Luis Mejía, quien lee la prensa mundial, con ojo de colombiano crítico, hace un parangón doloroso y revelador, a raíz de lo que acontece con las chuzadas periodísticas hechas por la cadena del magnate australiano Rupert Murdoch, y el clan familiar que garantiza su reproducción. Aquí están consignadas las afirmaciones que ponen en claro las trapisondas de la industria noticiosa en el capitalismo global.
Todo lo cual nos recuerda los trabajos hechos por la Escuela Crítica del Frankfurt, y los trabajos de sus continuadores; y de modo particular, lo que en los años 60 y 70 realizó el equipo que orientaban intelectuales como el argentino Eliseo Verón, y el chileno Ariel Dorfman. Se requieren continuadores entre nosotros con urgencia, a poquísimos días de los actos convocados para el próximo 6 de diciembre. N d la R.
Amigos, los colombianos que SÍ leemos prensa extranjera hemos seguido con atencion la investigacion que adelanta el parlamento britanico sobre los chuzadas de teléfonos que practicaban los periodistas que trabajaban para la cadena de periodicos de Rupert Murdoch.
Ayer, 29 de noviembre, la comisión recibió un par de testimonios muy interesantes. se los resumo en el documento anexo. Como ustedes verán, un antiguo periodista de Murdoch confesó abiertamente y sin tapujos las prácticas ilegales y fraudulentas con que hacían las noticias y las justificó.
Leyendo eso me dije a mi mismo: gracias a dios los colombianos no somos como los británicos.
Imagínense ustedes que los colombianos fueran como los britanicos y que se pusieran a hablar de las chuzadas del das, de los falsos positivos, de la desaparicion de los ejidos de cartagena [había ejidos pero ya no hay porque les pasó lo mismo que a la custodia de Badillo], de la quiebra de la federacion nacional de cafeteros [que aparecio diez minutos en la prensa de la época y desapareció, pues los colombianos no somos como los demas mortales], de la quiebra de mineros del Chocó [a la que le paso tambien lo de la custodia de badillo], de las "negocïaciones" del Tlc y las bases militares de Ee.uu, de... mejor dejemos así y sigamos siendo colombianos, para mucho honor. que no nos parezcamos a esos sapos britanicos!!!!
Para que vean que no exagero a continuacion les hago el resumen de los testimonios ante la comision parlamentaria britanica; el mismo texto junto con los documentos de soporte se encuentran como anexo de este correo:
El periódico británico The Guardian hizo el trabajo investigativo que destapó el escándalo de los teléfonos chuzados por el personal del periódico News of the World de propiedad de la familia Murdoch que ha tenido en apuros legales a Rupert, el jefe de la familia, y que ha hecho que James, el hijo favorito de éste, renuncie a sus posiciones dentro de la compañía que controla el periódico. El escándalo ha puesto en apuros también a las autoridades inglesas que se han visto obligadas a investigarlo.
El parlamento británico ha creado una comisión investigadora de prácticas éticas en el periodismo nacional. Esta comisión ha citado testigos de todos los medios y ha ordenado la entrega de documentos de origen oficial y privado para ir al fondo del asunto hasta donde sea posible. En este momento no se sabe hasta donde será posible saber la verdad considerando la telaraña de favores, compromisos y chantajes que han tejido los Murdoch dentro de la elite política y de negocios del Reino Unido y de otros lugares.
En The Daily Beast, la versión de internet de la revista Newsweek, se encuentra un resumen de los testimonios que se rindieron en la comisión parlamentaria ayer 29 de noviembre [http://www.thedailybeast.com/articles/2011/11/29/guardian-journalist-gives-testimony-on-hacking-scandal.html].
Estos son los puntos principales según dicha publicación:
1. Nick Davies, quien hizo el trabajo de reportería investigativa para The Guardian, dijo que habló con un grupo numeroso –de 15 a 23- periodistas de News of the World sobre las chuzadas y que todos ellos le exigieron de manera perentoria mantener anónima su identidad pues tenían el temor de perder mucho más que tus puestos. “Este temor era real”, dijo Davies.
2. Richard Peppiatt, periodista de The Daily Start, un tabloide muy popular de derecha, confesó que para reflejar la posición ideológica del periódico había inventado artículos enteros. Dijo: “El trabajo de uno no es sino escribir la historia que ellos quieren ver escrita”.
