El
FAST TRACK DE LA PARTICIPACIÓN, A
PASO LENTO
David Jiménez[1]
En
de “nantes”
Las promesas del Acuerdo
Final suscrito el 24 de noviembre de 2016 entre el Gobierno Nacional y las
FARC-EP con repercusiones de transformación del sistema político, es el acuerdo
de participación política.
Hasta el momento, el único
logro aprobado vía Fast Track, es el
Estatuto de la Oposición, una promesa incumplida desde que la Constitución de
1991 entró en vigencia hasta nuestros días, porque los gobiernos y las mayorías
parlamentarias bipartidistas, que no son ni les interesa la democracia y el
disenso correspondientes, nunca les intereso darle voz a los partidos y
movimientos políticos que se declararán en oposición política.
Ahora,
En la otra orilla, la
izquierda subalterna, las Farc ex Ep, tienen el camino constitucional para
convertirse en partido político, donde el Estatuto les asegura representación
parlamentaria de 2018 a 2026, para luego competir en igualdad de condiciones
con las demás organizaciones políticas.
Los otros temas importantes
no corren la misma suerte. La reforma
política y electoral, el acuerdo estableció crear una misión electoral especial
para ofrecer recomendaciones para un nuevo diseño del sistema electoral
colombiano.
Sin embargo, la dicha no fue
tanta, las principales propuestas que buscaban asegurar la representación de
los diferentes territorios en cada Departamento en la Cámara de Representantes,
la creación de la Corte Electoral, listas cerradas y bloqueadas, tampoco fueron
tenidas en cuenta.
La coalición legislativa del
Gobierno Santos en el Congreso de la República, hizo alboroto, con el fin de
evitar la introducción real de las propuestas de la misión electoral especial.
Ni la derecha ni la reacción se “iban a pegar un tiro en el pie”.
¿Cuáles
serán las reglas del juego?
Desde el 17 de mayo de 2017
se encuentra el proyecto de acto legislativo radicado sin que tenga discusión o
aprobación en las comisiones primeras de Senado y Cámara, ni mucho menos
socializado con las minorías políticas y sociales en las regiones., y cuando el
11 de marzo de 2018 son las elecciones legislativas, nadie tiene claro, cuáles
serán las reglas de juego en la competencia política.
Por otra parte, el proyecto
de reforma constitucional al sistema de partidos radicado en marzo de 2017 con
el objetivo de reconocer derechos a los partidos y movimientos políticos para
adquirir la personería jurídica, en la base
de datos de la Cámara de Representantes aparece que el mismo fue
retirado el mes pasado.
A su vez, la iniciativa de
crear Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz para la Cámara de
Representantes 2018-2022 y 2022-2026, sigue su trámite en el Senado, pero falta
el trámite en la Cámara de Representantes.
La
revolución del sentido común subalterno
Ahora bien, el reto de la
construcción de paz, es que las organizaciones sociales y étnicas no
reproduzcan los métodos para obtener una curul en el congreso. Tales son el
clientelismo y la corrupción, patologías desde los inicios de la vida
republicana. De no ser así cambiaríamos para seguir igual.
Faltan de 9 meses de las
elecciones de Congreso, y el Fast Track
no va tan rápido como parece, mientras tanto el Gobierno le debe inquietar más
la rebeldía en los sindicatos y organizaciones sociales en la reclamación
legitima de sus derechos que rodea el Capitolio Nacional.
Mientras tanto la implementación del acuerdo
de paz parece que va de prórroga, para dormir la siesta republicana
bipartidista. La ciudadanía subalterna tiene que despertarlo, y probar que su
sentido común subalterno no solamente quiere, sino que exige reglas clara y
democracia efectiva, más allá de la manguala bipartidista, llámense sus jefes
Uribe, Santos, o Gaviria. Ni más faltaba!
[1]
Politólogo, magister en estudios políticos. Participante externo del grupo
Presidencialismo y Participación. E-mail: presid.y.partic@gmail.com
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