martes, 12 de abril de 2011

Una semblanza desde Armenia, por cortesía en su envío de parte del colega Oscar Delgado. Viene como anillo al dedo en un tiempo en que sociólogos de la política tan notorios como Francisco Leal insisten en líderes carismáticos, y colocan en el mismo canasto de ilusiones a Alvaro Uribe Velez. N de la R.


Jorge Eliécer

Gaitán Ayala

(El Jefe)

“Yo no soy un hombre, soy un pueblo”

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Hoy 9 de abril de 2011, se conmemoran 63 años del magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán Ayala “El Jefe” (9 de abril de 1948). Nacido según algunas versiones en Cucunubá, Cundinamarca, el 23 de enero de 1898, Gaitán era hijo de la profesora Manuela Ayala y el librero Eliécer Gaitán Otálora.

En 1920 inicia estudios superiores en la Universidad Nacional de Colombia donde se titula como Doctor en Derecho y Ciencias Políticas el 29 de octubre de 1924 con la tesis titulada "Las ideas socialistas en Colombia".

Para 1926, con apoyo de su hermano Manuel José Gaitán, adelanta su doctorado en jurisprudencia en la Real Universidad de Roma y en 1927 su tesis "El criterio positivo de la premeditación", Magna Cum Laude, le significó graduarse con honores.

Fue entonces elogiado y apreciado con el premio que llevaba el nombre de su profesor más cercano: Enrico Ferri. Una vez en Colombia, lideró en el Congreso de la República un debate entre el 3 y el 6 de septiembre de 1929 por el asesinato de un número, aún no determinado, de trabajadores de la United Fruit Company en la región de Ciénaga, Magdalena.

Los obreros exigían condiciones laborales y un trato justo por parte de sus contratistas. La cruel matanza de estas personas es conocida en la historia del país como la Masacre de las Banananeras y es citada en la obra de Gabriel García Márquez, Cien años de Soledad.

Este gesto le valió a Gaitán el título de Tribuno del Pueblo, con el que le honrarían los sectores populares.

En 1931 fue elegido presidente de la Cámara de Representantes y ejerció también como catedrático de Derecho Penal en la Universidad Nacional y en la Universidad Libre, siendo nombrado Rector de esta última. Su postura en contra del latifundismo le granjeó un amplio apoyo del campesinado.

En 1933 fundó el movimiento político "Union Nacional Izquierdizta Revolucionaria" (UNIR) y su órgano periodístico "El Unirismo", que poco tiempo después disolvió para vincularse al Partido Liberal, desde donde planteó la necesidad de una reforma agraria. Seducido por los dirigentes tradicionales del Partido Liberal se posesionó como alcalde de Bogotá en 1936, adelantó reformas sociales, promovió la municipalización de los servicios públicos y trató de establecer los restaurantes o comedores escolares.

En 1940 el presidente Eduardo Santos Montejo lo nombra Ministro de Educación; desde allí emprendió una campaña de alfabetización implantó el zapato escolar gratuito, los restaurantes escolares, el cine educativo ambulante, la extensión cultural masiva e inició el Salón Nacional de Artistas de donde emergen figuras como Enrique Grau, Eduardo Ramírez Villamizar, Fernanado Botero, Alejandro Obregon, Edgar Negret, y Pedro Alcántara Quijano. En los años siguientes Gaitán continuó su intensa vida pública como jurista, político y caudillo. Su acción política se dirigió contra la rancia oligarquía colombiana y por la "restauración moral" de la República.

Gaitán resurgió con nuevos ímpetus en las votaciones del 16 de marzo de 1947 para el Congreso, en donde logró una mayoría indiscutible en el Senado (73 senadores liberales y 58 conservadores) y en la Cámara (34 representantes liberales y 29 para conservadores). El 24 de octubre Gaitán fue proclamado jefe único del Partido Liberal. A inicios de 1948 al saberse la noticia de la masacre de varios liberales en varios pueblos del país a manos de conservadores y viceversa, Gaitán organiza varias marchas entre las que se conocen como la "marcha de las antorchas" y sobre todo la "Marcha del Silencio". A esta asistieron más de cien mil personas y “El Jefe” eleva la siguiente plegaria al Presidente Ospina Pérez:

“Señor Presidente: Os pedimos cosa sencilla para la cual están de más los discursos. Os pedimos que cese la persecución de las autoridades y así os lo pide esta inmensa muchedumbre. Os pedimos pequeña y grande cosa: que las luchas políticas se desarrollen por cauces de constitucionalidad. Os pedimos que no creáis que nuestra tranquilidad, esta impresionante tranquilidad, es cobardía. Nosotros, señor Presidente, no somos cobardes: somos descendientes de los bravos que aniquilaron las tiranías en este suelo sagrado. Pero somos capaces, señor Presidente, de sacrificar nuestras vidas para salvar la tranquilidad y la paz y la libertad de Colombia.”

