miércoles, 6 de julio de 2016

LA DEMOCRACIA Y LA “CONFIANZA” INVERSIONISTA

LA DEMOCRACIA Y LA “CONFIANZA” INVERSIONISTA

David Jiménez*

“Mi mandato no procede del pueblo europeo”
Cecilia Malmstrom, Comisaria de Comercio en la Comisión Europea (Zizek, 2016, 20-21)

“la implicación más grave es para los pacientes, pues si las compañías desconfían de las reglas del país se puede retrasar la llegada de medicamentos que requieren”
María Cristina Álvarez, presidenta de Novartis en Colombia, El Colombiano, Junio 28 de 2016

Slavoj Zizek (2016)[1] plantea el fortalecimiento de un ataque a la democracia, que consiste el derecho a las empresas de demandar a los Estados y a sus gobiernos elegidos democráticamente cuando una política determinada afecta sus beneficios.

Con lo anterior, vale la pena preguntar, ¿sirve la democracia y las elecciones?, a la hora de elegir parlamentos y gobiernos por determinadas promesas de campaña que buscan atender las necesidades y demandas de los ciudadanos al interior del sistema político; cuando las decisiones de estos quedan sujetas a los acuerdos y tratados de libre comercio, donde una determinada política pública que afecte los beneficios y el patrimonio de las empresas o corporaciones, estas últimas pueden demandar a los Estados con el fin de obtener indemnizaciones cuantiosas, que a la postre son financiadas por todos los contribuyentes que pagan impuestos.

Ahora un aspirante a ser Presidente o Primer Ministro, sea de izquierda o de derecha en los sistemas políticos democráticos que pretenda defender el medio ambiente de los desechos tóxicos o nucleares, proteger los bosques, declarar zonas libre de minería, controlar los precios de los medicamentos para que millones de personas puedan acceder a servicios de salud, aumentar impuestos a las grandes empresas para financiar política social o cualquier medida que afecte los ingresos y beneficios de las grandes empresas nacionales y transnacionales, lo pueden hacer, pero dispuestos a pagar multimillonarias condenas en tribunales pactados en los “socorridos” Tratados de Libre Comercio.

El caso griego
Tenemos el caso de Grecia, con la llegada de la izquierda al poder; con su propuesta social y económica, están bajo tutela del Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea, por más democracia y propuestas críticas recogidas por Platón, Aristóteles y Sócrates quienes fueron los primeros críticos del autogobierno en el mundo antiguo.

Ellos no se imaginarían el poder de los órganos supracionales y de las organizaciones privadas para influir en las políticas gubernamentales en contravía de las decisiones de los ciudadanos. Aunque sí conocieron y padecieron las experiencias de la liga de Delos y del Peloponeso. En tiempos actuales el debate electoral no se da en el Ágora sino en las elecciones y el resultado de las políticas no depende de éstas, sino de los pactos y tratados comerciales internacionales.

Por otra parte, la Corte Constitucional en este 2016, el máximo órgano jurídico en Colombia, quienes sus integrantes son elegidos por el Senado de la República quien se nombra por votación popular, tomo decisiones transcentales en defensa del territorio: exclusión de paramos de la actividad minera, consulta previa con indígenas y comunidades afrodescendientes para el desarrollo de proyectos mineros y declaro la inexequibilidad de la norma que prohibía a Departamentos y Municipios restringir territorios de la minería.

Pues bien, ahora los privados afectados amenazan al Gobierno colombiano con demandas en tribunales o cortes internacionales para obtener indemnizaciones por afectar sus proyectos y beneficios al restringir la actividad minero-energético amparándose en pactos y tratados internacionales. 

En la otra esquina del ring global, se encuentra Alejandro Gaviria, controvertido Ministro de Salud quién se enfrenta a la industria farmacéutica que dizque defiende la confianza inversionista y la propiedad intelectual de patentes para desplumar a los pacientes.

¿Por qué?
El gobierno pretende controlar precios de medicamentos de alto costo en el país en un sistema de salud donde acceder a servicios de esta naturaleza es, por demás, para grupos privilegiados que pueden tener pólizas o medicina prepagada para cubrir los tratamientos médicos de forma ágil y oportuna, o sus EPS, las menos, les garantiza todos los servicios con calidad.

En los anteriores casos, la democracia liberal que se expresa mediante el voto popular directo o indirecto de los sistemas políticos, descubre que las plataformas políticas no dependen si el candidato es de izquierda o derecha, sino del mismo capitalismo global que a través de los tratados de libre comercio y acuerdos comerciales le garantiza a las empresas la defensa de sus intereses y beneficios por encima de lo que disponga el gobierno elegido por los ciudadanos.

Si el gobernante implementa una política que los afecta, estos entes transnacionales y globales privados pueden obtener reparaciones económicas cuantiosas. ¿quién manda a quién en el orden político y económico  actual: las empresas o los ciudadanos?



* Politólogo, magister en estudios políticos. Participante externo GPYP UNAL. E-mail: presid.y.partic@gmail.com
[1] Zizek, S. (2016). La nueva lucha de clases. Los refugiados y el terror. Barcelona: Editorial Anagrama

No hay comentarios: