LAS REFORMAS AUSENTES
David
Jiménez[1]
En
primer lugar, las pensiones que se ponen en tela de juicio por su impacto
fiscal en Europa por la crisis económica, en Colombia tienen a tres grandes
jugadores; la Asociación Nacional de Industrias Financieras ANIF lideradas por
Sergio Clavijo[2]
que ha propuesto eliminar ó cerrar el régimen de prima media con prestación
definida administrado por el ISS y en un futuro por COLPENSIONES, su vocero ha
sido critico de los fallos de la Corte Constitucional argumentando que por
defender los derechos sociales y económicos de los colombianos desconocía las
implicaciones fiscales al Estado
publicando el libro fallos y
fallas de la Corte Constitucional[3].
Asofondos que
representa a las Administradoras de Pensiones y Cesantías AFP privadas con el
liderazgo de Santiago Montenegro[4]
ha planteado iniciativas similares que fortalecen a su gremio porque beneficia
con mayores recursos mensuales de cotizaciones de trabajadores y al Ministerio
de Hacienda, quejándose del impacto del pago de pensiones en el presupuesto
nacional y la necesidad de una reforma, traducida en el aumento de la edad de
jubilación y en las semanas de cotización con el respaldo del gremio de
industriales en la ANDI.
Así
que, el gobierno y los gremios económicos ponen en tela de juicio el impacto
fiscal del pago de pensiones, hablan de reforma, pero es necesario incluir una
reforma integral al sistema de seguridad social en pensión para eliminar los
regímenes especiales de pensión en la Rama Judicial, órganos de control y del
Congreso de la República; las altas dignidades del Estado deberían cotizar
mensualmente de la misma forma y con los mismos derechos que millones de
colombianos.
Para no seguir con el escándalo de pagos de
pensiones ilegales a ex servidores públicos que gozan de mucho más beneficios
que millones de personas, es necesario discutir y decidir acerca de un régimen
de pensión universal y equitativa sin beneficios especiales para Ramas del
Poder Público y órganos de control, buscando una igualdad y equidad en el
sistema pensional.
En
segundo lugar, está el asunto de la salud. Esperar 4 meses para una cita con
especialistas mientras la enfermedad avanza en una de las peores tragedias para
miles de colombianos, pasar de hospital en hospital en el paseo de la muerte
sin atención oportuna, que le envíen los mismos medicamentos para toda clase de
enfermedad sin mejorar el estado de salud, las citas con médico general tardan
días, las EPS cobran todo y se aprovechan económicamente del Estado para
hurtarlo con los recobros al FOSYGA, entre muchas más cosas; son las
enfermedades del sistema de salud colombiano.
La
producción normativa consignada en las leyes 100 de 1993, 1122 de 2007 y 1438 de 2011
no han solucionado los problemas estructurales del sistema de salud que son la
inexistencia de indicadores de calidad de vida y bienestar para las personas
que acceden a los servicios de salud, la corrupción, los múltiples actores e
intermediarios del sistema (Ministerio, entidades territoriales, EPS, IPS,
Supersalud, Comisión de Regulación en Salud y el FOSYGA). Tampoco permite transparencia y control efectivo del
sistema, como si estuvieran hechas en beneficio de pocos y voraces capitalistas.
De esta manera, es necesario un debate ciudadano y político sobre el sistema de
salud que requieren los ciudadanos y los seres humanos para garantizar el
derecho a la vida, la calidad de vida y el bienestar del individuo en un Estado
Social y Democrático de Derecho en el siglo XXI.
En
tercer lugar, tenemos la reforma tributaria. Todas las conocidas buscan
aumentar los recursos fiscales del Gobierno Central, pero nunca se concentran
en eliminar las exenciones y descuentos tributarios a los empresarios. Mucho
menos tienen el carácter de ser progresivas, como si fuéramos un apéndice de
los Estados Unidos, aunque ahora Obama se ha atrevido a hacer alguna innovación
al respecto, para anunciar cobrarle mayores impuestos a los grandes
contribuyentes, y así ser equitativa con
los sectores poblacionales de estratos bajos de ciudades y municipios.
De
este modo, el reto de una reforma tributaria debe ser la eliminación de las
exenciones fiscales, primero que todo. Evitar la evasión y elusión fiscal, y,
por supuesto, cobrarles mayores impuestos a los contribuyentes de mayor
capacidad de pago.
PD:
Pero ¿ el actual Congreso de la
República podrá efectuar tales reformas sin la injerencia de los gremios
económicos y el Gobierno Nacional, torciéndoles el brazo para que abran sus
manos avaras? Estamos alertas a esas gratas sorpresas, luego de tan largo ayuno.
[1] Participante del Grupo Presidencialismo y Participación UNIJUS/COLCIENCIAS
[2] Fue co-director del Banco de la República 2000-2004
[3] Ver más, Clavijo, Sergio. (2001). Fallos y fallas de la Corte
Constitucional: el caso de Colombia. Bogotá D.C.: Alfaomega
[4] Fue Director de Planeación Nacional 2002-2006
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