LA HORA DE L@S NO ALINEAD@S
¿QUÉ PASA CON LAS DEMÁS FUERZAS?
MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB
miguel.herrera@transpolitica.org
Quien decide participar en elecciones tiene el objetivo primordial de ganarlas solo o en compañía, cuando es un agrupamiento orgánico con interpelación nacional, pero sobre la base de principios y programas de decisión y acción concretos que tengan sostén en la población y los públicos.
En el anterior caso y ahora cuando el PDA se alinea con la abstención del 51 porciento que ganó la primera vuelta, y en el espíritu de repetir el triunfo que obtuvo contra el referendum presidencial del pasado.
los potenciales aliados que representa, y aquellos, los no alineados, que le urge convocar y movilizar como agente autoproclamado de la justicia social: l@s trabajadores y pobres que no votan, o votan equivocadamente presionados por el chantaje, el engaño o la física sobrevivencia; y l@ss jóvenes que requieren compromisos sustanciales presentes y futuros en términos de libertades y condiciones efectivas para su ejercicio.
El propósito democrático radical
Es necesario constituir un comité plural por la abstención activa que tiene que ser refrendada primero por toda la militancia del Polo. Será una presencia multicolor al interior del PDA con el concurso de todos los sectores estratégicos de las demás fuerzas organizadas y con las multitudes que no votan. A la vez es necesaria una coordinación plural y ampliada externa con todas las demás fuerzas que están dispuestas a realizar una alternativa contra-hegemónica democrática y de izquierda contra el bloque de la reacción y la derecha que respalda a Juan Manuel Santos como su candidato.
El PDA por su parte tiene que definir, igualmente, un quehacer concreto, independiente que trascienda el ejercicio electoral pero que empieza con él para recomponer sus redes sociales y su militancia en la acción y la decisión colectivas. Para decir, que habrá puntos de coincidencia y de diferencia en ese sistema de alianzas, y por que no, con liberales, conservadores, cambio radical y las fuerzas de los tres últimos candidatos en la elección, pero también acuerdos fundamentales.
Se trata de concretar, sobre todo, un liderazgo de y con la participación de las fuerzas y sectores sociales y políticos que luchan por el acuerdo humanitario, la solución dialogada al conflicto interno, la independencia y pluralidad en las relaciones internacionales de Colombia, el juicio político a los gobiernos responsables de la para-política y el irrespeto a la vida para exigir su desmantelamiento consecuentemente.
Exigir la aplicación inmediata de unas medidas de emergencia social que involucran a los sectores afectados: pobres, miserables, desplazados y desempleados y excluidos por el capitalismo salvaje que ha disuelto y festinado la riqueza material e inmaterial comunes.
La reunión del PDA es crucial para rectificar el rumbo de las fuerzas de oposición electoral, y en particular lo que ocurre con los pronunciamientos de Antanas Mockus y los Biches, las declaraciones ambigüas hechas por Rafael Pardo, quien dejará votar a los liberales como quieran, y el retiro de la candidata Noemí a una embajada sumergida ahora en la molicie burocrática de la llamada unidad nacional rediviva de las elites dominantes que no hegemónicas.
Por último, es necesario esclarecer públicamente la ambigüedad de Germán Vargas Lleras quien dice que no podrá decir nada que no sea lo que resulte de la reunión de su partido, cuando celebra un triunfo pírrico pasando al tercer lugar con el 10,14 porciento de la votación. Ahora él piensa en el chance de ganar la elección presidencial cuatro años más tarde, y vive la tentación de arreglar cargas y precio por interpuesta persona jurídica, esto es, el partido.
Ya hemos visto recular a las demás fuerzas, y a Rafael Pardo presa de la demanda por igualdad de oportunidades políticas, dejando en libertad, dice, a la militancia que vote libremente. Es decir que se repartan de modo mayoritario entre la reacción y la centro derecha para ser parte de la partija burocrática cuando llegue la hora.
Está despejado el camino de tentaciones electorales para la izquierda democrática y para que anime una fuerza plural contra-hegemónica que contribuya a la organización y movilización efectiva de l@s no alinead@s. Es un modo consecuente de celebrar doscientos años de una independencia incompleta y de ajustar cuentas con un remedo de república, la república de la propiedad, y para que le demos paso a la construcción conjunta de la república del común.
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