3. Paul McCullan, quien fue periodista en la nómina de News of the World dijo que sus jefes habían estado muy bien enterados de las chuzadas y que los editores del periódico que habían negado cualquier conocimiento de ellas estaban “tratando de dejarlo a él y sus colegas solos”.
Los reporteros de The Guardian destacados para cubrir la audiencia de ayer en la comisión parlamentaria investigadora hicieron una transmisión directa del testimonio completo de Paul McCullan de la sala de audiencias a la redacción del periódico y este lo transcribió en su página web [http://www.guardian.co.uk/media/blog/2011/nov/29/leveson-inquiry-nick-davies-paul-mcmullan-live?CMP=NECNETTXT8187]. Estos son los puntos principales del testimonio de McCullan, quien fue reportero de los Murdoch, como se ha dicho:
- McCullan dijo que todo lo que hicieron los reporteros para conseguir información de manera ilegal o fraudulenta fue para darle gusto a los editores del periódico pero que estos eran la escoria del periodismo ahora que querían dejarlos solos con las consecuencias.
- “A la pregunta de si los editores del periódico sabían que se estaban haciendo intercepciones de mensajes telefónicos McCullan responde “Sí”’.
- Según McCullan al jefe de asuntos legales del News of the World le gustaba oir las grabaciones de las chuzadas o leer las transcripciones porque su trabajo era decirle a quien tuviera intenciones de demandar al periódico “aquí está el video” o “aquí está la grabación”.
- McCullan dijo que, en su opinión, chuzar teléfonos es perfectamente aceptable: “Yo he hecho muchos sacrificios para escribir artículos con información verdadera para el periódico de mayor circulación y por eso creo que chuzar teléfonos para tratar de saber la verdad es una herramienta perfectamente aceptable”.
- McCullan dijo que desde el periódico se chuzaban teléfonos pero que eso no era siempre necesario, A veces, en su opinión, es necesario usar medios ilegales y fraudulentos para obtener una noticia. No es suficiente con llamar a alguien, decirle que uno trabaja para el periódico y pedirle que le cuente a uno todo lo que ha estado haciendo. Un reportero tiene que ser más avispado que un criminal, especialmente si quiere conseguir una noticia exclusiva.
- “En los 21 años en que estuve violando la privacidad de la gente nunca encontré a alguien que estuviera haciendo algo bueno. La privacidad es mala, permite que la gente saque lo peor de sí misma. La privacidad es para pedófilos; nadie más la necesita”.
- A McCullan no le importaba esculcar las canecas de basura en busca de una historia. “Estoy seguro de que las canecas de la basura son increíblemente más interesantes para la mayoría de los periodistas, incluyéndome a mí, que los teléfonos chuzados”.
- McCullan dijo que se sentía tranquilo con respecto a las oportunidades en que consiguió información por medios ilegales o fraudulentos. “Un investigador decente nunca deja un reguero de documentos. Yo soltaría la risa si la policía viniera a arrestarme. Yo sé lo que hice y sé lo que pude pagar pero no sería tan estúpido como para poner a alguien a hacer algo ilegal por mí y que luego me pase la cuenta”.
- En opinión de McCullan lo que define qué es de interés público es el volumen de circulación del periódico. Para él a nadie le corresponde decir qué es lo que el público tiene que leer. No es tarea de los periodistas obligar a la gente a escoger diciéndole lo que debe leer o lo que no debe leer. Si se consideran los cinco millones de copias que se vendían del periódico se puede decir que la mitad de la población adulta estaba leyendo lo que ellos escribían y eso los hacía los periodistas más influyentes del país.
- A la gente le gustaba el periódico y lo compraba aunque había veces en que el mismo McCullan no lo hubiera comprado a pesar de trabajar para él.
- Uno de los editores del periódico tenía como lema conseguir las historias más impactantes de la semana sin reparar en costo. McCullan prefería pagarle a la gente por una buena historia sobre un político o una figura deportiva. Y agregó: “Nunca estuve bajo presión financiera y por eso da gusto trabajar para Murdoch; nosotros teníamos plata, no como esa gente de The Guardian que nada tienen y a nadie pagan”.
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