Una colaboración de Abelardo Osorio, Licenciado en Ciencias Sociales y Estudiante de la Especialización en Ciencia Política de la Unal-Medellín desde la lectura de Freddy Mariñez.
NUEVOS CONTEXTOS Y DESAFÍOS DE LA CIENCIA POLÍTICA
El siguiente ensayo dará a conocer algunas reflexiones sobre los contextos y nuevos desafíos de la ciencia política, en especial, la política y los espacios de poder: ¿Del Estado o de la sociedad? En este orden de ideas iniciamos planteando el concepto de análisis fundamental de la política, noción que se ha construido en la modernidad por el consenso de los estudiosos de esta disciplina.
La política es la ciencia que estudia el poder y sus relaciones dentro de la sociedad, para Max Weber (1998) “la política significa exaltación hacia la participación en el poder o en la influencia sobre su división, sea entre estados, sea en el interior de un estado entre los grupos humanos que encierra”. Michel Crozier (1981) afirma que “toda estructura de acción colectiva se rige como sistema de poder. Esta estructura es fenómeno, efecto y hecho de poder. En tanto construido humano, la acción colectiva regula y crea poder para permitir a los hombres cooperar en las empresas colectivas”
En el análisis de estas dos posturas teóricas surge la primera reflexión, que nos ubica en la comprensión del origen y posesión del poder dentro de los Estados y la otra que ubica al poder a la acción colectiva de los hombres, en otras palabras se habla de una relación Poder-Estado y otra Poder-sociedad. De hecho esta relación en su esencia se podría decir es un nuevo contexto y desafío de análisis de la ciencia política para interpretar los roles y las relaciones sociales que se producen dentro de la sociedad nacional con respecto al poder.
Por otra parte, no se pretende plantear que relación es mejor que otra o más efectiva en la búsqueda de obtener y reproducir el poder, sólo que son puntos de discusión que se reproducen en los nuevos contextos y retos del discurso, estudio, interpretación y análisis de esta disciplina.
Entramos, entonces, a la relación Poder- Estado que no es más que la organización del poder en el seno del Estado, que en sus orígenes según el autor Freddy Mariñez parte de una óptica sociológica que descansa en oposición a la noción jurídica en el sentido de que toda comunidad tiene gobernantes que disponen de un sistema de sanciones y de una cierta fuerza material.
En este sentido se reivindica una idea natural de organización política, la del gobernante, jefe, líder o como llamarían las comunidades aborígenes caciques y otra de organización social que al respecto se dividen en actividad social y actividad política.
Umberto Cerroni, (1999) reflexiona sobre esto cuando afirma que hubo una segunda transformación sobre estas ideas y prácticas de una manera más democrática que desplazaron a la ciudad-Estado a la de Estado nacional, es, decir, el ejercicio y estudio exclusivo del poder en el Estado organizado por gobernantes a el ejercicio y estudio del poder más democrático dentro de los Estados, en otras palabras de mayor participación de los ciudadanos al ejercicio del poder.
Lo planteado busca en última instancia trazar los desafíos del estudio y análisis de las ciencias políticas frente a los vaivenes que implica el poder en los Estados nacionales, fenómeno de gran importancia para la construcción científica de esta disciplina. Es este nuevo contexto donde se producen nuevas relaciones de poder que implican un mayor bagaje de situaciones que demandan mayor rigurosidad de estudio por parte de esta ciencia social.
En la otra relación que hemos mencionado: Poder- Sociedad, se plantea un fenómeno muy particular de carácter natural, las sociedades cambian, se transforman en el tiempo y en el espacio, y el conocimiento marca un factor importante para producir dichos cambios, no era igual la situación de intercomunicación del territorio Colombiano a principios del siglo XIX como lo describe Jorge Orlando Melo “no había comunicación terrestre alguna entre el centro del país y la costa Norte” sólo el intercambio se hacía por el río Magdalena, esta situación con los avances de la aviación se fueron superando, producto de los nuevos conocimientos científicos.
Lo mismo ocurre en las ciencias sociales y en este caso la ciencia política con referente a su objeto de estudio el poder, ello como respuesta a los cambios, sociopolíticos, geopolíticos, económicos, culturales, y demás características de la sociedades que cambian día a día. Se habla de nuevas formas de estructuras de la población, también de mundialización o globalización con distintos intereses y roles, nuevas formas de empleo, nuevos retos en materia económica, el efecto invernadero y el calentamiento global, en fin los espacios de acción del poder se han multiplicado, por ello las ciencias políticas se enfrentan a los cambios complejos del mundo y por ende debe ampliar su objeto de estudio para tratar de comprender estos nuevos desafíos que se producen en él.
