Stieg Larsson: inclaudicable activista e insoslayable escritor
Del periodismo alternativo a la igualdad de género.
Escrito de Otto Higuita enviado por el colega Oscar Delgado de la U. del Rosario, Bogotá.
I. Introducción
La novela policíaca sufrió un cambio profundo con la obra del autor sueco Stieg Larsson,
al aportarle una protagonista de las características de Lisbeth Salander. La suya es una
escritura innovadora también, ya que introduce temas poco comunes dentro del género
como la corrupción y defraudación financiera, el racismo, la xenofobia, la trata de
personas y la violencia contra la mujer.
La polémica que ha desatado la propuesta del escritor escandinavo merecen un detenido
y detallado análisis. Y es que no cualquiera aceptaría sin más un personaje de las
características de Lisbeth Salander.
Salander es una protagonista difícil y compleja de aceptar, sobre todo, por esa ingeniosa
mezcla de ingredientes que le dan un perfil multifacético y extravagante: poseedora de
una fuerza inhumana increíble, justiciera vengativa, individualista irremediable, hacker
excepcional, bisexual, autista explosiva, entre subversiva y anarquista, de memoria
fotográfica envidiable, espalda tatuada, cierto aire gótico, y, finalmente, maltratada y
violada. Estas características, pero sobre todo su manera de asumir el maltrato y la
violación, la han convertido en una suerte de heroína de millones en el mundo.
Pero nada de ello surge de la simple imaginación del autor. El origen de esta genial ficción
literaria está, de una parte, en el reciente auge de la novela sueca dentro de un género
dominado, principalmente, por la literatura anglosajona; y de la otra, en el contexto
histórico y los cambios sociales, culturales e ideológicos que se han producido en la
sociedad. Todos estos elementos conforman un entramado que se expresa en su máxima
tensión poniendo a prueba los valores e ideales que han caracterizado a Suecia como
tercera vía (entre el comunismo y el capitalismo) y como modelo de sociedad del
bienestar, algo sobre lo cual volveremos adelante.
Stieg Larsson es uno de los escritores más leídos del mundo, a parte de la fenomenal
protagonista que introdue en la novela negra, porque su obra se ha convertido en una vos
crítica y una implacable denuncia y confrontación a las injusticias que caracterizan a las
sociedades contemporáneas.
Su obra es un apasionante y trágico fresco de una realidad que desnuda y cuestiona a
fondo, señalando los horrores y la violencia que se ejerce a diario contra las mujeres, los
inmigrantes, los gay y las prostitutas. Es un duro y lúcido relato acerca de los dramas que
vive la humanidad.
El estudio y cartografía de los grupos de extrema derecha y neonazis lo convirtió en un
erudito y experto sobre el tema, al punto de ser uno de los conferencistas privilegiados de
la Scotland Yard, la policía secreta del Reino Unido.
Pero la vida de Stieg Larsson se truncó abruptamente cuando alcanzaba su plena
madurez intelectual. Su temprana desaparición ha dado pié a toda clase de polémicas
que se abordarán más adelante. Su muerte repentina ocurrió el martes 9 de Noviembre
del 2004 cuando un infarto fulminante paró su corazón. En aquel instante se desvaneció
una de las vidas más comprometidas, prolijas y gallardas que ha dado Suecia en los
últimos tiempos.
En este ensayo se aborda la vida y obra de Stieg Larsson, se describe su valiente
compromiso con las luchas por la justicia y el derecho de todos y todas a vivir dignamente
en cualquier lugar del mundo.
El objetivo aquí es presentar no solo al escritor de novela negra, sino al activista
inclaudicable y al periodista alternativo. En tal sentido, es fundamental dar a conocer un
pensamiento que como el suyo contribuye a entender y, más importante, a luchar contra
el estado actual de crisis social, violencia generalizada e intolerancia.
Este ensayo expone las motivaciones de su compromiso como escritor, lo cual es
importante resaltar en un momento en que los gobiernos del mundo, con algunas
honrosas excepciones, actúan como fieles aliados de los intereses de las elites
financieras. Gobiernos que, de acuerdo a la evidencia histórica conocida, causan un
detrimento permanente de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de los
pueblos.
Para los propósitos del ensayo, es de fundamental importancia el compromiso
incondicional del escritor o intelectual con la justicia. Más aún si tenemos en cuenta que
de Estados Unidos a Europa, pasando por los gobiernos aliados del Sur, la derecha y los
grupos de poder cooptan intelectuales que actúan en favor de sus intereses y su visión
del mundo. Algunos son bien remunerados y cumplen holgadamente su propósito de
defender el modelo neoliberal sobre el que se basa el sistema capitalista. Estos
intelectuales son la artillería ideológica de las potencias dominantes contra los pueblos
que deciden, con independencia, labrarse un destino propio.
Con este trabajo rendimos un homenaje al activista de derechos humanos, al periodista y
al idealista que se atrevió a apartar cortinas, examinar tras las fachadas, levantar piedras
y criticar las escuelas de periodismo que por principio omiten decir, que el Estado miente
por costumbre. Stieg Larsson fue uno de los que se insubordinó contra esa línea
dominante del periodismo de los multimedia corporativos orientados por el interés de la
ganancia, esas fábricas del consenso como las llaman Noam Chomsky y Edward Herman.
