domingo, 19 de diciembre de 2010

Noticias del exitoso y fallecido escritor sueco, Stieg Larsson. Reproducimos parte de un texto más extenso. N de la R.


Stieg Larsson: inclaudicable activista e insoslayable escritor



Del periodismo alternativo a la igualdad de género.

Escrito de Otto Higuita enviado por el colega Oscar Delgado de la U. del Rosario, Bogotá.





I. Introducción



La novela policíaca sufrió un cambio profundo con la obra del autor sueco Stieg Larsson,

al aportarle una protagonista de las características de Lisbeth Salander. La suya es una

escritura innovadora también, ya que introduce temas poco comunes dentro del género

como la corrupción y defraudación financiera, el racismo, la xenofobia, la trata de

personas y la violencia contra la mujer.

La polémica que ha desatado la propuesta del escritor escandinavo merecen un detenido

y detallado análisis. Y es que no cualquiera aceptaría sin más un personaje de las

características de Lisbeth Salander.

Salander es una protagonista difícil y compleja de aceptar, sobre todo, por esa ingeniosa

mezcla de ingredientes que le dan un perfil multifacético y extravagante: poseedora de

una fuerza inhumana increíble, justiciera vengativa, individualista irremediable, hacker

excepcional, bisexual, autista explosiva, entre subversiva y anarquista, de memoria

fotográfica envidiable, espalda tatuada, cierto aire gótico, y, finalmente, maltratada y

violada. Estas características, pero sobre todo su manera de asumir el maltrato y la

violación, la han convertido en una suerte de heroína de millones en el mundo.

Pero nada de ello surge de la simple imaginación del autor. El origen de esta genial ficción

literaria está, de una parte, en el reciente auge de la novela sueca dentro de un género

dominado, principalmente, por la literatura anglosajona; y de la otra, en el contexto

histórico y los cambios sociales, culturales e ideológicos que se han producido en la

sociedad. Todos estos elementos conforman un entramado que se expresa en su máxima

tensión poniendo a prueba los valores e ideales que han caracterizado a Suecia como

tercera vía (entre el comunismo y el capitalismo) y como modelo de sociedad del

bienestar, algo sobre lo cual volveremos adelante.


Stieg Larsson es uno de los escritores más leídos del mundo, a parte de la fenomenal

protagonista que introdue en la novela negra, porque su obra se ha convertido en una vos

crítica y una implacable denuncia y confrontación a las injusticias que caracterizan a las

sociedades contemporáneas.

Su obra es un apasionante y trágico fresco de una realidad que desnuda y cuestiona a

fondo, señalando los horrores y la violencia que se ejerce a diario contra las mujeres, los

inmigrantes, los gay y las prostitutas. Es un duro y lúcido relato acerca de los dramas que

vive la humanidad.


El estudio y cartografía de los grupos de extrema derecha y neonazis lo convirtió en un

erudito y experto sobre el tema, al punto de ser uno de los conferencistas privilegiados de

la Scotland Yard, la policía secreta del Reino Unido.


Pero la vida de Stieg Larsson se truncó abruptamente cuando alcanzaba su plena

madurez intelectual. Su temprana desaparición ha dado pié a toda clase de polémicas

que se abordarán más adelante. Su muerte repentina ocurrió el martes 9 de Noviembre

del 2004 cuando un infarto fulminante paró su corazón. En aquel instante se desvaneció

una de las vidas más comprometidas, prolijas y gallardas que ha dado Suecia en los

últimos tiempos.


En este ensayo se aborda la vida y obra de Stieg Larsson, se describe su valiente

compromiso con las luchas por la justicia y el derecho de todos y todas a vivir dignamente

en cualquier lugar del mundo.

El objetivo aquí es presentar no solo al escritor de novela negra, sino al activista

inclaudicable y al periodista alternativo. En tal sentido, es fundamental dar a conocer un

pensamiento que como el suyo contribuye a entender y, más importante, a luchar contra

el estado actual de crisis social, violencia generalizada e intolerancia.

Este ensayo expone las motivaciones de su compromiso como escritor, lo cual es

importante resaltar en un momento en que los gobiernos del mundo, con algunas

honrosas excepciones, actúan como fieles aliados de los intereses de las elites

financieras. Gobiernos que, de acuerdo a la evidencia histórica conocida, causan un

detrimento permanente de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de los

pueblos.


