miércoles, 13 de julio de 2016

UN ANTAGONISMO GLOBAL: LA INMIGRACIÓN

UN ANTAGONISMO GLOBAL: LA INMIGRACIÓN
David Jiménez§

El modo de producción de capitalista genera personas ricas y pobres, igual pasa con las economías de los países, muchas personas con desempleo, sin oportunidades o países en conflictos, migran a las llamadas economías desarrolladas para obtener una mejor calidad de vida.

Sin embargo, la libre circulación de personas es un asunto incumplido por el sistema capitalista, donde el  mercado de capitales se mueve libremente, pero las personas tienen restricciones para vivir, trabajar o visitar determinados países, sobre todo, las economías en vías de desarrollo a los países desarrollados son discriminadas. Por otra parte, el nacionalismo del primer mundo incentiva el racismo al tratar de promover cambios políticos internos con un discurso que culpa a los extranjeros de sus problemas económicos y sociales presentes o futuros.

La globalización económica y el nuevo apartheid

La globalización económica, por un lado, promueve los tratados de libre comercio y libre circulación de los mercados de capitales en las Bolsas de Valores y los Bancos de todo el planeta; así genera un antagonismo, una nueva forma de apartheid como señala Zizek (2016), en este caso se da entre los países desarrollados “primer mundo” y los llamados en vías de desarrollo, el llamado  “tercer mundo,” porque el “segundo mundo” no son más los países socialistas de la guerra fría sino quienes disputan ahora el comando del orden económico y político global como Rusia y China con el primero, donde se alinean Estados Unidos, Alemania unificada y de nuevo Japón.

Ahora se discrimina más al extranjero y se le culpa de los problemas nacionales, al acusarlo de quedarse con los empleos o ser violentos; o del alto gasto fiscal que genera su atención por los servicios sociales que se les suministran. De ahí que el discurso neo populista incentive más restricciones migratorias contra el tercer mundo, donde no solamente circula el capital transnacional que expolia sus economías, y vuela cada vez que le conviene, sino millones de personas se desplazan acicateadas por la pobreza, o la guerra que estalla en diferentes partes del planeta.


El caso de la provincia de Ontario

El crecimiento de la discriminación es una alerta, que permite revisar lo que pasa en la provincia de Ontario en Canadá. En el mes de julio de 2016 se publicaron los resultados de una encuesta dado a conocer en el diario Toronto Star con el título “Ontario facing epidemic of Islamophobia”. Anuncia que solo una tercera parte de la población acepta el Islam, la otra la rechaza, sumado a la existencia de grupos anti-inmigrantes en Toronto.

La nueva forma de apartheid, no solo se apoya en el diferente color de la piel como ha venido sucediendo hace siglos, sino en particular, subraya la nacionalidad o religión. Claro, entre los habitantes del primer mundo no existe discriminación o restricción migratoria para que un británico viaje o se haga residente en Canadá, pero si es un sirio, se enfrenta no solo a los obstáculos de las legislaciones de cada país, sino ahora al riesgo de ser atacado o golpeado por grupos radicales cuando viva en el primer mundo en caso de lograr la residencia.

Norteamérica y Europa Occidental tienen debates políticos internos de aceptar o no refugiados, o de definir cuotas por países, sumado a la movilización política anti-inmigrante de los partidos políticos de derecha. Esta bandera del apartheid mueve más la “conciencia” de la población occidental que la integración económica y política.

Tal como sucede con la Unión Europea, donde el brexit británico no solo busca salirse del bloque, sino que, principalmente, sus promotores buscan implementar políticas anti-inmigratorias y restringir la circulación de personas provenientes de los países del tercer mundo, porque dizque éstas amenazan su bienestar actual.

Los afectados de hoy son los musulmanes, pero en general siguen en turno todas las nacionalidades que no pertenecen al grupo G8 ni al club de países que son potencias económicas y militares.

No sabemos si esta epidemia el día de mañana alcance también a las “economías emergentes” de Brasil, Sudáfrica o India. Resulten los políticos acusando a extranjeros de sus problemas internos. Entonces las nuevas formas de apartheid no solo serán contra los musulmanes sino con todo aquel que migre de su país de origen por causas económicas o el conflicto interno o entre vecinos. La plaga será global y de proporciones “bíblicas”.







§ Politólogo, Magister en estudios políticos. Participante Externo GPYP Unal/unijus. E-mail: presid.y.partic@gmail.com

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