EL DEPORTE NO ES TAN OLÍMPICO
David Jiménez[1]
Los resultados en las olímpiadas
en Londres en 2012 ha sido una de las participaciones más exitosas de Colombia
en comparación con las ediciones anteriores. Además, ahora los deportistas han
obtenido la promesa de casa, carro, beca
y pensión.
Algunos hablaron de la necesidad de un Ministerio del
Deporte, por una razón, los resultados cosechados en los juegos olímpicos. Pero, el presidente
mismo pronto les bajó los humos a los entusiastas de la burocracia, y las
mieles que allí se suelen paladear a cuenta del erario, es decir de todos los
que tributan y trabajan.
La realidad
La ley 715 de 2001 y 1176 de 2007 que regula las competencias
y el uso de recursos públicos a través del sistema general de participaciones
para las entidades territoriales establece, que éstas
deben distribuirlo en educación (58,5%), salud (24,5%), agua potable y saneamiento
básico (5,4% ) y con un propósito
general (11,6%).
La inversión en deporte y recreación está contenida en el
propósito general, pero para los municipios de cuarta a sexta categoría, el 42%
de estos recursos son ingresos corrientes de libre destinación que pueden ser
destinados para gastos de funcionamiento ó inversión.
De esta manera, los municipios categorizados según la ley 617
donde priman los recursos fiscales propios que la población, son los que se
ubican de la categoría 4, 5 y 6; en pocas palabras, son los que dependen fiscalmente
del Gobierno Nacional. Algunos tienen y otros no la capacidad de realizar
inversión con recursos propios, y en consecuencia, esta categoría de municipios
que son la mayoría en Colombia tienen menos capacidad de invertir en programas
deportivos, recreativos y culturales para la infancia, adolescencia y juventud.
El deporte en lo local
y no en lo global
El Comité Olímpico Colombiano con sus resultados en Londres,
desea obtener los mayores recursos para su actividad con el asocio de
COLDEPORTES, pero se les olvida los miles de niños y jóvenes que en cientos de
municipios no tienen profesionales capacitados para una formación continua en
deportes de conjunto e individuales; solo hacen unos pocos meses su
entrenamiento habitual para participar en los juegos interescolares, intercolegiados
y departamentales, y pare de contar. Luego permanecen impávidos delante del
desierto de lo real.
Los Institutos Municipales de Deportes, con la
restructuración del Estado y la expedición de la ley 617 de 2000 que limitó el
gasto de funcionamiento, la mayoría de tales institutos desaparecieron en los
municipios de cuarta a sexta categoría, y ahora están inscritos en alguna
secretaria del orden municipal; y peor aún manejados por contratistas que no han
sido formados en el área de educación física y deportes, sino en el arte de burlarse
los recursos colectivos.
La parábola de Mariana
Pajón
Muchos municipios pobres y sin capacidad fiscal no tienen
hasta el día de hoy cómo financiar Escuelas de Iniciación y Formación Deportiva
para niños de 6 a 12 años, y cómo continuar su
ciclo de formación para adolescentes y jóvenes.
El deporte en Colombia no debe ser visto de modo tan olímpico
desde Bogotá o Medellín. Debemos mirar más allá de la “Atenas” cuáles son las alternativas para formar
deportistas y ciudadanos incluyendo los 1100 y más municipios del país, en especial, a los que se
encuentran “rankeados” entre la 4 y 6 categoría, porque no gozan de los mismos
privilegios de las ciudades capitales para tener toda la capacitad técnica,
financiera y profesional para formular e implementar políticas deportivas. Además,
debemos preguntarnos, ¿cuáles son las alternativas de niños, adolescentes y
jóvenes para el aprovechamiento del tiempo libre en los municipios pobres y
pequeños, que no sean la droga, la delincuencia común, o la improductiva
haraganería?.
Encontrar deportistas
de alta competencia no está solamente en el “paraíso” del Urabá Antioqueño, El
Poblado en Medellín, o las barriadas atestadas de Bogotá o los municipios
aledaños a Cali el Valle del Cauca. Tenemos que mirar todas las montañas,
mesetas y valles del país, y hacer un empadronamiento deportivo; porque muchos
niños y jóvenes practican el deporte, pero lo que tienen es ausencia de Estado, y
por eso crecen con mayor facilidad los jugadores de fútbol, y en menor grado
las selecciones nacionales capaces de competir con éxito, porque ello requiere
más que la cascarita o la bola de trapo.
PD: Es bueno tener medallas olímpicas y
en juegos mundiales, pero que nuestros niños, adolescentes y jóvenes en los
municipios más pobres no tengan acceso al deporte y la recreación de forma
continua no cuadra para nada. La razón, no tienen implementos deportivos,
carecen de profesores de educación física y la infraestructura deportiva cuando
más es precaria, asaltada por la voracidad irresponsables de contratistas
amangualado. Entonces debería
preguntarse el presidente y el gobierno nacional, COLDEPORTES y
el Comité Olímpico Colombiano qué es lo que, en efecto, es necesario hacer e
implementar sin continuar con la discriminación insultante entre ricos y
pobres, que nos colocan el tercer lugar en desigualdad en el orden del mundo.