Visto de esta manera la política según Leftwich (citado por Marsh y Stoker 1997), “la ciencia política debería adoptar una definición dinámica de la política, no basada en un sólo ámbito o conjunto de instituciones donde tiene lugar ciertas actividades, sino un proceso generalizado en las sociedades humanas” Cornelius Castoriadis (1995) dice: “ la política se encuentra por doquier en la sociedad: desde la unidad familiar al Estado, y desde las asociaciones de la sociedad civil a las corporaciones privadas multinacionales y nacionales”.
Victoria Camps argumenta “es preciso acercar la política a la sociedad o la sociedad a la política. Hay que recuperar el sentido más noble de la política como voluntad de servicios, y extender la responsabilidad del servicio al otro a todos los ciudadanos. Hay que hacer a la sociedad como responsable del bienestar colectivo”
En este orden de ideas se ratifica la nueva visión del objeto de estudio de las ciencias políticas, enmarcada en un campo más amplio y de múltiples interpretaciones de lo social pero que en realidad es la mayor virtud de esta ciencia porque se nutre de muchos fenómenos y prosigue en su fin último de hacer del conocimiento algo benéfico que permita mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos.
Tampoco las ciencias políticas pueden quedar a la merced de las distintas interpretaciones del mundo social y de las relaciones de poder, porque entrarían en una gran crisis en el sentido de que los ciudadanos del común creerían saber de política. No se puede olvidar que esta ciencia tiene métodos, enfoques y objetos de estudio definidos para el estudio del conocimiento y una reelaboración conceptual permanente que es importante conocer.
Por último, es importante mencionar que las ciencias políticas en función de los nuevos desafíos y contextos está planteado adaptar la vida política a los cambios científicos y técnicos, para ello no sólo es necesario disponer de funcionarios y hombres políticos correctamente formados, sino construir en sus ideales el verdadero bienestar colectivo.
En otras palabra, si la ciencia y el conocimiento producen nuevos cambios en la sociedades como evidentemente ocurre, las comunidades más “pobres” no deben ser excluidas de dichos avances, todo lo contrario deben ser estas las que se apropien o se beneficien de los mismos, por una razón simple, porque el Estado así como ejerce su poder a través de la ley debe ejercer por la misma virtud, el bienestar de quienes legitiman su poder.
NUEVOS CONTEXTOS Y DESAFÍOS DE LA CIENCIA POLÍTICA
El siguiente ensayo dará a conocer algunas reflexiones sobre los contextos y nuevos desafíos de la ciencia política, en especial, la política y los espacios de poder: ¿Del Estado o de la sociedad? En este orden de ideas iniciamos planteando el concepto de análisis fundamental de la política, noción que se ha construido en la modernidad por el consenso de los estudiosos de esta disciplina.
La política es la ciencia que estudia el poder y sus relaciones dentro de la sociedad, para Max Weber (1998) “la política significa exaltación hacia la participación en el poder o en la influencia sobre su división, sea entre estados, sea en el interior de un estado entre los grupos humanos que encierra”. Michel Crozier (1981) afirma que “toda estructura de acción colectiva se rige como sistema de poder. Esta estructura es fenómeno, efecto y hecho de poder. En tanto construido humano, la acción colectiva regula y crea poder para permitir a los hombres cooperar en las empresas colectivas”
En el análisis de estas dos posturas teóricas surge la primera reflexión, que nos ubica en la comprensión del origen y posesión del poder dentro de los Estados y la otra que ubica al poder a la acción colectiva de los hombres, en otras palabras se habla de una relación Poder-Estado y otra Poder-sociedad. De hecho esta relación en su esencia se podría decir es un nuevo contexto y desafío de análisis de la ciencia política para interpretar los roles y las relaciones sociales que se producen dentro de la sociedad nacional con respecto al poder.
Por otra parte, no se pretende plantear que relación es mejor que otra o más efectiva en la búsqueda de obtener y reproducir el poder, sólo que son puntos de discusión que se reproducen en los nuevos contextos y retos del discurso, estudio, interpretación y análisis de esta disciplina.
Entramos, entonces, a la relación Poder- Estado que no es más que la organización del poder en el seno del Estado, que en sus orígenes según el autor Freddy Mariñez parte de una óptica sociológica que descansa en oposición a la noción jurídica en el sentido de que toda comunidad tiene gobernantes que disponen de un sistema de sanciones y de una cierta fuerza material.
