imaginería de Hola, anunció que no fue posible formar gobierno.

Enseguida vino el catilinario señalamiento de Pedro Sánchez a sus rivales, todos juntos, anunciando el triunfo de la mayoría absoluta en favor del PSOE cuando se realicen los nuevos comicios.

Y si no, ¿qué hará este señorito exhibiendo sus 123 diputados, que probaron que tenía la mayoría entre las demás minorías? Insistir en el veto a Pablo Iglesias, prohibiéndole participar de su fementido gobierno. Escatimando el referéndum en Cataluña, como paso a probar si hay ciudadanía suficiente allí que quiera la independencia.

En todo caso, Cataluña, su territorio físico, no podrá marcharse, como tampoco lo pueden las islas de la rubia Albión. Lo que una y otra demandan es territorialidad, autonomía e independencia. ¿Qué le vamos a hacer? Castigarlas ejemplarmente, pues no.

Por quién doblan las campanas

Una voz, descolonial, Grosfoguel, puertorriqueño para más veras, en su momento, le reclamó a Monedero, su inconsecuencia con Cataluña, y su demanda de independencia. Como lo viene haciendo la excolonia española, desde que pasó a ser neocolonial, dizque estado asociado, en la Unión norteamericano.

Muy pronto veremos "si el palo está para cucharas". Es decir, por una parte, si España está dispuesta enterrar a sus muertos, y sacar del camposanto del Valle de los caídos, a un dictador peor que Pinochet. Porque la guerra civil española exige un duelo que no ha tenido desde 1939. POR OTRA, qué dirán las urnas en la nueva votación.

Esto es, si España toda está madura para una verdadera democracia, no el placebo liberal o neoliberal, que no es lo mismo, dentro y fuera de sus fronteras arcifinias y artificiales.
La ciudadanía española lo dirá en las urnas, si por fin, hay un reconocimiento del enemigo, y se protege, de una vez por todas, la verdadera democracia.

Tal y como lo recordaba de modo general, el sociólogo y héroe de la resistencia contra el nazismo, Julien Freund, en su conferencia "La esencia de lo político" de Buenos Aires, en 1982,

No hay comentarios: