Tomado de Las 2Orillas
Juan Manuel Ospina, quien fuera secretario de gobierno de Bogotá, en la alcaldía de Lucho Garzón prueba sus dotes como entrevistador en un espacio virtual, al que está entrañablemente ligado. El diálogo es con Michael Sandel, un neo-aristotélico de la veta comunistarista estadounidense, donde ha tenido provechosas discusiones con Michael Walzer y Amitai Etzioni, entre otros, muy emparentados con el comunitarismo. De ahí que algunos lo clasifican como un neo-conservador, y otros lo acercan también a la obra de Charles Taylor, el filósofo político canadiense.
Su primer gran trabajo fue "After Virtue", y luego vinieron otros de relativo éxito y difusión, donde la ética es puesta en tensión, y la moral individual, por supuesto. El libro que aquí se refiere es el más actual, "Lo que no puede comprar el dinero" y conviene hacerle una lectura rigurosa para pulsar el corazón intelectual conservador que también se expresa en la más que centenaria Harvard, donde también reinó el liberal John Rawls. Y claro este trabajo nos recuerda a otra obra memorable, por otros valores y motivos, pero en literatura, "Lo que el viento se llevó" de Margareth Mitchell.
De la entrevista se desprende, que a Sandel no le entusiasma la idea de la participación ciudadana con poder decisorio, sino la deliberación en términos de voz, pero los que deciden son los gobernantes, de una parte. De otra, Sandel no se aventura en las honduras de la crítica del papa Francisco al capitalismo, que algunos califican como una "revolución", en particular la autorizada voz de un exsacerdote Javier Darío Restrepo, a quien se reconoce experticia y trayectoria en esos tópicos.
Es un "innovador" en la enseñanza, recordando a Foucault antes las grandes audiencias en el Colegio de Francia, pero aquí en los auditorios de Harvard bajo la fórmula "socrática", donde el profesor de ética y filosofía política hace de partero, aunque no le entusiasman para nada los vientres subrogados, para madres que no pueden tener sus propios hijos por malformaciones. N d la R.
De la entrevista se desprende, que a Sandel no le entusiasma la idea de la participación ciudadana con poder decisorio, sino la deliberación en términos de voz, pero los que deciden son los gobernantes, de una parte. De otra, Sandel no se aventura en las honduras de la crítica del papa Francisco al capitalismo, que algunos califican como una "revolución", en particular la autorizada voz de un exsacerdote Javier Darío Restrepo, a quien se reconoce experticia y trayectoria en esos tópicos.
Es un "innovador" en la enseñanza, recordando a Foucault antes las grandes audiencias en el Colegio de Francia, pero aquí en los auditorios de Harvard bajo la fórmula "socrática", donde el profesor de ética y filosofía política hace de partero, aunque no le entusiasman para nada los vientres subrogados, para madres que no pueden tener sus propios hijos por malformaciones. N d la R.
¿Por qué la frustración de la gente con la política?
El prestigioso profesor de Harvard, Michael Sandel explica.
Michael Sendel el profesor más famoso en la historia de la Universidad de Harvard, cuya cátedra tiene más de 10 millones de visitas en youtube estuvo en Colombia presentando su libro Lo que el dinero no puede comprar recién traducido al español y publicado por Random House Mondadori. En esta entrevista con Juan Manuel Ospina, Sandels da claves para entender el comportamiento electoral colombiano y la crisis del mundo actual que para el es ante todo una crisis ética.
JMO. ¿Considera que en la raíz de la actual situación mundial se encuentra una crisis ética y no simplemente económica?
MICHAEL SANDEL.
Si, considero que es así. Hoy en las democracias, de manera generalizada, se presenta una gran frustración e insatisfacción de los ciudadanos con la política, con los partidos y los políticos. La razón de esa insatisfacción es que el discurso político perdió su significado moral. Hemos perdido la habilidad para discutir y debatir grandes cuestiones éticas, y ello en razón a que en las últimas tres décadas ha dominado el pensamiento económico y se impuso la lógica de mercado, con el consiguiente olvido de la importancia que para la política tienen los debates éticos.
JMO. Al reconocer la estrecha relación existente entre ética y política, ¿considera que hoy la economía ha desplazado a la política del puesto de mando de la sociedad?
SANDEL Sí. Diré que en los años recientes la economía desplazó de ese puesto a la política democrática, al tiempo que el pensamiento económico sustituyó al debate ético como centro de atención de la política.
JMO. ¿El debate ético es un debate político?