Para los propósitos del ensayo, es de fundamental importancia el compromiso

incondicional del escritor o intelectual con la justicia. Más aún si tenemos en cuenta que

de Estados Unidos a Europa, pasando por los gobiernos aliados del Sur, la derecha y los

grupos de poder cooptan intelectuales que actúan en favor de sus intereses y su visión

del mundo. Algunos son bien remunerados y cumplen holgadamente su propósito de

defender el modelo neoliberal sobre el que se basa el sistema capitalista. Estos

intelectuales son la artillería ideológica de las potencias dominantes contra los pueblos

que deciden, con independencia, labrarse un destino propio.

Con este trabajo rendimos un homenaje al activista de derechos humanos, al periodista y

al idealista que se atrevió a apartar cortinas, examinar tras las fachadas, levantar piedras

y criticar las escuelas de periodismo que por principio omiten decir, que el Estado miente

por costumbre. Stieg Larsson fue uno de los que se insubordinó contra esa línea

dominante del periodismo de los multimedia corporativos orientados por el interés de la

ganancia, esas fábricas del consenso como las llaman Noam Chomsky y Edward Herman.

Las cursivas en este párrafo son tomadas de John Pilger, Basta de mentiras.

El trabajo de investigación en que se basa el ensayo comprende, además de la lectura de

la trilogía en su idioma original, artículos, reseñas y entrevistas en sueco, principalmente,

e inglés. De las tres novelas se hace una traducción literal de sus títulos al español. Los

hombres que odian a las mujeres; La chica que jugaba con fuego y El castillo de

aire que estalló.


De hecho en el intercambio de cartas con la editora Eva Gedin, Stieg Larsson es

preguntado si estaba de acuerdo con cambiar el título de la primera, en eso era

intransigente, y se mantuvo en que no.

Los títulos en español de acuerdo a la editorial Destino, se corresponden con los

siguientes: Los hombres que no amaban a las mujeres; La chica que soñaba con

una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire.

El ensayo está dividido en capítulos así: I. Introducción. II. ¿Quién era Stieg Larsson? III.

Escritor y contexto. IV. La trilogía. V. Los debates sobre Stieg Larsson. VI. Conclusiones.


II. ¿Quién era Stieg Larsson?

Stieg Larsson nació en el norte de Suecia, en Skelleftehamn, provincia de Västerbotten, el

15 de Agosto de 1954. Debido a las difíciles condiciones de vida de sus padres, éstos

encargan a los abuelos maternos Severin y Tekla el cuidado provisional del niño. Con los

abuelos viviría los primeros años de su vida. El abuelo, Severin, fue obrero de la industria

durante los años 30s y 40s, y posteriormente se dedicó a reparar bicicletas, máquinas,

motosierras, a la pesca y la caza, para sostener la familia. La casa en que habitó está

cerca de la aldea Måggliden, en las afueras de Bjursele. El ambiente en que creció de

niño era bastante libre, en medio de la naturaleza y bajo las pocas restricciones que le

imponían los abuelos.

La compañera de vida de Stieg Larsson, Eva Gabrielsson, sostiene que la educación que

le brindó el abuelo fue crucial para la formación de su concepto sobre la justicia. Severin

fue miembro del partido comunista y junto con centenares de socialdemócratas,

sindicalistas y opositores que criticaron y se opusieron al avance del nazismo fue

internado en Storsien, uno de los campos de concentración que implementó el gobierno

sueco para encerrar a los opositores de Hitler en su avance arrollador por Europa durante

la guerra de expansión y extermino que fue la II Guerra Mundial.

La dura experiencia que le tocó enfrentar al abuelo Severin marcaría al escritor, quien

adoptó como principios la igualdad en valores y derechos de todas las personas, la

defensa de la libertad de expresión y el compromiso de luchar porque nunca más se

repitiera lo que vivió el abuelo.

Para el británico Graeme Atkinson, amigo de juventud de Larsson y corresponsal para

Europa del magazín Searchlight, la razón por la cual el escritor se dedicó a estudiar el

fenómeno del racismo y el extremismo de derecha está en el ambiente en que creció y en

los valores que le transmitió el abuelo.

