LA DEMOCRACIA EN TIEMPOS
DE LA UNIDAD NACIONAL
David Jiménez[1]
Los
sistemas político democráticos contemporáneos, en especial los países
occidentales han adecuado sus instituciones con un balance de pesos y
contrapesos en la organización del Estado y en el juego político, que remiten a
las transformaciones ocurridas doscientos años atrás en las revoluciones
burguesas francesa y estadounidense.
El sistema presidencial
El
sistema presidencial colombiano, ha gozado de mayorías parlamentarias siempre. Después de las elecciones de mayo cada 4 años, el gobierno logra contar con un
poder legislativo para aprobar reformas y contrarreformas legales y
constitucionales respectivamente. Solamente basta recordar, a manera de ejemplo, las elecciones de 1994,
cuando el presidente Ernesto Samper manipuló su mayoría en el Congreso para evitar la investigación
y acusación por el escándalo del proceso 8000, y la infiltración manifiesta del
narcotráfico en la campaña presidencial.
Otro
episodio similar ocurrió en 1998, con el
protagonismo de la Gran Alianza para el Cambio que aunque no aprobó reformas
políticas de iniciativa gubernamental, por parte del Congreso siempre existió
convivencia y cohabitación entre el Gobierno y el Ejecutivo. Luego, durante las
presidencias de Álvaro Uribe, en 2002 y
2006, los partidos de la coalición Primero
Colombia mandaron la parada con la “seguridad democrática” como bandera
patria; y, ahora con diferente signo lo repite la mayoría exagerada de la Unidad Nacional desde 2010, sin que dejen de existir escaramuzas.
La oposición
En la última década, hemos podido ver oposición entre 2002-2010 por parte del Polo y el Partido Liberal, con debates de control político sobre situaciones sociales y económicas del país. Pero, desde 2010, en el Congreso, ha quedado la voz diluida del Polo que se encuentra en proceso de separación y fractura, primero con los Verdes, después con los Progresistas de Petro, a raíz del golpe penal y político de la última administración de Samuel Moreno en Bogotá.
Ahora está el debate actual sobre Petro en Bogotá como
dice Gina Parody, buen opositor pero mal
ejecutor. Ella viene aparejada con la expulsión
unilateral del Partido Comunista de Colombia del PDA, con lo que la oposición
vive nuevas fracturas que la debilita frente al poder presidencial y su
pretensión de reelegirse sin más.
Unanimidad Nacional
'Nadie puede poner en tela de
juicio nuestros resultados'. Juan Manuel Santos[2]
En
una democracia moderna, la oposición y la crítica es necesaria para la
formulación, ejecución y evaluación de verdaderas políticas públicas. Un gobierno que no acepte y tolere la critica
y la oposición, debilita la democracia y la pluralidad del sistema político, y
ahonda la separación entre gobernantes y gobernados.
Un
gobierno que obligue a los ciudadanos aceptar un determinado statu quo, ó su política como alternativa pretendida
única para solucionar problemas sociales y económicos. Además debilita la
libertad de expresión, de información, la política de la democracia que no se
puede entender sin disidencia y debate, con su dosis de incertidumbre y
libertad.
En
Colombia, no podemos aceptar la
imposición programática e ideológica de una única alternativa. De que un día
nos vendan la salida militar al conflicto con un millón de soldados y policías
para acabar con guerrillas y bandas criminales, ó que las políticas sociales y
económicas han disminuido la pobreza, el
desempleo y han elevado las garantías de los derechos sociales y económicos.
La
Oposición
El Puro Centro Democrático, aunque sin
representación política en el Congreso de la República, con la excepción explícita de Juan Carlos Vélez, representa
ideas y valores de personas que creen en el orden y la seguridad del Estado. En
un gobierno de Unidad Nacional, tal controversia permite ver diferentes
posiciones en materia de seguridad, por ejemplo, aunque el twitteo tenga una lectura dogmática, y unos
antecedentes cuando menos polémicos.
El
reciente grupo de Medellín, políticos y académicos juntos, dando a conocer su
plataforma programática para impulsar ante la opinión pública y el gobierno, es
necesaria en un gobierno de Unidad Nacional sin debates de control político. Y
ahora destapados agitando un eventual candidato presidente, José Antonio
Ocampo.
Solo
basta esperar al Polo Democrático Alternativo y al Movimiento Progresistas, para
que impulsen la crítica y la oposición al gobierno desde el Congreso, para que exhiban muestren alternativas de políticas al igual
que los Uribistas Pura Sangre y el
Grupo de pensadores liberales y de centro izquierda. En resumen, el debate de una agenda pública y política plural, curada
de espantos y chantajes. Aunque la guerra siga tratando de aturdir las
reflexiones y las acciones colectivas que nos hagan mejores.
PD:
Es fácil hablar desde la oposición para criticar al Gobierno por las fallas en
sus políticas, pero también es fácil
criticar a la oposición desde el Gobierno a todo aquel que los critica. ¿Quién
dice la verdad? Para nada el facilismo: por eso la democracia es el
mejor antídoto. Y éste en Colombia escasea como práctica real.
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