SANDEL Sí. Las cuestiones éticas importantes que debemos debatir en el ámbito de la política son la Justicia, el Bien Común y las obligaciones recíprocas de los ciudadanos entre sí. Esas son las tres cuestiones éticas fundamentales y por ello deben ser las cuestiones centrales del debate político que han de adelantar las sociedades democráticas.
JMO. ¿Hay espacios de la vida personal y social que hoy escapen a la lógica del mercado?
SANDELS Hay muy pocas cosas que hoy el dinero no pueda comprar; entre esas cosas buenas se encuentran el amor, la amistad, la vida familiar. Pero aún en esas áreas de la vida, de las relaciones personales y la vida familiar, el dinero y la mentalidad de mercado cada vez están más presentes. Un ejemplo claro al respecto es el alquiler de vientres, resultado del espíritu mercantil, del pensamiento de mercado que se hace presente en algo que es propio de la vida de familia, de la vida íntima de las personas.
JMO. Un asunto de amplias connotaciones éticas que se debate acá y en general en América Latina, ligado no a la vida privada sino a la de la sociedad, es el relacionado con la industria minera internacional, con la preservación del medio ambiente y el afán de la gran minería de obtener rápidamente inmensas utilidades, sin mayor consideración a los intereses del país dueño del recurso. Igualmente se discute la mercantilización, la comercialización de la política (“el clientelismo”) que destruye el escenario político y ha puesto a los partidos en una condición de ilegitimidad.
SANDEL. Son unos muy buenos ejemplos de dos grandes e importantes áreas de la vida pública que requieren un debate ético, pues no son solo cuestiones económicas, son también éticas, relacionadas con la Justicia y el Bien Común. Por ello, necesitan ser debatidas como cuestiones éticas. Cuando se discuten y analizan asuntos relacionados con el medio ambiente o con las condiciones de los trabajadores, por ejemplo, se hace como si fueran solamente técnicos o económicos y se olvida que su discusión es importante precisamente porque plantea interrogantes fundamentales sobre la justicia, la igualdad y la desigualdad, sobre el bien común.
JMO. ¿En el corazón del debate ético, está la participación de los ciudadanos?
SANDEL El asunto más importante de los ciudadanos en una democracia es tener voz, una voz reconocida para debatir los asuntos propios de los valores y la ética. Frecuentemente la política no nos permite debatir los valores o las cuestiones éticas que subyacen en las políticas públicas que se discuten.
JMO. ¿Cuándo Ud. habla de política, se refiere al papel del Estado, del poder político?
SANDEL No solo el papel del Estado. Cuando se habla de política, se la aborda en dos niveles; el de las políticas públicas y la ley elaboradas por el Estado y, en segundo lugar, el de la voz de los ciudadanos que depende de las oportunidades que tengan para participar en un debate pertinente sobre los asuntos relativos a los valores, la justicia y el bien común. Hoy en las democracias, la política se ha circunscrito a lo referente al Estado, dejando de lado lo que tiene que ver con la gente. A eso me refería cuando hablé del vacío que existe en el discurso público.
Cada vez es menor la conexión existente entre la participación de los ciudadanos y la formulación por el Estado de las políticas. Por ello, las discusiones en las campañas y en las elecciones se han limitado a asuntos meramente tecnocráticos y de manejo, y no a las cuestiones éticas. Esta situación que ya es hoy un problema, puede llegar a transformarse en una crisis mundial de las sociedades democráticas, desatada por la aceptación acrítica de la dominación del pensamiento de mercado, que se presenta a si mismo como neutro respecto a valores y cuestiones éticas, como un medio técnico, científico adecuado para decidir sobre las cuestiones de política pública – el medio ambiente, las regulaciones laborales…-.
Pero la realidad es otra porque el pensamiento económico, la racionalidad de mercado descansa en ciertos valores y supuestos éticos que no solemos confrontar, cuestionar. Por esa razón, el propósito con mi libro “Lo que el dinero no puede comprar” es inspirar y estimular un tipo de debate público que mejore al actual, al abordar más directamente las cuestiones de ética y valores, de justicia y del bien común; un debate liberado de su dependencia acrítica del pensamiento y la razón de mercado; el error ha sido considerar que ese pensamiento de mercado por si solo pueda definir el bien público.
JMO. ¿En la sociedad actual, donde se consolidó el poder del dinero para comprarlo todo, la desigualdad económica entre los ciudadanos juega un papel central?