Las cursivas en este párrafo son tomadas de John Pilger, Basta de mentiras.
El trabajo de investigación en que se basa el ensayo comprende, además de la lectura de
la trilogía en su idioma original, artículos, reseñas y entrevistas en sueco, principalmente,
e inglés. De las tres novelas se hace una traducción literal de sus títulos al español. Los
hombres que odian a las mujeres; La chica que jugaba con fuego y El castillo de
aire que estalló.
De hecho en el intercambio de cartas con la editora Eva Gedin, Stieg Larsson es
preguntado si estaba de acuerdo con cambiar el título de la primera, en eso era
intransigente, y se mantuvo en que no.
Los títulos en español de acuerdo a la editorial Destino, se corresponden con los
siguientes: Los hombres que no amaban a las mujeres; La chica que soñaba con
una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire.
El ensayo está dividido en capítulos así: I. Introducción. II. ¿Quién era Stieg Larsson? III.
Escritor y contexto. IV. La trilogía. V. Los debates sobre Stieg Larsson. VI. Conclusiones.
II. ¿Quién era Stieg Larsson?
Stieg Larsson nació en el norte de Suecia, en Skelleftehamn, provincia de Västerbotten, el
15 de Agosto de 1954. Debido a las difíciles condiciones de vida de sus padres, éstos
encargan a los abuelos maternos Severin y Tekla el cuidado provisional del niño. Con los
abuelos viviría los primeros años de su vida. El abuelo, Severin, fue obrero de la industria
durante los años 30s y 40s, y posteriormente se dedicó a reparar bicicletas, máquinas,
motosierras, a la pesca y la caza, para sostener la familia. La casa en que habitó está
cerca de la aldea Måggliden, en las afueras de Bjursele. El ambiente en que creció de
niño era bastante libre, en medio de la naturaleza y bajo las pocas restricciones que le
imponían los abuelos.
La compañera de vida de Stieg Larsson, Eva Gabrielsson, sostiene que la educación que
le brindó el abuelo fue crucial para la formación de su concepto sobre la justicia. Severin
fue miembro del partido comunista y junto con centenares de socialdemócratas,
sindicalistas y opositores que criticaron y se opusieron al avance del nazismo fue
internado en Storsien, uno de los campos de concentración que implementó el gobierno
sueco para encerrar a los opositores de Hitler en su avance arrollador por Europa durante
la guerra de expansión y extermino que fue la II Guerra Mundial.
La dura experiencia que le tocó enfrentar al abuelo Severin marcaría al escritor, quien
adoptó como principios la igualdad en valores y derechos de todas las personas, la
defensa de la libertad de expresión y el compromiso de luchar porque nunca más se
repitiera lo que vivió el abuelo.
Para el británico Graeme Atkinson, amigo de juventud de Larsson y corresponsal para
Europa del magazín Searchlight, la razón por la cual el escritor se dedicó a estudiar el
fenómeno del racismo y el extremismo de derecha está en el ambiente en que creció y en
los valores que le transmitió el abuelo.
De nuestras conversaciones he entendido que su abuelo materno Severin Boström fue la
influencia más importante. Ellos tuvieron una relación muy estrecha. Durante los años 30s
el abuelo fue un duro crítico de Hitler y el Nazismo. El abuelo asumió el roll de padre y le
enseñó valores humanos fundamentales, el deseo de una mejor sociedad y la concepción
de cómo se trata a la gente.
Una mañana de verano de 1962, se interrumpió la tranquilad y libertad en la que vivía el
niño. Aquel día murió el abuelo y eso significaba naturalmente la reunificación con sus
padres Vivianne y Erland, y su nuevo hermano, Joaquin.
Una nueva vida comenzaba en la ciudad de Umeå. En la escuela se distinguió por
intervenir en los conflictos en defensa de quienes eran víctimas de discriminación y
agresión, entrenando a temprana edad el poder convincente de su palabra.
Ya en secundaria, son abiertas sus diferencias con profesores y profesaras alrededor de
temas políticos. Una anécdota cuenta que una profesora, hija de un conocido militante de
extrema derecha, le asignó una mala nota por un ensayo que escribió. Discutió varias
veces con ella y amenazó llevarla ante el consejo académico de la escuela ante lo cual la
profesora tuvo que ceder.
Siendo un adolescente se presentó un hecho trágico que lo marcaría de por vida. Su
pareja, Eva Gabrielsson, sostuvo en una entrevista en el diario El País (España) en
septiembre del 2009, que al joven le tocó ser testigo de una traumática experiencia.
Estando de camping, Stieg fue testigo de la violación de una chica por parte de sus
amigos. Días más tarde se la cruzó por la calle y se acercó a pedirle perdón por no
haberlo evitado, pero ella le rechazó. Siempre se sintió culpable.
La década de los 70s fue la época de la militancia política y su compromiso con los
procesos de liberación que se vivían en el Tercer mundo. Fueron los años en que se
escuchaban las voces de millones que marchaban por las calles denunciando la invasión
del imperialismo estadounidense a Vietnam.
