lunes, 6 de agosto de 2018

CIENCIAS HOY. PARA ATEOS Y CREYENTES.

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB
Proyecto Innovación Pedagógica IAF

Chile ha estado de moda por estos días, en el vasto campo de la física y la astrofísica. La noticia provino del Observatorio Austral Europeo, en el desierto de Atacama, desde donde se emplea el instrumento de medición distinguido como Gravity, que lo conforman 4 inmensos telescopios (VLT) con una resolución 15 veces mayor a la de los más grandes rivales ópticos.

El blanco es la Vía Láctea, una de las tantas galaxias, que la singulariza que nosotros estamos en ella. El punto de observación está en el centro, es un agujero negro, denominado Sagittarius A, y se encuentra a una distancia de 26.000 años luz, dice en su nota nuestro colega de la Nacho, José Arenas, lector atento de la revista Astronomy& Astrophysics.

En el agujero negro se fijó la observación en una de las n estrellas que giran a grandes velocidades, nombrada S2. Gravity la observó antes y después de pasar por el punto más cercano de la órbita de Sagittarius A, el 19 de mayo de este año.

Los resultados

La prueba comenzó con Arthur Eddington (1919)

En términos fotográficos, el mayor acercamiento de la estrella al agujero negro, se expresa en color rojo más subido, resultado de la mayor atracción gravitacional, que prueba de otro modo, la existencia de las ondas gravitacionales.

Esa es parte relevante de las consecuencias derivadas de la teoría general de la relatividad, obra del genial Albert Einstein, cuya prueba de la existencia física de las ondas gravitacionales fue la pesquisa científica del grupo Ligo..

Esta observación, dice el articulista Arenas, señala el grupo de científicos que dirige el Instituto Max Planck, de un consorcio mása amplio,concluye 26 años de estudios realizados con los VLT, al servicio de la agencia europea.

En forma simple, la teoría de Einsteins es la siguiente: un cuerpo masivo atrae los rayos de luz, y los curva, produciendo un desaceleramiento de su marcha, que puede, y en efecto es medido, y que se revela en el mayor enrojecimiento de la estrella S2.

Para más detalle los invito a revisar la nota del colega Arenas, y la revista que guía su texto, citada arriba.

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