De nuestras conversaciones he entendido que su abuelo materno Severin Boström fue la

influencia más importante. Ellos tuvieron una relación muy estrecha. Durante los años 30s

el abuelo fue un duro crítico de Hitler y el Nazismo. El abuelo asumió el roll de padre y le

enseñó valores humanos fundamentales, el deseo de una mejor sociedad y la concepción

de cómo se trata a la gente.

Una mañana de verano de 1962, se interrumpió la tranquilad y libertad en la que vivía el

niño. Aquel día murió el abuelo y eso significaba naturalmente la reunificación con sus

padres Vivianne y Erland, y su nuevo hermano, Joaquin.

Una nueva vida comenzaba en la ciudad de Umeå. En la escuela se distinguió por

intervenir en los conflictos en defensa de quienes eran víctimas de discriminación y

agresión, entrenando a temprana edad el poder convincente de su palabra.

Ya en secundaria, son abiertas sus diferencias con profesores y profesaras alrededor de

temas políticos. Una anécdota cuenta que una profesora, hija de un conocido militante de

extrema derecha, le asignó una mala nota por un ensayo que escribió. Discutió varias

veces con ella y amenazó llevarla ante el consejo académico de la escuela ante lo cual la

profesora tuvo que ceder.

Siendo un adolescente se presentó un hecho trágico que lo marcaría de por vida. Su

pareja, Eva Gabrielsson, sostuvo en una entrevista en el diario El País (España) en

septiembre del 2009, que al joven le tocó ser testigo de una traumática experiencia.

Estando de camping, Stieg fue testigo de la violación de una chica por parte de sus

amigos. Días más tarde se la cruzó por la calle y se acercó a pedirle perdón por no

haberlo evitado, pero ella le rechazó. Siempre se sintió culpable.

La década de los 70s fue la época de la militancia política y su compromiso con los

procesos de liberación que se vivían en el Tercer mundo. Fueron los años en que se

escuchaban las voces de millones que marchaban por las calles denunciando la invasión

del imperialismo estadounidense a Vietnam.

Según sus viejos amigos del partido socialista de Umeå, Stieg Larsson se hizo miembro

de la Liga Comunista de los trabajadores e internacionalista por tres motivos: no encontró

nada que lo atrajera en el socialismo de estado de los países de Europa del Este y

empezó a considerar el trotskismo como una alternativa a aquel; en segundo lugar,

encontró en el trotskismo un énfasis especial en el internacionalismo, algo que siempre ha

caracterizado las tendencias marxistas, y eso le gustó; y finalmente, halló en el trotskismo

una visión cultural más amplia que en los otros partidos y movimientos de izquierda de

aquellos años.

Su compromiso fue tal que dejó un testamento siendo muy joven, donde decía que las

pocas pertenencias que quedaran después de su muerte pasaran al partido socialista.

Entre los años 75 y 76 hizo el servicio militar. Aunque para muchos socialistas esto iba

contra los principios, el nunca se consideró un pacifista como tal, pues consideraba que la

violencia bajo ciertas condiciones estaba justificada y podía llegar a ser necesaria, como

en el caso de un pueblo que se viera obligado a defenderse de la opresión de un tirano.

Los trotskistas de Umeå llegaron a organizar actividades sindicales y reclamaron

derechos para los reservistas del ejército, el hizo parte de ellos y llegó a vender a

escondidas en el regimiento un periódico dirigido especialmente al soldado Rojo.

Dos experiencias del Tercer Mundo, Eritrea y Granada, atrajeron su compromiso

internacionalista. En 1973 el mundo supo de Eritrea porque una prolongada sequía había

arruinado completamente la producción de alimentos y los cables noticiosos pasaban

imágenes de rostros famélicos de niños, mujeres y ancianos empujados por el hambre

hacia una muerte segura. Las noticias hablaban, también, de la guerra de liberación de

Eritrea contra Etiopia durante el régimen del káiser Ras Tafari Makonnen, más conocido

como Haile Selassie I.

Este conflicto tiene como telón de fondo los restos de colonialismo de los 50s. Italia e

Inglaterra, y posteriormente estados Unidos, se jugaban sus cartas para mantener el

dominio en esta región de África.