Según sus viejos amigos del partido socialista de Umeå, Stieg Larsson se hizo miembro
de la Liga Comunista de los trabajadores e internacionalista por tres motivos: no encontró
nada que lo atrajera en el socialismo de estado de los países de Europa del Este y
empezó a considerar el trotskismo como una alternativa a aquel; en segundo lugar,
encontró en el trotskismo un énfasis especial en el internacionalismo, algo que siempre ha
caracterizado las tendencias marxistas, y eso le gustó; y finalmente, halló en el trotskismo
una visión cultural más amplia que en los otros partidos y movimientos de izquierda de
aquellos años.
Su compromiso fue tal que dejó un testamento siendo muy joven, donde decía que las
pocas pertenencias que quedaran después de su muerte pasaran al partido socialista.
Entre los años 75 y 76 hizo el servicio militar. Aunque para muchos socialistas esto iba
contra los principios, el nunca se consideró un pacifista como tal, pues consideraba que la
violencia bajo ciertas condiciones estaba justificada y podía llegar a ser necesaria, como
en el caso de un pueblo que se viera obligado a defenderse de la opresión de un tirano.
Los trotskistas de Umeå llegaron a organizar actividades sindicales y reclamaron
derechos para los reservistas del ejército, el hizo parte de ellos y llegó a vender a
escondidas en el regimiento un periódico dirigido especialmente al soldado Rojo.
Dos experiencias del Tercer Mundo, Eritrea y Granada, atrajeron su compromiso
internacionalista. En 1973 el mundo supo de Eritrea porque una prolongada sequía había
arruinado completamente la producción de alimentos y los cables noticiosos pasaban
imágenes de rostros famélicos de niños, mujeres y ancianos empujados por el hambre
hacia una muerte segura. Las noticias hablaban, también, de la guerra de liberación de
Eritrea contra Etiopia durante el régimen del káiser Ras Tafari Makonnen, más conocido
como Haile Selassie I.
Este conflicto tiene como telón de fondo los restos de colonialismo de los 50s. Italia e
Inglaterra, y posteriormente estados Unidos, se jugaban sus cartas para mantener el
dominio en esta región de África.
Stieg Larsson, para conocer de cerca lo que se peleaba en Eritrea en 1977, se contactó
con el Frente para la Liberación del Pueblo Eritreano, FPLE, y se marchó allí. El temor por
la guerra que se desarrollaba allí fue lo que lo llevó a escribir el testamento que se
menciona arriba. Una vez arribó a las bases de la guerrilla en las montañas, entrenó a un
grupo de mujeres en el lanzamiento de granadas, algo que había aprendido durante el
servicio militar. A raíz de una inflamación en el riñón tuvo que regresar de nuevo a Suecia
al final del año.
En Eritrea se llevaba a cabo una luchaba despiadada por la independencia y la soberanía,
que significaba quitarse de encima una Etiopía que actuaba como alfil de distintos
intereses imperiales, Estados Unidos y posteriormente Rusia. En 1993 los eritreanos
lograron vencer la maquinaria de guerra de Mengistu Haile Mariam, quien había depuesto
al káiser Haile Salassie I tras un golpe de estado. Mengistu gobernó con mano de hierro,
eliminó a sus opositores, se presentó como un marxista-leninista y radical reformador,
rompió sus vínculos con Estados Unidos, y posteriormente se alió con Rusia que lo apoyó
militarmente hasta que el presidente de Rusia Mijaíl Gorbachov, tras el fin de la guerra fría
y los acuerdos con Reagan, se lo retiró.
La segunda experiencia internacionalista de Stieg Larsson fue con la revolución que se
llevó a cabo en la isla de Granada. Este paraíso de las antilas, se vende hoy en el
mercado del turismo como un atractivo y lujoso destino para ricos viajeros americanos y
europeos, donde la historia de la revolución, corta pero fundamental para la memoria de
los pueblos, desaparece sutilmente de la publicidad que se ofrece a los ávidos visitantes.
Tras la larga disputa entre los poderes coloniales que va del siglo XVII hasta el siglo XX,
Inglaterra se impuso. Granada fue durante decenios una economía de plantación que
producía además de caña de azúcar, algodón y café, cocos y nuezmoscada. Las primeras
elecciones libres en 1951 las ganó el descendiente de esclavos y líder sindical Eric
Matthew Gairy, a nombre del Partido Laborista Unido de Granada. El poder en manos de
Eric Gairy fue una pesadilla para el pueblo granadino. Convertido en una suerte de
místico con poderes sobrenaturales, actuó de forma despótica a través de bandas
criminales como los The Mongoose Gang que se infiltraban en las noches enmascarados
y detenían a los opositores.
El 13 de marzo de 1979 Maurice Bishop, líder del new Jewel Movement, encabezó una
revuelta armada contra la dictadura de Eric Gairy, amigo personal de Pinochet y apoyado
por EEUU e Inglaterra, que tenía el país sumido en la corrupción y el terror. Una vez
derrocada pacíficamente la dictadura de Gairy, Bishop fue nombrado primer ministro y se
constituyó un gobierno de orientación socialista, que trajo consigo la reforma agraria,
nuevas formas de poder obrero y campesino frente al dominio de una minoría de
propietarios ricos, se crearon brigadas de voluntarios para recuperar las escuelas, los
hospitales y se dio inicio a educación y sanidad gratuitas, se emprendió una campaña de
alfabetización, se tomaron medidas contra el paro y contra el racismo, se inició la
construcción de un aeropuerto, se fomentaron las relaciones con Cuba, la Unión Soviética
y los países del bloque socialista.
