CON
LA PAZ NO HAY DESACUERDO
David Jiménez[1]
“Gobierno de
transición propuesto por las Farc no es viable”. Armando Benedetti, enero 5 de
2017, W Radio
Las negociaciones de paz
desde 2012 ha ocasionado debates de quienes se encuentran a favor o en
oposición al gobierno nacional, en especial el bloque que representa el actual
Presidente Juan Manuel Santos y el expresidente Álvaro Uribe Vélez en su
enfrentamiento por los diálogos con las Farc-ep.
En este caso, vale la pena
recordar la obra del filósofo Jacques Rancière titulada “El desacuerdo:
política y filosofía”. Allí nos explica que existe un desacuerdo cuando no hay
un objeto común de las partes, se presenta litigio por ambas.
El acuerdo de paz actual,
tiene dos líneas rojas trazadas por la afirmación del gobierno: “el modelo económico y político no se negocia”.
El famoso acuerdo de paz no soluciona las causas estructurales de la guerra y
el conflicto: pobreza, desempleo, inequidad; por mencionar algunos.
Sin embargo, tiene un punto
sobre desarrollo agrario integral, pero este queda sometido a la voluntad
presupuestal de los gobiernos de turno, sujetos a la famosa regla fiscal que
impide al Estado Colombiano adquirir compromisos que aumenten el déficit fiscal
de las cuentas públicas.
El
sistema político y económico
Es el causante de los
conflictos sociales y las desigualdades mismas, no solo en Colombia sino a
nivel global, sumado a la exclusión social y política de millones de
trabajadores, campesinos y desempleados. El orden estructural vigente, no fue
objeto de discusión en La Habana.
Así, el acuerdo de paz aparece
reducido a cómo los guerrilleros entran en un proceso de desarme,
desmovilización y reincorporación a la vida civil y política para “gozar” de
los indultos y amnistías en la justicia transicional; para eso necesitaban con
urgencia el “fast track” en el
trámite legislativo.
En cambio, temas tan
transcendentales como el salario mínimo de millones de trabajadores y
pensionados y la reforma tributaria, ni las Farc, ni tampoco el flamante
movimiento político Voces de la Paz fijaron una posición pública al respecto. Al
parecer, no quieren tocar las líneas rojas, porque tienen un objeto común que
cuidar con el gobierno actual: el statu quo del régimen político vigente desde
1991, y su pareja, la economía de mercado donde se privilegia el gran capital
nacional y extranjero. Ambos son intocables para tirios y troyanos.
Cero
Debates
Actualmente encontramos cero
debates sobre la justicia social y las condiciones de vida de millones de
colombianos. Al parecer vamos hacia una
ampliación de la “revolución pasiva,” como dice Gramsci.
Es un lánguido cierre
histórico de una guerra de 60 años, sin cambiar el rumbo de las causas del
conflicto que se alimentan de la pobreza, el desempleo y la precaria presencia
estatal en servicios sociales e infraestructura de calidad en miles de veredas
y corregimientos de la otra Colombia.
Por ahora, tres actores: las
Farc, la coalición del gobierno Santos y el Uribismo, ninguno pretende cambiar
el statu-quo vigente que resume el régimen político y el sistema económico
capitalista.
Las discusiones actuales son
la forma de hacer de la paz, un simulacro, porque no debaten sobre las
condiciones de vida y bienestar de los colombianos que logren una paz y
justicia social verdaderas.
La solución es una
democracia activa de la sociedad colombiana representada en el hacer directo de
millones de ciudadanos, quienes son los que sufren en el campo y la ciudad por
sus precarias condiciones de vida, bienestar y salarios, los que resisten todas
las exclusiones y padecen todas las discriminaciones.
PD: Al gobierno de transición, no le juegan la coalición del gobierno Santos ni mucho menos el Centro Democrático, el bloque hegemonico del sistema político
[1] Politólogo, magister en estudios
políticos. Participante externo del GPYP/Unal-unijus. E-mail: presid.y.partic@gmail.com
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