Stieg Larsson, para conocer de cerca lo que se peleaba en Eritrea en 1977, se contactó

con el Frente para la Liberación del Pueblo Eritreano, FPLE, y se marchó allí. El temor por

la guerra que se desarrollaba allí fue lo que lo llevó a escribir el testamento que se

menciona arriba. Una vez arribó a las bases de la guerrilla en las montañas, entrenó a un

grupo de mujeres en el lanzamiento de granadas, algo que había aprendido durante el

servicio militar. A raíz de una inflamación en el riñón tuvo que regresar de nuevo a Suecia

al final del año.

En Eritrea se llevaba a cabo una luchaba despiadada por la independencia y la soberanía,

que significaba quitarse de encima una Etiopía que actuaba como alfil de distintos

intereses imperiales, Estados Unidos y posteriormente Rusia. En 1993 los eritreanos

lograron vencer la maquinaria de guerra de Mengistu Haile Mariam, quien había depuesto

al káiser Haile Salassie I tras un golpe de estado. Mengistu gobernó con mano de hierro,

eliminó a sus opositores, se presentó como un marxista-leninista y radical reformador,

rompió sus vínculos con Estados Unidos, y posteriormente se alió con Rusia que lo apoyó

militarmente hasta que el presidente de Rusia Mijaíl Gorbachov, tras el fin de la guerra fría

y los acuerdos con Reagan, se lo retiró.

La segunda experiencia internacionalista de Stieg Larsson fue con la revolución que se

llevó a cabo en la isla de Granada. Este paraíso de las antilas, se vende hoy en el

mercado del turismo como un atractivo y lujoso destino para ricos viajeros americanos y

europeos, donde la historia de la revolución, corta pero fundamental para la memoria de

los pueblos, desaparece sutilmente de la publicidad que se ofrece a los ávidos visitantes.

Tras la larga disputa entre los poderes coloniales que va del siglo XVII hasta el siglo XX,

Inglaterra se impuso. Granada fue durante decenios una economía de plantación que

producía además de caña de azúcar, algodón y café, cocos y nuezmoscada. Las primeras

elecciones libres en 1951 las ganó el descendiente de esclavos y líder sindical Eric

Matthew Gairy, a nombre del Partido Laborista Unido de Granada. El poder en manos de

Eric Gairy fue una pesadilla para el pueblo granadino. Convertido en una suerte de

místico con poderes sobrenaturales, actuó de forma despótica a través de bandas

criminales como los The Mongoose Gang que se infiltraban en las noches enmascarados

y detenían a los opositores.

El 13 de marzo de 1979 Maurice Bishop, líder del new Jewel Movement, encabezó una

revuelta armada contra la dictadura de Eric Gairy, amigo personal de Pinochet y apoyado

por EEUU e Inglaterra, que tenía el país sumido en la corrupción y el terror. Una vez

derrocada pacíficamente la dictadura de Gairy, Bishop fue nombrado primer ministro y se

constituyó un gobierno de orientación socialista, que trajo consigo la reforma agraria,

nuevas formas de poder obrero y campesino frente al dominio de una minoría de

propietarios ricos, se crearon brigadas de voluntarios para recuperar las escuelas, los

hospitales y se dio inicio a educación y sanidad gratuitas, se emprendió una campaña de

alfabetización, se tomaron medidas contra el paro y contra el racismo, se inició la

construcción de un aeropuerto, se fomentaron las relaciones con Cuba, la Unión Soviética

y los países del bloque socialista.

Stieg Larsson y Eva Gabrielsson viajaron a Granada en 1981. No lo hicieron como

turistas, fueron allí a estudiar y conocer de cerca el proceso revolucionario de aquel

pueblo antillano que con orgullo se mostraba al mundo como un ejemplo de solidaridad,

socialismo y dignidad, a escasas millas de la costa de la primera potencia militar del

planeta.

Cumplieron una apretada agenda que incluía visitar las cooperativas agrícolas y

organizaciones de mujeres, encuentros con políticos y funcionarios del Estado, etc.

