Y FUE DE LOS JÓVENES. CALI
ES EL CAMPEÓN.
Miguel Angel Herrera Zgaib
"Fuimos un equipo joven,
pero en la cancha dimos el máximo. Goleador y título, no se puede pedir
más." Hárold Preciado, goleador del Cali
El pecoso Castro es quizás el más longevo de los DT colombianos, y con
una paciencia y un tesón digno de todo encomio. Volvió a hacer campeón al
Deportivo Cali, acudiendo al mejor de los argumentos posibles, la propia
cantera. Y tuvo la compañía de un joven
goleador, Preciado, con 13 dianas, siendo la del penúltimo partido definitiva.
Hizo reverdecer a Palmaseca.
Pero esta es una escuela que
mucho le debe a un extraordinario dirigente vallecaucano, Alex Gorayeb, de
padres libaneses, nacido en Filipinas quien hizo de este equipo caleño una real
institución sesenta años atrás. Fue parte de su junta directiva desde 1958.
Sin
embargo, el Cali fue conmovido, y en parte, penetrado, por la corrupción del narcotráfico que pobló de
lujos, mal gusto, desgracia y grandes sumas de dinero a su principal riva
local, el América, los "diablos rojos" que no logran superar todavía
sus secuelas, después de disfrutar de una gloria efímera.
Castro, un director de postín
"Contento por ese trabajo de los muchachos. Han hecho un
excelente partido...No solo destaco al portero Hernández, sino a todo el
grupo." Fernando Castro, DT, del Deportivo Cali.
El Cali ganó esta vez porque tuvo una columna vertebral en la que se
juntaron el portero, Ernesto Hernández, el capitán y recuperador/armador Andrés
Pérez, y el goleador Preciado. Y a esta tripleta, en el partido del domingo se
le juntó el salto y cabezazo de Andrés Felipe Roa, una promesa hecha realidad.
El rival DIM, compuesto en su
mayoría de veteranos desperdició un penalti que falló Vladimir Marín ante el
paragua Hernández, quien fuera su causante al derribar en el área a Brayan
Angulo. Antes hubo un riflazo que sacó el entusiasmo de las tribunas repletas
del Atanasio Girardot, con una hinchada ansiosa de una sexta estrella, pero el
disparo de Juan Angulo se quedó en el travesaño, y la luminaria se fue apagando
lentamente.
Una doble enseñanza
“Es una felicidad inmensa. Nos costó mucho, lo dimos todo en
la cancha y fuimos merecedores." Andrés Roa, anotador de gol del empate.
La fe y la pasión de Castro dejan una enseñanza, la urgencia de reconstruir
en serio las divisiones inferiores de los equipos colombianos, y darle
oportunidad para que cuajen y se consoliden los mejores prospectos, sin
convertirlos en vitrina y mostrador para el exterior, como es lo común por
estos días. Hay están los casos del Deportivo Pasto, y el Once Caldas.
Pero, claro, tampoco conviene
exagerar el cuento, es cierto que hubo jóvenes en el Cali, pero también
jugadores maduros presentes en la final, Hernández, Nasuti, Pérez, Cabezas y
Giraldo, esto es menos de la mitad. Uno diría que una mezcla perfecta, y con
ella Castro ganó estos medio campeonatos de ahora.
Pero, igualmente, dosificó el
entusiasmo, porque en el penúltimo partido, esta nómina estaba sin físico para
jugar el segundo tiempo. Aprendió la lección y se realizó el sueño en Medellín,
la más educada. En suma, el que gana es el que goza, y eso lo estarán
repitiendo Leonel y sus dirigidos.
Desde la eternidad, la sombra de
Gorayeb, y su pipa dejarán escapar otra bocanada de humo, y nos hará recordar
su paso como director de la Dimayor en 1989, ahora que la corrupción mundial
toca las puertas de Colombia, y la máxima dirección del fútbol rentado en
cabeza de Luis Bedoya, con la intermediación fraudulenta de un Sanz de
Santamaría residente en los Miamis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario