domingo, 18 de diciembre de 2016

EL DEBATE QUE NUNCA LLEGÓ

EL DEBATE QUE NUNCA LLEGÓ

David Jiménez[1]

Desde la derrota del plebiscito del pasado 2 de octubre, el Gobierno Nacional ha concentrado la agenda pública y política en el Nuevo Acuerdo Final, y por la otra orilla económica en el Capitolio Nacional, donde el trámite principal corresponde a la reforma tributaria “estructural”.

Mientras que, por un lado, para la refrendación del Nuevo Acuerdo Final, el debate se concentró entre quienes querían otro plebiscito o referendo, y los que escogieron el congreso.  A la postre, ganó la tesis de que el pueblo participa directamente o a través de sus representantes, como lo establece el art. 3o.
Este fue el argumento intelectual para darle legitimidad a la Rama Legislativa, como los honorables representantes del pueblo. Tal y como se estila en las repúblicas liberales desde la fundación de los Estados Unidos, no confederados, de América.

El Presidente con fama de jugador de póker, sin desatender los compromisos de Colombia con la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económicas –OCDE-, al fin de cuentas, presentó una reforma tributaria, donde se destacaban dos extremos: la creación del impuesto a las bebidas azucaradas, y por la otra, la eliminación de impuesto a la riqueza y aumento del IVA.

El juego real de poder

En el congreso, concluyó en que el lobby de las empresas del sector de bebidas impidió el debate de la iniciativa que la afectaba, lograron salir de la reforma intactos, y los colombianos pobres y más pobres seguirán sujetos a engordar y mal nutrirse con el beneplácito del capital transnacional.

Lo particular, para la paz el congreso es vocero del pueblo, para la reforma tributaria- impuestos a bebidas azucaradas, al parlamento colombiano lo influyen las grandes empresas del sector y poco o nada los ciudadanos. La democracia contemporánea tiene unos problemas históricos, el sector privado financiando campañas políticas e incluyendo con su poder económico en las instituciones del Estado, ocasiona la construcción de una democracia corporativa a favor del gran capital y en contra de los intereses generales de la sociedad.

Para eso, el Ministro de Salud Alejandro Gaviria defendiendo políticamente el impuesto, y el Gobierno del que hace parte, lo deja sin mayorías en el congreso a merced del poder de la industria, al parecer le hace eco a su reciente publicación titulada “Alguien tiene que llevar la contraria”, pero él lleva la contraria no desde el aula de clase sino en el mismo poder del Estado donde no ha logrado una reforma al sistema de salud de mercado vigente.

El miedo a la democracia directa

Por parte de las élites políticas y económicas es grande, por eso impiden que, a través de referéndums o iniciativas populares, los ciudadanos decidan temas de economía y hacienda pública. A pesar de existir en la constitución la soberanía popular, en Colombia, la Ley 1757 de 2015 – Ley de Participación Ciudadana- impide la realización de consultas populares, referendos o iniciativas populares legislativas en relación a temas presupuestales, fiscales o tributarias.

En este caso, los ciudadanos mediante la activación de los artículos 40 y 103 de la Constitución Política, tiene una restricción jurídica, de decidir en asuntos económicos. Los únicos con capacidad de decidir sin tener que pasar por unas elecciones libres, es el gran capital nacional y transnacional. Los que tienen capacidad de pagar “lobby” a personas para que permanezcan en el Capitolio Nacional todo el año, y las empresas privadas financiadoras de campañas políticas, son los que ganan en este juego de cartas marcadas, como le gusta a los tahúres de la política nacional.

Es un mal síntoma para la construcción de una paz estable y duradera, mantener unas instituciones democráticas con voz para privilegiados y poco o nada para las clases subalternas representada en millones de desempleados, pobres, campesinos, trabajadores y estudiantes.



[1] Politólogo, magister en estudios políticos. Participante externo del GPYP/Unal-unijus. E-mail: presid.y.partic@gmail.com

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