martes, 13 de enero de 2015

CINE,  JUEGOS Y VERDAD DEL AMOR

REVISTA A  JOHN  NASH,  Y "A BEAUTIFUL MIND"

                                               Hace varios años vi la película dedicada a escrutar en la vida real e imaginada de John Forbes Nash Jr., titulada en castellano "Una mente brillante", dirigida por Ron Howard y producida por Brian Grazer,con la que obtuvieron 4 oscares. 

Teoría de juegos y esquizofrenia

                                          Me resistí hasta hoy a leer el libro que se publicó para entonces. Pero, eso sí, quedé tramado por el asunto de teoría de juegos y otros derivados que aparecen como obsesión en la vida del gran matemático que compartió el premio nobel de economía con otros dos galardonados en 1994.

Por estos días de oportunas vacaciones saqué tiempo para verla en tres tiempos, porque la interrumpí en varias ocasiones. Y cuando terminé de verla me dispuse a indagar por el John Nash real, que al parecer todavía vive en Princeton, y tiene una oficina en la que sigue cultivando las matemáticas aplicadas.

Entre los datos interesantes y significativos de su vida está el que Nash, cuando estudiaba en Priceton tuvo una affair con una enfermera, de quien nació su hijo John, al que no reconoció ni auxilió en su crianza durante varios años. Después se reconcilió con la madre, lo reconoció, y siguió también su carrera.

Cuando Nash va a enseñar en el MIT, conoce a una salvadoreña, Alicia Landré, con un master en física, y se casa con ella. Al poco tiempo, John vive ataques de esquizofrenia, que coinciden con la circunstancia del embarazo de su esposa. Ella misma corre riesgo de ser agredida, y decide unilateralmente internarlo para un tratamiento psiquiátrico. Para comienzos de los 60, Alicia decide divorciarse.  

Los amigos y contertulios matemáticos siguen interesados en que Nash Jr., regrese a la universidad. Mientras tanto, el teorema de Nash avanza y se confirma su relevancia en teoría de juegos, yendo más ya de los fundadores de este campo, Von Neuman y Morgenstern, quienes trabajaron y teorizaron sobre los juegos suma-cero, y a finales de los años 20 publicaron el libro que los condujo a la fama.

Al final del juego, Alicia se arrepintió, y regresa y acompaña la recuperación de Nash, en Priceton, quien vuelve a dictar clases de matemáticas. 

Entre tanto, el banco de Suecia decidió desde 1981 establecer el premio nobel de economía, que no fue provisto originalmente por Alfred B. Nobel. Sin embargo, después de más de una década de concederlo, para 1993 se contempla la posibilidad de premiar los desarrollos en teoría de juegos, y el primer preseleccionado es Nash, pero hay resistencias de varios jurados del premio Memorial.

No pocos temen que la esquizofrenia ponga en ridículo la premiación de John, por lo que le hacen una visita especial a Priceton, donde su conducta persuade al "examinador" del premio. Y Nash, con Harsanyi y otro colega son galardonados, en una ceremonia, en que según la anédocta que trae la película de Howard, él galardonado invoca al amor como catalizador de la imaginación, juntándolo al decir de Einstein.

Un colofón politológico

A raíz del premio a estos tres investigadores, y a su genio inventivo, el premio nobel de economía, en verdad, se convirtió en premio a las ciencias sociales, aunque no se le llame por lo regular así. 

A Nash se le reconoce como un innovador en "dinámicas de gobierno". Lo cual nos pone en la vecindad con los ejercicios de la cibernética que cultivó Norbert Wiener,  y la Escuela de Palo Alto.

Ya hubo bajo esa lente dos científicos de la política galardonados, también estadounidenses, Herbert Simon y Elinor Ostrom, fallecida hace poco tiempo. De ellos, en particular, hablaremos luego.

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