En este sentido se reivindica una idea natural de organización política, la del gobernante, jefe, líder o como llamarían las comunidades aborígenes caciques y otra de organización social que al respecto se dividen en actividad social y actividad política.
Umberto Cerroni, (1999) reflexiona sobre esto cuando afirma que hubo una segunda transformación sobre estas ideas y prácticas de una manera más democrática que desplazaron a la ciudad-Estado a la de Estado nacional, es, decir, el ejercicio y estudio exclusivo del poder en el Estado organizado por gobernantes a el ejercicio y estudio del poder más democrático dentro de los Estados, en otras palabras de mayor participación de los ciudadanos al ejercicio del poder.
Lo planteado busca en última instancia trazar los desafíos del estudio y análisis de las ciencias políticas frente a los vaivenes que implica el poder en los Estados nacionales, fenómeno de gran importancia para la construcción científica de esta disciplina. Es este nuevo contexto donde se producen nuevas relaciones de poder que implican un mayor bagaje de situaciones que demandan mayor rigurosidad de estudio por parte de esta ciencia social.
En la otra relación que hemos mencionado: Poder- Sociedad, se plantea un fenómeno muy particular de carácter natural, las sociedades cambian, se transforman en el tiempo y en el espacio, y el conocimiento marca un factor importante para producir dichos cambios, no era igual la situación de intercomunicación del territorio Colombiano a principios del siglo XIX como lo describe Jorge Orlando Melo “no había comunicación terrestre alguna entre el centro del país y la costa Norte” sólo el intercambio se hacía por el río Magdalena, esta situación con los avances de la aviación se fueron superando, producto de los nuevos conocimientos científicos.
Lo mismo ocurre en las ciencias sociales y en este caso la ciencia política con referente a su objeto de estudio el poder, ello como respuesta a los cambios, sociopolíticos, geopolíticos, económicos, culturales, y demás características de la sociedades que cambian día a día. Se habla de nuevas formas de estructuras de la población, también de mundialización o globalización con distintos intereses y roles, nuevas formas de empleo, nuevos retos en materia económica, el efecto invernadero y el calentamiento global, en fin los espacios de acción del poder se han multiplicado, por ello las ciencias políticas se enfrentan a los cambios complejos del mundo y por ende debe ampliar su objeto de estudio para tratar de comprender estos nuevos desafíos que se producen en él.
Visto de esta manera la política según Leftwich (citado por Marsh y Stoker 1997), “la ciencia política debería adoptar una definición dinámica de la política, no basada en un sólo ámbito o conjunto de instituciones donde tiene lugar ciertas actividades, sino un proceso generalizado en las sociedades humanas” Cornelius Castoriadis (1995) dice: “ la política se encuentra por doquier en la sociedad: desde la unidad familiar al Estado, y desde las asociaciones de la sociedad civil a las corporaciones privadas multinacionales y nacionales”.
Victoria Camps argumenta “es preciso acercar la política a la sociedad o la sociedad a la política. Hay que recuperar el sentido más noble de la política como voluntad de servicios, y extender la responsabilidad del servicio al otro a todos los ciudadanos. Hay que hacer a la sociedad como responsable del bienestar colectivo”
En este orden de ideas se ratifica la nueva visión del objeto de estudio de las ciencias políticas, enmarcada en un campo más amplio y de múltiples interpretaciones de lo social pero que en realidad es la mayor virtud de esta ciencia porque se nutre de muchos fenómenos y prosigue en su fin último de hacer del conocimiento algo benéfico que permita mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos.
Tampoco las ciencias políticas pueden quedar a la merced de las distintas interpretaciones del mundo social y de las relaciones de poder, porque entrarían en una gran crisis en el sentido de que los ciudadanos del común creerían saber de política. No se puede olvidar que esta ciencia tiene métodos, enfoques y objetos de estudio definidos para el estudio del conocimiento y una reelaboración conceptual permanente que es importante conocer.
Por último, es importante mencionar que las ciencias políticas en función de los nuevos desafíos y contextos está planteado adaptar la vida política a los cambios científicos y técnicos, para ello no sólo es necesario disponer de funcionarios y hombres políticos correctamente formados, sino construir en sus ideales el verdadero bienestar colectivo.
En otras palabra, si la ciencia y el conocimiento producen nuevos cambios en la sociedades como evidentemente ocurre, las comunidades más “pobres” no deben ser excluidas de dichos avances, todo lo contrario deben ser estas las que se apropien o se beneficien de los mismos, por una razón simple, porque el Estado así como ejerce su poder a través de la ley debe ejercer por la misma virtud, el bienestar de quienes legitiman su poder.
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