lunes, 8 de junio de 2015

Y FUE DE LOS JÓVENES. CALI ES EL CAMPEÓN.

Miguel Angel Herrera Zgaib

"Fuimos un equipo joven, pero en la cancha dimos el máximo. Goleador y título, no se puede pedir más." Hárold Preciado, goleador del Cali
                                                             El pecoso Castro es quizás el más longevo de los DT colombianos, y con una paciencia y un tesón digno de todo encomio. Volvió a hacer campeón al Deportivo Cali, acudiendo al mejor de los argumentos posibles, la propia cantera.  Y tuvo la compañía de un joven goleador, Preciado, con 13 dianas, siendo la del penúltimo partido definitiva. Hizo reverdecer a Palmaseca.

Pero esta es una escuela que mucho le debe a un extraordinario dirigente vallecaucano, Alex Gorayeb, de padres libaneses, nacido en Filipinas quien hizo de este equipo caleño una real institución sesenta años atrás. Fue parte de su junta directiva desde 1958. 

Sin embargo, el Cali fue conmovido, y en parte, penetrado, por  la corrupción del narcotráfico que pobló de lujos, mal gusto, desgracia y grandes sumas de dinero a su principal riva local, el América, los "diablos rojos" que no logran superar todavía sus secuelas, después de disfrutar de una gloria efímera.

Castro, un director de postín

"Contento por ese trabajo de los muchachos. Han hecho un excelente partido...No solo destaco al portero Hernández, sino a todo el grupo." Fernando Castro, DT, del Deportivo Cali.

                                                            El Cali ganó esta vez porque tuvo una columna vertebral en la que se juntaron el portero, Ernesto Hernández, el capitán y recuperador/armador Andrés Pérez, y el goleador Preciado. Y a esta tripleta, en el partido del domingo se le juntó el salto y cabezazo de Andrés Felipe Roa, una promesa hecha realidad.

El rival DIM, compuesto en su mayoría de veteranos desperdició un penalti que falló Vladimir Marín ante el paragua Hernández, quien fuera su causante al derribar en el área a Brayan Angulo. Antes hubo un riflazo que sacó el entusiasmo de las tribunas repletas del Atanasio Girardot, con una hinchada ansiosa de una sexta estrella, pero el disparo de Juan Angulo se quedó en el travesaño, y la luminaria se fue apagando lentamente.

Una doble enseñanza
“Es una felicidad inmensa. Nos costó mucho, lo dimos todo en la cancha y fuimos merecedores." Andrés Roa, anotador de gol del empate.
                                                                         La fe y la pasión de Castro dejan una enseñanza, la urgencia de reconstruir en serio las divisiones inferiores de los equipos colombianos, y darle oportunidad para que cuajen y se consoliden los mejores prospectos, sin convertirlos en vitrina y mostrador para el exterior, como es lo común por estos días. Hay están los casos del Deportivo Pasto, y el Once Caldas.

Pero, claro, tampoco conviene exagerar el cuento, es cierto que hubo jóvenes en el Cali, pero también jugadores maduros presentes en la final, Hernández, Nasuti, Pérez, Cabezas y Giraldo, esto es menos de la mitad. Uno diría que una mezcla perfecta, y con ella Castro ganó estos medio campeonatos de ahora.

Pero, igualmente, dosificó el entusiasmo, porque en el penúltimo partido, esta nómina estaba sin físico para jugar el segundo tiempo. Aprendió la lección y se realizó el sueño en Medellín, la más educada. En suma, el que gana es el que goza, y eso lo estarán repitiendo Leonel y sus dirigidos.


Desde la eternidad, la sombra de Gorayeb, y su pipa dejarán escapar otra bocanada de humo, y nos hará recordar su paso como director de la Dimayor en 1989, ahora que la corrupción mundial toca las puertas de Colombia, y la máxima dirección del fútbol rentado en cabeza de Luis Bedoya, con la intermediación fraudulenta de un Sanz de Santamaría residente en los Miamis.

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