Stieg Larsson y Eva Gabrielsson viajaron a Granada en 1981. No lo hicieron como
turistas, fueron allí a estudiar y conocer de cerca el proceso revolucionario de aquel
pueblo antillano que con orgullo se mostraba al mundo como un ejemplo de solidaridad,
socialismo y dignidad, a escasas millas de la costa de la primera potencia militar del
planeta.
Cumplieron una apretada agenda que incluía visitar las cooperativas agrícolas y
organizaciones de mujeres, encuentros con políticos y funcionarios del Estado, etc.
Tuvieron también la oportunidad de reunirse con el primer ministro Maurice Bishop que los
impregnó de su espíritu revolucionario y de su compromiso y trabajo con la nueva
Granada que estaba naciendo. De vuelta a Estocolmo, Stieg Larsson escribe un artículo
en el Internacional, periódico del partido socialista, donde describe los cambios y avances
en materia social, educativa y agrícola que se estaban llevando a cabo en la isla.
En Suecia impulsó la creación del comité de solidaridad Suecia- Granada desde donde
apoyó el proceso que siguió paso a paso hasta su violento desenlace. De esta trágica
experiencia escribiría un acertado análisis en el Internacional, en medio de la confusión y
mentiras que se mostraban al mundo sobre lo que estaba pasando, cuando fue invadida
la isla por tropas estadounidenses, destruida la revolución y asesinado su líder, Maurice
Bishop.
Estados Unidos fomentó el golpe de estado contra Granada porque según Washington se
iba a convertir en otra amenaza comunista. Nuevamente y con los mismos argumentos
que lo había hecho contra otros intentos de independencia y soberanía, el imperialismo
ponía fin a la Revolución Socialista que dirigía Maurice Bishop, a través de una invasión
de siete mil soldados estadounidenses el 25 de octubre de 1983, luego que la CIA
orquestara desde adentro el plan con ayuda de un grupo de traidores entre los que se
encontraba Bernard Coard.
En 1975 se funda en Inglaterra el magazín Searchlight, una publicación antifascista que
en su primera pagina llevaba como eslogan: no pasarán, They shall not pass, la consigna
de los republicanos durante la guerra civil española. Stieg Larsson trabajó desde 1983
como corresponsal de Escandinavia para el magazín. Searchlight actuaba como una
especie de central para la cooperación internacional y el intercambio de información entre
antifascistas de Europa y Norteamérica.
En 1988, en colaboración con Anna-Lena Lodenius, inició una de las mayores cartografías
e investigaciones conocidas sobre el racismo organizado en Suecia, investigación que dio
como resultado el libro La extrema derecha (Extremhögern) publicado por la editorial
Tiden en 1991. Allí describen al partido Preservar a Suecia Sueca (Bevara Sverige
Svensk) como el primer partido sueco moderno hostil a los inmigrantes, un movimiento
que formalmente tomaba distancia del racismo, pero al mismo tiempo se oponía
activamente a los refugiados políticos y a la inmigración no nórdica.
En la primavera de 1995, un amplio grupo de activistas de izquierda, periodistas y
antifascistas se dieron cita en Estocolmo con el propósito de discutir la creación de un
nuevo periódico. Entre los participantes a la reunión estaba Stieg Larsson, quien aparte
de ser el más adulto, era el que más conocimientos y experiencia reunía sobre los grupos
de extrema derecha. Entre los 80s y 90s habían ocurrido una serie de atentados y
ataques de los grupos de extrema derecha, además existía el interés de empezar a
hacerles un seguimiento sistemático a estos grupos que se habían convertido en una
verdadera amenaza para la sociedad.
La idea de este grupo de jóvenes era trabajar activamente contra el racismo y la extrema
derecha que actuaban en Suecia y con este propósito nació Expo, para cartografiar,
investigar, recoger información y exponer públicamente el fenómeno del racismo y la
extrema derecha.
III. Escritor y contexto
Brevemente se describirá lo que ha significado Suecia como entramado histórico; el fin de
la guerra fría y el triunfo del neoliberalismo; el auge de tendencias neonazis en la década
de 1980; una mirada a lo que se conoce como sociedad del bienestar; y Suecia como
cuna de grandes escritores.
Suecia como entramado histórico
En la historia de Suecia, uno de los primeros períodos que la proyectan en el conjunto de
naciones, fue la expansión y conquista de los vikingos (800-1050) hacia el este, el Mar
Báltico, la actual Rusia, y los mares Caspio y Negro; el establecimiento de relaciones
comerciales con el mundo Bizantino y los reinos árabes; pasando por los asentamientos y
exploraciones en algunos lugares de la costa norte de lo que es hoy Estados Unidos, lo
que ha llevado a algunos arqueólogos e historiadores a afirmar que los Vikingos fueron
los primeros en llegar a América; hasta la cristianización que se llevó a cabo hacia el siglo
XI.
