PROCESO
DE PAZ: “SIN OBJETIVOS POLÍTICOS”
David Jiménez[1]
El Gobierno de la Unidad
Nacional ha impulsado un diálogo con las FARC-EP para una solución pacífica del
conflicto, para lo cual buscó la aprobación del Marco Jurídico para la Paz (Acto
Legislativo No 1 de 2012). Pero una de las principales barreras
al proceso, para lograr que los máximos jefes guerrilleros participen en
política y no paguen cárcel por sus delitos, son los tratados internacionales
aprobados y ratificados por Colombia sobre la Corte Penal Internacional,
Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y de Lucha contra el
terrorismo. Así las cosas, la ley estatutaria
del Marco Jurídico para la Paz no puede desconocer dicha normatividad
internacional de carácter vinculante para nuestro país.
Sin Objetivos
políticos
S. Kalyvas[2] ha sostenido que las
nuevas guerras civiles ( en caso de considerar nuestra guerra como civil) carecen
de objetivos políticos y de respaldo popular, así que la guerra se ha
convertido en la lucha por bienes privados sin respaldo popular. De ser esto
cierto, en pocas palabras, las pregunta es: ¿ qué sectores sociales representan
las Farc-ep?.
De otra parte, la
beligerancia en el Derecho internacional público ha sido otorgada a grupos revolucionarios que
buscan la independencia nacional ó el reconocimiento étnico, regional ó
religioso. Aquellos han sido grupos que han obtenido respaldo popular, tal como
se demuestra en Europa y Asia Central al finalizar la guerra fría con la
emergencia de nuevos Estados-Nacionales.
Sin embargo, el programa
ideológico y político de las Farc podrá estar en sus documentos históricos,
porque su origen tiene motivaciones ideológicas, pero con el pasar del tiempo
terminaron entrampados en la cadena productiva del narcotráfico y la minería
ilegal. Además, los actos de terrorismo cometidos por el grupo armado ilegal
como el derribó de torres de energía eléctrica, tomas armadas a cabeceras
municipales, carros bombas, hostigamientos, desplazamiento forzado,
reclutamiento forzado de adolescentes, violencia sexual, secuestros,
extorsiones, paros armados, retenes ilegales,
afectan a la población civil y no solamente a sus adversarios, los
gobernantes y las fuerzas de defensa y
seguridad del Estado. Entonces la pregunta es, ¿qué objetivos tiene esta guerra? son los objetivos civiles, más clara
aún, ¿quién es el enemigo de las Farc: las
instituciones del Estado y quienes las gobiernan , ó lo es la sociedad en forma
indiscriminada?.
¿Las
mentiras, obstáculos al proceso de paz ?
La rueda de prensa con los
delegados de las Farc-ep permitió escuchar y ver que la guerrilla no reconoce sus
delitos y crímenes contra la sociedad colombiana en sus más de 40 años de
existencia como grupo armado ilegal. No obstante, para empezar a dialogar, lo
primero que debe existir es un reconocimiento de los actos cometidos contra la
sociedad con ocasión del conflicto armado.
Para iniciar, empezamos mal.
Negar el narcotráfico y el secuestro, una práctica habitual de la guerrilla, es
como dicen popularmente en mi región:
tapar el sol con las manos, cuando ayer sábado, precisamente, el mundo
tendrá la oportunidad de ver una deslumbrante lluvia de meteoritos, que
rememora, a los aficionados a la astronomía, el paso del famoso cometa Halley.
Esta última es la tarea de la sociedad, que tendrá que iluminarle el sendero a
las partes involucradas en la negociación que se instaló en Oslo con notorios
claroscuros.
PD: ¿Es posible el diálogo y avances del proceso de paz
cuando existe de por medio la confrontación armada? y, de otra parte, ¿cuál es el tipo de
guerra que se libra en Colombia: guerra civil, contra la sociedad, de baja
intensidad, contra el terrorismo, o una guerra contrainsurgente? Estas
preguntas no sobran.
[1]
Participante del Grupo Presidencialismo y Participación UNIJUS/COLCIENCIAS
[2]
Ver más Kalyvas, S. (2009). El carácter
cambiante de las guerras civiles 1800-2009. Colombia Internacional, No 70 ; Kalyvas,
S. (2006). Nuevas y viejas guerras civiles. ¿ Una distinción valida ? . En
Cante, F. & et. At. Acción política no violencia. Opción para Colombia.
Bogotá D.C.: Editorial Universidad del Rosario
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