SANDEL. Entre más cosas pueda comprar el dinero en una sociedad, más incide en ella la desigualdad económica. Si el dinero y los mercados determinaran únicamente quien tiene acceso a bienes de lujo – carros, vacaciones… -, la desigualdad no importaría mucho, pero en la mayoría de las actuales sociedades, el dinero determina el acceso a aspectos esenciales de una vida decente, de una buena vida – el acceso a una atención médica decente, a educación, a la posibilidad de tener una voz crítica e influencia en la sociedad… -, no solo a los bienes de lujo. Cuando el dinero gobierna esas cosas fundamentales, debemos preocuparnos por la desigualdad.
JMO Oyéndolo, quisiera preguntarle si sus clases no son realmente un verdadero debate democrático en las cuales, dentro de la mejor tradición socrática, pone a sus estudiantes a discutir, a que descubran en sus propias experiencias de vida, los valores que están implícitos en el pensamiento y la operación del mercado en el cual participan.
SANDEL La metodología que empleo para dar mis clases y para escribir el libro, usar historias para plantear dilemas éticos, tiene como propósito invitar a alumnos y lectores a pensar por sí mismos sobre los valores y principios que están implícitos en sus convicciones. El debate en el salón de clase permite mostrarles a los estudiantes lo que puede y debe ser un discurso público y democrático. Posteriormente empezamos a colocar los videos de las clases “on line” para permitir el acceso libre y abierto al curso – tres millones de personas escuchándolo en YouTube, decenas de millones gracias a sus presentaciones en otras lenguas distintas del inglés -.
La reflexión que en él se hace, atrae a un público más amplio que los solos estudiantes de mi curso en Harvard; nunca imaginé que al permitir el acceso libre a mis conferencias universitarias sobre Filosofía, estas interesaran a tanta gente en el mundo. Pienso que la explicación está en que relaciono los temas abstractos de la Filosofía con la vida, con hechos de la cotidianidad, para conectarlos con el mundo en que se vive.
La reflexión que en él se hace, atrae a un público más amplio que los solos estudiantes de mi curso en Harvard; nunca imaginé que al permitir el acceso libre a mis conferencias universitarias sobre Filosofía, estas interesaran a tanta gente en el mundo. Pienso que la explicación está en que relaciono los temas abstractos de la Filosofía con la vida, con hechos de la cotidianidad, para conectarlos con el mundo en que se vive.
JMO. ¿No cree que su manera de abordar las cosas, la vida, de trabajar los problemas, tienen una semejanza con la forma en que Adam Smith realizó sus análisis y reflexiones?
SANDEL Adam Smith que era filósofo, consideraba que la Economía estaba conectada con la Filosofía Política. Hoy la Economía se ha separado a sí misma de la Filosofía y ha tratado de establecerse como un campo de conocimiento neutro en términos de valores, desligado de la Filosofía Política y Moral. Con mi trabajo académico busco dos objetivos. Primero, estimular e inspirar un mejor tipo de discurso público. En segundo lugar, tratar de cambiar la enseñanza y comprensión de la Economía, para reconectarla con la Filosofía.
JMO. ¿Cómo estableció su pedagogía?
SANDEL.
La idea de plantearles preguntas a mis alumnos y alentarlos a responderlas, nació de mi experiencia que como estudiante de Ciencia Política tuve cuando tomé cursos de Filosofía y no la entendí, me parecía muy abstracta. Estaba interesado en la política, en el mundo concreto y en el debate contemporáneo y no entendía ni veía la conexión entre esos intereses y la Filosofía que percibía además de abstracta, lejana de la vida. Dejé de lado la Filosofía y concentré mi interés en la política.
La idea de plantearles preguntas a mis alumnos y alentarlos a responderlas, nació de mi experiencia que como estudiante de Ciencia Política tuve cuando tomé cursos de Filosofía y no la entendí, me parecía muy abstracta. Estaba interesado en la política, en el mundo concreto y en el debate contemporáneo y no entendía ni veía la conexión entre esos intereses y la Filosofía que percibía además de abstracta, lejana de la vida. Dejé de lado la Filosofía y concentré mi interés en la política.
Durante el doctorado en Oxford le volví a dar una oportunidad a la Filosofía Política con la idea de regresar luego a temas más prácticos, la Ciencia Política y la Economía. Acabé estudiándola cuatro años y me enamoré de ella. Empecé a enseñarla en Harvard y quise hacerlo de una manera diferente a como fue mi experiencia, buscando conectarla con la vida para interesar a los estudiantes en su estudio, para lograrlo busqué involucrarlos en discusiones sobre asuntos concretos para relacionar las ideas y principios filosóficos con la vida y las experiencias cotidianas y con el mundo. Mi método de enseñanza nació pues de recordar lo que era ser un estudiante tratando de entender Filosofía.
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