La novela policíaca sufrió un cambio profundo con la obra del autor sueco Stieg Larsson,
al aportarle una protagonista de las características de Lisbeth Salander. La suya es una
escritura innovadora también, ya que introduce temas poco comunes dentro del género
como la corrupción y defraudación financiera, el racismo, la xenofobia, la trata de
personas y la violencia contra la mujer.
La polémica que ha desatado la propuesta del escritor escandinavo merecen un detenido
y detallado análisis. Y es que no cualquiera aceptaría sin más un personaje de las
características de Lisbeth Salander.
Salander es una protagonista difícil y compleja de aceptar, sobre todo, por esa ingeniosa
mezcla de ingredientes que le dan un perfil multifacético y extravagante: poseedora de
una fuerza inhumana increíble, justiciera vengativa, individualista irremediable, hacker
excepcional, bisexual, autista explosiva, entre subversiva y anarquista, de memoria
fotográfica envidiable, espalda tatuada, cierto aire gótico, y, finalmente, maltratada y
violada. Estas características, pero sobre todo su manera de asumir el maltrato y la
violación, la han convertido en una suerte de heroína de millones en el mundo.
Pero nada de ello surge de la simple imaginación del autor. El origen de esta genial ficción
literaria está, de una parte, en el reciente auge de la novela sueca dentro de un género
dominado, principalmente, por la literatura anglosajona; y de la otra, en el contexto
histórico y los cambios sociales, culturales e ideológicos que se han producido en la
sociedad. Todos estos elementos conforman un entramado que se expresa en su máxima
tensión poniendo a prueba los valores e ideales que han caracterizado a Suecia como
tercera vía (entre el comunismo y el capitalismo) y como modelo de sociedad del
bienestar, algo sobre lo cual volveremos adelante.
Stieg Larsson es uno de los escritores más leídos del mundo, a parte de la fenomenal
protagonista que introdue en la novela negra, porque su obra se ha convertido en una vos
crítica y una implacable denuncia y confrontación a las injusticias que caracterizan a las
sociedades contemporáneas.
Su obra es un apasionante y trágico fresco de una realidad que desnuda y cuestiona a
fondo, señalando los horrores y la violencia que se ejerce a diario contra las mujeres, los
inmigrantes, los gay y las prostitutas. Es un duro y lúcido relato acerca de los dramas que
vive la humanidad.
El estudio y cartografía de los grupos de extrema derecha y neonazis lo convirtió en un
erudito y experto sobre el tema, al punto de ser uno de los conferencistas privilegiados de
la Scotland Yard, la policía secreta del Reino Unido.
Pero la vida de Stieg Larsson se truncó abruptamente cuando alcanzaba su plena
madurez intelectual. Su temprana desaparición ha dado pié a toda clase de polémicas
que se abordarán más adelante. Su muerte repentina ocurrió el martes 9 de Noviembre
del 2004 cuando un infarto fulminante paró su corazón. En aquel instante se desvaneció
una de las vidas más comprometidas, prolijas y gallardas que ha dado Suecia en los
últimos tiempos.
En este ensayo se aborda la vida y obra de Stieg Larsson, se describe su valiente
compromiso con las luchas por la justicia y el derecho de todos y todas a vivir dignamente
en cualquier lugar del mundo.
El objetivo aquí es presentar no solo al escritor de novela negra, sino al activista
inclaudicable y al periodista alternativo. En tal sentido, es fundamental dar a conocer un
pensamiento que como el suyo contribuye a entender y, más importante, a luchar contra
el estado actual de crisis social, violencia generalizada e intolerancia.
Este ensayo expone las motivaciones de su compromiso como escritor, lo cual es
importante resaltar en un momento en que los gobiernos del mundo, con algunas
honrosas excepciones, actúan como fieles aliados de los intereses de las elites
financieras. Gobiernos que, de acuerdo a la evidencia histórica conocida, causan un
detrimento permanente de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de los
pueblos.
Para los propósitos del ensayo, es de fundamental importancia el compromiso
incondicional del escritor o intelectual con la justicia. Más aún si tenemos en cuenta que
de Estados Unidos a Europa, pasando por los gobiernos aliados del Sur, la derecha y los
grupos de poder cooptan intelectuales que actúan en favor de sus intereses y su visión
del mundo. Algunos son bien remunerados y cumplen holgadamente su propósito de
defender el modelo neoliberal sobre el que se basa el sistema capitalista. Estos
intelectuales son la artillería ideológica de las potencias dominantes contra los pueblos
que deciden, con independencia, labrarse un destino propio.
Con este trabajo rendimos un homenaje al activista de derechos humanos, al periodista y
al idealista que se atrevió a apartar cortinas, examinar tras las fachadas, levantar piedras
y criticar las escuelas de periodismo que por principio omiten decir, que el Estado miente
por costumbre. Stieg Larsson fue uno de los que se insubordinó contra esa línea
dominante del periodismo de los multimedia corporativos orientados por el interés de la
ganancia, esas fábricas del consenso como las llaman Noam Chomsky y Edward Herman.
