domingo, 12 de agosto de 2012

LA DEMOCRACIA EN TIEMPOS DE LA UNIDAD NACIONAL


LA DEMOCRACIA EN TIEMPOS DE LA UNIDAD NACIONAL

David Jiménez[1]

Los sistemas político democráticos contemporáneos, en especial los países occidentales han adecuado sus instituciones con un balance de pesos y contrapesos en la organización del Estado y en el juego político, que remiten a las transformaciones ocurridas doscientos años atrás en las revoluciones burguesas francesa y estadounidense.

El sistema presidencial

El sistema presidencial colombiano, ha gozado de mayorías parlamentarias siempre. Después de las elecciones de mayo cada 4 años, el gobierno logra contar con un poder legislativo para aprobar reformas y contrarreformas legales y constitucionales respectivamente. Solamente basta recordar, a manera de ejemplo, las elecciones de 1994, cuando el presidente Ernesto Samper manipuló su mayoría en el Congreso para evitar la investigación y acusación por el escándalo del proceso 8000, y la infiltración manifiesta del narcotráfico en la campaña presidencial.

Otro episodio similar ocurrió en  1998, con el protagonismo de la Gran Alianza para el Cambio que aunque no aprobó reformas políticas de iniciativa gubernamental, por parte del Congreso siempre existió convivencia y cohabitación entre el Gobierno y el Ejecutivo. Luego,  durante las presidencias de Álvaro Uribe,  en 2002 y 2006, los partidos de la coalición Primero Colombia mandaron la parada con la “seguridad democrática” como bandera patria;  y, ahora con diferente signo lo repite la mayoría exagerada de la Unidad Nacional desde 2010, sin que dejen de existir escaramuzas.

La oposición 

En la última década, hemos podido ver oposición entre 2002-2010 por parte del Polo y el Partido Liberal, con debates de control político sobre situaciones sociales y económicas del país. Pero, desde 2010, en el Congreso, ha quedado la voz diluida del Polo que se encuentra en proceso de separación y fractura, primero con los Verdes, después con los Progresistas de Petro, a raíz del golpe penal y político de la última administración de Samuel Moreno en Bogotá.

 Ahora está  el debate actual sobre Petro en Bogotá como dice Gina Parody, buen opositor pero mal ejecutor. Ella  viene aparejada con la expulsión unilateral del Partido Comunista de Colombia del PDA, con lo que la oposición vive nuevas fracturas que la debilita frente al poder presidencial y su pretensión de reelegirse sin más.

Unanimidad Nacional
'Nadie puede poner en tela de juicio nuestros resultados'. Juan Manuel  Santos[2]

En una democracia moderna, la oposición y la crítica es necesaria para la formulación, ejecución y evaluación de verdaderas políticas públicas.  Un gobierno que no acepte y tolere la critica y la oposición, debilita la democracia y la pluralidad del sistema político, y ahonda la separación entre gobernantes y gobernados.

Un gobierno que obligue a los ciudadanos aceptar un determinado statu quo, ó  su política como alternativa pretendida única para solucionar problemas sociales y económicos. Además debilita la libertad de expresión, de información, la política de la democracia que no se puede entender sin disidencia y debate, con su dosis de incertidumbre y libertad.

En Colombia, no podemos aceptar  la imposición programática e ideológica de una única alternativa. De que un día nos vendan la salida militar al conflicto con un millón de soldados y policías para acabar con guerrillas y bandas criminales, ó que las políticas sociales y económicas han disminuido la pobreza,  el desempleo y han elevado las garantías de los derechos sociales y económicos.

La Oposición

El Puro Centro Democrático, aunque sin representación política en el Congreso de la República, con la excepción  explícita de Juan Carlos Vélez, representa ideas y valores de personas que creen en el orden y la seguridad del Estado. En un gobierno de Unidad Nacional, tal controversia permite ver diferentes posiciones en materia de seguridad, por ejemplo, aunque el twitteo  tenga una lectura dogmática, y unos antecedentes cuando menos polémicos.

El reciente grupo de Medellín, políticos y académicos juntos, dando a conocer su plataforma programática para impulsar ante la opinión pública y el gobierno, es necesaria en un gobierno de Unidad Nacional sin debates de control político. Y ahora destapados agitando un eventual candidato presidente, José Antonio Ocampo.

Solo basta esperar al Polo Democrático Alternativo y al Movimiento Progresistas, para que impulsen la crítica y la oposición al gobierno desde el Congreso,  para que exhiban  muestren alternativas de políticas al igual que los Uribistas Pura Sangre y el Grupo de pensadores liberales y de centro izquierda. En resumen, el debate de  una agenda pública y política plural, curada de espantos y chantajes. Aunque la guerra siga tratando de aturdir las reflexiones y las acciones colectivas que nos hagan mejores.

PD: Es fácil hablar desde la oposición para criticar al Gobierno por las fallas en sus políticas, pero también es  fácil criticar a la oposición desde el Gobierno a todo aquel que los critica. ¿Quién dice la verdad? Para nada el facilismo: por eso  la democracia es el mejor antídoto. Y éste en Colombia escasea como práctica real.


[1] Participante del Grupo Presidencialismo y Participación UNIJUS/COLCIENCIAS

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