En abril 1 de 1948 recibió el título de doctor honoris causa en Ciencias Politicas y Sociales de la Universidad Libre. La madrugada del 9 de abril de 1948, presentó su último caso legal: la absolución del teniente conservador Jesús Cortés; un militar acusado de la muerte del Periodista Eudoro Galarza Osa.

Trascurrida la mañana de ese 9 de abril, el caudillo liberal se encontraba en su despacho con Plinio Mendoza Neira (padre del ultraderechista y seguidor de Uribe Vélez, Plinio Apuleyo Mendoza y quien según creíbles fuentes, fue cómplice de la C.I.A. en el posterior asesinato de Gaitán), Pedro Eliceo Cruz, Alejandro Vallejo y Jorge Padilla. Siendo la 1:00 pm, salen a almorzar y saliendo del ascensor, Mendoza Neira toma del brazo a Gaitán y se adelantan al resto de personas, al llegar a la puerta Juan Roa Sierra dispara sobre el político. Tres balas impactaron en el cuerpo del abogado penalista y dirigente liberal causándole la muerte pocos minutos después en la Clínica Central mientras su amigo, el médico Pedro Eliceo Cruz procedía a efectuarle una transfusión de sangre.

Los que presenciaron el trágico evento (personas humildes en su mayoría: limpiabotas, loteros, etc.) persiguieron al asesino mientras gritaban: "Mataron al doctor Gaitán, cojan al asesino" hasta que finalmente un funcionario de la policía lo introdujo en una drogueria a unos cientos de metros del lugar donde ocurrió el magnicidio e intentó protegerlo de la multitud que lo perseguía y lo empezó a interrogar, el joven solo decía: "ay virgen santísima", dando muestras de nervios y angustia.

La multitud penetró en la droguería y golpeó a Roa Sierra hasta dejarlo sin vida, para luego arrastrarlo por toda la carrera séptima hasta el Palacio de San Carlos, donde dejaron su cuerpo destrozado, sin vida y desnudo.

Estos hechos llevaron a la revuelta nacional en contra del gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez a quien le exigían la renuncia. Ese día hubo saqueos, principalmente en el centro de Bogotá a lo largo de la carrera séptima inicialmente pero que luego se fueron esparciendo por gran parte de la ciudad para terminar extendiéndose a varias ciudades de Colombia. Además de los saqueos, hubo incendios provocados por los manifestantes: incendiaron los tranvías, iglesias, edificaciones importantes y los mismos locales saqueados.

En un principio la policía intentó tomar control del asunto, pero luego, algunos policías y militares se unieron a la revuelta propiciando armas y esfuerzos, mientras que otros tomaron las armas y abrieron fuego sobre los manifestantes.

Durante el proceso judicial por el asesinato, se presentaron testimonios que indicaban que Roa Sierra no fue el asesino, sino que fueron justamente él o los asesinos quienes condujeron a la multitud a tomarlo como el culpable y acabar con su vida. Otras versiones presentadas en el proceso indicaron que Roa Sierra sí fue culpable, pero actuó motivado o en acuerdo con otra persona. La “justicia” colombiana sentenció en 1978 que el asesino Juan Roa Sierra era esquizofrénico, actuó por motivos personales.

Muchos coinciden en afirmar que el asesinato de Gaitán, orquestado por la C.I.A. y apoyado por la siempre sanguinaria oligarquía colombiana, resulto siendo el detonante del conflicto social y armado que hasta hoy sufre Colombia. Al respecto, el histórico Comandante en Jefe de las FARC-EP, Manuel Marulanda Vélez, comento: “La experiencia histórica de nuestro país, ha venido a demostrar, por lo demás, que el surgimiento y acción de las FARC, así como de otros grupos guerrilleros corresponde a todo un proceso de maduración de condiciones, derivadas directamente de la problemática nacional, que vienen desde atrás. Desde los primeros días de la guerrilla en el ya lejano 1.949, año en que se inició un estilo despótico de gobierno sobre los colombianos…”

"Yo confío en la multitud. Hoy, mañana y pasado, esa multitud que sufre el suplicio, que lo sufre en silencio, sabrá desperezarse y para ese día, ¡oh bellacos!, será el crujir de dientes." Jorge Eliecer Gaitán

Armenia, 9 de abril de 2011.

Secretaria de Cultura P.C.C.

Comité Departamental Quindío.

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