Las cursivas en este párrafo son tomadas de John Pilger, Basta de mentiras.
El trabajo de investigación en que se basa el ensayo comprende, además de la lectura de
la trilogía en su idioma original, artículos, reseñas y entrevistas en sueco, principalmente,
e inglés. De las tres novelas se hace una traducción literal de sus títulos al español. Los
hombres que odian a las mujeres; La chica que jugaba con fuego y El castillo de
aire que estalló.
De hecho en el intercambio de cartas con la editora Eva Gedin, Stieg Larsson es
preguntado si estaba de acuerdo con cambiar el título de la primera, en eso era
intransigente, y se mantuvo en que no.
Los títulos en español de acuerdo a la editorial Destino, se corresponden con los
siguientes: Los hombres que no amaban a las mujeres; La chica que soñaba con
una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire.
El ensayo está dividido en capítulos así: I. Introducción. II. ¿Quién era Stieg Larsson? III.
Escritor y contexto. IV. La trilogía. V. Los debates sobre Stieg Larsson. VI. Conclusiones.
II. ¿Quién era Stieg Larsson?
Stieg Larsson nació en el norte de Suecia, en Skelleftehamn, provincia de Västerbotten, el
15 de Agosto de 1954. Debido a las difíciles condiciones de vida de sus padres, éstos
encargan a los abuelos maternos Severin y Tekla el cuidado provisional del niño. Con los
abuelos viviría los primeros años de su vida. El abuelo, Severin, fue obrero de la industria
durante los años 30s y 40s, y posteriormente se dedicó a reparar bicicletas, máquinas,
motosierras, a la pesca y la caza, para sostener la familia. La casa en que habitó está
cerca de la aldea Måggliden, en las afueras de Bjursele. El ambiente en que creció de
niño era bastante libre, en medio de la naturaleza y bajo las pocas restricciones que le
imponían los abuelos.
La compañera de vida de Stieg Larsson, Eva Gabrielsson, sostiene que la educación que
le brindó el abuelo fue crucial para la formación de su concepto sobre la justicia. Severin
fue miembro del partido comunista y junto con centenares de socialdemócratas,
sindicalistas y opositores que criticaron y se opusieron al avance del nazismo fue
internado en Storsien, uno de los campos de concentración que implementó el gobierno
sueco para encerrar a los opositores de Hitler en su avance arrollador por Europa durante
la guerra de expansión y extermino que fue la II Guerra Mundial.
La dura experiencia que le tocó enfrentar al abuelo Severin marcaría al escritor, quien
adoptó como principios la igualdad en valores y derechos de todas las personas, la
defensa de la libertad de expresión y el compromiso de luchar porque nunca más se
repitiera lo que vivió el abuelo.
Para el británico Graeme Atkinson, amigo de juventud de Larsson y corresponsal para
Europa del magazín Searchlight, la razón por la cual el escritor se dedicó a estudiar el
fenómeno del racismo y el extremismo de derecha está en el ambiente en que creció y en
los valores que le transmitió el abuelo.
De nuestras conversaciones he entendido que su abuelo materno Severin Boström fue la
influencia más importante. Ellos tuvieron una relación muy estrecha. Durante los años 30s
el abuelo fue un duro crítico de Hitler y el Nazismo. El abuelo asumió el roll de padre y le
enseñó valores humanos fundamentales, el deseo de una mejor sociedad y la concepción
de cómo se trata a la gente.
Una mañana de verano de 1962, se interrumpió la tranquilad y libertad en la que vivía el
niño. Aquel día murió el abuelo y eso significaba naturalmente la reunificación con sus
padres Vivianne y Erland, y su nuevo hermano, Joaquin.
Una nueva vida comenzaba en la ciudad de Umeå. En la escuela se distinguió por
intervenir en los conflictos en defensa de quienes eran víctimas de discriminación y
agresión, entrenando a temprana edad el poder convincente de su palabra.
Ya en secundaria, son abiertas sus diferencias con profesores y profesaras alrededor de
temas políticos. Una anécdota cuenta que una profesora, hija de un conocido militante de
extrema derecha, le asignó una mala nota por un ensayo que escribió. Discutió varias
veces con ella y amenazó llevarla ante el consejo académico de la escuela ante lo cual la
profesora tuvo que ceder.
Siendo un adolescente se presentó un hecho trágico que lo marcaría de por vida. Su
pareja, Eva Gabrielsson, sostuvo en una entrevista en el diario El País (España) en
septiembre del 2009, que al joven le tocó ser testigo de una traumática experiencia.
Estando de camping, Stieg fue testigo de la violación de una chica por parte de sus
amigos. Días más tarde se la cruzó por la calle y se acercó a pedirle perdón por no
haberlo evitado, pero ella le rechazó. Siempre se sintió culpable.
La década de los 70s fue la época de la militancia política y su compromiso con los
procesos de liberación que se vivían en el Tercer mundo. Fueron los años en que se
escuchaban las voces de millones que marchaban por las calles denunciando la invasión
del imperialismo estadounidense a Vietnam.