Tuvieron también la oportunidad de reunirse con el primer ministro Maurice Bishop que los

impregnó de su espíritu revolucionario y de su compromiso y trabajo con la nueva

Granada que estaba naciendo. De vuelta a Estocolmo, Stieg Larsson escribe un artículo

en el Internacional, periódico del partido socialista, donde describe los cambios y avances

en materia social, educativa y agrícola que se estaban llevando a cabo en la isla.

En Suecia impulsó la creación del comité de solidaridad Suecia- Granada desde donde

apoyó el proceso que siguió paso a paso hasta su violento desenlace. De esta trágica

experiencia escribiría un acertado análisis en el Internacional, en medio de la confusión y

mentiras que se mostraban al mundo sobre lo que estaba pasando, cuando fue invadida

la isla por tropas estadounidenses, destruida la revolución y asesinado su líder, Maurice

Bishop.

Estados Unidos fomentó el golpe de estado contra Granada porque según Washington se

iba a convertir en otra amenaza comunista. Nuevamente y con los mismos argumentos

que lo había hecho contra otros intentos de independencia y soberanía, el imperialismo

ponía fin a la Revolución Socialista que dirigía Maurice Bishop, a través de una invasión

de siete mil soldados estadounidenses el 25 de octubre de 1983, luego que la CIA

orquestara desde adentro el plan con ayuda de un grupo de traidores entre los que se

encontraba Bernard Coard.

En 1975 se funda en Inglaterra el magazín Searchlight, una publicación antifascista que

en su primera pagina llevaba como eslogan: no pasarán, They shall not pass, la consigna

de los republicanos durante la guerra civil española. Stieg Larsson trabajó desde 1983

como corresponsal de Escandinavia para el magazín. Searchlight actuaba como una

especie de central para la cooperación internacional y el intercambio de información entre

antifascistas de Europa y Norteamérica.

En 1988, en colaboración con Anna-Lena Lodenius, inició una de las mayores cartografías

e investigaciones conocidas sobre el racismo organizado en Suecia, investigación que dio

como resultado el libro La extrema derecha (Extremhögern) publicado por la editorial

Tiden en 1991. Allí describen al partido Preservar a Suecia Sueca (Bevara Sverige

Svensk) como el primer partido sueco moderno hostil a los inmigrantes, un movimiento

que formalmente tomaba distancia del racismo, pero al mismo tiempo se oponía

activamente a los refugiados políticos y a la inmigración no nórdica.

En la primavera de 1995, un amplio grupo de activistas de izquierda, periodistas y

antifascistas se dieron cita en Estocolmo con el propósito de discutir la creación de un

nuevo periódico. Entre los participantes a la reunión estaba Stieg Larsson, quien aparte

de ser el más adulto, era el que más conocimientos y experiencia reunía sobre los grupos

de extrema derecha. Entre los 80s y 90s habían ocurrido una serie de atentados y

ataques de los grupos de extrema derecha, además existía el interés de empezar a

hacerles un seguimiento sistemático a estos grupos que se habían convertido en una

verdadera amenaza para la sociedad.

La idea de este grupo de jóvenes era trabajar activamente contra el racismo y la extrema

derecha que actuaban en Suecia y con este propósito nació Expo, para cartografiar,

investigar, recoger información y exponer públicamente el fenómeno del racismo y la

extrema derecha.

III. Escritor y contexto

Brevemente se describirá lo que ha significado Suecia como entramado histórico; el fin de

la guerra fría y el triunfo del neoliberalismo; el auge de tendencias neonazis en la década

de 1980; una mirada a lo que se conoce como sociedad del bienestar; y Suecia como

cuna de grandes escritores.

Suecia como entramado histórico

En la historia de Suecia, uno de los primeros períodos que la proyectan en el conjunto de

naciones, fue la expansión y conquista de los vikingos (800-1050) hacia el este, el Mar

Báltico, la actual Rusia, y los mares Caspio y Negro; el establecimiento de relaciones

comerciales con el mundo Bizantino y los reinos árabes; pasando por los asentamientos y

exploraciones en algunos lugares de la costa norte de lo que es hoy Estados Unidos, lo

que ha llevado a algunos arqueólogos e historiadores a afirmar que los Vikingos fueron

los primeros en llegar a América; hasta la cristianización que se llevó a cabo hacia el siglo

XI.

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