Según sus viejos amigos del partido socialista de Umeå, Stieg Larsson se hizo miembro
de la Liga Comunista de los trabajadores e internacionalista por tres motivos: no encontró
nada que lo atrajera en el socialismo de estado de los países de Europa del Este y
empezó a considerar el trotskismo como una alternativa a aquel; en segundo lugar,
encontró en el trotskismo un énfasis especial en el internacionalismo, algo que siempre ha
caracterizado las tendencias marxistas, y eso le gustó; y finalmente, halló en el trotskismo
una visión cultural más amplia que en los otros partidos y movimientos de izquierda de
aquellos años.
Su compromiso fue tal que dejó un testamento siendo muy joven, donde decía que las
pocas pertenencias que quedaran después de su muerte pasaran al partido socialista.
Entre los años 75 y 76 hizo el servicio militar. Aunque para muchos socialistas esto iba
contra los principios, el nunca se consideró un pacifista como tal, pues consideraba que la
violencia bajo ciertas condiciones estaba justificada y podía llegar a ser necesaria, como
en el caso de un pueblo que se viera obligado a defenderse de la opresión de un tirano.
Los trotskistas de Umeå llegaron a organizar actividades sindicales y reclamaron
derechos para los reservistas del ejército, el hizo parte de ellos y llegó a vender a
escondidas en el regimiento un periódico dirigido especialmente al soldado Rojo.
Dos experiencias del Tercer Mundo, Eritrea y Granada, atrajeron su compromiso
internacionalista. En 1973 el mundo supo de Eritrea porque una prolongada sequía había
arruinado completamente la producción de alimentos y los cables noticiosos pasaban
imágenes de rostros famélicos de niños, mujeres y ancianos empujados por el hambre
hacia una muerte segura. Las noticias hablaban, también, de la guerra de liberación de
Eritrea contra Etiopia durante el régimen del káiser Ras Tafari Makonnen, más conocido
como Haile Selassie I.
Este conflicto tiene como telón de fondo los restos de colonialismo de los 50s. Italia e
Inglaterra, y posteriormente estados Unidos, se jugaban sus cartas para mantener el
dominio en esta región de África.
Stieg Larsson, para conocer de cerca lo que se peleaba en Eritrea en 1977, se contactó
con el Frente para la Liberación del Pueblo Eritreano, FPLE, y se marchó allí. El temor por
la guerra que se desarrollaba allí fue lo que lo llevó a escribir el testamento que se
menciona arriba. Una vez arribó a las bases de la guerrilla en las montañas, entrenó a un
grupo de mujeres en el lanzamiento de granadas, algo que había aprendido durante el
servicio militar. A raíz de una inflamación en el riñón tuvo que regresar de nuevo a Suecia
al final del año.
En Eritrea se llevaba a cabo una luchaba despiadada por la independencia y la soberanía,
que significaba quitarse de encima una Etiopía que actuaba como alfil de distintos
intereses imperiales, Estados Unidos y posteriormente Rusia. En 1993 los eritreanos
lograron vencer la maquinaria de guerra de Mengistu Haile Mariam, quien había depuesto
al káiser Haile Salassie I tras un golpe de estado. Mengistu gobernó con mano de hierro,
eliminó a sus opositores, se presentó como un marxista-leninista y radical reformador,
rompió sus vínculos con Estados Unidos, y posteriormente se alió con Rusia que lo apoyó
militarmente hasta que el presidente de Rusia Mijaíl Gorbachov, tras el fin de la guerra fría
y los acuerdos con Reagan, se lo retiró.
La segunda experiencia internacionalista de Stieg Larsson fue con la revolución que se
llevó a cabo en la isla de Granada. Este paraíso de las antilas, se vende hoy en el
mercado del turismo como un atractivo y lujoso destino para ricos viajeros americanos y
europeos, donde la historia de la revolución, corta pero fundamental para la memoria de
los pueblos, desaparece sutilmente de la publicidad que se ofrece a los ávidos visitantes.
Tras la larga disputa entre los poderes coloniales que va del siglo XVII hasta el siglo XX,
Inglaterra se impuso. Granada fue durante decenios una economía de plantación que
producía además de caña de azúcar, algodón y café, cocos y nuezmoscada. Las primeras
elecciones libres en 1951 las ganó el descendiente de esclavos y líder sindical Eric
Matthew Gairy, a nombre del Partido Laborista Unido de Granada. El poder en manos de
Eric Gairy fue una pesadilla para el pueblo granadino. Convertido en una suerte de
místico con poderes sobrenaturales, actuó de forma despótica a través de bandas
criminales como los The Mongoose Gang que se infiltraban en las noches enmascarados
y detenían a los opositores.
El 13 de marzo de 1979 Maurice Bishop, líder del new Jewel Movement, encabezó una
revuelta armada contra la dictadura de Eric Gairy, amigo personal de Pinochet y apoyado
por EEUU e Inglaterra, que tenía el país sumido en la corrupción y el terror. Una vez
derrocada pacíficamente la dictadura de Gairy, Bishop fue nombrado primer ministro y se
constituyó un gobierno de orientación socialista, que trajo consigo la reforma agraria,
nuevas formas de poder obrero y campesino frente al dominio de una minoría de
propietarios ricos, se crearon brigadas de voluntarios para recuperar las escuelas, los
hospitales y se dio inicio a educación y sanidad gratuitas, se emprendió una campaña de
alfabetización, se tomaron medidas contra el paro y contra el racismo, se inició la
construcción de un aeropuerto, se fomentaron las relaciones con Cuba, la Unión Soviética
y los países del bloque socialista.
Stieg Larsson y Eva Gabrielsson viajaron a Granada en 1981. No lo hicieron como
turistas, fueron allí a estudiar y conocer de cerca el proceso revolucionario de aquel
pueblo antillano que con orgullo se mostraba al mundo como un ejemplo de solidaridad,
socialismo y dignidad, a escasas millas de la costa de la primera potencia militar del
planeta.
Cumplieron una apretada agenda que incluía visitar las cooperativas agrícolas y
organizaciones de mujeres, encuentros con políticos y funcionarios del Estado, etc.
Tuvieron también la oportunidad de reunirse con el primer ministro Maurice Bishop que los
impregnó de su espíritu revolucionario y de su compromiso y trabajo con la nueva
Granada que estaba naciendo. De vuelta a Estocolmo, Stieg Larsson escribe un artículo
en el Internacional, periódico del partido socialista, donde describe los cambios y avances
en materia social, educativa y agrícola que se estaban llevando a cabo en la isla.
En Suecia impulsó la creación del comité de solidaridad Suecia- Granada desde donde
apoyó el proceso que siguió paso a paso hasta su violento desenlace. De esta trágica
experiencia escribiría un acertado análisis en el Internacional, en medio de la confusión y
mentiras que se mostraban al mundo sobre lo que estaba pasando, cuando fue invadida
la isla por tropas estadounidenses, destruida la revolución y asesinado su líder, Maurice
Bishop.
Estados Unidos fomentó el golpe de estado contra Granada porque según Washington se
iba a convertir en otra amenaza comunista. Nuevamente y con los mismos argumentos
que lo había hecho contra otros intentos de independencia y soberanía, el imperialismo
ponía fin a la Revolución Socialista que dirigía Maurice Bishop, a través de una invasión
de siete mil soldados estadounidenses el 25 de octubre de 1983, luego que la CIA
orquestara desde adentro el plan con ayuda de un grupo de traidores entre los que se
encontraba Bernard Coard.
En 1975 se funda en Inglaterra el magazín Searchlight, una publicación antifascista que
en su primera pagina llevaba como eslogan: no pasarán, They shall not pass, la consigna
de los republicanos durante la guerra civil española. Stieg Larsson trabajó desde 1983
como corresponsal de Escandinavia para el magazín. Searchlight actuaba como una
especie de central para la cooperación internacional y el intercambio de información entre
antifascistas de Europa y Norteamérica.
En 1988, en colaboración con Anna-Lena Lodenius, inició una de las mayores cartografías
e investigaciones conocidas sobre el racismo organizado en Suecia, investigación que dio
como resultado el libro La extrema derecha (Extremhögern) publicado por la editorial
Tiden en 1991. Allí describen al partido Preservar a Suecia Sueca (Bevara Sverige
Svensk) como el primer partido sueco moderno hostil a los inmigrantes, un movimiento
que formalmente tomaba distancia del racismo, pero al mismo tiempo se oponía
activamente a los refugiados políticos y a la inmigración no nórdica.
En la primavera de 1995, un amplio grupo de activistas de izquierda, periodistas y
antifascistas se dieron cita en Estocolmo con el propósito de discutir la creación de un
nuevo periódico. Entre los participantes a la reunión estaba Stieg Larsson, quien aparte
de ser el más adulto, era el que más conocimientos y experiencia reunía sobre los grupos
de extrema derecha. Entre los 80s y 90s habían ocurrido una serie de atentados y
ataques de los grupos de extrema derecha, además existía el interés de empezar a
hacerles un seguimiento sistemático a estos grupos que se habían convertido en una
verdadera amenaza para la sociedad.
La idea de este grupo de jóvenes era trabajar activamente contra el racismo y la extrema
derecha que actuaban en Suecia y con este propósito nació Expo, para cartografiar,
investigar, recoger información y exponer públicamente el fenómeno del racismo y la
extrema derecha.
III. Escritor y contexto
Brevemente se describirá lo que ha significado Suecia como entramado histórico; el fin de
la guerra fría y el triunfo del neoliberalismo; el auge de tendencias neonazis en la década
de 1980; una mirada a lo que se conoce como sociedad del bienestar; y Suecia como
cuna de grandes escritores.
Suecia como entramado histórico
En la historia de Suecia, uno de los primeros períodos que la proyectan en el conjunto de
naciones, fue la expansión y conquista de los vikingos (800-1050) hacia el este, el Mar
Báltico, la actual Rusia, y los mares Caspio y Negro; el establecimiento de relaciones
comerciales con el mundo Bizantino y los reinos árabes; pasando por los asentamientos y
exploraciones en algunos lugares de la costa norte de lo que es hoy Estados Unidos, lo
que ha llevado a algunos arqueólogos e historiadores a afirmar que los Vikingos fueron
los primeros en llegar a América; hasta la cristianización que se llevó a cabo hacia el siglo
XI.
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